El documento resume los doce capítulos del Libro Sexto de la obra de Varrón sobre la teología mítica y civil. Varrón describe tres tipos de teología: mítica (fabulosa), natural (física) y civil. Sin embargo, el autor argumenta que ninguno de estos enfoques, incluida la teología civil que promueve el culto a los dioses romanos, puede conducir a la vida eterna que sólo puede ser otorgada por el Dios verdadero del cristianismo.
2. CAPITULO PRIMERO
De los que dicen que adoran a los dioses, no por esta vida
presente, sino por la eterna.
3. Adoración a dioses, que destruyen la religión
cristiana, no por los intereses y felicidades de
esta vida, sino por lo que después de la
muerte se espera.
Es una necedad, y desvarío insufrible pedir o
esperar la vida eterna de semejantes dioses.
Lo que está bajo la tutela y disposición de uno
lo deben pedir a otro, de que resulta se tenga
por tan absurda imposible y temeraria tal
potestad.
Si es un error notable pedir vino a Ceres, pan
a Baco, agua a Vulcano y fuego a las ninfas
(Libro IV), ¿cuánto mayor disparate será pedir
a alguno de éstos la vida eterna?
Ninguno de los que componen tanta multitud
de falsos dioses podían dar la vida eterna.
4. No siendo necesario su culto ni aun para las cosas que ellos
entienden que les están sujetas.
<< ¿Es posible que esté tan obcecado (cegado) el corazón
humano que viendo está lleno de embelecos (engaños) y es
inútil el culto de los dioses para obtener estos bienes
temporales y momentáneos, sobre los que dicen que cada
uno preside particularmente a su objeto, crea que sea
importante para conseguir vida eterna? >>
5. CAPITULO Il
Qué es lo que se debe creer que sintió Varrón de los dioses
de los gentiles, cuyos linajes y sacrificios, de que él dio
noticia fueron tales, que hubiera usado con ellos de más
reverencia si del todo los hubiera pasado en silencio.
Marco Terencio Varrón (MARCUS TERENTIUS VARRO) (Rieti, 116 a. C. - 27 a. C.) fue un
polígrafo, militar y funcionario romano. Escribió más de 600 obras, pero sólo sobreviven
fragmentos de unas 70, y dos completas (DE LINGUA LATINA y RERUM RUSTICARUM).
6. CAPITULO III
La división que hace Varrón de los libros que compuso
acerca de las antigüedades de las cosas humanas y divinas.
7. Habiendo escrito cuarenta y un libros sobre las antigüedades,
los dividió según materias divinas y humanas.
En las humanas consume 25, en las divinas 16, siguiendo en
la división de materias esta distribución; de forma que reparte
en 4 partes 24 libros concernientes a las cosas humanas,
designando seis a cada parte.
8. Materias humanas: Materias divinas:
LIBROS: LIBROS
6 primeros: HOMBRES 3 primeros: HOMBRES
3 segundos: LUGARES
6 segundos: LUGARES
3 terceros: TIEMPOS
6 terceros: TIEMPOS
3 últimos: CULTO DIVINO
6 últimos: COSAS
+ 1 libro al principio que habla
+ 1 libro al principio que habla de en común de todos.
todos los asuntos propuestos.
= 16 LIBROS
= 25 LIBROS
9. CAPITULO IV
Que, conforme a la disputa de Varrón, entre los que adoran a
los dioses, las cosas humanas son más antiguas que las
divinas.
10. << En vano se busca y espera la vida eterna, que
imprudentemente los hombres la quieren y desean.>>
A la verdadera religión no la fundó ninguna ciudad de la
tierra, antes sí, ella es la que establece una ciudad
verdaderamente celestial. Y ésta nos la inspira y enseña el
verdadero Dios, que da la vida eterna a los que de corazón
le sirven.
Por ésta razón, Varrón confiesa que por
eso escribió primeramente de las cosas
humanas y después de las divinas, porque
éstas, fueron instituidas y ordenadas por
los hombres
11. CAPITULO V
De los tres géneros de Teología, según Varrón fabulosa,
natural y civil.
12. Hay tres géneros de Teología (ciencia de los dioses): mítico,
físico y civil.
MÍTICO: Fabuloso. Aquel del que usan los poetas.
FÍSICO: Natural. Aquel del que usan los filósofos.
CIVIL: Civil. Aquel del que usa el pueblo.
13. CAPITULO VI
De la Teología mítica, esto es, fabulosa, y de la civil, contra
Varrón.
