SlideShare ist ein Scribd-Unternehmen logo
1 von 56
Downloaden Sie, um offline zu lesen
“AÑO DE LA UNIÓN NACIONAL FRENTE A LA CRISIS EXTERNA”




                 UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
                                      UAP
                        Facultad De Ciencias de La
                              Comunicación



                 MEMENTO MORI


ALUMNA:
                        Villalta Escobar Diana Patricia



Curso:
                  Evaluación del Lenguaje



Docente:


                        Carmen Palacios

Ciclo:


                  IV




                 PIURA –PERÚ
                          2009
2
DEDICATORIA




Ofrezco esta obra a Dios, por hacer que las cosas más simples y
triviales sean las más perfectas.

A mis padres, porque sé que siempre quieren lo mejor para mí y
cuento con su apoyo incondicional.




También quiero dedicar esta obra a todos aquellos personajes,
ignorados en las páginas de los libros, que trascendieron en el
tiempo, que no se rindieron y crearon su propia historia con final
feliz; aquellos que aportaron a nuestro presente su legado, por más
insignificante que parezca; aquellos no tuvieron miedo de soñar y no
dejaron que nadie se interponga en su camino. Porque sin ellos éste
mundo fuera triste y sombrío.




                                                                       3
TEMARIO:



INRODUCCION

CAPITULO I:

      MEMENTO MORI

            Primeras ideas

            ¿Por qué memento mori?

     LA FOTOGRAFIA

            Contexto en que aparece

            Evolución de la fotografía

     LA FOTOGRAFIA EN EL PERU

            Archivo Courret

            Principales artistas de la época



CAPITULO II:

     FOTOGRAFIA POST MORTEM

     Antecedentes

     Post mortem ¿Solemne o Aberrante?

     PARA MANTENERLO VIVO

     Expansión

     COSTUMBRES DE FOTOGRAFIAR DIFUNTOS

     DECADENCIA DEL POST MRTEM

CAPITULO III

     POST MORTEM EN EL PERÚ

CAPITULO IV

     POST MORTEM EN LA ACTUALIDAD




                                                 4
INTRODUCCIÓN




      l Hombre, desde las épocas más antiguos, quiso inmortalizarse y verse


E     tal y cual era, trascender a través de los tiempos.

       Con la fotografía nació la oportunidad de hacer esto posible.
       Igual que sucedió con la mayoría de los inventos, la fotografía, que al
principio era costosa y estaba dirigida a una clase social específica, fue
popularizándose lentamente, llegando a convertirse en parte importante dentro
de los grupos humanos.

Alrededor de ella, se tejió muchas costumbres y “ritos ”.
Uno de estos, que fue muy practicada en Europa victoriana y en algunas
partes de América, fue la fotografía post mortem.
Se rumoreaba que se podía atrapar el “alma” de las personas que habían
fallecido recientemente con ese invento “casi mágico” que había revolucionado
la sociedad de la época.

Aunque hoy nos parezca una práctica macabra, de mal gusto y hasta nos
puede legar a escandalizar, para las personas de ese entonces era algo más
espiritual, ligado al “melancolisimo”. Era la única forma de mantener viva la
imagen de un ser querido, era una práctica casi solemne.




                                                                                 5
CAPITULO I


                               MEMENTO MORI


Primeras Ideas.

       l término “fotografía post mortem” (que significa “después de la muerte”)

E      en general se entiende toda aquella realizada tras el fallecimiento de un
       individuo, por lo que es un término que engloba campos tan diversos
como la toma de imágenes forenses, el registro de disecciones o la
documentación periodística, en algunos casos.
Sin embargo, el objeto de este texto no son esas disciplinas, sino las
imágenes post mortem tomadas como recordatorio familiar del fallecido, es
decir, fotografías encargadas por particulares para su utilización o exhibición
privada, en general, dentro del propio hogar.



La fotografía de difuntos “Post Mortem” o también llamada “Memento Mori” fue
una práctica muy extendida en el siglo XIX que básicamente, consistía en
vestir a un cadáver recién fallecido con sus ropas personales y participarlo de
un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo
individualmente.

 El motivo por el cual -en ese entonces- este tipo de imágenes no eran
consideradas morbosas, puede deberse al ideal social que se gestara en la
época del Romanticismo. En dicho período se tenía una visión nostálgica de
los temas medievales, y se concebía la muerte con un aire mucho más
sentimental, llegando algunos a verla como un privilegio.


¿Por qué Memento Mori?

El término “memento Mori” es una expresión en latín que nace en roma,
significaba literalmente: “acuérdate de la muerte”
Se le decía a los generales romanos que desfilaban victoriosos de las guerras
a roma, venias endiosados. Había un siervo entonces que se ponía detrás y le
decía por la espalda estas palabras: “memento Mori”. Con el paso del tiempo s
e perdió ese significado, se tradujo después como recuerda la muerte.

Esta práctica nació casi al mismo tiempo con la fotografía, y muchos retratistas
de la época se dedicaron solo a fotografiar muertos.

Pero la fotografía no era la única encargada de esto, tan solo unos años antes,
los pintores habían sido los consentidos para capturar la última imagen de los
que alguna vez estuvieron vivos.



                                                                                   6
LA FOTOGRAFÍA




E
       n todos los tiempos, desde el oscuro dibujante que en edades remotas
       decoró las rocas de las cuevas, hasta el hombre culto de nuestra época,
       los seres humanos han sentido la necesidad de registrar en forma
gráfica lo que veían del mundo que los rodea, este afán dio origen a la
fotografía.


La fotografía ha sido el puente de unión entre el siglo XIX y el siglo XXI. Desde
sus primeros pasos, allá por 1839, la fotografía ha servido de documento vivo
para la historia de la humanidad.


La palabra fotografía deriva del griego “photos = Luz” y “grafo = dibujar”
La definición exacta de la fotografía, como la conocemos, es dibujar por medio
de la luz y se aplica al arte o ciencia de obtener imágenes visibles y
permanentes sobre superficies sensibilizadas


El objeto de la fotografía consiste en la obtención de imágenes por acción de
una radicación (generalmente la luz, aunque también puede darse por
radiaciones como los rayos ultravioleta, rayos X o los gamma, etc.) sobre
dichas superficies fotosensibles y la perpetuación de estas imágenes.
Podemos distinguir dos fases:



   1) La formación de la imagen: que tiene lugar en la cámara fotográfica
      (antiguamente caja oscura) y precisamente en el plano focal objetivo de
      la radiación empleada.


   2) La perpetuación de la imagen: Se lleva a cabo por fenómenos
      fotoquímicos efectuándose una transformación permanente de la
      imagen fotosensible.




                                                                                    7
CONTEXTO EN QUE APARECE LA FOTOGRAFÍA



Nos ubicamos en tiempo a inicios del siglo XIX. Estamos en plena era
Victoriana (llamada así al periodo en que gobernó la reina Victoria I en
Inglaterra de 1837 al 1901).
En el panorama vemos hermosas calles y casas decoradas elegantemente con
cierto aire a Romanticismo.
Los jóvenes pasean por las plazas, mientras las jovencitas se reúnen cada
tarde a tomar el té y a charlar.

Pero nuestra visión va más allá de gallardos trajes y vestidos voluptuosos en
donde nació la fotografía.

La humanidad había aumentado en cifras. Pero, a puntaje de natalidad,
mortalidad.
La esperanza de vida era corta, el conjunto de la población joven es
predominante.




                                   “Para que hacer venir al mundo a tantos seres
                                        encadenados a la muerte rápida y a una
                                                             existencia precaria”

                                                     Pastor Protestante Malthus




Los Menores de 20 años representaban Un 44% en 1815 y los mayores de 60
solamente un 7%.
Los europeos de la época contaban con una mínima resistencia por mala
alimentación y no reaccionaban ante las enfermedades mejor que los asiáticos
o africanos.

La mitad de los niños no llegan ni a los 5 años, la longevidad media no es
mayor a los 22 años.

Tifus, Peste, Cólera son las epidemias de la época, junto a la terrible
tuberculosis que visita las campiñas húmedas y ciudades populosas, no
perdonan.




                                                                                    8
Como vemos, había una tasa de mortalidad bastante alta, sumado a los arduos
trabajos que se veían obligados a hacer los de la clase social baja, a un pago
bastante bajo, que no podían prestar los servicios a un médico en muchos de
los casos.
Lo que no sucedía con la clase alta (Realeza, marqueses, militares, etc.)


Muchos europeos fijaban al “Nuevo Mundo” (América) como una esperanza
para prosperar por sus recursos naturales y su gran potencial. Se trasladaron
así muchos de ellos con sus familias o solos.
Sin duda, América iba en crecimiento, tan solo en Norteamérica Habían 6
millones de habitantes.
Se podría decir que se pasaba en Europa una crisis social y de salubridad.




                                “Es preciso convencer a los hombres para que
                                            hagan economía mejor que hijos.”

                                                           Jean Baptiste Say




                     EVOLUCIÓN DE LA FOTOGRAFÍA


La cámara fotográfica es en esencia una cámara oscura. La Cámara oscura
original era una habitación cuya única fuente de luz era un minúsculo orificio
en una de las paredes. La luz penetraba en ella por aquel orificio proyectaba
una imagen del exterior en la pared opuesta.

De hecho, el término “Cámara” deriva de “Camera” que en latín significa
“Habitación” o “cámara”.


Antecedentes.

No se sabe de cuando datan las primeras observaciones de la cámara oscura
pero parece que ya era conocida en China hace 25 siglos.


El filósofo griego Aristóteles, que vivió en Atenas entre 384 y 322 a.C.,
afirmaba que si se practicaba un pequeño orificio sobre la pared de una
habitación oscura, un haz luminoso dibujaría sobre la pared opuesta la imagen
invertida del exterior.



                                                                                 9
En el siglo VI d.C., el alquimista Abd-el-Kamir descubrió una emulisión
fotosensible (sensible a la luz) aunque nunca la aplicó a la cámara oscura, que
en ese entonces ya existía, pues no tuvo conocimiento de ella. Este es tal vez
una de los hechos más paradójicos de la historia de la fotografía.

Presuntamente el Mago Merlín, que según los historiadores vivió en el siglo VI,
utilizaba la cámara oscura con fines estratégicos y de observación en la guerra
que sostuvo el rey Aturo contra los sajones. En sus escritos habla sobre la
necesidad de utilizar en “cuerno de un unicornio” para hacer un orificio de
entrada de luz en ella para que funcione.


No se volvió a saber de la Cámara oscura hasta la segunda mitad del siglo XV,
cuando la redescubrió Leonardo Da Vinci (1452- 1519) describiéndola en un
manuscrito. Pero lamentablemente este no fue publicado hasta el siglo XVIII,
por lo que apareció antes de la descripción hecha por Giovani Baptista Della
Porta en 1568. Danielo Barbaro, indica la conveniencia de colocar una lente en
el orificio de la cámara para mejorar la imagen formada.
El aparato fotográfico moderno está construido en esencia por estos mismos
elementos.

Las Primeras Fotografías.

El primero que obtuvo una fotografía a través de una cámara oscura fue
Joseph Nicéphore Niepce (1765- 1833); esto sucedió en el 1826, en la
fotografía logro capturar el patio de su casa. En ese entonces a estas
capturas se les conocía como “punto de vista”
Este gran paso resulto después de varios años de experimentos. Pero
lamentablemente la imagen obtenida se desvanecía con el paso del tiempo.




                  “Punto de Vista” hecho en Francia por Joseph Nicéphore
                   Niepce en 1826 con tan solo 8 horas de exposición. Se
                   denomina “Punto de Vista desde la Ventana de Gras”


                                                                                  10
Para realizar esta fotografía utilizó una plancha de peltre recubierto de Betún
de Judea, exponiendo la plancha a la luz quedando la imagen invisible; las
partes del barniz afectadas por la luz se volvían insolubles o solubles,
dependiendo               de              la           luz              recibida.

Después de la exposición la placa se bañaba en un disolvente de aceite
esencial de lavanda y de aceite de petróleo blanco, disgregándose las partes
de barniz no afectadas por la luz. Se lavaba con agua pudiendo apreciar la
imagen compuesta por la capa de betún para los claros y las sombras por la
superficie           de             la            placa            plateada.

Se utilizó la primera cámara profesional construida por el óptico charles
chevalier. En aquella se observa el paisaje que podía verse desde la ventana
de la buhardilla de Niepcé. Ambos lados de la foto están igualmente
iluminados por el sol, la exposición duro 8 horas en un día. El resultado fue
una imagen positiva permanente, en las cuales las luces están represe ntadas
por     betún     y     las    sombras      por    peltre    sin     recubrir.


Tiempo antes, en 1816 Nicéphore ya había obtenido en papel impregnado en
cloruro de plata varias imágenes de la buhardilla en positivo. Utilizando la
cámara oscura, con el mínimo diámetro de objetivo y obturándolo con un disco
de cartón perforado comprobó que el orden de las sombras y de las luces
quedaba                                                             invertido.

Para encontrar una sustancia que blanquease bajo la acción de la luz probó
distintos barnices protectores y observó que el betún de jud ea no había sido
utilizado. Al disolverlo en aceite mineral o animal de nippel obtuvo resultados
muy                                                               satisfactorios.

El genio de Niépce no se ha limitado a los procesos fotográficos: inventó
distintos tipos de diafragmas y un procedimiento revolucionario para rebobinar
carretes                   con                 una                   manivela.

A sus 64 años en 1829 Niépce estaba totalmente arruinado se había gastado
toda la fortuna que le había dejado su familia en investigaciones, por lo que
accedió entregar la fórmula de sus inventos a Daguerre el cual le había
propuesto      una     unión     de     trabajo     un      tiempo      antes.

En 1829 se asoció con Luis Daguerre (1787- 1851), en esta sociedad
consiguieron el perfeccionamiento de la cámara oscura. Existen también cinco
cámaras de madera de nogal en las que pusieron un diafragma de vidrio,
dispositivos            de            báscula            y            fuelle.

El 5 de Julio de 1833, Niépce muere después de sufrir un ataque de apoplejía
en su taller.




                                                                                    11
Empieza la Revolución Fotográfica.

El francés Luis Daguerre, considerado el padre de la Fotografía, tras
numerosos estudios sobre la luz y perfeccionando la técnica obtenida por su
fallecido socio Niépce, logro en 1837 registrar la imagen de un Angulo de su
gabinete de su estudio en una cámara oscura, en un procedimiento más
practico que sus antecesores.




                                      Daguerrotipo 5 Tiempos

   1 . To m a r u n a p l a c a d u p l a d e p l a t a re c u b i e rt a d e u n a h o ja d e p l a t a ,
       q u í mi c a me n t e p u ra , q u e s e p u l e y s e c o l o c a e n u n a p l a n c h i l l a .
   2 . L a p l a n c h i l l a s e c o l o c a e n u n a c a ja . L a c a r a p l a t e a d a s e e x p o n e a
       e v a p o ra c i ó n e s p o n t a n e a d e u n a s l e n t e j u e l a s d e y o d o , q u e d e b e n
       t e ñ i r e l me t a l d e a ma ri l l o - o r o .
   3 . L a p l a c a s e a j u s t a e n e l b a s t i d o r y d e b e u t i l i za rs e e n e l a c t o , e s
       d e c i r , a n t e s d e u n a h o ra , d e s p u é s d e l a j u s t a mi e n t o , l a p o s e d u ra
       e n t re 1 5 a 3 0 mi n u t o s .
   4 . L a p l a c a e s c o l o c a d a e n u n a c a j a q u e c o n t i e n e me rc u ri o , c a l e n t a d a
       p o r u n a l á mp a r a d e a l c o h o l a 6 0 ° C. L a I m a g e n l a t e n t e n o t a r d a rá
       a p a re c e r y p u e d e d i s t i n g u i rs e a t ra vé s d e u n vi d ri o a m a ri l l o .
   5 . L a p l a c a e s b a ñ a d a , s u c e s i v a me n t e , e n e l a g u a p u ra y e n u n a
       s o l u c i ó n d e s a l ma ri n a o d e h i p o s u l f i t o d e s o d i o y l u e g o s e l a v a
       cuidadosamente con agua caliente destilada




Las imágenes obtenidas, que a la larga eran más duraderas, se les denomino
“Daguerrotipos”, a honor de su inventor.

Es en esta parte de la historia que la fotografía, que estaba en pañales y tenía
ciertas limitaciones, da su gran salto y empieza a ser utilizada por el hombre
como un elemento social y atrayendo la atención de otros muchos estudiosos
o simples aficionados.

El Daguerrotipo tuvo muy una buena acogida y pronto empezó a difundirse por
Alemania, Estados Unidos, Italia, Inglaterra, etc. Además se empezaron a
vender cámaras que no llevaban la firma de Daguerre. Estos vendedores y los
aficionados que las compraban, fueron los responsables de la evolución de las


                                                                                                                    12
cámaras, aligerándolas de peso, construyéndolas con materiales baratos y
lentes simples; y también reduciendo poco a poco el tiempo de exposición (en
1842 ya queda reducido a 30 o 40 segundos).


El segundo estudio oficial fue creado en Inglaterra por Antonie Claudet, que
llegó a ser nombrado retratista ordinario de la reina Victoria. La primera revista
fotográfica del mundo fue fundada en Nueva York en 1850 (The Daguerreian
Journal)




                    El primer daguerrotipo, el método que regaló al mundo el
                                     placer de la fotografía




Sería curioso mencionar que en cierto tiempo fueron de uso aparatos y
artilugios que, en forma de percheros, aguantaban las cabezas y ponían la
espalda recta, de manera que el modelo no pudiera moverse, esto fue muy
caricaturizado en la época.


Contemporáneos a Daguerre aparecen dos nombres más a la historia de la
fotografía.

Henry Fox Talbot (Inglaterra, 1800-1877), matemático, filosofo, creyó que
sería mejor si el “punto de vista” permaneciera por más tiempo en el papel,
hizo que de un negativo se pueda tener uno o más positivos;




                                                                                     13
El primer negativo en
                                                     papel por Talbot




Hippolythe Bayard (Francia, 1801- 1887) se encargo de perfeccionar los
químicos que se utilizaban en la obtención de la fotografía.

Lamentablemente a Hippolythe Bayard el poder político lo trato injustamente.
Se fotografió a si mismo simulando su muerte como protesta por esos tratos.
Al reverso de la foto escribió:


       “ E l c a dáv er q u e v e n es de l s e ñ or B ay ar d, e l inv e nt or d e l
       pr oc es o q ue r ec ié n s e l es pr es e n tó . De l o qu e c on o zc o es te
       ex p er i me n ta d or s e d e d ic ó d ura n te 3 añ os p ara l l e gar e n es t a
       i nv e nc ió n . E l go b ie r n o, q ue t a n ge n eros a fu e c o n e l s e ñ or
       Da g uer r e ,
       d ij o q u e n o p ue d e h ac er n ad a p ar a e l s e ñ or B ay ar d y e l p ob re
       s e s u ic id ó a ho g a do . C apr ic h os d e l a v i da h u ma n a! ”.




                               Autorretrato de Bayard, como protesta
                              a la falta de apoyo de parte del gobierno
                                               de su país

                                                                                              14
Aun con estas mejoras, el método de Daguerre fue el preferido por la gente de
la época, que ya de por si estaban envueltos de una especie de glamour por el
simple hecho de pensar en poder verse perennizados en el tiempo tal y como
eran.

Los pintores, que hasta esa fecha habían gozado de la exclusividad en lo que
se refiere a retratos, empezaron a “temblar” ante el nuevo invento, y con justa
razón.

Poco a poco se empieza a masificar los daguerrotipos.
Se empezaron a abrir en muchas partes Estudios Daguerrotipos.
A partir de 1841-42, tan solo un fotógrafo de París llegaba a hacer
aproximadamente 1500 retratos por año.


Otros Avances.

Lo que hoy conocemos como flash fue un proceso que comenzó con polvos
finos de magnesio, que al ser detonados con el pulverizador, producían un
efecto de luz artificial. Finalmente, en 1930 llegó la lámpara de flash.
En menos de dos años (1935-1936), aparecen en el mercado Kodachrome y la
Agfacolor, con las que se conseguían trasparencias o diapositivas en color. En
la década del ´40 se perfecciona el daguerrotipo y tenemos la Polaroid Land.
Y es la década del 60 donde se perfeccionan todos los avances: color,
velocidad, abaratamiento del cinc, sulfuro de cadmio y óxid o de titanio, con el
empleo de la película Itek RS.
Al principio retratarse con este método era muy costoso y solo se guardaba
para “ocasiones especiales”, pero como era de esperarse, con el tiempo
empezó a ser cada vez más una parte de la vida del ser humano, una práctica
que se estaba “democratizando”, recorriendo así la senda del tiempo hasta
llegar a nuestro días.




                                                    Joven
                                                 posando para
                                                      un
                                                 daguerrotipo.

                                                   Podemos
                                                 apreciar su
                                                 elegancia y
                                                  los lujosos
                                                 adornos, lo
                                                 que revelan
                                                       que
                                                pertenecía a la
                                                   élite de la
                                                     época.




                                                                                   15
LA FOTOGRAFÍA EN EL PERÚ




E
      n los albores de la lucha por la independencia peruana del dominio
      español se inventa la fotografía en Francia, cuya patente es comprada
      por el gobierno Francés y compartida con el mundo.

El Perú vive la prosperidad económica por la explotación del guano que
convierte a Lima en una plaza interesante para este nuevo negocio.
La llegada al puerto del Callao del primer daguerrotipo se dio en 1842. En este
mismo año el italiano Maximilian Danti abrió un estudio en la calle Mantas para
brindar este tipo de servicio a los limeños de ese entonces.

Poco después llegaron otros daguerrotipistas extranjeros , entre ellos el
norteamericano Benjamin F. Pease, que se estableció en 1852 y abrió un gran
salón y galería de arte. Al año siguiente, Jacinto Pedeville introdujo en el Perú
el sistema de “colodión húmedo”, que permitía contar con un negativo que
podía positivarse un número ilimitado de veces.

