Este documento cuenta la historia de un niño que disfrutaba dibujando una serpiente devorando a su presa, pero los adultos le dijeron que solo era un sombrero y lo desanimaron de seguir una carrera en la pintura. Años más tarde, cuando su motor se averió durante un viaje, un niño le pidió que dibujara un cordero, llevando al narrador a darse cuenta de que a veces los adultos no entienden a los niños. Finalmente, el narrador conoció al Principito mientras dibujaba un
PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
El principito betty
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Es un niño que leyó el libro la selva virgen
titulada “Historias Vividas” y lo primero que
vio fue que una serpiente boa se comía y
el libro afirmo que de solo un trago se lo
comía y que también dormía durante su
digestión. Lo que él hizo fue dibujarla él le pregunto a las personas mayores y su
contestación fue por qué le temería a un sombrero le respondieron.
Más sin embargo su dibujo no representaba eso si no que una serpiente
devoraba a su presa
1er dibujo
2do dibujo
Los mayores le recomendaron no involucrarse en el dibujo y le recomendaron
involucrarse en le Geografía, Historia, Calculo y Gramática. A sus 6 años
abandonó una estupenda carrera de pintor, para él fue desilusionador fue triste
porque a los adultos se les tiene que dar muchas explicaciones una y otra vez.
Después eligió otro oficio y aprendió a pilotear, el voló por todo el mundo; también
él dice que la geografía lo ayudo así pudo diferenciar a China de Arizona le fue útil
más si se perdió una noche.
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Él ha hecho muchos contactos con muchas personas y que son serías, vivió con
mucha personas mayores y las conoció de cerca más sin embrago aun no cambio
su opinión sobre ellas. En algunas ocasiones si encontraba a una persona muy
lucida lo sometía a la experiencia de su dibujo 1 que aún lo conserva desde
siempre, Lo que quería saber era si habría alguien comprensivo; pero siempre le
contestaban que era un sombrero.
Vivió solo así si poder hablar verdaderamente hasta que realizo un viaje hace 6
años cuando se le estropeó su motor se puso hacer una reparación muy difícil
cuestión de vida o muerte de repente alguien le dijo:
-Pínteme un cordero.
-Por favor.
-¿Eh?..-.
-Píntame un cordero.
Él se puso de pie de un salto se paró como el mismo rayo se froto los ojos y de
repente logro ver un muchachito que le miraba gravemente, el logro hacer aunque
su dibujo ciertamente no era tan encantador que el modelo, él lo que explico fue
que no era su culpa i no la de sus mayores ya que lo habían desanimado de la
carrera que quería estudiar a los 6 años.
Dibujé un cordero. Lo miró atentamente y dijo:
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— ¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro.
Volví a dibujar.
Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia.
— ¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene Cuernos…
Rehíce nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual que los
anteriores.
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—Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho
tiempo.
Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor,
garrapateé rápidamente este
Dibujo, se lo enseñé, y le agregué:
—Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran
sorpresa mía el rostro de mí
Joven juez se iluminó:
— ¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea necesaria mucha
hierba para este cordero?
— ¿Por qué?
—Porque en mi tierra es todo tan pequeño…
Se inclinó hacia el dibujo y exclamó:
— ¡Bueno, no tan pequeño…! Está dormido…
Y así fue como conocí al principito.
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A él le costaba mucho tiempo comprender y de donde venía, a él le
hacía muchas preguntas pero al contrario el nunca escuchaba las
de él, él principito.
De alguna manera se dio cuenta de una segunda muy importante:
su planeta era más grande que una casa; pero aun así no le
asombraba mucho.