Entre las cejas: poemas sobre la libertad y la vida
1. Entre Las Cejas
Si aún cruza mucha gente la ciudad,
si el tiempo aun no ha confundido tu energía,
si tienes entre las cejas libertad
no te vayas a dormir que aún es de día.
Si vives tu condición de hombre animal
si alguna vez te preocupan los restantes
si tienes entre las cejas libertad
confieso que eres un menda interesante.
Apuesto a que somos dos o muchos más
seguro que en conexión es importante
si tienes entre las cejas libertad
no te pierdas en mirar, tira p'alante.
Me gustan los gamusinos
Me gusta el mar,
Azules,
el monte, el río,
Las verdes ranas,
la cascada,
Las gárgolas de piedra,
me gusta el libro,
Las campanas.
la música, la amistad,
Me chifla todo,
la playa.
Estoy chiflada.
Me chifla todo,
estoy chiflada.
Me gustan los niños
Blancos, negritos,
Me gusta la lluvia
Esquimales, gitanitos,
la nevada,
Indios, chinitos,
me gusta el bosque,
Me chiflan todos.
el duende, el hada.
¡No estoy chiflada!
Me chifla todo,
estoy chiflada Gloria Fuertes
Cuando me habló, estaba triste; A menudo yo soy como el Quijote:
Me preguntó la causa de mi tristeza. Te idealizo dueña de mi locura
Mujer, la causa de mi mal siempre es la misma: Pero no se me olvida nunca que es sólo sueño,
Que yo adoro lo bello y tú eres la belleza. La causa de mi mal, ¡ya ves!, es la cordura
2. No quiero dedicarte tan
Camina por la calle y sin saber cómo mira la gente pasar y piensa en todas
solo estas lágrimas que
las historias que habrá detrás de cada mirada. ¿Quién piensa?, ¿quién
estoy derramando, este
poema necesario para sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su alrededor y cómo
acariciarte, escrito bajo cambiarlo?. Comenta para sí mismo, se intenta convencer de que otro
tu inspiración en largos
mundo es posible y que todas esas piernas que van de un lado a otro a
días de trabajo, plasmada
toda velocidad para no perder un segundo, en un momento pararán sin
aquí en precisos análisis
depurados. saber por qué, se sentarán en cualquier parte y comenzarán a hablar, con
gente a la que nunca conocieron, de soluciones para un mundo que no ha
Te quiero dedicar mi vida
aprendido a controlarse.
a ti, y a tantos hijos de la
calle, hermanos Uno a uno, todos se irán dando cuenta de que no están solos, de que hay
asesinados por el virus que hacer algo más, que hay que despertar de lo que fue un sueño y se
social del abandono, de la
convirtió con el tiempo en la peor de las pesadillas.
pobreza, de la hipocresía.
Ha cerrado los ojos por un momento y ha visto en su interior un mundo de
nuevo feliz.
Continúa caminando por una de tantas calles concurridas y cada rostro se
le antoja similar a los demás.
Intenta indagar más en cada uno de nosotros, buscando nuevas
propuestas con las que comenzar otro futuro del que es consciente no
llegará a conocer.
De vez en cuando se para al cruzar un parque, levanta la vista y observa
un cielo limpio en el que puede escapar... continúa su marcha por vías
asfaltadas y edificios infinitos y piensa, no es posible tanta soledad entre
tanta gente, tanta indiferencia ante tanto que mejorar, tanta frivolidad.
Te ve ante cualquier escaparate, fijándote en cualquier cosa que comprar,
y a tu lado entabla conversación procurando por un instante sentirse
comprendido. Entre la banalidad de vocales y consonantes surge la duda:
¿quién piensa?, ¿quién sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su
alrededor y cómo cambiarlo?
Se despide cordialmente con la tranquilidad de haberse visto escuchado al
fin y le agradeces con una sonrisa el valioso tiempo que ha empleado
contigo.
Comienzas a andar; has perdido todo interés en cualquier escaparate y
ahora tu tiempo lo empleas, mientras caminas, en escrutar rostros
desconocidos intentando llegar a ver su interior, ¿quién piensa?, ¿quién
sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su alrededor y cómo
cambiarlo?