 A partir de entonces se instalarían los primeros fotógrafos franceses (1844-
1855): Philogone Daviette, Furnier, A. de Lattre, Amic Gazan y Émile
Garreaud. Este último abandona la técnica del daguerrotipo y propagandiza
método del colodión húmedo (negativo de vidrio). Este estableció su estudio
fotográfico cerca del local de Pease.


Para los años 60 existían al menos una decena de fotógrafos en Lima, la
mayor parte de los cuales eran extranjeros.


En los primeros años de esta década (1860), el estudio Nadar de París está de
moda en Francia, mientras en Lima abre sus puertas el lujoso estudio de su
corresponsal Eugène Maunoury, quien hace popular la tarjeta de visita que era
forma más popular de retratos desde mediados de 1800, hasta finales del siglo
XIX. La persona posaba en forma relajada, generalmente de cuerpo entero y
utilizando poses, fondos y mobiliario muy teatral. Algunas veces se
fotografiaba sobre fondo blanco y se colocaba la fotografía entre un recuadro o
un ovalo, algunas veces profusamente decorado.


Una vez salió al mercado éste nuevo invento se popularizó de inmediato y vino
a reemplazar las tarjetas con el nombre y la dirección que se usaban como
una forma de presentación personal.




                                                                                    16
En 1865, su antiguo operario Eugène Courret le compra sus activos y se
convierte en el estudio más importante de la segunda mitad del siglo XIX hasta
su cierre definitivo en 1935.




    Cronología De Eugenio Courret y Del Estudio Fotográfico
1841    Eugene Courret nace en Angouleme (departamento de Charente), Francia.
1860-61 Llega al Perú como integrante de la Cia. Fotográfica de Eugene Manoury, casa representante del
        estudio fotográfico Nadar de Francia; trabaja como camarógrafo. (19 años)
1863    Eugene y Aquiles Courret fundan y abren su propio estudio fotográfico :"Fotografía Central",
        estudio de gran auge en la sociedad limeña. 1864 En mayo, la firma Courret hermanos, además
        de su propio estudio, adquiere y maneja otros tres locales del ex-estudio Maunoury (de las calles
        Mercaderes, Plateros, el salón en la calle Palacio 71 y un cuarto estudio en Constitución 36,
        Callao).
1865-68 El estudio usa el logotipo de Nadar.
1868    La firma Courret cambia el escudo de armas francés por el peruano.
1869    El estudio gana la medalla de oro en la Exposición Industrial de Lima por una composición
        pictórica fotográfica del Combate del dos de mayo.
1872    El estudio gana nuevamente la medalla de oro además la de plata en la Exposición Industrial de
        Lima.
1873     El estudio cambia de nombre y aparece como "E. Courret", Eugene Courret queda como único
        representante de la firma.
1887    Eugene Courret deja Lima y transfiere sus estudios a Adolphe Dubreil, uno de sus mejores
        operarios.
1887-98 La firma figura como "E. Courret y Cia.". Se reduce a un solo local.
1900     "E. Courret y Cia." Gana la medalla de oro en la Exposición Universal de París.
1905     Se estrena la nueva fachada, de estilo art nouve del estudio Courret la noche del 22 de mayo.
1929     En la obra "Lima: la ciudad de los Virreyes" figura como "Fotografías Dubreil" Mercaderes 463,
        fundado en 1864. Dirigida por Rene Dubreuil en el que señala "La buena dirección del negocio ha
        logrado formar un valioso archivo de negativos que abarca desde el año 1864 hasta la fecha. Allí
        esta minuciosamente catalogado todo cliente que ha utilizado los servicios de esta casa. El
        número de negativos llega 157,800."
1935    Quiebra definitivamente del estudio "E. Courret y Cia." causada por varios factores entre los
        cuales podemos señalar: la caída del gobierno de Leguía, la crisis mundial, la desaparición de las
        revistas ilustradas "Mundial" y "Variedades" (algunos de sus principales clientes), y finalmente, la
        introducción al mercado de las cámaras instantáneas por la firma Kodak, y la consiguiente
        proliferación de fotógrafos aficionados.
1986    La Biblioteca Nacional adquiere 54,000 negativos en vidrio y acetato pertenecientes a este
        importante archivo fotográfico.




Sus archivos contienen parte de la historia gráfica del Perú: la definitiva
expulsión de los españoles de las costas peruanas (batalla del 2 de mayo,
1866), la explotación del guano en las islas Chincha, la guerra con Chile y los
personajes más importantes de su época pasaron por el famoso estudio



                                                                                                               17
limeño. Parte del Archivo Courret (55 000 placas) fue adquirido por la
Biblioteca Nacional del Perú en la década de 1980.




El archivo Courret.

El Estudio Courret se mantuvo abierto al público más selecto de Lima durante
cerca de 70 años, de los cuales aproximadamente 29 estuvieron bajo la
dirección de la familia Courret. Los restantes 42 años estuvo bajo el manejo de
Dubreuil y su descendencia. Sin embargo, es Courret quien se lleva la gloria y
esto no es gratuito. Fue quien estableció el estudio y creó el enorme
prestigiogracias a su trato y talento.
Este prestigio fue reconocido evidentemente por Dubreuil, pues conservó el
nombre como logo hasta la década de 1920.


Además, Eugène Courret fue también fundador de una escuela por donde
pasaron grandes fotógrafos, empezando por el mismo Adolfo Dubreuil, Diego
Goyzueta, Elías del Águila y Luis Ugarte. Todos ellos, y posiblemente otros
más, también formaron a otras generaciones de fotógrafos. El editor Don Juan
Mejía Baca, siendo Director de la Biblioteca Nacional del Perú, fue quien logró
que gran parte del archivo Courret pasara a formarparte del patrimonio de la
Biblioteca el año 1987, donde aún se conserva, pese a los males endémicos
ya mencionados. Este archivo proviene de los herederos de Carlos Renjifo
Farromeque, quien fue indemnizado con una parte de las placas d e vidrio por
el último de los Dubreuil. El resto, se repartió entre los otros trabajadores.


El Instituto Fotográfico Eugène Courret del jirón Azángaro adquirió de la
familia de Juan Castañeda, otro ex empleado, quien habría tenido en su
posesión además el archivo del fotógrafo Elías del Águila, un total aproximado
de 30 000 negativos de vidrio.


Por ahora, solo queda mantener la esperanza de que alguien se interese en
publicar un libro de la calidad que se merecen estos grandes fotógrafos sin
cuyo aporte no existiría la historia gráfica del Perú desde la segunda mitad del
siglo XIX hasta las primeras del siglo XX.




                                                                                   18
Principales artistas de la Época.


Rafael Castillo:

Fotógrafo activo en Lima desde la década de 1860 hasta la de 1890. Su
estudio, llamado Fotografía Nacional, se especializaba en copias al carbón.
Castillo se jactaba de que su estudio era el único en América completamente
dedicado al proceso al carbón.




                            Copia al carbón del fotógrafo




Eugéne Courret:



Fotógrafo francés. En 1861 Courret viajó desde París a la ciudad de Lima
contratado como operador del estudio de Eugenio Maunory & Cía. En 1863 se
asoció con su hermano, Aquiles Courret, que había llegado a Perú en 1851 y
abrieron el famoso establecimiento Fotografía Central (luego Courret
Hermanos) en la calle Mercaderes 197, que se mantuvo allí hasta 1935. En
1900 expuso sus trabajos en la Exposición Universal de París y obtuvo una
medalla de oro. Murió en Francia pocos años después.


Eugéne Courret llegó a la ciudad de Lima a inicios de la década de 1860 y
durante el último tercio del siglo XIX fue el fotógrafo de mayor auge en la
sociedad capitalina. Su taller se convirtió en el centro de atención de
personajes centrales de la política y de la élite limeña de la época y su obra


                                                                                 19
fue varias veces galardonada en las principales exposiciones de aquel
entonces.




                                Eugéne Courret




La colección de fotografías que Courret legó al Perú está compuesta de
retratos de familias limeñas de la época, personajes que muestran las
costumbres de la sociedad peruana, figuras destacadas de la vida política y
acontecimientos que definieron el rumbo de la historia del Perú, así como
representativos parajes de la capital a la que los peruanos nos referimos, no
sin un poco de romanticismo, como " la Lima de antaño".


La colección completa de los estudios Courret, compuesta en la actualidad por
más de 50,000 placas de vidrio de los años 1865 a 1935, se encuentra junto
con la obra fotográfica de Martín Chambi entre las más importantes de la
iconografía del Perú.


Pedro Garreaud


(1835-1875) Fotógrafo francés que llegó a Perú en 1855. En 1856 abrió su
primer establecimiento fotográfico en la calle Plateros, Lima junto con su
amigo y compatriota Amie Gazin. Fue uno de los precursores en la utilización
del formato carte de visite en Sudamérica y del establecimiento o salón
fotográfico, con telones y decoraciones.




                                                                                20
Imagen Captada en su
                                    estudio




Eugenio Maunoury:

Fotógrafo francés, colaborador de Nadar en París. En 1858, se encontraba
activo en Chile, donde se dedicó a reproducir vistas de ciudades, paisajes y
tipos chilenos. Fue uno de los responsables de la introducción del formato
carte de visite en Lima, ciudad en la que se desenvolvió de 1861 a 1865. En
1862 inauguró allí un lujoso estudio de retratos en la calle del Palacio 21.

En 1864/65, durante la Guerra con España, Maunory fue designado
corresponsal en Valparaíso del diario Le Monde, al que envió numerosas
vistas del puerto dando cuenta del bloqueo y su bombardeo por la escuadra
española. Fue uno de los fotógrafos más importantes de Perú en la segunda
mitad del siglo XIX.




                              Imagen Captada en su
                                    estudio




                                                                               21
Negretti, Jose

Sucesor de Garreaud & Cía. Tenía su estudio en la calle del Ucayalí 26 (antes
Plateros de San Pedro) en la ciudad de Lima.


Pease, Benjamín

(1822-1888) Fotógrafo norteamericano de Poughkeepsie (N.Y.). Llegó a Lima
en 1852 y compro el local de Arthur Terry. Asociado con Vaugh realizó en
septiembre de 1856 el famoso daguerrotipo del mariscal Castilla, que hoy se
conserva en el Museo de Historia de Lima. El estudio de Pease en Plateros de
San Pedro se llamó Gabinete de pinturas y fue el mejor de Lima en la década
de 1850.


Richardson, Villroy

El pintor y fotógrafo norteamericano Villroy L. Richardson llegó a Lima en
1859, contratado para trabajar en el estudio de B. F. Pease. Poco después, se
mudó al estudio de Garreaud & Cía, iniciando así, una disputa entre su nuevo
jefe, A. Moller, y B. F. Pease que lo acusaba de haberle robado a su
empleado. Con el tiempo, Richardson se independizó y llegó a convertirse en
uno de los más populares retratistas limeños, dueño de la acreditada
Fotografía Americana, de Lima.


Sus fotomontajes con sátira política causaron su detención y prisión por orden
del Presidente José Balta en 1871, dejando de aparecer su nombre entre los
fotógrafos de Lima con posterioridad a esa fecha. Viajó a Bolivia, donde
estuvo presente durante la insurrección contra el gobierno de Tomás Frías, en
1875. Allí realizó 3 fotografías del palacio presidencial quemado que fueron
enviadas al Departamento de Estado en Washington. Hacia 1880 debió partir a
Chile, estableciendo su estudio en Iquique, en la Plaza Arturo Prat n°2. En
1895, el diario La Patria de Iquique publicita su local en la calle Thompson de
ese puerto.




                                                                                  22
CAPITULO II

                      LA FOTOGRAFÍA POSTMORTEM



¿Qué es Post Mortem?




L
   a fotografía post mortem es aquella practica que se realizaba en el siglo
   XIX hasta inicios del siglo XX, consistía en retratar con una cámara
   fotográfica a un recién fallecido con el objeto de mantenerlo “vivo” en la
memoria de sus familiares.

Tan pronto como el daguerrotipo se popularizó comenzaron a aparecer las
primeras tomas post mortem. Tras la muerte, la familia del fallecido se
enfrentaba cara a cara con la desaparición del mismo y sólo el registro de su
imagen a través de un proceso fotoquímico les permitía conservar un último
recuerdo material de su aspecto. Por si esto fuera poco, los cuerpos exánimes
resultaban el blanco perfecto para los daguerrotipistas, limitados por los largos
tiempos de exposición requeridos para impresionar sus placas fotosensibles.

Muy escasas al principio, el número de imágenes post mortem fue creciendo
exponencialmente a medida que la adquisición de una fotografía se convertía
en algo más o menos “común”. En 1860 prácticamente todos los miembros de
la sociedad podían permitirse el pago de un retrato, lo que popularizó en gran
medida la difusión de los mismos. Sin embargo, el proceso seguía
reservándose para eventos especiales, y además, fotografiar a los muertos
siempre fue especialmente gravoso para las familias que encargaban la tarea.

En muchos casos se justificaba el precio argumentando que el fotógrafo debía
desplazarse hasta el lugar donde el fallecido estaba depositado, sin embargo,
la razón real distaba un tanto de esa excusa. Lo que sucedió fue simple, hubo
un momento en que la fotografía post mortem se popularizó muchísimo en
ciertas zonas del planeta y prácticamente era un requisito social “obligatorio”
su realización, lo que encareció los precios enormemente, ya que la familia se
veía forzada a realizar el pago sí o sí, sobre todo teniendo en cuenta el breve
plazo de tiempo disponible para realizar la toma antes de sepultar cuerpo.

 Tal fue la difusión del fenómeno en Europa y Norteamérica que muchos
fotógrafos se especializaron en gran medida y no eran extrañas las
exposiciones reservadas exclusivamente a este tipo de tomas.




                                                                                    23
Antecedentes.

Si bien esta retratar difuntos con una cámara oscura nació casi con el
nacimiento de la fotografía, pero los antecedentes de perpetuar la muerte
existen desde tiempos remotos.

La contemplación de la muerte se inscribe en los anales de la historia desde el
Paleolítico. No obstante, la cultura egipcia es la que despliega todo su saber
mágico, científico y artístico a la hora de representar al difunto. Así, las
imágenes de los faraones se han perpetuado hasta nuestros días gracias a la
momificación y al relieve de los sarcófagos, donde quedaba registrada su
apariencia en vida. Durante el Medievo fue recurrente la representación
abstracta de la muerte, simbolizada en osamentas que se agitaban con toda
naturalidad en entornos pintorescos, siempre acompañado de su Hoz la cual,
se dice, cortaba los nexos existentes con la vida.




                             Representación de la
                              muerte con la Hoz.




Esta imagen medieval era espectral, era sinónimo de la guerra y de peste, la
muerte montada en un caballo, que manifestaba similar estado de deterioro, o
con aspecto espectral, era la clásica imagen de guerra, donde iba
acompañada de una gran trompeta, paseándose entre los cuerpos inertes
dejados por las batallas.

Otra representación clásica medieval de la muerte fue su trasfiguración
durante la época de la peste negra, volando sobre la humanidad o posada en
un risco ante los seres humanos yacientes o a punto de fallecer.

Por su parte, los mayas trataron de inmortalizar a los muertos tallando
máscaras de jade que reproducían el rostro. Durante el Renacimiento y el
Barroco las representaciones mortuorias resultaban extraordinariamente
seductoras, lo cual provocó que se prodigaran los retratos pictóricos de


                                                                                  24
personajes de renombre en el lecho de muerte. El Renacimiento ahondó a
través del retrato post mortem en el abandono de la representación humana
como ideal, una concepción heredada del mundo griego, para sumergirse en la
plasmación del individuo con todos sus defectos. El paradigma de esta nueva
visión, ya entrado el Barroco, llegó de la mano de Rembrandt, cuyos retratos y
autorretratos reflejan, de forma descarnada, las huellas indele bles del paso del
tiempo y de la enfermedad en el rostro. También apareció en esta época el
molde de escayola a partir de la cara del finado, que se seguiría realizando
hasta bien entrado el siglo XIX.

Gracias a estas “caretas”, a las que tampoco escapaba n las más mínimas
secuelas que acompañaban la muerte, conocemos hoy la apariencia exacta de
algunos personajes históricos, como el músico Ludwig van Beethoven o el
revolucionario Pancho Villa. Pero fue la llegada del daguerrotipo y, como
corolario, de la fotografía lo que implicó la verdadera universalización del
retrato post mortem en todas las esferas sociales.




                              Rostro de Beethoven




 El daguerrotipo caló con fuerza en el siglo XIX entre la burguesía de la
Europa industrial, que ya era aficionada a encargar obras pictóricas que
plasmasen acontecimientos familiares como bautizos, bodas, reuniones
navideñas o sepelios. El retrato post mortem, reservado hasta ese momento a
las clases altas, experimentaría gracias a este revolucionario invento un salto
cuantitativo y cualitativo. Cuantitativo porque su uso se extendió con inusitada
rapidez por toda Europa, y de ahí a ultramar. Cualitativo p orque la nueva
técnica corregía a la carta la falta de fidelidad de la pintura y el exceso de
fidelidad de la máscara. El milagro de la fotografía, sumado a las posibilidades
de manipulación que ofrecían la luz y el maquillaje, permitía “rescatar” con
lealtad al difunto y ocultar a la vez, en la medida de lo posible, los estigmas de
la muerte.

Hacia mediados del siglo XX la práctica de la fotografía post mortem
desapareció del ámbito familiar y se convirtió en tabú, aunque no llegó a dejar


                                                                                     25
de practicarse del todo. En esta involución tuvieron mucho que ver el aumento
de la esperanza de vida y los avances médicos, pero mucho más aún el
cambio de mentalidad que se produjo con respecto a la muerte, que ha
conducido a su absoluta negación en la actualidad.




Post Mortem: ¿Solemne o Aberrante?.

En algunos museos, como el MOMA de Nueva York o el de Arte Moderno de
San Francisco, y en los fondos de diferentes bibliotecas nacionales de Europa
y América Latina existen numerosas colecciones fotográficas que recogen el
Memento mori. Se trata de retratos, sobre todo infantiles, que muestran al
difunto ataviado con sus mejores galas, con los brazos cruzados o en una
actitud propia de la vida cotidiana (incluso con los ojos abiertos), simulando
que sigue viviendo entre sus familiares. Son imágenes que, en primera
instancia, despiertan por sí solas gran inquietud, un escalofrío, como si nos
encontráramos frente a un espectro fantasmal. Sin embargo, las sensaciones
que transmitían estas imágenes en la época en la que fueron captadas eran
muy diferentes.

El Memento mori era considerado una síntesis nostálgica donde entraban en
liza el espacio vital, la apariencia física del difunto, la iconografía funeraria y la
esperanza en la existencia de un Más Allá. La muerte se contemplab a como
una transición, como algo intrínseco a la propia existencia, y más en aquellos
años, en los que la mortalidad infantil no hacía distingos entre credo y posición
social. El trance de la muerte, en según qué circunstancias, podía significar
incluso una bendición. En la mayoría de los casos la familia no disponía de
nada que pudiera recordar el paso del difunto por esta vida, ninguna imagen
aparte de la obtenida después de la muerte.




Diferentes culturas indígenas de Oriente y América creen que el hecho de ser
captado fotográficamente puede acarrear la sustracción del alma.
Posiblemente en la mentalidad popular europea del siglo XIX se daba un
razonamiento parecido: la instantánea contenía el alma del fotografiado.
Atesorar la fotografía del difunto, por tanto, podía interpretarse como una
forma de engañar a la muerte, de hacer pervivir su alma entre sus familiares.
De ahí que se pusiera tanto empeño en mostrar al fallecido en su propio medio
simulando que aún estaba vivo.

Aquella entereza mostrada ante la muerte tenía su explicación tanto en
elementos culturales como coyunturales. Durante el siglo XIX el Romanticismo
fue un digno heredero de la visión medieval de la muerte. Todo lo relacionado
con la finitud de la vida y el duelo estaba rodeado por una au reola de
sentimentalismo extremo.



                                                                                         26
El suicidio romántico era considerado una noble aspiración en los ambientes
artísticos y literarios, y la muerte en sí llegaba a ser tratada como un privilegio,
como una decorosa huida ante los avatares y las desdichas de la vida y el
corazón. Por otra parte, la muerte podía presentarse en forma de epidemia,
esquilmando la población ante la incapacidad científica de la época para
hacerle frente, mientras las familias veían impotentes cómo el 50% de sus
hijos morían a corta edad. La relación con la muerte podía considerarse, en
conclusión, de estrecha vecindad.

Con este panorama, las fotografías de difuntos circulaban de mano en mano
como tarjetas de visita, como estampas o recordatorios; incluso durante aquel
tiempo eran comunes las exposiciones dedicadas al tema y la visita de los
curiosos a las morgues y velatorios resultaba algo habitual. Sin embargo, tales
prácticas no se entendían como algo truculento ni morboso, pues estas
categorías estaban reservadas a definir otros aspectos de la vida. Para la
recatada sociedad decimonónica, el concepto “obscenidad” se relacionaba
exclusivamente con la pornografía, entendida esta como cualquier provocación
del deseo a través de la exhibición de la carne. La estampa de un difunto era
de dominio público; la de una cabaretera, un tesoro oculto en el fondo de un
cajón. Con la sociedad del siglo XX cambiaron definitivamente las cosas.

La atracción hacia la muerte fue desapareciendo a medida que el progreso
científico y técnico dio respuesta a los males endémicos que aquejaban a la
gente. Igualmente en parte como resultado de estos avances, la confianza
ciega en la providencia divina cedió terreno. El cambio de mentalidad respecto
a la muerte dio un giro de 180 grados, hasta convertirla en un hecho
absolutamente aséptico: lo que antes tenía lugar en los domicilios quedó
relegado al espacio hospitalario y de ahí al tanatorio.