14. Nadie alcanza la vida eterna con la Teología fabulosa, ni
con la civil; porque una va, sembrando doctrinas
detestables, fingiendo de los dioses acciones torpes, y la
otra, con el aplauso que las presta, las va segando y
tomando; la una esparce mentiras, la otra las toma.
Ambas son seguramente torpes, ambas odiosas; pero la
una -que es la teátrica-, profesa públicamente la torpeza, y
la otra -que es la civil-, se adorna con la obscenidad de
aquella.
15. CAPITULO VII
De la semejanza y conveniencia que hay entre la Teología
civil y fabulosa.
La Teología civil se reduce a la Teología fabulosa, teatral, escénica,
llena de preceptos indignos y torpes, y toda esta que justamente parece
se debe reprender o condenar es parte de la otra.
16. CAPITULO VIII
De las interpretaciones de las razones naturales que
procuran aducir los doctores paganos en favor de sus
dioses.
17. Dicen que todo esto tiene ciertas
interpretaciones fisiológicas,
razones naturales.
Búsqueda de la Fisiología y no
la Teología; es decir, no la razón
de la naturaleza, sino la de Dios,
porque, aunque el verdadero
Dios es Dios, no por opinión,
sino por naturaleza.
No toda naturaleza es Dios,
pues, en efecto, la del hombre,
la de la bestia, la del árbol, la de
la piedra, es naturaleza, y nada
de esto es Dios.
En la verdadera Teología, la
tierra es obra de Dios y no
madre.
19. Ej. Si proveyese uno de dos amas a un hijo suyo para que
la una no le diese más que la comida, y la otra la bebida,
así como los romanos designaron para este encargo dos
diosas: Educa y Potina.
Refiere que a la mujer, después del parto, la ponen tres
dioses de centinela (Intercidona, Pilumno, Daverra) para
que de noche no entre el dios Silvano y la cause alguna
molestia.
20. Manifiesta cuál es el oficio de cada uno, y por qué se debe
acudir y suplicar a cada uno de ellos; pero con toda esta su
exactitud y curiosidad, no se hallará que demostró o nombró
un solo Dios a quien se deba pedir la vida eterna, y
solamente por ella sola somos en realidad cristianos.
21. CAPITULO X
De la libertad con que Séneca reprendió la teología civil, con
más vigor que Varrón la fabulosa.
Lucio Anneo Séneca (Latín: Lucius Annæus Seneca), llamado Séneca el Joven (4 a. C. – 65) fue un
filósofo, político, orador y escritor romano conocido por sus obras de carácter moralista.
Anneo Séneca. Escribió contra las supersticiones, más
abundantemente y con mayor vehemencia reprende la teología civil
y urbana que Varrón llama teatral y fabulosa.
23. Séneca, entre otras supersticiones relativas a la teología civil,
reprende igualmente los ritos de los judíos, con especialidad la
solemnidad del sábado, diciendo que la celebran inútilmente.
No se atrevió a hacer mención de los cristianos, que ya
entonces eran aborrecidos de los judíos.
Al fin puso su parecer, significando lo que sentía acerca de
aquellos ritos, y dice así: «Con todo, ellos saben y entienden las
causas en que se fundan sus ritos y ceremonias, y la mayor
parte del pueblo hace lo que ignora por qué lo hace»
24. CAPITULO XII
Que descubierta la vanidad de los dioses de los gentiles, es,
sin duda, que no pueden ellos dar a ninguno la vida eterna,
pues que no ayudan tampoco para esta vida temporal.
25. Acerca de estas tres teologías que
los griegos llaman mítica, física y
política, y en idioma latino pueden
llamarse fabulosa, natural y civil, de
ésta hemos demostrado que no se
debe esperar la vida eterna.
¿a qué dios sino al dador de la
felicidad nos hemos de consagrar
los que con piadosa caridad
amamos y deseamos la vida eterna,
donde se halla la verdadera y
completa felicidad?
El dios que no da la felicidad,
¿cómo podrá dar la vida eterna?
¿Cuál es la causa porque llamamos
vida eterna aquella donde hay
felicidad sin fin?
26. Se infiere que la vida eterna, la feliz y bienaventurada sin fin,
sólo la da el que da la verdadera felicidad.
La cual, por cuanto está demostrado que no la pueden dar
los dioses que reverencian la teología civil, por lo mismo, no
sólo no se les debe venerar por interés de las cosas
temporales y terrenas, según lo manifestamos en los cinco
libros anteriores, pero mucho menos por la vida eterna que
esperamos después de la muerte.