Te sorprendes pensando ideas quizá irracionales que de vez en cuando
surcaron tu mente y a las que un día decidiste acallar para tranquilizar tu
conciencia: están empolvadas, oxidadas por el desuso, pero aún laten
A ti y sobre todo a las vivas en tu interior.
madres, esas mujeres Te sorprendes hablando con personas cercanas sobre todo un mundo de
de hierro, con el posibilidades que vuelve a abrirse ante tus ojos, sobre la necesidad de no
corazón cincelado por la
sentirte muerto, de no sentirte uno más paseando por calles que no
fuerza de un amor
invencible, obligado a conducen a ninguna parte...
florecer en medio del ¿Te sorprende descubrir que no estás solo?...
estiércol con que
abonamos las riquezas GRACIAS SINIESTRILLA
los ciudadanos de
primera, los policías, los Te conozco, naciste en mi misma calle empedrada, juntos crecimos,
jueces, los médicos, los y juntos conseguiremos sacar a nuestros hijos para siempre de las
que vivimos a costa de cárceles, cloacas fabricadas por el miedo, lugares donde se aplaza
vuestra marginación. la vida y se sustrae la libertad, cementerios de hombres vivos.
3.
4. Como rezuma la brea
a tu paso se derrite la carretera
carretera por donde voy plantando
en los surcos que dejan
los pasos de cebra con el asfalto
suspiros de alegrías y de llantos
detrás del hollín sigo tus pasos
tus huellas
en mi corazón dejaste rastros
hiciste mella
no quiero otoños lluviosos
que me perdone el campo
borraran la pista
para tu hallazgo
yo solo quiero un poco de sol
que fría el crudo invierno
quiero un poco de viento
Oración de un desocupado que pueda secar los llantos
desconsolados
de estrellas tapadas por cielos nublados
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado y así despacio, sin que te enteres
las oraciones que me enseñó la abuela, contar todos los lunares que tienes.
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
Juan Gelmán
5.
6. ESPECIE EN EXTINCIÓN
Escribo esto con mi cola sobre las aguas que empiezan a
desbordar, aunque sé que de los míos no quedará nadie para
leerlas.
Miro alrededor y nosotros, los anarquitos de mar*, somos los únicos aparentemente
conscientes de lo que está pasando.
Al principio Noé hacía gracia a todo el mundo. Esa manía suya del único dios verdadero, de la
salvación y demás. Incluso nosotros menospreciamos el riesgo.
Pero cuando llegó el otoño y empezaron las lluvias, las mismas de todos los años, los crédulos, los timoratos,
empezaron a darle oídos.
-¿Y sí es cierto?, ¿y sí disfrutar es pecado?.
Los árboles empezaron a caer derrotados bajo el hacha salvadora y los hombres y los animales a caer de
rodillas ante el profeta que los convertiría en los elegidos, los iniciadores de una nueva raza.
Insectos, reptiles, anfibios, primates, hombres, aves, todos los animales fueron cayendo bajo su hechizo de
loco poseedor de la única verdad. Nosotros mirábamos con incredulidad
-¿tanto follón por un poco de agua?
Pero, aunque parezca increíble, el pánico se extendió también en el mar.
Creo que empezaron las sardinas, el pescado azul tiene un no sé qué de pusilánime.
Noé estaba encantado, incluso los peces buscaban la salvación. Hubo luchas y coletazos por ser los elegidos.
Sólo nosotros, los anarquitos, vimos en aquel arca un gigantesco ataúd de peces.
Intentamos decírselo, fue nuestro error. Nos convertimos en el freno que intentaba alejarles de su futuro.
Todos los habitantes del mar se volvieron contra nosotros, dientes de orca, descargas de anguilas
eléctricas...fuimos cayendo uno a uno ante la mirada impasible de Noé. Esperó con calma hasta que sólo
quedamos dos ejemplares y entonces predicó a favor de la piedad con los equivocados. Y nos respetó la vida
para que, acabado el diluvio, diéramos fe de que él había salvado la especie.
Y me suben al arca arrastrado por la multitud de peces que con sus agallas lanzan estertores de alabanza al
salvador dios de Noé.
Gloria al salvador.
Mi único consuelo es que dicen que este diluvio durará 40 días, a ver como aguantan el olor de miles de
peces muertos durante ese tiempo.
*anarquitos de mar: anarquicum piscifactum, especie desaparecida sobre el 1000 a.c. fósiles en Palestina
y zonas de África.
GRACIAS RUYNA
7. Nueva York
Stand by
Aquí no baja el viento,
Me da vértigo el punto muerto
se queda aquí en las torres,
y la marcha atrás.
en las largas alturas,
que un día caerán,
Vivir en los atascos,
batidas, arrasadas de su propia ufanía.
los frenos automáticos
y el olor a gasoil.
Desplómate,
ciudad,
Me angustia el cruce de miradas,
de hombres terribles,
la doble dirección de las palabras
cae desde ti misma.
y el obsceno guiar de los semáforos.