El cementerio se alejó de lo cotidiano, creando un mundo de los muertos
apartado del de los vivos. La visita a ese otro mundo desembocó también en
una escenografía propia que roza lo turístico durante la fiesta de Todos los
Santos. Todo pensado por y para los vivos con el fin de que ni siquiera
durante esa jornada lleguemos a sentirnos realmente solos.La sociedad
contemporánea malversa, en definitiva, el significado de morboso para
aplicárselo a la muerte. Como colofón de esta corriente de pensamiento, la
sola idea de la putrefacción de nuestro cuerpo parece inclinar la balanza hacia
la incineración. Pero, aunque la sociedad contemporánea ahuyenta la muerte
del ámbito familiar y cercano, sigue sintiendo un deleite casi enfermizo por
observar la que nos es ajena. El espanto y el morbo han pasado a formar parte
del espectáculo que nos regalan cada día los medios de comunica ción. Por
una parte, la exhibición de los difuntos queda reservada a los funerales de la
realeza o de los personajes públicos. Por otra, la sociedad de consumo
aprende rápido y surgen como por ensalmo más y más páginas web dedicadas
a explotar la nueva tendencia. Los nuevos paparazzi post mortem no necesitan
recrear la escena; se la encuentran en una curva o en una casa incendiada y
nos la hacen llegar gracias a la cámara de su teléfono móvil.


                                                                                       27
La fantasía que subyace detrás de todo esto consiste en que la finitud no nos
puede alcanzar. Manteniendo a raya a la muerte, en los límites donde realidad
y ficción no quedan claras, parece que nos encontramos a salvo. Sin embargo,
al observar las fotografías de difuntos del XIX en el espectador contemporáneo
surge un conflicto interno difícilmente asimilable: tratamos la muerte como
noticia o como un fenómeno asociado a guerras, atentados y sucesos, frente a
la visión del pasado, en la que convivía con la vida. La fotografía post mortem
nos resulta obscena porque hoy vivimos la muerte a distancia.

La aversión que nos inspiran los retratos de difuntos podría ser analizada
siguiendo los razonamientos de algunos teóricos. La periodista y especialista
en arte Marisol Romo Mellid ha tratado este tema con lucidez y ha llega do a
algunas conclusiones dignas de mención. Por una parte, cita a la filósofa
búlgara Julia Kristeva, que en su libro Poderes de la perversión (Ed. Siglo XXI)
define la visión del cadáver como el colmo de la abyección. Sin embargo,
Romo opina que en la escenificación que rodea la fotografía post mortem el
cadáver parece liberarse de esa característica a través de una atmósfera
misteriosa y melancólica.

Al observar estas imágenes el espectador actual se ve envuelto en una pugna
interior que consiste en apreciar la belleza de la muerte amenazada por la
certeza de la próxima putrefacción. La connotación simbólica es lo que, a
todas luces, puede decantar la balanza a favor o en contra de ver el cadáver
como algo siniestro. Según palabras de Romo, “el cuerpo mu erto debe asumir
papeles de gran trascendencia, como el de ser un héroe, un objeto de culto o
una imagen de propaganda”.

A continuación, esta autora analiza el debate sobre la fealdad o la belleza de
la muerte. Desde un punto de vista filosófico, subraya las reflexiones vertidas
por el pensador alemán Karl Rosenkranz en su libro Estética de lo feo (Julio
Ollero Editor), para quien la muerte no implica fealdad, sino que incluso puede
embellecer los rasgos del difunto. Frente a la opinión de Kristeva, el cad áver
no significa lo abyecto para este autor. Tras el rechazo que producen en
nosotros las imágenes post mortem parece esconderse un vínculo entre las
causas de la muerte y la muerte en sí misma, concluye Marisol Romo
parafraseando a Rosenkranz. Lo que está claro –añadimos nosotros– es esa
incómoda ambigüedad que preside la contemplación de la fotografía post
mortem. Y es que, como decía el filósofo francés Jean Baudrillard, la repulsión
tiene más que ver con el ojo que observa que con el objeto observado.




                                                                                   28
PARA MANTENERLO VIVO

Veamos las cosas desde las perspectivas de los familiares y los sentimientos
que generaban la muerte de un ser querido.

Imaginemos que formamos parte de una familia, en plena era victoriana. La
muerte es una parte muy importante la vida cotidiana, por lo que es más fácil
de aceptar. La tasa de mortalidad prácticamente igualó la tasa de natalidad en
este momento. La mayoría de las muertes ocurrieron de niños fue a causa de
la viruela y la fiebre amarilla y de mujeres al momento del parto. Los niños eran
a menudo arrancados de la familia antes de llegar a su primer cumpleaños.

Definitivamente parece un paraje desolador, pero las personas de la época
aprendieron a “convivir con la muerte”.


Otra de las causas principales de fallecimiento entre los soldados y otras
personas son dolencias menores en la actualidad. Las amputaciones a menudo
terminaban en graves infecciones y las menores infecciones eran confundidas
por otras enfermedades. Infecciones de un corte o rasguño no eran tratadas
correctamente y a menudo se trasformaban en infecciones graves que ponían
en peligro la vida, como la gangrena.


Cuando un familiar fallecía, la familia enlutaba. Entonces, generalmente el
padre; patriarca del hogar, iba en busca del fotógrafo, que podía ser
recomendado o llegaba a él gracias a algún anuncio.
Después de conversar, llegaban a un acuerdo sobre el precio. g
El fotógrafo se preparaba, según lo que quería el cliente. A donde sería tomada
la fotografía también se acordaba. Se podía tomar a domicilio o se trasladaba
el cadáver al estudio fotográfico.

Se elegía la posición adecuada para el difunto, se podía abrir los ojos,
maquillar, podía dar el efecto de “vida”. En fin.
Luego de tomada la fotografía, se entregaba al cliente, y según como fuera su
gusto (con unas monedas más a cambio) podía agregarle efectos, ponerle
color (a mano), hacerle un membrete y entregarlo en un marco. Un recuerdo
bien merecido de un familiar.




                                                                                    29
Fotografía retocada a mano.
  Fotografía con membrete,   Massachusetts
                                                  Fotógrafo: Cherry de St. Albans
  FOTOGRAFO: D.E.Butler




Se empezó a formar un comportamiento torno a la muerte llegando a
plantearse normas en la sociedad. Estas normas se practicaban más por las
mujeres que los hombres. Por lo menos un año después de la muerte del
esposo, la esposa tendría que permanecer de riguroso luto, vistiendo sólo en
negro y sólo salir de casa para ir a la iglesia y visita a familiares. En el año
siguiente a la esposa iría en medio luto, es decir, utilizaría colores gris, blanco y
morado. Esto aplicaba sobre todo a la familia cercana, como cuando fallecía el
marido, hijo o hermana.

Los hombres estaban obligados a llevar un brazalete negro para dar a conocer
que                    estaban                      de                      luto.
Estas normas fueron practicadas por la plebe y de la alta sociedad por igual.

Cuando la reina Victoria perdió a su marido, el príncipe Alberto en 1861,
permaneció en el duelo hasta su muerte. La mayor parte de Inglaterra hizo lo
mismo. Cada persona fue tocada por la oscuridad y los trajes negros por la
muerte de un ser querido.

El dolor reprimido dentro de alguien se almacenó en baratijas y recuerdos de
sus seres queridos. El recuerdo más común fue una fotografía.

Una fotografía represento para la sociedad de la época en algo más que un
simple retrato, era el único recuerdo palpable y la única prueba, en la mayoría
de los casos, que el ser querido había pasado por el mundo. NO eran un tributo
a la muerte, sino más bien un recuerdo del familiar.

Un único negativo podría producir copias múltiples que permite a la familia
enviar la foto a otros familiares.




                                                                                        30
EXPANSIÓN

En Europa esta costumbre fue casi un requisito para la población, pobres y
ricos. Fue una práctica muy extendida. Se practicó en países como Francia,
España, Portugal, Italia, Suiza, Alemania, Inglaterra, etc, incluso en algunas
colonias en África.

En América También se practicó: En estados Unidos Perú, Argentina, Brasil,
Venezuela y México. NO se conocen otros casos en el contexto
latinoamericano, básicamente debido a la falta de investigaciones en el campo
de la fotografía que den a conocer este aspecto de las historias nacionales.




La Costumbre de Fotografiar difuntos.

Se retratan cadáveres a domicilio a precios ajustados. ” Así comenzaban
algunos anuncios en los periódicos del siglo XIX, lo que pone de relieve la
normalidad con que era asimilada esta costumbre entre la población de la
época.




En un principio, la fotografía post mortem se limitaba a retratos del difunto en
actitud yacente, con los brazos en cruz y los ojos cerrados, símbolos
inequívocos de la idea de eterno descanso. Sin embargo, con el paso del



                                                                                   31
tiempo algunos profesionales de la imagen, como el reconocido fotógrafo
francés André Adolphe Eugène Disdéri (1819-1889), experimentaron con
nuevas tendencias artísticas, elevando la fotografía post mortem a la categoría
de alegoría.

Los iconos del Memento mori entraron en escena: la idea de la brevedad de la
vida quedaba patente con la presencia de una rosa con el tallo cortado y
vuelta del revés; convertidos en amuleto, algunos objetos apreciados en vida,
como un reloj marcando la hora de la muerte o el juguete predilecto del
difunto, lo custodiaban en su último lecho.




                                                        Niño con las
                                                       manos juntas,
                                                       dispuestas con
                                                       una cruz y dos
                                                           velas.

                                                       El fotógrafo es
                                                          RJFittell de
                                                       Clifton, Kansas.




                                               Cuerpo de una niña,
                                               dispuesta en una silla
                                                 con cuatro de sus
                                                     muñecas.

                                               Fotógrafo y lugar no
                                                  identificado.




                                                                                  32
Más tarde, el engaño a la muerte fue trascendiendo sus propios límites. La
actitud del difunto se convirtió en la de un sujeto dormido. Arropado por su

madre, el niño parecía disfrutar de un efímero arrullo, presto a despertar de la
siesta en cualquier instante.




      Dos fotografías, en ambas podemos observar a dos mujeres que sujetan en brazos a sus hijos
           fallecidos. Un detalle resaltante es la mirada de ambas, cargadas de cierta tristeza.



Las familias velaban el descanso de la hermana o del padre, rutinariamente
tendidos en una butaca, como si estuvieran agotados después del trabajo. Sin
embargo, algo no cuadraba en la escena: los durmientes nunca sonreían
abiertamente. Sus labios mostraban una mueca inquietante, imposible de
vincular con la alegría o el enfado.




    Una niña aparentemente dormida junto              Un padre sostiene en brazos a su hija
                                                       fallecida. Ella tiene en las manos una
                a su hermana.
                                                      rosa con el tallo corto, lo que significa
                                                               la brevedad de su vida.
                                                                                                   33
Un niño de aproximadamente 1 año
                   de edad simulando una siesta, a su
                      alrededor se encuentran sus
                              hermanos..



Allá por los años veinte o treinta del siglo pasado comenzaron a
adoptarse nuevas tendencias que alcanzaron incluso la fotografía post -
morten. De esta forma, los fotógrafos comenzaron a presentar a los
muertos bajo nuevos ángulos y perspectivas: detalles de las manos o de
otras partes del cuerpo, con desenfoques selectivos muy controlados y
realizando primerísimos planos de ciertas zonas del fallecido, o bien
imágenes muy cercanas al fotoperiodismo actual. Son tomas que en
muchos casos resultan impresionantes por su dramatismo y cuidada
iluminación.

Así, la foto que nos ocupa puede considerarse una toma de transición
entre los dos estilos. Posee toda una serie de rasgos clásicos y, como
se observa, es un posado muy aparente. Sin embargo, la composición
resulta totalmente moderna y el juego de luces también. La actitud del
marido es bastante teatral y en conjunto, la imagen posee más alma.




                        Una joven fallecida simulando el
                       sueño. Su padre la acompaña en su
                                     lecho.
                                                                          34
Eran rostros que transmitían indolencia, que no aportaban signo alguno de
emoción, inmersos en una especie de letargo irreal, acaso en un profundo
sueño. Así es como la técnica fotográfica afrontó la cuadratura del círculo: el
engaño a la muerte a través de la imagen llevado al límite.

A causa del rigor mortis resultaba imposible manipular la expresión de los
labios de los difuntos. Sin embargo, las familias demandaban la máxima
naturalidad en la escena recreada. Esta demanda tenía sus raíces,
indudablemente, en el asombro que había despertado entre la gente el
fabuloso invento de la fotografía. En el imaginario del pueblo llano del XIX, la
imagen era depositaria de una carga simbólica y mágica evidente. Tal como
ocurre en algunas culturas orientales hoy, se creía que la escena recreada
contenía el alma de los difuntos, lo que la convertía en una reliquia insustituible.

Por estas y otras razones se buscó dotar al difunto de la máxima expresividad
abriéndole los ojos. Los fotógrafos especializados se ayudaban de una
cucharilla de café para separar los párpados y, a continuación, colocaban las
cuencas oculares en la posición adecuada.




                       Una joven sentada en un sillón. Se observa
                       que sus ojos están abiertos, gracias a una
                       técnica empleada por el fotógrafo. Aun así
                        dan la sensación de una mirada ida, falsa.




                                                                                       35
La escenografía se fue perfeccionando poco a poco. Con los zapatos
relucientes y sentado frente a una mesa camilla, el alevín parece interrumpir la
lectura antes de la instantánea.




                                                  El cadáver de un
                                                   niño sentado en
                                                 un sofá. Mantiene
                                                  los ojos abiertos.
                                                 La mano derecha
                                                  esta apoyada en
                                                   el sofá y la otra
                                                   esta dentro del
                                                 bolsillo. Es notorio
                                                  que esta postura
                                                 es forzada gracias
                                                    al rigor mortis




Con mejor o peor suerte, las imágenes del Memento mori consiguieron el
efecto que se pretendía: tornar imprecisa en la imaginación del espectador la
frontera entre la vida y la muerte. También resultan interesantes las actitudes
de quienes flanquean al difunto.


                                                                         Una adolescente,
                                                                           en un aparente
                                                                             estado de
                                                                        descanso, sostiene
                                                                         las manos juntas,
                                                                         señal de que esta
                                                                             muerta, sin
                                                                          embargo, quiere
                                                                        darse la impresión
                                                                        de que no lo está.
                                                                          Una imagen que
                                                                        inspira cierta paz.




                                                                                              36
En la composición fotográfica post mortem, los parientes aportan verosimilitud
sentimental a la escena. El engaño se consuma con la naturalidad que
adoptan ante la cámara y la tranquilidad que inspira su mirada. Dentro de una
atmósfera melancólica y nostálgica, unos dirigen la vista al difunto mientras
otros posan abiertamente, como si trataran de restarle protagonismo. En este
cruce de intenciones se adivina su resignación ante la realidad, la innegable
aceptación de la muerte como un hecho cotidiano.




                     En esta fotografía vemos a una niña
                          aparentemente dormida.




En la siguiente fotografía se puede apreciar claramente que quienes la
tomaron y encargaron pretendían que el bebé no mostrara ningún signo
de su fallecimiento. Para ello se trabajaron especialmente los ojos, que
quizá estén también retocados a mano a posteriori. El efecto es bastante
bueno, pero la imagen tiene un toque macabro debido a la carencia de
expresión de la cara y la mirada totalmente perdida, bastante impropia
en un niño. En las fotos post mortem los cadáveres nunca sonríen,
debido a la dificultad evidente de conseguir el efecto tras el rigor mortis,
de modo que toda la fuerza de la expresión depende de la calidad
obtenida en la mirada.




                                                                                 37
EL cadáver de
                                              una niña en la
                                             cual han tenido
                                              cuidado en la
                                            apariencia de los
                                            ojos, sin embargo
                                             estos mantiene
                                            un aire macabro.




En esta otra toma el niño aparece sentado en una silla (algo muy común)
y vestido convenientemente. La imagen resulta artificial, pero no más
que el resto de posados de la época en los que aparecen personas no
fallecidas. En esta ocasión, además, y aunque la expresión no es la
mejor de las posibles, la criatura podría pasar perfectamente por estar
viva. Es llamativo lo que se ha cuidado la postura del cadáver, que
incluso tiene las piernas cruzadas.




                                    Niño sentado,
                                     bien podría
                                   pasar como una
                                    persona viva.




                                                                          38
En ocasiones, sin embargo, el aspecto final dista de ser convincente,
como se puede apreciar en la foto de más abajo. Los ojos del niño
posiblemente se abrieron a mano y después se retocaron cuando la
imagen ya estaba terminada. Sin embargo, su aspecto no es del todo
natural y la expresión general del rostro carece de toda vida, a pesar de
que también se han pintado a mano. Se aprecia muy bien la
confrontación directa entre la cara del muerto y el observador. También
se ha incluido un símbolo pictórico, la flor cortada que refleja la
brevedad de la vida.




                                     En esta foto el
                                     resultado final
                                      dista de ser
                                      convincente




En algunas ocasiones el afán de los familiares del fallecido por obtener
un recuerdo, junto con la poca habilidad del fotógrafo, daba lugar a
imágenes bastantes chocantes y desagradables. Una de ellas podría ser
la siguiente, donde la criatura no muestra un aspecto especialmente
atractivo, debido entre otras cosas a la causa de su fallecimiento y la
pose totalmente desvaída que muestra.




                                                         Algunas
                                                        imágenes
                                                         podrían
                                                         resultar
                                                       chocantes.




Y lo mismo se puede decir de esta otra toma, donde resulta evidente que
se esperó más tiempo del necesario para realizar la foto, con lo que los
primeros signos de la descomposición comienzan a despuntar en el
rostro del niño.


                                                                            39
Otra
                                          imagen que
                                             podría
                                            resultar
                                          perturbarte.




Hemos observado algunos ejemplos donde se pretendía simular
apariencia de vida en los cadáveres. Sin embargo fue más común
intentar que estos ofrecieran el aspecto de estar dormidos , como en los
casos mencionados líneas más arriba.

El inicio de la fotografía post mortem coincidió con el descub rimiento de
la anestesia como tal, y los conceptos clásicos de sueño eterno -muerte
se grabaron aún más en los esquemas sociales de la época. En general,
estas tomas de reposo son más apacibles que las anteriores.

Como otro ejemplo es la foto bajo este párrafo, que muestra a una joven
de considerable belleza en actitud serena y relajada. Es una imagen muy
clásica cuyo punto de atención, la cara de la chica, se encuentra
localizado en el centro de la toma, lo que le aporta una gran fuerza
visual, potenciada por la ausencia de adornos en el entorno y los ropajes
oscuros que viste.


                                               La joven
                                              mantiene
                                                 una
                                              expresión
                                               serena.




En la siguiente toma se percibe el mismo aire de calma que en la
anterior. El cadáver posee en todo momento una expresión confiada y
de descanso, lo que no causa ningún tipo de turbación en los
observadores. Como se observa, en algunos casos se situaron los


                                                                             40
cuerpos de tal manera que su postura no simulara un descanso eterno,
sino un reposo breve, como una siesta. Vuelve a intentarse otorgar vida
a los fallecidos, pero en este caso hay un doble juego de intenciones ya
que su actitud informa perfectamente sobre su muerte (para un
observador de la época, por ejemplo, las fotos serían indudable mente
post mortem aunque nadie se lo comentara). Las composiciones podían
ser de diversos tipos, pero la central resultaba la predominante, lo que,
como ya dijimos, nos confronta directamente con el rosto de los
cadáveres.




                                                    Se
                                                 percibe el
                                                  mismo
                                                  aire de
                                                   calma




En alguna ocasión también se fotografió a los cuerpos en actitudes que
estaban entre la simulación de la vida cotidiana y el sueño. Así, la chica
bajo estas líneas está acostada en la cama pero mantiene los ojos
abiertos y su mano descansa bajo el rostro. El resultado es algo
inquietante por la expresión desvaída que posee ella y la boca
excesivamente entreabierta, pero no llega a ser desagradable.




                                           EL resultado de
                                          esta fotografía es
                                          algo inquietante,
                                           sin llegar a ser
                                            desagradable.




                                                                             41
El retrato de este niño también guarda gran semejanza con el anterior,
aunque presenta un primer plano más acusado. Resulta una fotografía
particularmente triste y melancólica.




                                            Esta fotografía
                                            resulta triste y
                                             melancólica.




Merece también especial atención la fotografía post mortem de los
personajes religiosos. En general, se los mostraba sentados o
postrados, sin ocultar su fallecimiento, pero casi siempre con crucifijos o
instrumentos similares en las manos y situados en lugares importantes
para ellos. Cuando la personalidad era muy notoria se tendía a sentarla
en la silla que había ocupado a lo largo de su mandato, a fin de que
quedara constancia de su cargo.




                                             Una postal de
                                           fotografías reales
                                            que muestran a
                                             un sacerdote
                                            católico muerto




Sin embargo, a medida que la fotografía post mortem se popularizó más
y más también pasó a ser cada vez menos variada. Los cuerpos
comenzaron a fotografiarse en los momentos previos a su depósito en el
ataúd, durante los velatorios o funerales, y el proceso se convirtió en
algo bastante rutinario hasta los años 30 del siglo XX.


                                                                              42
Por ejemplo, en la siguiente imagen, mucho más moderna que las
anteriores, aparecen tres hermanos, habiendo fallecido el mayor de
ellos. En ningún momento se pretende ocultar o disimular el estado
físico del niño postrado, que incluso se presenta con una corona de
flores. También resulta interesante señalar que, al contrario de hoy, por
aquel entonces era tremendamente natural que los niños se enfrentaran
a la muerte de un semejante cara a cara, como ilustra la fotografía, cosa
que más o menos viene a demostrar que los actuales no deben ser tan
traumatizantes como quieren darnos a entender, ya que los de estas
imágenes fueron perfectamente capaces de reproducirse y tener hijos
por sí mismos, algunos de los cuales ni siquiera fueron asesinos en
serie.



                                                 En esta
                                              composición
                                                 no se ha
                                               simulado el
                                                  sueño.




