2. La vendedora de flores sonreía; su arrugado rostro
resplandecía de gozo.
Por impulso, tomé una de sus flores y le dije:
- Se ve usted muy feliz esta mañana.
3. -¡Claro!- exclamó-. Sobran los motivos.
Aquella mujer vestía tan pobremente y se
veía tan frágil, que su actitud me intrigó.
-Sobrelleva sus problemas admirablemente-
la elogié.
Ella me explicó entonces:
4. - Cuando crucificaron a Jesús, fue el día más triste
de la historia. Y tres días después, ÉL RESUCITÓ.
Por eso he aprendido a esperar tres días siempre que
algo me aflige, entonces las cosas resultan no ser tan
graves como parecían y se arreglan de una u otra
manera en ese tiempo.
5.
6. Seguía sonriendo al despedirse de mi.
Sus palabras me vienen a la mente cada vez que
estoy en dificultades.....
“Hay que esperar tres
días"
7. Recuerda que con la muerte de Cristo Jesús, obtuvimos el
regalo màs grande de nuestra existencia el perdón de
nuestros pecados, y con su resurrección obtuvimos la
misericordia de Jesús que es la vida y vida eterna.
Ten fe que cada prueba o dificultad que estés pasando, con
Jesucristo a nuestro lado nada en este mundo es imposible,
Y cuando llega la muerte no es una derrota, màs bien es una
alegría en medio de nuestra tristeza de perder a un ser
querido, porque con la muerte empieza la verdadera vida.
Declaro sobre todos (as) ustedes salud, prosperidad y que el
Espíritu Santo fortalezca las partes màs débiles de cada uno.
Dios derrame sobre todos (as) ustedes sus ricas
bendiciones.