Qué balumba
Me arruinan las prisas
de ventanas cerradas,
y las faltas de estilo,
de cristales, de plásticos,
el paso aleatorio,
de vencidas, dobladas estructuras.
las tardes de domingo,
hasta la línea recta.
Entonces entrará,
podrá bajar el viento
Me enervan los que no tienen dudas
hasta el nivel del fondo
y aquellos que se aferran a sus ideales
y desde entonces no existirá
sobre los de cualquiera.
Más arriba ni abajo.
Me cansa tanto tráfico
Rafael Alberti
y tanto sin sentido.
Camino absurdo el que nos lleva por el mundo Parado frente al mar,
mientras el mundo gira.
lleno de armas, dolor y humo
su único motor el papel-moneda
y conceder créditos para vivir en la tristeza…
Un mundo en el que el día es oscuro
y por la noche, se avergüenzan de salir las estrellas…
Mi camino va por otras veredas
de cielos azules llenos de primaveras
noches de sol y días de luna llena.
Que soy un hombre sencillo
que necesita luz de luna
la sonrisa de la gente
y una mirada tuya.
El Barrunto
8. Ojos Tristes
Conocí a un viejo niño en las afueras de la ciudad de los sueños, llevando en su mano
viejos papeles mal escritos y deshechos. Era demasiado maduro para su edad,
demasiado niño para su madurez.
Inició él nuestra conversación, como los infantiles niños hacen, sin preocupaciones ni
vergüenzas y yo no estaba destinado a no contestar a sus contemplativas preguntas y
respuestas.
Mi miraba con rostro angustiado, como mira un viejo sin familia, sin dinero ni hogar,
esperando irremediablemente su muerte. Sus ojos se abrían a horizontes lejanos y yo
me preguntaba, deseoso por saber, dónde podía encontrar sus pensamientos en aquel
momento. Su mirada me intimidaba. Sí, a mí, viejo desconsolado, con más experiencias
vividas que un chaval de diez años, pero sentía e incluso sabía que el muchacho, en tan
corta edad había saboreado más la vida que yo, había bebido su jugo y aspirado el
aliento del viento, había observado más amaneceres y había valorado menos que yo, las
cosas efímeras de este falso mundo. Yo, que me había dejado absorber por todo objeto
material, trabajo y deber, no era nada a su lado. Un vago hombre, que se arrastra
infelizmente por el suelo, intentando convencerse de su felicidad para poder despertar
cada mañana y continuar. No sé por qué, ni cómo, tampoco nunca me o pregunté, pero
cada noche volvía a ver a Ojos Tristes, como se hacía llamar, y me leía uno de sus
papeles ensangrentados en lágrimas y algo en mi alma volvía a resonar. Así, transcurrían
los días y continuaba arrastrándome sin cesar, sin comprender por qué existía o se
hallaba aquí el chaval pero cada noche, me alegraba nuevamente cuando me volvía a
visitar para contarle que, en mi mundo, todo es material. Una vez, al cruzar la calle
oscura y resquebrajada del amanecer, me encontré, tras pestañear, al muchacho frente
a mí. Estaba desconsolado, pero con aire apático comenzó a decir: he aprendido de ti, ya
no soy el de antes, los poemas no son para mí, estoy destinado a vivir.
El sol llegó en silencio por las grietas de las ventanas rotas y entonces comprendí, que a
ese chaval yo ya lo conocí y con él escribí. Que ese niño, condenado a quedarse sin vivir,
creyendo entregarse a la vida, desde hoy no lo conseguiría. Que ese, de ojos tristes, era
yo y me condené a seguir aquí y a convencerme de que hay que mal vivir, de que la vida
es así. Y ahora soy yo el que escribo y vivo en mis poemas; y pienso y creo en lo que
siento; y deseo encontrarme de nuevo con Ojos Tristes para decirle que no olvide su
mirada aunque pase el tiempo, pero creo que ha huido lejos, a -supuestamente- vivir y
ya no visita el jardín de mis sueños. Tal vez, ahora, sólo vive en mí.
“Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos
C O L A B O R A
sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de
Envíanos las poesías, relatos, tiras cómicas, producción, y, en cambio no expropian las cuevas de Ali
cuentos, historias…lo que sea que te guste y
Baba.
quieras que aparezca aquí, nosotros haremos todo
Pero quizá desencadenen la alegría, el hacer y la
lo posible para que salga en el próximo número.
traduzcan en actos.
Y, al fin al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla
Podéis mandarlo por correo electrónico a:
elcuartocreciente@yahoo.es aunque sea un poquito, es la única manera de probar que
También podéis dejarlo en el buzón que hay en:
la realidad es transformable”.
Bar La Mazmorra. (C/Valdivia)