En esta otra toma el cadáver aparece en posición de reposo, pero no se
ha simulado el sueño. Las flores y los complementos (que no existían en
las otras fotos) fueron incorporándose a lo largo del tiempo y, en
algunos casos, como el que nos ocupa, llegaron incluso robar
protagonismo al retratado.




                                                  Dos
                                              hermanos
                                             acompañand
                                              o al mayor
                                               fallecido.




Lo mismo podríamos decir de las siguientes imágenes. En todas ellas
abundan los rasgos mortuorios tipo que no dejan lugar a dudas sobre la


                                                                            43
condición las tomas y en algunas se han logrado composiciones de gran
belleza, aunque predominantemente centrales. También se observa una
progresiva mejora en el tratamiento final y las condiciones lumínicas.




                                          Poco a poco
                                          se pierde el
                                           “arte” de
                                          esconder la
                                           muerte de
                                            alguien,
                                             como
                                           podemos
                                          apreciar en
                                           esta foto.




A pesar de la tendencia general, se realizaron numerosas fotografías en
ausencia de cualquier elemento ornamental, ya que el desembolso
económico, por aquel entonces, podía resultar todavía excesivo. Esta
última foto es más cruda que las anteriores, porque en ella se presenta
la muerte mucho más desnuda, sin nada que suavice el carácter frío y
triste del momento. La austeridad del entorno tampoco ayuda gran cosa.




                                                Ésta
                                            instantánea
                                             presenta la
                                            muerte más
                                              desnuda.




                                                                          44
Las foto siguiente ya puede considerarse totalmente moderna en cuanto
a los aspectos técnicos y resulta, además, documentos impresionantes y
francamente bien realizados. En la primera de ellas aparece una madre
con su hija velando el cuerpo de su otra descendiente. Los rasgos de la
enfermedad se aprecian claramente en la fallecida, que muestra un
aspecto totalmente tísico (¿tuberculosis?). Los gestos de las personas
vivas son muy elocuentes y las miradas de ambas nos llevan
irremisiblemente al punto de atención de la fotografía, magis tralmente
compuesta.



                                                  Esta
                                               fotografía
                                                 puede
                                              considerarse
                                                 como
                                               moderna.




Sin embargo, la última instantánea aún va un paso más allá. En primer
lugar, el tratamiento ya es totalmente profesional. La composición posee
igualmente muchísima fuerza, con todas las miradas, entre sombras,
dirigidas al niño muerto, que sin embargo se encuentra rodeado por las
flores blancas constituyendo un potente centro de atención. Además, en
la instantánea se nos muestra a la familia completa, muy pobre y
terriblemente solemne. Es un documento gráfico excepcional que poco
tiene que ver con aquellos primeros daguerrotipos en los que se trataba
el cuerpo de los difuntos como si fuera un maniquí.




                                              Esta imagen
                                               mantiene
                                                fuerza y
                                              solemnidad.




                                                                           45
DECADENCIA DEL POST MORTEM




Los finales de la fotografía post mortem (entendida ésta como un
recurso familiar para no olvidar a los fallecidos) llegaron a mediados del
siglo XX, con la popularización general de las cámaras fotográficas
modernas, que permitieron fotografiar a la gente en vida realizando
actividades normales. Son fotos con menos encanto, pero posiblemente
más agradables para la gente. Sin embargo, el género se sigue
practicando aún en ciertas ocasiones cuando el personaje fallecido
resulta muy importante o famoso, ya sea para documentar algún medio
de prensa, ya sea como recuerdo de la celebración funeraria en sí
misma. En España, una de las últimas instantáneas oficiales realizadas,
y que tuvo enorme difusión, fue la imagen del cadáver de Franco,
tomada en 1975. Sin embargo, hay fotos mucho más recientes, como las
del Papa Juan Pablo II. Resulta bastante curioso observar como la
sociedad aceptó desde el primer momento y continua aceptando
perfectamente las tomas post mortem de las personalidades e individuos
influyentes, e incluso las ve como algo normal, y sin embargo la
fotografía post mortem tradicional, que tuvo en su momento la misma
finalidad, es considerada por muchos como una especialidad morbosa e
insana. A pesar de ello, es muy probable que casi todos tengamos, si
repasamos nuestro archivo familiar, alguna de estas imágenes formando
parte de él.




                                                                             46
Capitulo III

                      POST MORTEM EN EL PERU



La fotografía post mortem en el Perú es una tradición social que se ha
ido perdiendo con el transcurrir de los años, si nos remontamos a la
historia del arte inicialmente el retrato post mortem era el precedente de
esta actividad, uno muy conocido sería el de Santa Rosa de Lima
fechado poco después de acontecido el suceso (1617) y realizado por el
maestro Angelino Medoro.




                            Retrato post Mortem de
                              Santa Rosa de Lima.




Posteriormente otros pintores buscaron plasmar en el lienzo el tema de
la muerte. Grandes maestros como Merino o Lazo incluyen dentro de su
trabajo pictográfico el hecho del cuerpo yaciente. Posteriormente
acaecido la llegada del daguerrotipo por Maximiliano Danti en 1842, el
retrato post mortem toma uso desde, al parecer, junio de 1844 cuando el
Francés P. Daviette se anunciaba como «artista fotogénico recién
llegado de París» el cual se encargaba en «Retratar los difuntos, como
cuadros al óleo, etc.».

Pero resultan más connotados los hechos sociales captados por José
Effio en “El velorio” esta obra es muy particular, una pareja baila la
marinera mientras los padres reciben el pésame y el cadáver del bebé


                                                                             47
es velado sobre una mesa acompañado de velas y con adornos florales.
Alberto Lynch por su parte nos muestra en su “Orando ante la tumba”
una imagen más seria, los personajes dando la espalda se encuentran
realizando sus oraciones ante la tumba del ser querido. Mientras
Mariano Urteaga en “El entierro” es un poco más realista con sus
imágenes singulares del interior del país y con los rasgos típicos de la
época ante este hecho.




           “Las familias que tengan la desgracia de perder algún deudo de quien deseen
                   poseer un momento de esta naturaleza pueden lograrlo por medio del
        daguerrotipo, para cuyo efecto el profesor - Furnier -ofrece ejecutar el retrato en
                  el mismo aposento mortuorio; como es costumbre en Europa en el día”

                           “Furnier”, El Comercio. N° 2036. Pág. 4. 27 de Marzo de 1846.




Es quizás por ello que muchos de los retratos están artísticamente
arreglados. En esta exposición se trata de exponer a los más
representativos maestros de la cámara del siglo XIX, por ello podemos
encontrar marcadas diferencias en cuanto al tratamiento de la imagen.
Si bien, tanto Courret como Castillo diseñaron un modelo un tanto simple
para retratar a los difuntos (llegando a lo más sencillo en el caso de
Castillo, a excepción de la imagen de Rosa Cáceres y Meiggs muertos)
Dubreuil en cambio es más artístico el trabajo en estudio de finales del
ochocientos es notable y conmovedor.

El retrato de niños y de bebés era más común por entonces, recordemos
que nuestra medicina como en general en todo el mundo para el siglo
XIX no estaba lo suficientemente avanzada para evitar hechos
lamentables por ello los más afectados eran los párvulos que no
teniendo mayores esperanzas de vida al nacer en la Lima, se
entregaban a la muerte; entonces, muchos padres a entrar en luto y a
comunicar el hecho a los parientes más cercanos; en estos momentos
es que se procedía a retratar al pequeño, por lo general muchos
fotógrafos o daguerrotipistas ofrecían retratar al muerto en su lecho, es
decir en su hogar pero al parecer, muchos eran llevados al estudio,
posiblemente para que pudieran ser arreglados e incluso maquillados
para las tomas.



                                                                                              48
No cabe la posibilidad que para aquellas familias que contasen con el
dinero suficiente para un retrato al colodión, alquilasen algún traje
especial que los mismos estudios fotográficos ofrecían. El difunto, era
retratado desde diversos ángulos, llama mucho la atención que los
infantes sean retratados con los ojos abiertos, esto puede ser fácil de
entender si buscamos la posibilidad de relacionar el hecho con las
costumbres del interior del país, de velar y enterrar a los niños con los
ojos abiertos cuando no habían sido bautizados y de tal forma que
pudiesen ver la gloria del Señor.
En el año 1863 tras meses de penosa enfermedad fallecía el presidente
de la república de entonces Don Miguel de San Román y a las pocos
horas de ocurrido el hecho es retratado en su lecho de muerte por
Maunoury, quién realizó 2 tomas (al menos hasta el momento son las
más conocidas), en una de ellas es mostrado de perfil, imagen que
aparece luego en la obra Corona fúnebre del Excmo. Sr. Gran Mariscal
Don Miguel San Román, Presidente de la República, muerto en la Villa
de Chorrillos el 3 de abril de 1863 (Lima: Imprenta del «Mercurio», 1863.
94p.); estas fotos post-mortem fueron posteriormente comercializadas
por Maunoury, declarando que su estudio era el único «en tener las
imágenes de dicho personaje».




              Retrato post-mortem de Miguel de San Román




                                                                            49
Este es el punto de partida para entender como un acto privado se
convertía en figura pública y motivo de comercio entre las personas, a lo
cual contribuyo en gran medida el formato de Tarjeta de Visita o «Carte
de Visite» el cual democratizo la imagen fotográfica.




        FAMILIA. “Padres e hija muerta”, retrato del peruano Rafael Castillo
        (1870).



La fotografía de difuntos, o post mortem, fue una práctica recurrente en
la Lima del siglo XIX. La muerte entonces era una presencia cercana en
cualquier familia, de cualquier estrato económico, por el alto índice de
niños que morían a edad temprana por enfermedad o madres que
fallecían         por        los         rigores        del          parto.
Hoy muchas de las causas de muerte son casos fáciles para la medicina,
pero                  entonces                 era                 distinto.
Un invento de la época tuvo que ver además con esta costumbre: la
aparición del daguerrotipo –la primera forma de hacer fotografía– en la
década de 1840. 'La fotografía post mortem empieza prácticamente c on
la          aparición          del           negocio           fotográfico.
Los fotógrafos vieron el potencial que tenía este tipo de imágenes
porque muy pocas familias podían pagar un retrato hecho por un pintor a
sus parientes recién fallecidos', dice el fotógrafo e investigador Renzo
Babilonia.



                                                                               50
El retrato post mortem era un rubro de los muchos en que se
especializaban los fotógrafos de la época. En junio de 1844 el francés P.
Daviette ponía un anuncio en Lima en el cual decía ser un 'artista
fotogénico recién llegado de París' que podía 'retratar a los difuntos
como                   cuadros                   al                  óleo'.
Otro aviso publicado en El Comercio en marzo de 1846 señalaba: 'Las
familias que tengan la desgracia de perder algún deudo de quien deseen
poseer un momento de esta naturaleza pueden lograrlo por medio del
daguerrotipo (...) El profesor Fournier ofrece ejecutar el retrato en el
mismo aposento mortuorio, como es costumbre en Europa en el día'.
LOS                                                        FOTÓGRAFOS
La fotografía en la Lima del siglo XIX era oficio de maestros. Los más
conocidos eran considerados artistas. Y un acontecimiento difícil como
la pérdida de un ser querido bien valía la pena ser inmortalizado por
ellos.
Los nombres que han llegado hasta nosotros, como Eugene Maunoury,
Eugenio Courret, Benjamín Franklin Pease, Adolfo Dubreuil, Teófilo
Castillo, y otros, son los más famosos de los fotógrafos que hubo en
Lima.
'Las fotografías post mortem que conocemos aquí son principalmente de
familias limeñas con recursos. Y aunque eran practicadas con personas
de todas las edades, las imágenes que más se conservan son de los
niños de pocos años y bebés fallecidos', explica Renzo Babilonia.
Quizá esto se deba a que en muchas fotografías de niños ellos parecen
descansar o dormir tranquilamente, a veces rodeados de sus juguetes o
de flores, lo que atenúa la idea de la muerte.Uno de los fotógrafos con la
más extensa colección de retratos a infantes en Lima es Adolfo Dubreuil,
quien usaba guirnaldas de flores, telas vaporosas y mucho cuidado en la
expresión facial.




             Cadáver de Henry Meiggs, por Eugenio Courret
            (1877). muerta”, retrato del peruano Rafael Castillo (1870).



                                                                              51
A diferencia de él, Courret y Castillo –según un texto sobre el tema de la
Biblioteca Nacional– 'diseñaron un modelo un tanto simple para retratar
a los difuntos (…). Dubreuil en cambio es más artístico'. Sus retratos
'Niña María Saint Fort' o 'Niño Castañeda' son ejemplos de lo afirmado.
Entre las fotografías de niños hay una de autor anónimo que aparece en
el libro 'El primer siglo de la fotografía. Perú 1842-1942' que editó el
Museo de Arte de Lima, con una historia curiosa. Es un retrato post
mortem del niño Estanislao Harvey Beausejour, hijo de Isabel
Beausejour, cuya escuela de niñas fue famosa en Lima.
En la imagen el pequeño aparece sentado sobre un sillón con los ojos
abiertos y un brazo apoyado en un costado. La madre conservó el
retrato, pero a la muerte de ella fue cubierto por otra imagen. Incluso a
las siguientes generaciones de la familia el retrato les pareció macabro y
lo        mantuvieron        así,       cubierto,       por       décadas.
Un daguerrotipista y fotógrafo destacado, aunque hoy su obra no es muy
recordada, fue Benjamín Franklin Pease, norteamericano llegado al Perú
en esos años y que radicó aquí. 'Pease fue muy reconocido por sus
fotografías       post      mortem         en       el      siglo     XIX.
Quizá el hecho de que tuviera 18 hijos, de los cuales solo seis llegaron a
la vida adulta, hizo que su trabajo fuera tan cuidadoso. Merece, por
muchos motivos, que se le tenga más en consideración', dice Renzo
Babilonia.




                                                                             52
CAPITULO IV


POST MORTEM EN LA ACTUALIDAD


La fotografía post mortem se sigue practicando, cuando se hace un
reporte periodístico sobre algún asesinato, cuando          muere una
personalidad importante, y en el campo de las artes, por supuesto. A
continuación nombrare los dos artistas mar representativos:

Joel Peter Witkin: Barroquismo provocador

Aunque no practican la fotografía post mortem propiamente dicha, varios
artistas modernos utilizan los cadáveres como motivo de sus obras.
Entre ellos destaca por su profesionalidad, pero más aún por su afán
provocador, Joel Peter Witkin, que utiliza restos humanos, cuando no
cadáveres completos, procedentes de las morgues mexicanas. Con ellos
recrea todo tipo de imágenes alegóricas, algunas de ellas descarnadas
hasta límites insospechados. Son imágenes dominadas por un
barroquismo extremo y tratado en blanco y negro para conferirles aún
mayor dramatismo. Su labor creativa consiste en manipular los restos
humanos buscando en ellos la máxima expresividad. Una de sus
imágenes más conocidas es una cabeza humana, seccionada por la
mitad como una naranja, con los dos perfiles enfrentados en un beso
romántico. Witkin no esconde nada. Muy al contrario, desafía al
espectador mostrando lo más horrendo del cuerpo humano: órganos,
tendones y músculos seccionados. Nada queda al margen de la cámara.




                                                                          53
Elizabeth Heyer: Las imágenes de difuntos, hoy

La fotografía post mortem ha quedado relegada hoy a los archivos de
algunos museos y a colecciones particulares. Sin embargo, la fotógrafa
neoyorquina Elizabeth Heyert ha recuperado recientemente esta práctica
en su obra The Travelers (Los viajeros). Heyert pasó un año en una
funeraria del barrio de Harlem retratando a difuntos pertenecientes a la
Iglesia baptista, que cree ciegamente en la existencia del paraíso. El
resultado del proyecto no ha dejado a nadie impasible y ha trascendido
fronteras. Según ha revelado la autora, que se declara atea, la confianza
de esta comunidad en la vida más allá de la muerte es lo que le ha
permitido conseguir el permiso necesario para retratar a un gran número
de difuntos. Como parte de los rituales que acompañan al óbito, los
baptistas engalanan a sus muertos con sus mejores ropas,
preparándolos para el viaje que van a emprender. Entre los modelos que
han pasado por la cámara de Heyert figuran señoras con vestido de
noche, patriarcas trajeados o jóvenes que lucen la gorra y la camiseta
de los Lakers. Aparte de la ropa, las fotografías carecen de cualquier
otro elemento que distraiga la atención y están realizadas sobre un
fondo negro, lo que hace que los cadáveres parezcan erguidos. “De esta
forma –señala la autora– sentí que mis modelos recuperaban toda su
faceta humana.” Al contrario de lo que sucede con las imágenes de
difuntos tomadas en el siglo XIX, el efecto resulta impactante, casi
humorístico. Incluso los labios parecen esbozar una sonrisa. A ello
contribuye la excelente calidad del maquillaje funerario actual.




                                                                            54
CONCLUSIONES




     La fotografía post mortem es una práctica muy extendida siglo XIX
      que consistía en preparar a los difuntos para retratarlos con una
      cámara.
     Se empezó a practicar casi con el nacimiento de la fotografía,
      específicamente con el daguerrotipo, en 1839.
     Se extendió por casi toda Europa y llego incluso a América:
      estados unidos, México, pero, argentina, etc.
     La expectativa de vida era baja en ese entonces, las
      enfermedades como el cólera, tuberculosis, peste, etc.,
      menguaban a la población, sobre todo a los niños, de los cuales
      casi la mitad moría. Eso hizo que la población se familiarizara con
      la muerte, haciéndola parte de la vida cotidiana.
     Con el invento de la fotografía se pudo hacerse posible el ideal de
      las personas: tener un recuerdo palpable y casi exacto de algún
      ser querido que había fallecido.
     Fotografiar niños merecían en la época especial atención, ya que
      se les creía puros, inmáculos. Llegándose a conocer esta práctica
      como “fotografía de angelitos” en Latinoamérica.
     Algunas técnicas en este tipo de fotografía son la de disimular el
      deceso del cuerpo, abriéndole los ojos, o hacer que parezca q
      está tomando un simple descanso Pero luego con forme fue
      pasando el tiempo, las fotografías fueron perdiendo vistosidad,
      hasta llegar al punto de fotografiar al difunto en su féretro sin
      intención de disimular su muerte.
     Con el tiempo y el avance de la tecnología, poco a poco la muerte
      se fue alejando de las ciudades y se hizo menos habitual, llegando
      incluso a ser considerada esta práctica como aberrante.
     Actualmente existen artistas que se dedican a retratar difuntos,
      pero estos no tiene la misma intención de la fotografía post
      mortem del siglo XIX, sino más bien tiene un corte impresionista.




                                                                            55
Bibliografía


   Historia de la fotografía, Jean A. Keim
   Introducción a la fotografía, paginas 8-10
   valleto hermanos: fotógrafos mexicanos de entre siglos- Claudia
    Negrete Álvarez
   Revista domingo 30/10/05 – suplemento de la república
   Enciclopedia Ilustrada Cumbre. Paina 5, Fasic. 6
   Enciclopedia Practica Jackson, Página 246
   Gran Enciclopedia Del Mundo; Durvan S.A De Ediciones BilBao,
    paginas 8-963; 8-970
   Gran enciclopedia Rilap. Tomo 10, Ediciones Rialp S.A Paginas
    370-373
   Historia Universal- Siglo XIX, Paginas 184-187
   Historia del peru. Juan Castillo Morales
   http://101room.wordpress.com/2006/03/21/introduccion-a-la-
    fotografia-post-mortem/
   http://morbidoutlook.com/nonfiction/articles/2004_01_photograph.h
    tml
   http://www.paulfrecker.com/collections.cfm?pagetype=library&typeI
    D=1&myPage=1
   Programa Español Emitido por la Cadena 4: “ Cuarto Milenio”
   http://www.masalladelaciencia.es/fotografia-post-mortem-de-la-fe-
    al-morbo_id29080/fotografia-postmortem_id1087951




                                                                        56

Weitere ähnliche Inhalte

Was ist angesagt?

