El documento habla sobre la tala de árboles antiguos y hermosos en Teror durante las celebraciones del centenario de la Fiesta del Árbol en 2011. Critica que se haya talado el arbolado en lugar de celebrarlo y protegerlo, y que parezca haber una "doctrina social de eliminación del arbolado". También menciona que Francisco González Díaz, un defensor de los árboles, vivió cerca del lugar donde fueron talados y está enterrado en el cementerio cercano.