El documento describe el emotivo encuentro entre Ingrid Betancourt, recién liberada de seis años de cautiverio, y su familia. Ingrid abraza y besa repetidamente a su madre y a sus hijos, Melanie y Lorenzo Delloye, expresando lo mucho que ellos significaron para mantener su voluntad de sobrevivir y escapar de la selva. Las imágenes conmovedoras del reencuentro quedarán grabadas en la memoria del mundo.