História Crítica do Fotojornalismo Ocidental
História Crítica do Fotojornalismo OcidentalHistória Crítica do Fotojornalismo Ocidental
História Crítica do Fotojornalismo Ocidental
Fantoches de Luz
 
Oficina de fotografia
Oficina de fotografiaOficina de fotografia
Oficina de fotografia
pibidsociais
 
Artes - "Tipo de enquadramento de imagem"
Artes -  "Tipo de enquadramento de imagem"Artes -  "Tipo de enquadramento de imagem"
Artes - "Tipo de enquadramento de imagem"
mbl2012
 

Was ist angesagt? (20)

História Crítica do Fotojornalismo Ocidental
História Crítica do Fotojornalismo OcidentalHistória Crítica do Fotojornalismo Ocidental
História Crítica do Fotojornalismo Ocidental
 
Luz e Composição Fotográfica
Luz e Composição FotográficaLuz e Composição Fotográfica
Luz e Composição Fotográfica
 
Fotografia de A a Z - Aula 02
Fotografia de A a Z - Aula 02Fotografia de A a Z - Aula 02
Fotografia de A a Z - Aula 02
 
Fotojornalismo I - Aula 6 - Os gêneros do fotojornalismo
Fotojornalismo I - Aula 6 - Os gêneros do fotojornalismoFotojornalismo I - Aula 6 - Os gêneros do fotojornalismo
Fotojornalismo I - Aula 6 - Os gêneros do fotojornalismo
 
Fotografia
FotografiaFotografia
Fotografia
 
Oficina de fotografia
Oficina de fotografiaOficina de fotografia
Oficina de fotografia
 
Posicionamento de camera
Posicionamento de cameraPosicionamento de camera
Posicionamento de camera
 
Media and collective identity
Media and collective identityMedia and collective identity
Media and collective identity
 
Manual Olhares em Foco
Manual Olhares em Foco Manual Olhares em Foco
Manual Olhares em Foco
 
Fotografia de rua
Fotografia de ruaFotografia de rua
Fotografia de rua
 
Planos e ângulos
Planos e ângulosPlanos e ângulos
Planos e ângulos
 
Camera Movement
Camera MovementCamera Movement
Camera Movement
 
W. Eugene Smith
W. Eugene SmithW. Eugene Smith
W. Eugene Smith
 
Jornalismo e redes sociais
Jornalismo e redes sociaisJornalismo e redes sociais
Jornalismo e redes sociais
 
Paradigmas da comunicacao
Paradigmas da comunicacaoParadigmas da comunicacao
Paradigmas da comunicacao
 
Social media conventions
Social media conventionsSocial media conventions
Social media conventions
 
Fotojornalismo I - Aula 7 - Fotojornalismo e dor; fotojornalismo esportivo
Fotojornalismo I - Aula 7 - Fotojornalismo e dor; fotojornalismo esportivoFotojornalismo I - Aula 7 - Fotojornalismo e dor; fotojornalismo esportivo
Fotojornalismo I - Aula 7 - Fotojornalismo e dor; fotojornalismo esportivo
 
Artes - "Tipo de enquadramento de imagem"
Artes -  "Tipo de enquadramento de imagem"Artes -  "Tipo de enquadramento de imagem"
Artes - "Tipo de enquadramento de imagem"
 
Aula 01 - Curso de Fotografia Básica
Aula 01 - Curso de Fotografia BásicaAula 01 - Curso de Fotografia Básica
Aula 01 - Curso de Fotografia Básica
 
Film theories
Film theoriesFilm theories
Film theories
 

Ähnlich wie Memento Mori. Fotografía Post Mortem

Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerraLibro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
Andrés Felipe
 
Tema 5 Historia De Las ImáGenes
Tema 5 Historia De Las ImáGenesTema 5 Historia De Las ImáGenes
Tema 5 Historia De Las ImáGenes
cristinia
 
Anha0909110237 a
Anha0909110237 aAnha0909110237 a
Anha0909110237 a
Maria Falla
 
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
Mariria Valeron Romero
 
Lectura #1 grado 7
Lectura #1 grado 7Lectura #1 grado 7
Lectura #1 grado 7
ecuero
 

Ähnlich wie Memento Mori. Fotografía Post Mortem (20)

Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerraLibro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
Libro de fotografia y fotoperiodismo de guerra
 
MR catalogo
MR catalogoMR catalogo
MR catalogo
 
La fotografía-y-su-denuncia-cultural
La fotografía-y-su-denuncia-cultural La fotografía-y-su-denuncia-cultural
La fotografía-y-su-denuncia-cultural
 
Evolucion historica de la fotografia1
Evolucion historica de la fotografia1Evolucion historica de la fotografia1
Evolucion historica de la fotografia1
 
Historia de la fotografia
Historia de la fotografiaHistoria de la fotografia
Historia de la fotografia
 
Trasatlántica PHE/ I Encuentro de Críticos/Mar Alberruche Rico
Trasatlántica PHE/ I Encuentro de Críticos/Mar Alberruche RicoTrasatlántica PHE/ I Encuentro de Críticos/Mar Alberruche Rico
Trasatlántica PHE/ I Encuentro de Críticos/Mar Alberruche Rico
 
Tema 5 Historia De Las ImáGenes
Tema 5 Historia De Las ImáGenesTema 5 Historia De Las ImáGenes
Tema 5 Historia De Las ImáGenes
 
La imagen y su impacto en la historia
La imagen y su impacto en la historiaLa imagen y su impacto en la historia
La imagen y su impacto en la historia
 
Anha0909110237 a
Anha0909110237 aAnha0909110237 a
Anha0909110237 a
 
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
Foto-periodismo, una breve historia [Por María Valerón]
 
Lectura #1 grado 7
Lectura #1 grado 7Lectura #1 grado 7
Lectura #1 grado 7
 
Retrato1
Retrato1Retrato1
Retrato1
 
CAMPOS DE ESPERANZA
CAMPOS DE ESPERANZACAMPOS DE ESPERANZA
CAMPOS DE ESPERANZA
 
Fotografadocumental
FotografadocumentalFotografadocumental
Fotografadocumental
 
Fotografía Documental
Fotografía DocumentalFotografía Documental
Fotografía Documental
 
Surrealismoydadaismo
SurrealismoydadaismoSurrealismoydadaismo
Surrealismoydadaismo
 
”Reflejos de Luna Vieja”
”Reflejos de Luna Vieja””Reflejos de Luna Vieja”
”Reflejos de Luna Vieja”
 
Sibilia, Paula - La Intimidad Como Espectaculo.PDF
Sibilia, Paula - La Intimidad Como Espectaculo.PDFSibilia, Paula - La Intimidad Como Espectaculo.PDF
Sibilia, Paula - La Intimidad Como Espectaculo.PDF
 
La fotografia
La fotografiaLa fotografia
La fotografia
 
FOTOGRAFIA DOCUMENTAL
FOTOGRAFIA DOCUMENTALFOTOGRAFIA DOCUMENTAL
FOTOGRAFIA DOCUMENTAL
 

Mehr von D1Evan

Cultura chicha
Cultura chichaCultura chicha
Cultura chicha
D1Evan
 
Reporteros graficos del peru
Reporteros graficos del peruReporteros graficos del peru
Reporteros graficos del peru
D1Evan
 
Ventajas y desventajas de los medios
Ventajas y desventajas de los mediosVentajas y desventajas de los medios
Ventajas y desventajas de los medios
D1Evan
 
Las funciones del comunicador
Las funciones del comunicadorLas funciones del comunicador
Las funciones del comunicador
D1Evan
 
Ola coreana
Ola coreanaOla coreana
Ola coreana
D1Evan
 
Crucigramas
CrucigramasCrucigramas
Crucigramas
D1Evan
 
La radio en el mundo
La radio en el mundoLa radio en el mundo
La radio en el mundo
D1Evan
 
Introduccion escritura
Introduccion  escrituraIntroduccion  escritura
Introduccion escritura
D1Evan
 
Analisis de Kill Bill I
Analisis de Kill Bill IAnalisis de Kill Bill I
Analisis de Kill Bill I
D1Evan
 
Analisis Erath song Michael Jackson
Analisis Erath song Michael JacksonAnalisis Erath song Michael Jackson
Analisis Erath song Michael Jackson
D1Evan
 
Reserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de ParacasReserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de Paracas
D1Evan
 
La radio en la actualidad
La radio en la actualidadLa radio en la actualidad
La radio en la actualidad
D1Evan
 
El Banano Organico
El Banano OrganicoEl Banano Organico
El Banano Organico
D1Evan
 

Mehr von D1Evan (13)

Cultura chicha
Cultura chichaCultura chicha
Cultura chicha
 
Reporteros graficos del peru
Reporteros graficos del peruReporteros graficos del peru
Reporteros graficos del peru
 
Ventajas y desventajas de los medios
Ventajas y desventajas de los mediosVentajas y desventajas de los medios
Ventajas y desventajas de los medios
 
Las funciones del comunicador
Las funciones del comunicadorLas funciones del comunicador
Las funciones del comunicador
 
Ola coreana
Ola coreanaOla coreana
Ola coreana
 
Crucigramas
CrucigramasCrucigramas
Crucigramas
 
La radio en el mundo
La radio en el mundoLa radio en el mundo
La radio en el mundo
 
Introduccion escritura
Introduccion  escrituraIntroduccion  escritura
Introduccion escritura
 
Analisis de Kill Bill I
Analisis de Kill Bill IAnalisis de Kill Bill I
Analisis de Kill Bill I
 
Analisis Erath song Michael Jackson
Analisis Erath song Michael JacksonAnalisis Erath song Michael Jackson
Analisis Erath song Michael Jackson
 
Reserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de ParacasReserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de Paracas
 
La radio en la actualidad
La radio en la actualidadLa radio en la actualidad
La radio en la actualidad
 
El Banano Organico
El Banano OrganicoEl Banano Organico
El Banano Organico
 

Memento Mori. Fotografía Post Mortem

  • 1. “AÑO DE LA UNIÓN NACIONAL FRENTE A LA CRISIS EXTERNA” UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS UAP Facultad De Ciencias de La Comunicación MEMENTO MORI ALUMNA: Villalta Escobar Diana Patricia Curso: Evaluación del Lenguaje Docente: Carmen Palacios Ciclo: IV PIURA –PERÚ 2009
  • 2. 2
  • 3. DEDICATORIA Ofrezco esta obra a Dios, por hacer que las cosas más simples y triviales sean las más perfectas. A mis padres, porque sé que siempre quieren lo mejor para mí y cuento con su apoyo incondicional. También quiero dedicar esta obra a todos aquellos personajes, ignorados en las páginas de los libros, que trascendieron en el tiempo, que no se rindieron y crearon su propia historia con final feliz; aquellos que aportaron a nuestro presente su legado, por más insignificante que parezca; aquellos no tuvieron miedo de soñar y no dejaron que nadie se interponga en su camino. Porque sin ellos éste mundo fuera triste y sombrío. 3
  • 4. TEMARIO: INRODUCCION CAPITULO I: MEMENTO MORI Primeras ideas ¿Por qué memento mori? LA FOTOGRAFIA Contexto en que aparece Evolución de la fotografía LA FOTOGRAFIA EN EL PERU Archivo Courret Principales artistas de la época CAPITULO II: FOTOGRAFIA POST MORTEM Antecedentes Post mortem ¿Solemne o Aberrante? PARA MANTENERLO VIVO Expansión COSTUMBRES DE FOTOGRAFIAR DIFUNTOS DECADENCIA DEL POST MRTEM CAPITULO III POST MORTEM EN EL PERÚ CAPITULO IV POST MORTEM EN LA ACTUALIDAD 4
  • 5. INTRODUCCIÓN l Hombre, desde las épocas más antiguos, quiso inmortalizarse y verse E tal y cual era, trascender a través de los tiempos. Con la fotografía nació la oportunidad de hacer esto posible. Igual que sucedió con la mayoría de los inventos, la fotografía, que al principio era costosa y estaba dirigida a una clase social específica, fue popularizándose lentamente, llegando a convertirse en parte importante dentro de los grupos humanos. Alrededor de ella, se tejió muchas costumbres y “ritos ”. Uno de estos, que fue muy practicada en Europa victoriana y en algunas partes de América, fue la fotografía post mortem. Se rumoreaba que se podía atrapar el “alma” de las personas que habían fallecido recientemente con ese invento “casi mágico” que había revolucionado la sociedad de la época. Aunque hoy nos parezca una práctica macabra, de mal gusto y hasta nos puede legar a escandalizar, para las personas de ese entonces era algo más espiritual, ligado al “melancolisimo”. Era la única forma de mantener viva la imagen de un ser querido, era una práctica casi solemne. 5
  • 6. CAPITULO I MEMENTO MORI Primeras Ideas. l término “fotografía post mortem” (que significa “después de la muerte”) E en general se entiende toda aquella realizada tras el fallecimiento de un individuo, por lo que es un término que engloba campos tan diversos como la toma de imágenes forenses, el registro de disecciones o la documentación periodística, en algunos casos. Sin embargo, el objeto de este texto no son esas disciplinas, sino las imágenes post mortem tomadas como recordatorio familiar del fallecido, es decir, fotografías encargadas por particulares para su utilización o exhibición privada, en general, dentro del propio hogar. La fotografía de difuntos “Post Mortem” o también llamada “Memento Mori” fue una práctica muy extendida en el siglo XIX que básicamente, consistía en vestir a un cadáver recién fallecido con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente. El motivo por el cual -en ese entonces- este tipo de imágenes no eran consideradas morbosas, puede deberse al ideal social que se gestara en la época del Romanticismo. En dicho período se tenía una visión nostálgica de los temas medievales, y se concebía la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos a verla como un privilegio. ¿Por qué Memento Mori? El término “memento Mori” es una expresión en latín que nace en roma, significaba literalmente: “acuérdate de la muerte” Se le decía a los generales romanos que desfilaban victoriosos de las guerras a roma, venias endiosados. Había un siervo entonces que se ponía detrás y le decía por la espalda estas palabras: “memento Mori”. Con el paso del tiempo s e perdió ese significado, se tradujo después como recuerda la muerte. Esta práctica nació casi al mismo tiempo con la fotografía, y muchos retratistas de la época se dedicaron solo a fotografiar muertos. Pero la fotografía no era la única encargada de esto, tan solo unos años antes, los pintores habían sido los consentidos para capturar la última imagen de los que alguna vez estuvieron vivos. 6
  • 7. LA FOTOGRAFÍA E n todos los tiempos, desde el oscuro dibujante que en edades remotas decoró las rocas de las cuevas, hasta el hombre culto de nuestra época, los seres humanos han sentido la necesidad de registrar en forma gráfica lo que veían del mundo que los rodea, este afán dio origen a la fotografía. La fotografía ha sido el puente de unión entre el siglo XIX y el siglo XXI. Desde sus primeros pasos, allá por 1839, la fotografía ha servido de documento vivo para la historia de la humanidad. La palabra fotografía deriva del griego “photos = Luz” y “grafo = dibujar” La definición exacta de la fotografía, como la conocemos, es dibujar por medio de la luz y se aplica al arte o ciencia de obtener imágenes visibles y permanentes sobre superficies sensibilizadas El objeto de la fotografía consiste en la obtención de imágenes por acción de una radicación (generalmente la luz, aunque también puede darse por radiaciones como los rayos ultravioleta, rayos X o los gamma, etc.) sobre dichas superficies fotosensibles y la perpetuación de estas imágenes. Podemos distinguir dos fases: 1) La formación de la imagen: que tiene lugar en la cámara fotográfica (antiguamente caja oscura) y precisamente en el plano focal objetivo de la radiación empleada. 2) La perpetuación de la imagen: Se lleva a cabo por fenómenos fotoquímicos efectuándose una transformación permanente de la imagen fotosensible. 7
  • 8. CONTEXTO EN QUE APARECE LA FOTOGRAFÍA Nos ubicamos en tiempo a inicios del siglo XIX. Estamos en plena era Victoriana (llamada así al periodo en que gobernó la reina Victoria I en Inglaterra de 1837 al 1901). En el panorama vemos hermosas calles y casas decoradas elegantemente con cierto aire a Romanticismo. Los jóvenes pasean por las plazas, mientras las jovencitas se reúnen cada tarde a tomar el té y a charlar. Pero nuestra visión va más allá de gallardos trajes y vestidos voluptuosos en donde nació la fotografía. La humanidad había aumentado en cifras. Pero, a puntaje de natalidad, mortalidad. La esperanza de vida era corta, el conjunto de la población joven es predominante. “Para que hacer venir al mundo a tantos seres encadenados a la muerte rápida y a una existencia precaria” Pastor Protestante Malthus Los Menores de 20 años representaban Un 44% en 1815 y los mayores de 60 solamente un 7%. Los europeos de la época contaban con una mínima resistencia por mala alimentación y no reaccionaban ante las enfermedades mejor que los asiáticos o africanos. La mitad de los niños no llegan ni a los 5 años, la longevidad media no es mayor a los 22 años. Tifus, Peste, Cólera son las epidemias de la época, junto a la terrible tuberculosis que visita las campiñas húmedas y ciudades populosas, no perdonan. 8
  • 9. Como vemos, había una tasa de mortalidad bastante alta, sumado a los arduos trabajos que se veían obligados a hacer los de la clase social baja, a un pago bastante bajo, que no podían prestar los servicios a un médico en muchos de los casos. Lo que no sucedía con la clase alta (Realeza, marqueses, militares, etc.) Muchos europeos fijaban al “Nuevo Mundo” (América) como una esperanza para prosperar por sus recursos naturales y su gran potencial. Se trasladaron así muchos de ellos con sus familias o solos. Sin duda, América iba en crecimiento, tan solo en Norteamérica Habían 6 millones de habitantes. Se podría decir que se pasaba en Europa una crisis social y de salubridad. “Es preciso convencer a los hombres para que hagan economía mejor que hijos.” Jean Baptiste Say EVOLUCIÓN DE LA FOTOGRAFÍA La cámara fotográfica es en esencia una cámara oscura. La Cámara oscura original era una habitación cuya única fuente de luz era un minúsculo orificio en una de las paredes. La luz penetraba en ella por aquel orificio proyectaba una imagen del exterior en la pared opuesta. De hecho, el término “Cámara” deriva de “Camera” que en latín significa “Habitación” o “cámara”. Antecedentes. No se sabe de cuando datan las primeras observaciones de la cámara oscura pero parece que ya era conocida en China hace 25 siglos. El filósofo griego Aristóteles, que vivió en Atenas entre 384 y 322 a.C., afirmaba que si se practicaba un pequeño orificio sobre la pared de una habitación oscura, un haz luminoso dibujaría sobre la pared opuesta la imagen invertida del exterior. 9
  • 10. En el siglo VI d.C., el alquimista Abd-el-Kamir descubrió una emulisión fotosensible (sensible a la luz) aunque nunca la aplicó a la cámara oscura, que en ese entonces ya existía, pues no tuvo conocimiento de ella. Este es tal vez una de los hechos más paradójicos de la historia de la fotografía. Presuntamente el Mago Merlín, que según los historiadores vivió en el siglo VI, utilizaba la cámara oscura con fines estratégicos y de observación en la guerra que sostuvo el rey Aturo contra los sajones. En sus escritos habla sobre la necesidad de utilizar en “cuerno de un unicornio” para hacer un orificio de entrada de luz en ella para que funcione. No se volvió a saber de la Cámara oscura hasta la segunda mitad del siglo XV, cuando la redescubrió Leonardo Da Vinci (1452- 1519) describiéndola en un manuscrito. Pero lamentablemente este no fue publicado hasta el siglo XVIII, por lo que apareció antes de la descripción hecha por Giovani Baptista Della Porta en 1568. Danielo Barbaro, indica la conveniencia de colocar una lente en el orificio de la cámara para mejorar la imagen formada. El aparato fotográfico moderno está construido en esencia por estos mismos elementos. Las Primeras Fotografías. El primero que obtuvo una fotografía a través de una cámara oscura fue Joseph Nicéphore Niepce (1765- 1833); esto sucedió en el 1826, en la fotografía logro capturar el patio de su casa. En ese entonces a estas capturas se les conocía como “punto de vista” Este gran paso resulto después de varios años de experimentos. Pero lamentablemente la imagen obtenida se desvanecía con el paso del tiempo. “Punto de Vista” hecho en Francia por Joseph Nicéphore Niepce en 1826 con tan solo 8 horas de exposición. Se denomina “Punto de Vista desde la Ventana de Gras” 10
  • 11. Para realizar esta fotografía utilizó una plancha de peltre recubierto de Betún de Judea, exponiendo la plancha a la luz quedando la imagen invisible; las partes del barniz afectadas por la luz se volvían insolubles o solubles, dependiendo de la luz recibida. Después de la exposición la placa se bañaba en un disolvente de aceite esencial de lavanda y de aceite de petróleo blanco, disgregándose las partes de barniz no afectadas por la luz. Se lavaba con agua pudiendo apreciar la imagen compuesta por la capa de betún para los claros y las sombras por la superficie de la placa plateada. Se utilizó la primera cámara profesional construida por el óptico charles chevalier. En aquella se observa el paisaje que podía verse desde la ventana de la buhardilla de Niepcé. Ambos lados de la foto están igualmente iluminados por el sol, la exposición duro 8 horas en un día. El resultado fue una imagen positiva permanente, en las cuales las luces están represe ntadas por betún y las sombras por peltre sin recubrir. Tiempo antes, en 1816 Nicéphore ya había obtenido en papel impregnado en cloruro de plata varias imágenes de la buhardilla en positivo. Utilizando la cámara oscura, con el mínimo diámetro de objetivo y obturándolo con un disco de cartón perforado comprobó que el orden de las sombras y de las luces quedaba invertido. Para encontrar una sustancia que blanquease bajo la acción de la luz probó distintos barnices protectores y observó que el betún de jud ea no había sido utilizado. Al disolverlo en aceite mineral o animal de nippel obtuvo resultados muy satisfactorios. El genio de Niépce no se ha limitado a los procesos fotográficos: inventó distintos tipos de diafragmas y un procedimiento revolucionario para rebobinar carretes con una manivela. A sus 64 años en 1829 Niépce estaba totalmente arruinado se había gastado toda la fortuna que le había dejado su familia en investigaciones, por lo que accedió entregar la fórmula de sus inventos a Daguerre el cual le había propuesto una unión de trabajo un tiempo antes. En 1829 se asoció con Luis Daguerre (1787- 1851), en esta sociedad consiguieron el perfeccionamiento de la cámara oscura. Existen también cinco cámaras de madera de nogal en las que pusieron un diafragma de vidrio, dispositivos de báscula y fuelle. El 5 de Julio de 1833, Niépce muere después de sufrir un ataque de apoplejía en su taller. 11
  • 12. Empieza la Revolución Fotográfica. El francés Luis Daguerre, considerado el padre de la Fotografía, tras numerosos estudios sobre la luz y perfeccionando la técnica obtenida por su fallecido socio Niépce, logro en 1837 registrar la imagen de un Angulo de su gabinete de su estudio en una cámara oscura, en un procedimiento más practico que sus antecesores. Daguerrotipo 5 Tiempos 1 . To m a r u n a p l a c a d u p l a d e p l a t a re c u b i e rt a d e u n a h o ja d e p l a t a , q u í mi c a me n t e p u ra , q u e s e p u l e y s e c o l o c a e n u n a p l a n c h i l l a . 2 . L a p l a n c h i l l a s e c o l o c a e n u n a c a ja . L a c a r a p l a t e a d a s e e x p o n e a e v a p o ra c i ó n e s p o n t a n e a d e u n a s l e n t e j u e l a s d e y o d o , q u e d e b e n t e ñ i r e l me t a l d e a ma ri l l o - o r o . 3 . L a p l a c a s e a j u s t a e n e l b a s t i d o r y d e b e u t i l i za rs e e n e l a c t o , e s d e c i r , a n t e s d e u n a h o ra , d e s p u é s d e l a j u s t a mi e n t o , l a p o s e d u ra e n t re 1 5 a 3 0 mi n u t o s . 4 . L a p l a c a e s c o l o c a d a e n u n a c a j a q u e c o n t i e n e me rc u ri o , c a l e n t a d a p o r u n a l á mp a r a d e a l c o h o l a 6 0 ° C. L a I m a g e n l a t e n t e n o t a r d a rá a p a re c e r y p u e d e d i s t i n g u i rs e a t ra vé s d e u n vi d ri o a m a ri l l o . 5 . L a p l a c a e s b a ñ a d a , s u c e s i v a me n t e , e n e l a g u a p u ra y e n u n a s o l u c i ó n d e s a l ma ri n a o d e h i p o s u l f i t o d e s o d i o y l u e g o s e l a v a cuidadosamente con agua caliente destilada Las imágenes obtenidas, que a la larga eran más duraderas, se les denomino “Daguerrotipos”, a honor de su inventor. Es en esta parte de la historia que la fotografía, que estaba en pañales y tenía ciertas limitaciones, da su gran salto y empieza a ser utilizada por el hombre como un elemento social y atrayendo la atención de otros muchos estudiosos o simples aficionados. El Daguerrotipo tuvo muy una buena acogida y pronto empezó a difundirse por Alemania, Estados Unidos, Italia, Inglaterra, etc. Además se empezaron a vender cámaras que no llevaban la firma de Daguerre. Estos vendedores y los aficionados que las compraban, fueron los responsables de la evolución de las 12
  • 13. cámaras, aligerándolas de peso, construyéndolas con materiales baratos y lentes simples; y también reduciendo poco a poco el tiempo de exposición (en 1842 ya queda reducido a 30 o 40 segundos). El segundo estudio oficial fue creado en Inglaterra por Antonie Claudet, que llegó a ser nombrado retratista ordinario de la reina Victoria. La primera revista fotográfica del mundo fue fundada en Nueva York en 1850 (The Daguerreian Journal) El primer daguerrotipo, el método que regaló al mundo el placer de la fotografía Sería curioso mencionar que en cierto tiempo fueron de uso aparatos y artilugios que, en forma de percheros, aguantaban las cabezas y ponían la espalda recta, de manera que el modelo no pudiera moverse, esto fue muy caricaturizado en la época. Contemporáneos a Daguerre aparecen dos nombres más a la historia de la fotografía. Henry Fox Talbot (Inglaterra, 1800-1877), matemático, filosofo, creyó que sería mejor si el “punto de vista” permaneciera por más tiempo en el papel, hizo que de un negativo se pueda tener uno o más positivos; 13
  • 14. El primer negativo en papel por Talbot Hippolythe Bayard (Francia, 1801- 1887) se encargo de perfeccionar los químicos que se utilizaban en la obtención de la fotografía. Lamentablemente a Hippolythe Bayard el poder político lo trato injustamente. Se fotografió a si mismo simulando su muerte como protesta por esos tratos. Al reverso de la foto escribió: “ E l c a dáv er q u e v e n es de l s e ñ or B ay ar d, e l inv e nt or d e l pr oc es o q ue r ec ié n s e l es pr es e n tó . De l o qu e c on o zc o es te ex p er i me n ta d or s e d e d ic ó d ura n te 3 añ os p ara l l e gar e n es t a i nv e nc ió n . E l go b ie r n o, q ue t a n ge n eros a fu e c o n e l s e ñ or Da g uer r e , d ij o q u e n o p ue d e h ac er n ad a p ar a e l s e ñ or B ay ar d y e l p ob re s e s u ic id ó a ho g a do . C apr ic h os d e l a v i da h u ma n a! ”. Autorretrato de Bayard, como protesta a la falta de apoyo de parte del gobierno de su país 14
  • 15. Aun con estas mejoras, el método de Daguerre fue el preferido por la gente de la época, que ya de por si estaban envueltos de una especie de glamour por el simple hecho de pensar en poder verse perennizados en el tiempo tal y como eran. Los pintores, que hasta esa fecha habían gozado de la exclusividad en lo que se refiere a retratos, empezaron a “temblar” ante el nuevo invento, y con justa razón. Poco a poco se empieza a masificar los daguerrotipos. Se empezaron a abrir en muchas partes Estudios Daguerrotipos. A partir de 1841-42, tan solo un fotógrafo de París llegaba a hacer aproximadamente 1500 retratos por año. Otros Avances. Lo que hoy conocemos como flash fue un proceso que comenzó con polvos finos de magnesio, que al ser detonados con el pulverizador, producían un efecto de luz artificial. Finalmente, en 1930 llegó la lámpara de flash. En menos de dos años (1935-1936), aparecen en el mercado Kodachrome y la Agfacolor, con las que se conseguían trasparencias o diapositivas en color. En la década del ´40 se perfecciona el daguerrotipo y tenemos la Polaroid Land. Y es la década del 60 donde se perfeccionan todos los avances: color, velocidad, abaratamiento del cinc, sulfuro de cadmio y óxid o de titanio, con el empleo de la película Itek RS. Al principio retratarse con este método era muy costoso y solo se guardaba para “ocasiones especiales”, pero como era de esperarse, con el tiempo empezó a ser cada vez más una parte de la vida del ser humano, una práctica que se estaba “democratizando”, recorriendo así la senda del tiempo hasta llegar a nuestro días. Joven posando para un daguerrotipo. Podemos apreciar su elegancia y los lujosos adornos, lo que revelan que pertenecía a la élite de la época. 15
  • 16. LA FOTOGRAFÍA EN EL PERÚ E n los albores de la lucha por la independencia peruana del dominio español se inventa la fotografía en Francia, cuya patente es comprada por el gobierno Francés y compartida con el mundo. El Perú vive la prosperidad económica por la explotación del guano que convierte a Lima en una plaza interesante para este nuevo negocio. La llegada al puerto del Callao del primer daguerrotipo se dio en 1842. En este mismo año el italiano Maximilian Danti abrió un estudio en la calle Mantas para brindar este tipo de servicio a los limeños de ese entonces. Poco después llegaron otros daguerrotipistas extranjeros , entre ellos el norteamericano Benjamin F. Pease, que se estableció en 1852 y abrió un gran salón y galería de arte. Al año siguiente, Jacinto Pedeville introdujo en el Perú el sistema de “colodión húmedo”, que permitía contar con un negativo que podía positivarse un número ilimitado de veces. A partir de entonces se instalarían los primeros fotógrafos franceses (1844- 1855): Philogone Daviette, Furnier, A. de Lattre, Amic Gazan y Émile Garreaud. Este último abandona la técnica del daguerrotipo y propagandiza método del colodión húmedo (negativo de vidrio). Este estableció su estudio fotográfico cerca del local de Pease. Para los años 60 existían al menos una decena de fotógrafos en Lima, la mayor parte de los cuales eran extranjeros. En los primeros años de esta década (1860), el estudio Nadar de París está de moda en Francia, mientras en Lima abre sus puertas el lujoso estudio de su corresponsal Eugène Maunoury, quien hace popular la tarjeta de visita que era forma más popular de retratos desde mediados de 1800, hasta finales del siglo XIX. La persona posaba en forma relajada, generalmente de cuerpo entero y utilizando poses, fondos y mobiliario muy teatral. Algunas veces se fotografiaba sobre fondo blanco y se colocaba la fotografía entre un recuadro o un ovalo, algunas veces profusamente decorado. Una vez salió al mercado éste nuevo invento se popularizó de inmediato y vino a reemplazar las tarjetas con el nombre y la dirección que se usaban como una forma de presentación personal. 16
  • 17. En 1865, su antiguo operario Eugène Courret le compra sus activos y se convierte en el estudio más importante de la segunda mitad del siglo XIX hasta su cierre definitivo en 1935. Cronología De Eugenio Courret y Del Estudio Fotográfico 1841 Eugene Courret nace en Angouleme (departamento de Charente), Francia. 1860-61 Llega al Perú como integrante de la Cia. Fotográfica de Eugene Manoury, casa representante del estudio fotográfico Nadar de Francia; trabaja como camarógrafo. (19 años) 1863 Eugene y Aquiles Courret fundan y abren su propio estudio fotográfico :"Fotografía Central", estudio de gran auge en la sociedad limeña. 1864 En mayo, la firma Courret hermanos, además de su propio estudio, adquiere y maneja otros tres locales del ex-estudio Maunoury (de las calles Mercaderes, Plateros, el salón en la calle Palacio 71 y un cuarto estudio en Constitución 36, Callao). 1865-68 El estudio usa el logotipo de Nadar. 1868 La firma Courret cambia el escudo de armas francés por el peruano. 1869 El estudio gana la medalla de oro en la Exposición Industrial de Lima por una composición pictórica fotográfica del Combate del dos de mayo. 1872 El estudio gana nuevamente la medalla de oro además la de plata en la Exposición Industrial de Lima. 1873 El estudio cambia de nombre y aparece como "E. Courret", Eugene Courret queda como único representante de la firma. 1887 Eugene Courret deja Lima y transfiere sus estudios a Adolphe Dubreil, uno de sus mejores operarios. 1887-98 La firma figura como "E. Courret y Cia.". Se reduce a un solo local. 1900 "E. Courret y Cia." Gana la medalla de oro en la Exposición Universal de París. 1905 Se estrena la nueva fachada, de estilo art nouve del estudio Courret la noche del 22 de mayo. 1929 En la obra "Lima: la ciudad de los Virreyes" figura como "Fotografías Dubreil" Mercaderes 463, fundado en 1864. Dirigida por Rene Dubreuil en el que señala "La buena dirección del negocio ha logrado formar un valioso archivo de negativos que abarca desde el año 1864 hasta la fecha. Allí esta minuciosamente catalogado todo cliente que ha utilizado los servicios de esta casa. El número de negativos llega 157,800." 1935 Quiebra definitivamente del estudio "E. Courret y Cia." causada por varios factores entre los cuales podemos señalar: la caída del gobierno de Leguía, la crisis mundial, la desaparición de las revistas ilustradas "Mundial" y "Variedades" (algunos de sus principales clientes), y finalmente, la introducción al mercado de las cámaras instantáneas por la firma Kodak, y la consiguiente proliferación de fotógrafos aficionados. 1986 La Biblioteca Nacional adquiere 54,000 negativos en vidrio y acetato pertenecientes a este importante archivo fotográfico. Sus archivos contienen parte de la historia gráfica del Perú: la definitiva expulsión de los españoles de las costas peruanas (batalla del 2 de mayo, 1866), la explotación del guano en las islas Chincha, la guerra con Chile y los personajes más importantes de su época pasaron por el famoso estudio 17
  • 18. limeño. Parte del Archivo Courret (55 000 placas) fue adquirido por la Biblioteca Nacional del Perú en la década de 1980. El archivo Courret. El Estudio Courret se mantuvo abierto al público más selecto de Lima durante cerca de 70 años, de los cuales aproximadamente 29 estuvieron bajo la dirección de la familia Courret. Los restantes 42 años estuvo bajo el manejo de Dubreuil y su descendencia. Sin embargo, es Courret quien se lleva la gloria y esto no es gratuito. Fue quien estableció el estudio y creó el enorme prestigiogracias a su trato y talento. Este prestigio fue reconocido evidentemente por Dubreuil, pues conservó el nombre como logo hasta la década de 1920. Además, Eugène Courret fue también fundador de una escuela por donde pasaron grandes fotógrafos, empezando por el mismo Adolfo Dubreuil, Diego Goyzueta, Elías del Águila y Luis Ugarte. Todos ellos, y posiblemente otros más, también formaron a otras generaciones de fotógrafos. El editor Don Juan Mejía Baca, siendo Director de la Biblioteca Nacional del Perú, fue quien logró que gran parte del archivo Courret pasara a formarparte del patrimonio de la Biblioteca el año 1987, donde aún se conserva, pese a los males endémicos ya mencionados. Este archivo proviene de los herederos de Carlos Renjifo Farromeque, quien fue indemnizado con una parte de las placas d e vidrio por el último de los Dubreuil. El resto, se repartió entre los otros trabajadores. El Instituto Fotográfico Eugène Courret del jirón Azángaro adquirió de la familia de Juan Castañeda, otro ex empleado, quien habría tenido en su posesión además el archivo del fotógrafo Elías del Águila, un total aproximado de 30 000 negativos de vidrio. Por ahora, solo queda mantener la esperanza de que alguien se interese en publicar un libro de la calidad que se merecen estos grandes fotógrafos sin cuyo aporte no existiría la historia gráfica del Perú desde la segunda mitad del siglo XIX hasta las primeras del siglo XX. 18
  • 19. Principales artistas de la Época. Rafael Castillo: Fotógrafo activo en Lima desde la década de 1860 hasta la de 1890. Su estudio, llamado Fotografía Nacional, se especializaba en copias al carbón. Castillo se jactaba de que su estudio era el único en América completamente dedicado al proceso al carbón. Copia al carbón del fotógrafo Eugéne Courret: Fotógrafo francés. En 1861 Courret viajó desde París a la ciudad de Lima contratado como operador del estudio de Eugenio Maunory & Cía. En 1863 se asoció con su hermano, Aquiles Courret, que había llegado a Perú en 1851 y abrieron el famoso establecimiento Fotografía Central (luego Courret Hermanos) en la calle Mercaderes 197, que se mantuvo allí hasta 1935. En 1900 expuso sus trabajos en la Exposición Universal de París y obtuvo una medalla de oro. Murió en Francia pocos años después. Eugéne Courret llegó a la ciudad de Lima a inicios de la década de 1860 y durante el último tercio del siglo XIX fue el fotógrafo de mayor auge en la sociedad capitalina. Su taller se convirtió en el centro de atención de personajes centrales de la política y de la élite limeña de la época y su obra 19
  • 20. fue varias veces galardonada en las principales exposiciones de aquel entonces. Eugéne Courret La colección de fotografías que Courret legó al Perú está compuesta de retratos de familias limeñas de la época, personajes que muestran las costumbres de la sociedad peruana, figuras destacadas de la vida política y acontecimientos que definieron el rumbo de la historia del Perú, así como representativos parajes de la capital a la que los peruanos nos referimos, no sin un poco de romanticismo, como " la Lima de antaño". La colección completa de los estudios Courret, compuesta en la actualidad por más de 50,000 placas de vidrio de los años 1865 a 1935, se encuentra junto con la obra fotográfica de Martín Chambi entre las más importantes de la iconografía del Perú. Pedro Garreaud (1835-1875) Fotógrafo francés que llegó a Perú en 1855. En 1856 abrió su primer establecimiento fotográfico en la calle Plateros, Lima junto con su amigo y compatriota Amie Gazin. Fue uno de los precursores en la utilización del formato carte de visite en Sudamérica y del establecimiento o salón fotográfico, con telones y decoraciones. 20
  • 21. Imagen Captada en su estudio Eugenio Maunoury: Fotógrafo francés, colaborador de Nadar en París. En 1858, se encontraba activo en Chile, donde se dedicó a reproducir vistas de ciudades, paisajes y tipos chilenos. Fue uno de los responsables de la introducción del formato carte de visite en Lima, ciudad en la que se desenvolvió de 1861 a 1865. En 1862 inauguró allí un lujoso estudio de retratos en la calle del Palacio 21. En 1864/65, durante la Guerra con España, Maunory fue designado corresponsal en Valparaíso del diario Le Monde, al que envió numerosas vistas del puerto dando cuenta del bloqueo y su bombardeo por la escuadra española. Fue uno de los fotógrafos más importantes de Perú en la segunda mitad del siglo XIX. Imagen Captada en su estudio 21
  • 22. Negretti, Jose Sucesor de Garreaud & Cía. Tenía su estudio en la calle del Ucayalí 26 (antes Plateros de San Pedro) en la ciudad de Lima. Pease, Benjamín (1822-1888) Fotógrafo norteamericano de Poughkeepsie (N.Y.). Llegó a Lima en 1852 y compro el local de Arthur Terry. Asociado con Vaugh realizó en septiembre de 1856 el famoso daguerrotipo del mariscal Castilla, que hoy se conserva en el Museo de Historia de Lima. El estudio de Pease en Plateros de San Pedro se llamó Gabinete de pinturas y fue el mejor de Lima en la década de 1850. Richardson, Villroy El pintor y fotógrafo norteamericano Villroy L. Richardson llegó a Lima en 1859, contratado para trabajar en el estudio de B. F. Pease. Poco después, se mudó al estudio de Garreaud & Cía, iniciando así, una disputa entre su nuevo jefe, A. Moller, y B. F. Pease que lo acusaba de haberle robado a su empleado. Con el tiempo, Richardson se independizó y llegó a convertirse en uno de los más populares retratistas limeños, dueño de la acreditada Fotografía Americana, de Lima. Sus fotomontajes con sátira política causaron su detención y prisión por orden del Presidente José Balta en 1871, dejando de aparecer su nombre entre los fotógrafos de Lima con posterioridad a esa fecha. Viajó a Bolivia, donde estuvo presente durante la insurrección contra el gobierno de Tomás Frías, en 1875. Allí realizó 3 fotografías del palacio presidencial quemado que fueron enviadas al Departamento de Estado en Washington. Hacia 1880 debió partir a Chile, estableciendo su estudio en Iquique, en la Plaza Arturo Prat n°2. En 1895, el diario La Patria de Iquique publicita su local en la calle Thompson de ese puerto. 22
  • 23. CAPITULO II LA FOTOGRAFÍA POSTMORTEM ¿Qué es Post Mortem? L a fotografía post mortem es aquella practica que se realizaba en el siglo XIX hasta inicios del siglo XX, consistía en retratar con una cámara fotográfica a un recién fallecido con el objeto de mantenerlo “vivo” en la memoria de sus familiares. Tan pronto como el daguerrotipo se popularizó comenzaron a aparecer las primeras tomas post mortem. Tras la muerte, la familia del fallecido se enfrentaba cara a cara con la desaparición del mismo y sólo el registro de su imagen a través de un proceso fotoquímico les permitía conservar un último recuerdo material de su aspecto. Por si esto fuera poco, los cuerpos exánimes resultaban el blanco perfecto para los daguerrotipistas, limitados por los largos tiempos de exposición requeridos para impresionar sus placas fotosensibles. Muy escasas al principio, el número de imágenes post mortem fue creciendo exponencialmente a medida que la adquisición de una fotografía se convertía en algo más o menos “común”. En 1860 prácticamente todos los miembros de la sociedad podían permitirse el pago de un retrato, lo que popularizó en gran medida la difusión de los mismos. Sin embargo, el proceso seguía reservándose para eventos especiales, y además, fotografiar a los muertos siempre fue especialmente gravoso para las familias que encargaban la tarea. En muchos casos se justificaba el precio argumentando que el fotógrafo debía desplazarse hasta el lugar donde el fallecido estaba depositado, sin embargo, la razón real distaba un tanto de esa excusa. Lo que sucedió fue simple, hubo un momento en que la fotografía post mortem se popularizó muchísimo en ciertas zonas del planeta y prácticamente era un requisito social “obligatorio” su realización, lo que encareció los precios enormemente, ya que la familia se veía forzada a realizar el pago sí o sí, sobre todo teniendo en cuenta el breve plazo de tiempo disponible para realizar la toma antes de sepultar cuerpo. Tal fue la difusión del fenómeno en Europa y Norteamérica que muchos fotógrafos se especializaron en gran medida y no eran extrañas las exposiciones reservadas exclusivamente a este tipo de tomas. 23
  • 24. Antecedentes. Si bien esta retratar difuntos con una cámara oscura nació casi con el nacimiento de la fotografía, pero los antecedentes de perpetuar la muerte existen desde tiempos remotos. La contemplación de la muerte se inscribe en los anales de la historia desde el Paleolítico. No obstante, la cultura egipcia es la que despliega todo su saber mágico, científico y artístico a la hora de representar al difunto. Así, las imágenes de los faraones se han perpetuado hasta nuestros días gracias a la momificación y al relieve de los sarcófagos, donde quedaba registrada su apariencia en vida. Durante el Medievo fue recurrente la representación abstracta de la muerte, simbolizada en osamentas que se agitaban con toda naturalidad en entornos pintorescos, siempre acompañado de su Hoz la cual, se dice, cortaba los nexos existentes con la vida. Representación de la muerte con la Hoz. Esta imagen medieval era espectral, era sinónimo de la guerra y de peste, la muerte montada en un caballo, que manifestaba similar estado de deterioro, o con aspecto espectral, era la clásica imagen de guerra, donde iba acompañada de una gran trompeta, paseándose entre los cuerpos inertes dejados por las batallas. Otra representación clásica medieval de la muerte fue su trasfiguración durante la época de la peste negra, volando sobre la humanidad o posada en un risco ante los seres humanos yacientes o a punto de fallecer. Por su parte, los mayas trataron de inmortalizar a los muertos tallando máscaras de jade que reproducían el rostro. Durante el Renacimiento y el Barroco las representaciones mortuorias resultaban extraordinariamente seductoras, lo cual provocó que se prodigaran los retratos pictóricos de 24
  • 25. personajes de renombre en el lecho de muerte. El Renacimiento ahondó a través del retrato post mortem en el abandono de la representación humana como ideal, una concepción heredada del mundo griego, para sumergirse en la plasmación del individuo con todos sus defectos. El paradigma de esta nueva visión, ya entrado el Barroco, llegó de la mano de Rembrandt, cuyos retratos y autorretratos reflejan, de forma descarnada, las huellas indele bles del paso del tiempo y de la enfermedad en el rostro. También apareció en esta época el molde de escayola a partir de la cara del finado, que se seguiría realizando hasta bien entrado el siglo XIX. Gracias a estas “caretas”, a las que tampoco escapaba n las más mínimas secuelas que acompañaban la muerte, conocemos hoy la apariencia exacta de algunos personajes históricos, como el músico Ludwig van Beethoven o el revolucionario Pancho Villa. Pero fue la llegada del daguerrotipo y, como corolario, de la fotografía lo que implicó la verdadera universalización del retrato post mortem en todas las esferas sociales. Rostro de Beethoven El daguerrotipo caló con fuerza en el siglo XIX entre la burguesía de la Europa industrial, que ya era aficionada a encargar obras pictóricas que plasmasen acontecimientos familiares como bautizos, bodas, reuniones navideñas o sepelios. El retrato post mortem, reservado hasta ese momento a las clases altas, experimentaría gracias a este revolucionario invento un salto cuantitativo y cualitativo. Cuantitativo porque su uso se extendió con inusitada rapidez por toda Europa, y de ahí a ultramar. Cualitativo p orque la nueva técnica corregía a la carta la falta de fidelidad de la pintura y el exceso de fidelidad de la máscara. El milagro de la fotografía, sumado a las posibilidades de manipulación que ofrecían la luz y el maquillaje, permitía “rescatar” con lealtad al difunto y ocultar a la vez, en la medida de lo posible, los estigmas de la muerte. Hacia mediados del siglo XX la práctica de la fotografía post mortem desapareció del ámbito familiar y se convirtió en tabú, aunque no llegó a dejar 25
  • 26. de practicarse del todo. En esta involución tuvieron mucho que ver el aumento de la esperanza de vida y los avances médicos, pero mucho más aún el cambio de mentalidad que se produjo con respecto a la muerte, que ha conducido a su absoluta negación en la actualidad. Post Mortem: ¿Solemne o Aberrante?. En algunos museos, como el MOMA de Nueva York o el de Arte Moderno de San Francisco, y en los fondos de diferentes bibliotecas nacionales de Europa y América Latina existen numerosas colecciones fotográficas que recogen el Memento mori. Se trata de retratos, sobre todo infantiles, que muestran al difunto ataviado con sus mejores galas, con los brazos cruzados o en una actitud propia de la vida cotidiana (incluso con los ojos abiertos), simulando que sigue viviendo entre sus familiares. Son imágenes que, en primera instancia, despiertan por sí solas gran inquietud, un escalofrío, como si nos encontráramos frente a un espectro fantasmal. Sin embargo, las sensaciones que transmitían estas imágenes en la época en la que fueron captadas eran muy diferentes. El Memento mori era considerado una síntesis nostálgica donde entraban en liza el espacio vital, la apariencia física del difunto, la iconografía funeraria y la esperanza en la existencia de un Más Allá. La muerte se contemplab a como una transición, como algo intrínseco a la propia existencia, y más en aquellos años, en los que la mortalidad infantil no hacía distingos entre credo y posición social. El trance de la muerte, en según qué circunstancias, podía significar incluso una bendición. En la mayoría de los casos la familia no disponía de nada que pudiera recordar el paso del difunto por esta vida, ninguna imagen aparte de la obtenida después de la muerte. Diferentes culturas indígenas de Oriente y América creen que el hecho de ser captado fotográficamente puede acarrear la sustracción del alma. Posiblemente en la mentalidad popular europea del siglo XIX se daba un razonamiento parecido: la instantánea contenía el alma del fotografiado. Atesorar la fotografía del difunto, por tanto, podía interpretarse como una forma de engañar a la muerte, de hacer pervivir su alma entre sus familiares. De ahí que se pusiera tanto empeño en mostrar al fallecido en su propio medio simulando que aún estaba vivo. Aquella entereza mostrada ante la muerte tenía su explicación tanto en elementos culturales como coyunturales. Durante el siglo XIX el Romanticismo fue un digno heredero de la visión medieval de la muerte. Todo lo relacionado con la finitud de la vida y el duelo estaba rodeado por una au reola de sentimentalismo extremo. 26
  • 27. El suicidio romántico era considerado una noble aspiración en los ambientes artísticos y literarios, y la muerte en sí llegaba a ser tratada como un privilegio, como una decorosa huida ante los avatares y las desdichas de la vida y el corazón. Por otra parte, la muerte podía presentarse en forma de epidemia, esquilmando la población ante la incapacidad científica de la época para hacerle frente, mientras las familias veían impotentes cómo el 50% de sus hijos morían a corta edad. La relación con la muerte podía considerarse, en conclusión, de estrecha vecindad. Con este panorama, las fotografías de difuntos circulaban de mano en mano como tarjetas de visita, como estampas o recordatorios; incluso durante aquel tiempo eran comunes las exposiciones dedicadas al tema y la visita de los curiosos a las morgues y velatorios resultaba algo habitual. Sin embargo, tales prácticas no se entendían como algo truculento ni morboso, pues estas categorías estaban reservadas a definir otros aspectos de la vida. Para la recatada sociedad decimonónica, el concepto “obscenidad” se relacionaba exclusivamente con la pornografía, entendida esta como cualquier provocación del deseo a través de la exhibición de la carne. La estampa de un difunto era de dominio público; la de una cabaretera, un tesoro oculto en el fondo de un cajón. Con la sociedad del siglo XX cambiaron definitivamente las cosas. La atracción hacia la muerte fue desapareciendo a medida que el progreso científico y técnico dio respuesta a los males endémicos que aquejaban a la gente. Igualmente en parte como resultado de estos avances, la confianza ciega en la providencia divina cedió terreno. El cambio de mentalidad respecto a la muerte dio un giro de 180 grados, hasta convertirla en un hecho absolutamente aséptico: lo que antes tenía lugar en los domicilios quedó relegado al espacio hospitalario y de ahí al tanatorio. El cementerio se alejó de lo cotidiano, creando un mundo de los muertos apartado del de los vivos. La visita a ese otro mundo desembocó también en una escenografía propia que roza lo turístico durante la fiesta de Todos los Santos. Todo pensado por y para los vivos con el fin de que ni siquiera durante esa jornada lleguemos a sentirnos realmente solos.La sociedad contemporánea malversa, en definitiva, el significado de morboso para aplicárselo a la muerte. Como colofón de esta corriente de pensamiento, la sola idea de la putrefacción de nuestro cuerpo parece inclinar la balanza hacia la incineración. Pero, aunque la sociedad contemporánea ahuyenta la muerte del ámbito familiar y cercano, sigue sintiendo un deleite casi enfermizo por observar la que nos es ajena. El espanto y el morbo han pasado a formar parte del espectáculo que nos regalan cada día los medios de comunica ción. Por una parte, la exhibición de los difuntos queda reservada a los funerales de la realeza o de los personajes públicos. Por otra, la sociedad de consumo aprende rápido y surgen como por ensalmo más y más páginas web dedicadas a explotar la nueva tendencia. Los nuevos paparazzi post mortem no necesitan recrear la escena; se la encuentran en una curva o en una casa incendiada y nos la hacen llegar gracias a la cámara de su teléfono móvil. 27
  • 28. La fantasía que subyace detrás de todo esto consiste en que la finitud no nos puede alcanzar. Manteniendo a raya a la muerte, en los límites donde realidad y ficción no quedan claras, parece que nos encontramos a salvo. Sin embargo, al observar las fotografías de difuntos del XIX en el espectador contemporáneo surge un conflicto interno difícilmente asimilable: tratamos la muerte como noticia o como un fenómeno asociado a guerras, atentados y sucesos, frente a la visión del pasado, en la que convivía con la vida. La fotografía post mortem nos resulta obscena porque hoy vivimos la muerte a distancia. La aversión que nos inspiran los retratos de difuntos podría ser analizada siguiendo los razonamientos de algunos teóricos. La periodista y especialista en arte Marisol Romo Mellid ha tratado este tema con lucidez y ha llega do a algunas conclusiones dignas de mención. Por una parte, cita a la filósofa búlgara Julia Kristeva, que en su libro Poderes de la perversión (Ed. Siglo XXI) define la visión del cadáver como el colmo de la abyección. Sin embargo, Romo opina que en la escenificación que rodea la fotografía post mortem el cadáver parece liberarse de esa característica a través de una atmósfera misteriosa y melancólica. Al observar estas imágenes el espectador actual se ve envuelto en una pugna interior que consiste en apreciar la belleza de la muerte amenazada por la certeza de la próxima putrefacción. La connotación simbólica es lo que, a todas luces, puede decantar la balanza a favor o en contra de ver el cadáver como algo siniestro. Según palabras de Romo, “el cuerpo mu erto debe asumir papeles de gran trascendencia, como el de ser un héroe, un objeto de culto o una imagen de propaganda”. A continuación, esta autora analiza el debate sobre la fealdad o la belleza de la muerte. Desde un punto de vista filosófico, subraya las reflexiones vertidas por el pensador alemán Karl Rosenkranz en su libro Estética de lo feo (Julio Ollero Editor), para quien la muerte no implica fealdad, sino que incluso puede embellecer los rasgos del difunto. Frente a la opinión de Kristeva, el cad áver no significa lo abyecto para este autor. Tras el rechazo que producen en nosotros las imágenes post mortem parece esconderse un vínculo entre las causas de la muerte y la muerte en sí misma, concluye Marisol Romo parafraseando a Rosenkranz. Lo que está claro –añadimos nosotros– es esa incómoda ambigüedad que preside la contemplación de la fotografía post mortem. Y es que, como decía el filósofo francés Jean Baudrillard, la repulsión tiene más que ver con el ojo que observa que con el objeto observado. 28
  • 29. PARA MANTENERLO VIVO Veamos las cosas desde las perspectivas de los familiares y los sentimientos que generaban la muerte de un ser querido. Imaginemos que formamos parte de una familia, en plena era victoriana. La muerte es una parte muy importante la vida cotidiana, por lo que es más fácil de aceptar. La tasa de mortalidad prácticamente igualó la tasa de natalidad en este momento. La mayoría de las muertes ocurrieron de niños fue a causa de la viruela y la fiebre amarilla y de mujeres al momento del parto. Los niños eran a menudo arrancados de la familia antes de llegar a su primer cumpleaños. Definitivamente parece un paraje desolador, pero las personas de la época aprendieron a “convivir con la muerte”. Otra de las causas principales de fallecimiento entre los soldados y otras personas son dolencias menores en la actualidad. Las amputaciones a menudo terminaban en graves infecciones y las menores infecciones eran confundidas por otras enfermedades. Infecciones de un corte o rasguño no eran tratadas correctamente y a menudo se trasformaban en infecciones graves que ponían en peligro la vida, como la gangrena. Cuando un familiar fallecía, la familia enlutaba. Entonces, generalmente el padre; patriarca del hogar, iba en busca del fotógrafo, que podía ser recomendado o llegaba a él gracias a algún anuncio. Después de conversar, llegaban a un acuerdo sobre el precio. g El fotógrafo se preparaba, según lo que quería el cliente. A donde sería tomada la fotografía también se acordaba. Se podía tomar a domicilio o se trasladaba el cadáver al estudio fotográfico. Se elegía la posición adecuada para el difunto, se podía abrir los ojos, maquillar, podía dar el efecto de “vida”. En fin. Luego de tomada la fotografía, se entregaba al cliente, y según como fuera su gusto (con unas monedas más a cambio) podía agregarle efectos, ponerle color (a mano), hacerle un membrete y entregarlo en un marco. Un recuerdo bien merecido de un familiar. 29
  • 30. Fotografía retocada a mano. Fotografía con membrete, Massachusetts Fotógrafo: Cherry de St. Albans FOTOGRAFO: D.E.Butler Se empezó a formar un comportamiento torno a la muerte llegando a plantearse normas en la sociedad. Estas normas se practicaban más por las mujeres que los hombres. Por lo menos un año después de la muerte del esposo, la esposa tendría que permanecer de riguroso luto, vistiendo sólo en negro y sólo salir de casa para ir a la iglesia y visita a familiares. En el año siguiente a la esposa iría en medio luto, es decir, utilizaría colores gris, blanco y morado. Esto aplicaba sobre todo a la familia cercana, como cuando fallecía el marido, hijo o hermana. Los hombres estaban obligados a llevar un brazalete negro para dar a conocer que estaban de luto. Estas normas fueron practicadas por la plebe y de la alta sociedad por igual. Cuando la reina Victoria perdió a su marido, el príncipe Alberto en 1861, permaneció en el duelo hasta su muerte. La mayor parte de Inglaterra hizo lo mismo. Cada persona fue tocada por la oscuridad y los trajes negros por la muerte de un ser querido. El dolor reprimido dentro de alguien se almacenó en baratijas y recuerdos de sus seres queridos. El recuerdo más común fue una fotografía. Una fotografía represento para la sociedad de la época en algo más que un simple retrato, era el único recuerdo palpable y la única prueba, en la mayoría de los casos, que el ser querido había pasado por el mundo. NO eran un tributo a la muerte, sino más bien un recuerdo del familiar. Un único negativo podría producir copias múltiples que permite a la familia enviar la foto a otros familiares. 30
  • 31. EXPANSIÓN En Europa esta costumbre fue casi un requisito para la población, pobres y ricos. Fue una práctica muy extendida. Se practicó en países como Francia, España, Portugal, Italia, Suiza, Alemania, Inglaterra, etc, incluso en algunas colonias en África. En América También se practicó: En estados Unidos Perú, Argentina, Brasil, Venezuela y México. NO se conocen otros casos en el contexto latinoamericano, básicamente debido a la falta de investigaciones en el campo de la fotografía que den a conocer este aspecto de las historias nacionales. La Costumbre de Fotografiar difuntos. Se retratan cadáveres a domicilio a precios ajustados. ” Así comenzaban algunos anuncios en los periódicos del siglo XIX, lo que pone de relieve la normalidad con que era asimilada esta costumbre entre la población de la época. En un principio, la fotografía post mortem se limitaba a retratos del difunto en actitud yacente, con los brazos en cruz y los ojos cerrados, símbolos inequívocos de la idea de eterno descanso. Sin embargo, con el paso del 31
  • 32. tiempo algunos profesionales de la imagen, como el reconocido fotógrafo francés André Adolphe Eugène Disdéri (1819-1889), experimentaron con nuevas tendencias artísticas, elevando la fotografía post mortem a la categoría de alegoría. Los iconos del Memento mori entraron en escena: la idea de la brevedad de la vida quedaba patente con la presencia de una rosa con el tallo cortado y vuelta del revés; convertidos en amuleto, algunos objetos apreciados en vida, como un reloj marcando la hora de la muerte o el juguete predilecto del difunto, lo custodiaban en su último lecho. Niño con las manos juntas, dispuestas con una cruz y dos velas. El fotógrafo es RJFittell de Clifton, Kansas. Cuerpo de una niña, dispuesta en una silla con cuatro de sus muñecas. Fotógrafo y lugar no identificado. 32
  • 33. Más tarde, el engaño a la muerte fue trascendiendo sus propios límites. La actitud del difunto se convirtió en la de un sujeto dormido. Arropado por su madre, el niño parecía disfrutar de un efímero arrullo, presto a despertar de la siesta en cualquier instante. Dos fotografías, en ambas podemos observar a dos mujeres que sujetan en brazos a sus hijos fallecidos. Un detalle resaltante es la mirada de ambas, cargadas de cierta tristeza. Las familias velaban el descanso de la hermana o del padre, rutinariamente tendidos en una butaca, como si estuvieran agotados después del trabajo. Sin embargo, algo no cuadraba en la escena: los durmientes nunca sonreían abiertamente. Sus labios mostraban una mueca inquietante, imposible de vincular con la alegría o el enfado. Una niña aparentemente dormida junto Un padre sostiene en brazos a su hija fallecida. Ella tiene en las manos una a su hermana. rosa con el tallo corto, lo que significa la brevedad de su vida. 33
  • 34. Un niño de aproximadamente 1 año de edad simulando una siesta, a su alrededor se encuentran sus hermanos.. Allá por los años veinte o treinta del siglo pasado comenzaron a adoptarse nuevas tendencias que alcanzaron incluso la fotografía post - morten. De esta forma, los fotógrafos comenzaron a presentar a los muertos bajo nuevos ángulos y perspectivas: detalles de las manos o de otras partes del cuerpo, con desenfoques selectivos muy controlados y realizando primerísimos planos de ciertas zonas del fallecido, o bien imágenes muy cercanas al fotoperiodismo actual. Son tomas que en muchos casos resultan impresionantes por su dramatismo y cuidada iluminación. Así, la foto que nos ocupa puede considerarse una toma de transición entre los dos estilos. Posee toda una serie de rasgos clásicos y, como se observa, es un posado muy aparente. Sin embargo, la composición resulta totalmente moderna y el juego de luces también. La actitud del marido es bastante teatral y en conjunto, la imagen posee más alma. Una joven fallecida simulando el sueño. Su padre la acompaña en su lecho. 34
  • 35. Eran rostros que transmitían indolencia, que no aportaban signo alguno de emoción, inmersos en una especie de letargo irreal, acaso en un profundo sueño. Así es como la técnica fotográfica afrontó la cuadratura del círculo: el engaño a la muerte a través de la imagen llevado al límite. A causa del rigor mortis resultaba imposible manipular la expresión de los labios de los difuntos. Sin embargo, las familias demandaban la máxima naturalidad en la escena recreada. Esta demanda tenía sus raíces, indudablemente, en el asombro que había despertado entre la gente el fabuloso invento de la fotografía. En el imaginario del pueblo llano del XIX, la imagen era depositaria de una carga simbólica y mágica evidente. Tal como ocurre en algunas culturas orientales hoy, se creía que la escena recreada contenía el alma de los difuntos, lo que la convertía en una reliquia insustituible. Por estas y otras razones se buscó dotar al difunto de la máxima expresividad abriéndole los ojos. Los fotógrafos especializados se ayudaban de una cucharilla de café para separar los párpados y, a continuación, colocaban las cuencas oculares en la posición adecuada. Una joven sentada en un sillón. Se observa que sus ojos están abiertos, gracias a una técnica empleada por el fotógrafo. Aun así dan la sensación de una mirada ida, falsa. 35
  • 36. La escenografía se fue perfeccionando poco a poco. Con los zapatos relucientes y sentado frente a una mesa camilla, el alevín parece interrumpir la lectura antes de la instantánea. El cadáver de un niño sentado en un sofá. Mantiene los ojos abiertos. La mano derecha esta apoyada en el sofá y la otra esta dentro del bolsillo. Es notorio que esta postura es forzada gracias al rigor mortis Con mejor o peor suerte, las imágenes del Memento mori consiguieron el efecto que se pretendía: tornar imprecisa en la imaginación del espectador la frontera entre la vida y la muerte. También resultan interesantes las actitudes de quienes flanquean al difunto. Una adolescente, en un aparente estado de descanso, sostiene las manos juntas, señal de que esta muerta, sin embargo, quiere darse la impresión de que no lo está. Una imagen que inspira cierta paz. 36
  • 37. En la composición fotográfica post mortem, los parientes aportan verosimilitud sentimental a la escena. El engaño se consuma con la naturalidad que adoptan ante la cámara y la tranquilidad que inspira su mirada. Dentro de una atmósfera melancólica y nostálgica, unos dirigen la vista al difunto mientras otros posan abiertamente, como si trataran de restarle protagonismo. En este cruce de intenciones se adivina su resignación ante la realidad, la innegable aceptación de la muerte como un hecho cotidiano. En esta fotografía vemos a una niña aparentemente dormida. En la siguiente fotografía se puede apreciar claramente que quienes la tomaron y encargaron pretendían que el bebé no mostrara ningún signo de su fallecimiento. Para ello se trabajaron especialmente los ojos, que quizá estén también retocados a mano a posteriori. El efecto es bastante bueno, pero la imagen tiene un toque macabro debido a la carencia de expresión de la cara y la mirada totalmente perdida, bastante impropia en un niño. En las fotos post mortem los cadáveres nunca sonríen, debido a la dificultad evidente de conseguir el efecto tras el rigor mortis, de modo que toda la fuerza de la expresión depende de la calidad obtenida en la mirada. 37
  • 38. EL cadáver de una niña en la cual han tenido cuidado en la apariencia de los ojos, sin embargo estos mantiene un aire macabro. En esta otra toma el niño aparece sentado en una silla (algo muy común) y vestido convenientemente. La imagen resulta artificial, pero no más que el resto de posados de la época en los que aparecen personas no fallecidas. En esta ocasión, además, y aunque la expresión no es la mejor de las posibles, la criatura podría pasar perfectamente por estar viva. Es llamativo lo que se ha cuidado la postura del cadáver, que incluso tiene las piernas cruzadas. Niño sentado, bien podría pasar como una persona viva. 38
  • 39. En ocasiones, sin embargo, el aspecto final dista de ser convincente, como se puede apreciar en la foto de más abajo. Los ojos del niño posiblemente se abrieron a mano y después se retocaron cuando la imagen ya estaba terminada. Sin embargo, su aspecto no es del todo natural y la expresión general del rostro carece de toda vida, a pesar de que también se han pintado a mano. Se aprecia muy bien la confrontación directa entre la cara del muerto y el observador. También se ha incluido un símbolo pictórico, la flor cortada que refleja la brevedad de la vida. En esta foto el resultado final dista de ser convincente En algunas ocasiones el afán de los familiares del fallecido por obtener un recuerdo, junto con la poca habilidad del fotógrafo, daba lugar a imágenes bastantes chocantes y desagradables. Una de ellas podría ser la siguiente, donde la criatura no muestra un aspecto especialmente atractivo, debido entre otras cosas a la causa de su fallecimiento y la pose totalmente desvaída que muestra. Algunas imágenes podrían resultar chocantes. Y lo mismo se puede decir de esta otra toma, donde resulta evidente que se esperó más tiempo del necesario para realizar la foto, con lo que los primeros signos de la descomposición comienzan a despuntar en el rostro del niño. 39
  • 40. Otra imagen que podría resultar perturbarte. Hemos observado algunos ejemplos donde se pretendía simular apariencia de vida en los cadáveres. Sin embargo fue más común intentar que estos ofrecieran el aspecto de estar dormidos , como en los casos mencionados líneas más arriba. El inicio de la fotografía post mortem coincidió con el descub rimiento de la anestesia como tal, y los conceptos clásicos de sueño eterno -muerte se grabaron aún más en los esquemas sociales de la época. En general, estas tomas de reposo son más apacibles que las anteriores. Como otro ejemplo es la foto bajo este párrafo, que muestra a una joven de considerable belleza en actitud serena y relajada. Es una imagen muy clásica cuyo punto de atención, la cara de la chica, se encuentra localizado en el centro de la toma, lo que le aporta una gran fuerza visual, potenciada por la ausencia de adornos en el entorno y los ropajes oscuros que viste. La joven mantiene una expresión serena. En la siguiente toma se percibe el mismo aire de calma que en la anterior. El cadáver posee en todo momento una expresión confiada y de descanso, lo que no causa ningún tipo de turbación en los observadores. Como se observa, en algunos casos se situaron los 40
  • 41. cuerpos de tal manera que su postura no simulara un descanso eterno, sino un reposo breve, como una siesta. Vuelve a intentarse otorgar vida a los fallecidos, pero en este caso hay un doble juego de intenciones ya que su actitud informa perfectamente sobre su muerte (para un observador de la época, por ejemplo, las fotos serían indudable mente post mortem aunque nadie se lo comentara). Las composiciones podían ser de diversos tipos, pero la central resultaba la predominante, lo que, como ya dijimos, nos confronta directamente con el rosto de los cadáveres. Se percibe el mismo aire de calma En alguna ocasión también se fotografió a los cuerpos en actitudes que estaban entre la simulación de la vida cotidiana y el sueño. Así, la chica bajo estas líneas está acostada en la cama pero mantiene los ojos abiertos y su mano descansa bajo el rostro. El resultado es algo inquietante por la expresión desvaída que posee ella y la boca excesivamente entreabierta, pero no llega a ser desagradable. EL resultado de esta fotografía es algo inquietante, sin llegar a ser desagradable. 41
  • 42. El retrato de este niño también guarda gran semejanza con el anterior, aunque presenta un primer plano más acusado. Resulta una fotografía particularmente triste y melancólica. Esta fotografía resulta triste y melancólica. Merece también especial atención la fotografía post mortem de los personajes religiosos. En general, se los mostraba sentados o postrados, sin ocultar su fallecimiento, pero casi siempre con crucifijos o instrumentos similares en las manos y situados en lugares importantes para ellos. Cuando la personalidad era muy notoria se tendía a sentarla en la silla que había ocupado a lo largo de su mandato, a fin de que quedara constancia de su cargo. Una postal de fotografías reales que muestran a un sacerdote católico muerto Sin embargo, a medida que la fotografía post mortem se popularizó más y más también pasó a ser cada vez menos variada. Los cuerpos comenzaron a fotografiarse en los momentos previos a su depósito en el ataúd, durante los velatorios o funerales, y el proceso se convirtió en algo bastante rutinario hasta los años 30 del siglo XX. 42
  • 43. Por ejemplo, en la siguiente imagen, mucho más moderna que las anteriores, aparecen tres hermanos, habiendo fallecido el mayor de ellos. En ningún momento se pretende ocultar o disimular el estado físico del niño postrado, que incluso se presenta con una corona de flores. También resulta interesante señalar que, al contrario de hoy, por aquel entonces era tremendamente natural que los niños se enfrentaran a la muerte de un semejante cara a cara, como ilustra la fotografía, cosa que más o menos viene a demostrar que los actuales no deben ser tan traumatizantes como quieren darnos a entender, ya que los de estas imágenes fueron perfectamente capaces de reproducirse y tener hijos por sí mismos, algunos de los cuales ni siquiera fueron asesinos en serie. En esta composición no se ha simulado el sueño. En esta otra toma el cadáver aparece en posición de reposo, pero no se ha simulado el sueño. Las flores y los complementos (que no existían en las otras fotos) fueron incorporándose a lo largo del tiempo y, en algunos casos, como el que nos ocupa, llegaron incluso robar protagonismo al retratado. Dos hermanos acompañand o al mayor fallecido. Lo mismo podríamos decir de las siguientes imágenes. En todas ellas abundan los rasgos mortuorios tipo que no dejan lugar a dudas sobre la 43
  • 44. condición las tomas y en algunas se han logrado composiciones de gran belleza, aunque predominantemente centrales. También se observa una progresiva mejora en el tratamiento final y las condiciones lumínicas. Poco a poco se pierde el “arte” de esconder la muerte de alguien, como podemos apreciar en esta foto. A pesar de la tendencia general, se realizaron numerosas fotografías en ausencia de cualquier elemento ornamental, ya que el desembolso económico, por aquel entonces, podía resultar todavía excesivo. Esta última foto es más cruda que las anteriores, porque en ella se presenta la muerte mucho más desnuda, sin nada que suavice el carácter frío y triste del momento. La austeridad del entorno tampoco ayuda gran cosa. Ésta instantánea presenta la muerte más desnuda. 44
  • 45. Las foto siguiente ya puede considerarse totalmente moderna en cuanto a los aspectos técnicos y resulta, además, documentos impresionantes y francamente bien realizados. En la primera de ellas aparece una madre con su hija velando el cuerpo de su otra descendiente. Los rasgos de la enfermedad se aprecian claramente en la fallecida, que muestra un aspecto totalmente tísico (¿tuberculosis?). Los gestos de las personas vivas son muy elocuentes y las miradas de ambas nos llevan irremisiblemente al punto de atención de la fotografía, magis tralmente compuesta. Esta fotografía puede considerarse como moderna. Sin embargo, la última instantánea aún va un paso más allá. En primer lugar, el tratamiento ya es totalmente profesional. La composición posee igualmente muchísima fuerza, con todas las miradas, entre sombras, dirigidas al niño muerto, que sin embargo se encuentra rodeado por las flores blancas constituyendo un potente centro de atención. Además, en la instantánea se nos muestra a la familia completa, muy pobre y terriblemente solemne. Es un documento gráfico excepcional que poco tiene que ver con aquellos primeros daguerrotipos en los que se trataba el cuerpo de los difuntos como si fuera un maniquí. Esta imagen mantiene fuerza y solemnidad. 45
  • 46. DECADENCIA DEL POST MORTEM Los finales de la fotografía post mortem (entendida ésta como un recurso familiar para no olvidar a los fallecidos) llegaron a mediados del siglo XX, con la popularización general de las cámaras fotográficas modernas, que permitieron fotografiar a la gente en vida realizando actividades normales. Son fotos con menos encanto, pero posiblemente más agradables para la gente. Sin embargo, el género se sigue practicando aún en ciertas ocasiones cuando el personaje fallecido resulta muy importante o famoso, ya sea para documentar algún medio de prensa, ya sea como recuerdo de la celebración funeraria en sí misma. En España, una de las últimas instantáneas oficiales realizadas, y que tuvo enorme difusión, fue la imagen del cadáver de Franco, tomada en 1975. Sin embargo, hay fotos mucho más recientes, como las del Papa Juan Pablo II. Resulta bastante curioso observar como la sociedad aceptó desde el primer momento y continua aceptando perfectamente las tomas post mortem de las personalidades e individuos influyentes, e incluso las ve como algo normal, y sin embargo la fotografía post mortem tradicional, que tuvo en su momento la misma finalidad, es considerada por muchos como una especialidad morbosa e insana. A pesar de ello, es muy probable que casi todos tengamos, si repasamos nuestro archivo familiar, alguna de estas imágenes formando parte de él. 46
  • 47. Capitulo III POST MORTEM EN EL PERU La fotografía post mortem en el Perú es una tradición social que se ha ido perdiendo con el transcurrir de los años, si nos remontamos a la historia del arte inicialmente el retrato post mortem era el precedente de esta actividad, uno muy conocido sería el de Santa Rosa de Lima fechado poco después de acontecido el suceso (1617) y realizado por el maestro Angelino Medoro. Retrato post Mortem de Santa Rosa de Lima. Posteriormente otros pintores buscaron plasmar en el lienzo el tema de la muerte. Grandes maestros como Merino o Lazo incluyen dentro de su trabajo pictográfico el hecho del cuerpo yaciente. Posteriormente acaecido la llegada del daguerrotipo por Maximiliano Danti en 1842, el retrato post mortem toma uso desde, al parecer, junio de 1844 cuando el Francés P. Daviette se anunciaba como «artista fotogénico recién llegado de París» el cual se encargaba en «Retratar los difuntos, como cuadros al óleo, etc.». Pero resultan más connotados los hechos sociales captados por José Effio en “El velorio” esta obra es muy particular, una pareja baila la marinera mientras los padres reciben el pésame y el cadáver del bebé 47
  • 48. es velado sobre una mesa acompañado de velas y con adornos florales. Alberto Lynch por su parte nos muestra en su “Orando ante la tumba” una imagen más seria, los personajes dando la espalda se encuentran realizando sus oraciones ante la tumba del ser querido. Mientras Mariano Urteaga en “El entierro” es un poco más realista con sus imágenes singulares del interior del país y con los rasgos típicos de la época ante este hecho. “Las familias que tengan la desgracia de perder algún deudo de quien deseen poseer un momento de esta naturaleza pueden lograrlo por medio del daguerrotipo, para cuyo efecto el profesor - Furnier -ofrece ejecutar el retrato en el mismo aposento mortuorio; como es costumbre en Europa en el día” “Furnier”, El Comercio. N° 2036. Pág. 4. 27 de Marzo de 1846. Es quizás por ello que muchos de los retratos están artísticamente arreglados. En esta exposición se trata de exponer a los más representativos maestros de la cámara del siglo XIX, por ello podemos encontrar marcadas diferencias en cuanto al tratamiento de la imagen. Si bien, tanto Courret como Castillo diseñaron un modelo un tanto simple para retratar a los difuntos (llegando a lo más sencillo en el caso de Castillo, a excepción de la imagen de Rosa Cáceres y Meiggs muertos) Dubreuil en cambio es más artístico el trabajo en estudio de finales del ochocientos es notable y conmovedor. El retrato de niños y de bebés era más común por entonces, recordemos que nuestra medicina como en general en todo el mundo para el siglo XIX no estaba lo suficientemente avanzada para evitar hechos lamentables por ello los más afectados eran los párvulos que no teniendo mayores esperanzas de vida al nacer en la Lima, se entregaban a la muerte; entonces, muchos padres a entrar en luto y a comunicar el hecho a los parientes más cercanos; en estos momentos es que se procedía a retratar al pequeño, por lo general muchos fotógrafos o daguerrotipistas ofrecían retratar al muerto en su lecho, es decir en su hogar pero al parecer, muchos eran llevados al estudio, posiblemente para que pudieran ser arreglados e incluso maquillados para las tomas. 48
  • 49. No cabe la posibilidad que para aquellas familias que contasen con el dinero suficiente para un retrato al colodión, alquilasen algún traje especial que los mismos estudios fotográficos ofrecían. El difunto, era retratado desde diversos ángulos, llama mucho la atención que los infantes sean retratados con los ojos abiertos, esto puede ser fácil de entender si buscamos la posibilidad de relacionar el hecho con las costumbres del interior del país, de velar y enterrar a los niños con los ojos abiertos cuando no habían sido bautizados y de tal forma que pudiesen ver la gloria del Señor. En el año 1863 tras meses de penosa enfermedad fallecía el presidente de la república de entonces Don Miguel de San Román y a las pocos horas de ocurrido el hecho es retratado en su lecho de muerte por Maunoury, quién realizó 2 tomas (al menos hasta el momento son las más conocidas), en una de ellas es mostrado de perfil, imagen que aparece luego en la obra Corona fúnebre del Excmo. Sr. Gran Mariscal Don Miguel San Román, Presidente de la República, muerto en la Villa de Chorrillos el 3 de abril de 1863 (Lima: Imprenta del «Mercurio», 1863. 94p.); estas fotos post-mortem fueron posteriormente comercializadas por Maunoury, declarando que su estudio era el único «en tener las imágenes de dicho personaje». Retrato post-mortem de Miguel de San Román 49
  • 50. Este es el punto de partida para entender como un acto privado se convertía en figura pública y motivo de comercio entre las personas, a lo cual contribuyo en gran medida el formato de Tarjeta de Visita o «Carte de Visite» el cual democratizo la imagen fotográfica. FAMILIA. “Padres e hija muerta”, retrato del peruano Rafael Castillo (1870). La fotografía de difuntos, o post mortem, fue una práctica recurrente en la Lima del siglo XIX. La muerte entonces era una presencia cercana en cualquier familia, de cualquier estrato económico, por el alto índice de niños que morían a edad temprana por enfermedad o madres que fallecían por los rigores del parto. Hoy muchas de las causas de muerte son casos fáciles para la medicina, pero entonces era distinto. Un invento de la época tuvo que ver además con esta costumbre: la aparición del daguerrotipo –la primera forma de hacer fotografía– en la década de 1840. 'La fotografía post mortem empieza prácticamente c on la aparición del negocio fotográfico. Los fotógrafos vieron el potencial que tenía este tipo de imágenes porque muy pocas familias podían pagar un retrato hecho por un pintor a sus parientes recién fallecidos', dice el fotógrafo e investigador Renzo Babilonia. 50
  • 51. El retrato post mortem era un rubro de los muchos en que se especializaban los fotógrafos de la época. En junio de 1844 el francés P. Daviette ponía un anuncio en Lima en el cual decía ser un 'artista fotogénico recién llegado de París' que podía 'retratar a los difuntos como cuadros al óleo'. Otro aviso publicado en El Comercio en marzo de 1846 señalaba: 'Las familias que tengan la desgracia de perder algún deudo de quien deseen poseer un momento de esta naturaleza pueden lograrlo por medio del daguerrotipo (...) El profesor Fournier ofrece ejecutar el retrato en el mismo aposento mortuorio, como es costumbre en Europa en el día'. LOS FOTÓGRAFOS La fotografía en la Lima del siglo XIX era oficio de maestros. Los más conocidos eran considerados artistas. Y un acontecimiento difícil como la pérdida de un ser querido bien valía la pena ser inmortalizado por ellos. Los nombres que han llegado hasta nosotros, como Eugene Maunoury, Eugenio Courret, Benjamín Franklin Pease, Adolfo Dubreuil, Teófilo Castillo, y otros, son los más famosos de los fotógrafos que hubo en Lima. 'Las fotografías post mortem que conocemos aquí son principalmente de familias limeñas con recursos. Y aunque eran practicadas con personas de todas las edades, las imágenes que más se conservan son de los niños de pocos años y bebés fallecidos', explica Renzo Babilonia. Quizá esto se deba a que en muchas fotografías de niños ellos parecen descansar o dormir tranquilamente, a veces rodeados de sus juguetes o de flores, lo que atenúa la idea de la muerte.Uno de los fotógrafos con la más extensa colección de retratos a infantes en Lima es Adolfo Dubreuil, quien usaba guirnaldas de flores, telas vaporosas y mucho cuidado en la expresión facial. Cadáver de Henry Meiggs, por Eugenio Courret (1877). muerta”, retrato del peruano Rafael Castillo (1870). 51
  • 52. A diferencia de él, Courret y Castillo –según un texto sobre el tema de la Biblioteca Nacional– 'diseñaron un modelo un tanto simple para retratar a los difuntos (…). Dubreuil en cambio es más artístico'. Sus retratos 'Niña María Saint Fort' o 'Niño Castañeda' son ejemplos de lo afirmado. Entre las fotografías de niños hay una de autor anónimo que aparece en el libro 'El primer siglo de la fotografía. Perú 1842-1942' que editó el Museo de Arte de Lima, con una historia curiosa. Es un retrato post mortem del niño Estanislao Harvey Beausejour, hijo de Isabel Beausejour, cuya escuela de niñas fue famosa en Lima. En la imagen el pequeño aparece sentado sobre un sillón con los ojos abiertos y un brazo apoyado en un costado. La madre conservó el retrato, pero a la muerte de ella fue cubierto por otra imagen. Incluso a las siguientes generaciones de la familia el retrato les pareció macabro y lo mantuvieron así, cubierto, por décadas. Un daguerrotipista y fotógrafo destacado, aunque hoy su obra no es muy recordada, fue Benjamín Franklin Pease, norteamericano llegado al Perú en esos años y que radicó aquí. 'Pease fue muy reconocido por sus fotografías post mortem en el siglo XIX. Quizá el hecho de que tuviera 18 hijos, de los cuales solo seis llegaron a la vida adulta, hizo que su trabajo fuera tan cuidadoso. Merece, por muchos motivos, que se le tenga más en consideración', dice Renzo Babilonia. 52
  • 53. CAPITULO IV POST MORTEM EN LA ACTUALIDAD La fotografía post mortem se sigue practicando, cuando se hace un reporte periodístico sobre algún asesinato, cuando muere una personalidad importante, y en el campo de las artes, por supuesto. A continuación nombrare los dos artistas mar representativos: Joel Peter Witkin: Barroquismo provocador Aunque no practican la fotografía post mortem propiamente dicha, varios artistas modernos utilizan los cadáveres como motivo de sus obras. Entre ellos destaca por su profesionalidad, pero más aún por su afán provocador, Joel Peter Witkin, que utiliza restos humanos, cuando no cadáveres completos, procedentes de las morgues mexicanas. Con ellos recrea todo tipo de imágenes alegóricas, algunas de ellas descarnadas hasta límites insospechados. Son imágenes dominadas por un barroquismo extremo y tratado en blanco y negro para conferirles aún mayor dramatismo. Su labor creativa consiste en manipular los restos humanos buscando en ellos la máxima expresividad. Una de sus imágenes más conocidas es una cabeza humana, seccionada por la mitad como una naranja, con los dos perfiles enfrentados en un beso romántico. Witkin no esconde nada. Muy al contrario, desafía al espectador mostrando lo más horrendo del cuerpo humano: órganos, tendones y músculos seccionados. Nada queda al margen de la cámara. 53
  • 54. Elizabeth Heyer: Las imágenes de difuntos, hoy La fotografía post mortem ha quedado relegada hoy a los archivos de algunos museos y a colecciones particulares. Sin embargo, la fotógrafa neoyorquina Elizabeth Heyert ha recuperado recientemente esta práctica en su obra The Travelers (Los viajeros). Heyert pasó un año en una funeraria del barrio de Harlem retratando a difuntos pertenecientes a la Iglesia baptista, que cree ciegamente en la existencia del paraíso. El resultado del proyecto no ha dejado a nadie impasible y ha trascendido fronteras. Según ha revelado la autora, que se declara atea, la confianza de esta comunidad en la vida más allá de la muerte es lo que le ha permitido conseguir el permiso necesario para retratar a un gran número de difuntos. Como parte de los rituales que acompañan al óbito, los baptistas engalanan a sus muertos con sus mejores ropas, preparándolos para el viaje que van a emprender. Entre los modelos que han pasado por la cámara de Heyert figuran señoras con vestido de noche, patriarcas trajeados o jóvenes que lucen la gorra y la camiseta de los Lakers. Aparte de la ropa, las fotografías carecen de cualquier otro elemento que distraiga la atención y están realizadas sobre un fondo negro, lo que hace que los cadáveres parezcan erguidos. “De esta forma –señala la autora– sentí que mis modelos recuperaban toda su faceta humana.” Al contrario de lo que sucede con las imágenes de difuntos tomadas en el siglo XIX, el efecto resulta impactante, casi humorístico. Incluso los labios parecen esbozar una sonrisa. A ello contribuye la excelente calidad del maquillaje funerario actual. 54
  • 55. CONCLUSIONES  La fotografía post mortem es una práctica muy extendida siglo XIX que consistía en preparar a los difuntos para retratarlos con una cámara.  Se empezó a practicar casi con el nacimiento de la fotografía, específicamente con el daguerrotipo, en 1839.  Se extendió por casi toda Europa y llego incluso a América: estados unidos, México, pero, argentina, etc.  La expectativa de vida era baja en ese entonces, las enfermedades como el cólera, tuberculosis, peste, etc., menguaban a la población, sobre todo a los niños, de los cuales casi la mitad moría. Eso hizo que la población se familiarizara con la muerte, haciéndola parte de la vida cotidiana.  Con el invento de la fotografía se pudo hacerse posible el ideal de las personas: tener un recuerdo palpable y casi exacto de algún ser querido que había fallecido.  Fotografiar niños merecían en la época especial atención, ya que se les creía puros, inmáculos. Llegándose a conocer esta práctica como “fotografía de angelitos” en Latinoamérica.  Algunas técnicas en este tipo de fotografía son la de disimular el deceso del cuerpo, abriéndole los ojos, o hacer que parezca q está tomando un simple descanso Pero luego con forme fue pasando el tiempo, las fotografías fueron perdiendo vistosidad, hasta llegar al punto de fotografiar al difunto en su féretro sin intención de disimular su muerte.  Con el tiempo y el avance de la tecnología, poco a poco la muerte se fue alejando de las ciudades y se hizo menos habitual, llegando incluso a ser considerada esta práctica como aberrante.  Actualmente existen artistas que se dedican a retratar difuntos, pero estos no tiene la misma intención de la fotografía post mortem del siglo XIX, sino más bien tiene un corte impresionista. 55
  • 56. Bibliografía  Historia de la fotografía, Jean A. Keim  Introducción a la fotografía, paginas 8-10  valleto hermanos: fotógrafos mexicanos de entre siglos- Claudia Negrete Álvarez  Revista domingo 30/10/05 – suplemento de la república  Enciclopedia Ilustrada Cumbre. Paina 5, Fasic. 6  Enciclopedia Practica Jackson, Página 246  Gran Enciclopedia Del Mundo; Durvan S.A De Ediciones BilBao, paginas 8-963; 8-970  Gran enciclopedia Rilap. Tomo 10, Ediciones Rialp S.A Paginas 370-373  Historia Universal- Siglo XIX, Paginas 184-187  Historia del peru. Juan Castillo Morales  http://101room.wordpress.com/2006/03/21/introduccion-a-la- fotografia-post-mortem/  http://morbidoutlook.com/nonfiction/articles/2004_01_photograph.h tml  http://www.paulfrecker.com/collections.cfm?pagetype=library&typeI D=1&myPage=1  Programa Español Emitido por la Cadena 4: “ Cuarto Milenio”  http://www.masalladelaciencia.es/fotografia-post-mortem-de-la-fe- al-morbo_id29080/fotografia-postmortem_id1087951 56