Weitere ähnliche Inhalte Ähnlich wie Angeles.y.mariposas (20) Kürzlich hochgeladen (20) Angeles.y.mariposas3. Diseño de Cubierta:
Sonia Nievas y Carolina Varela
ISBN: 978-1-926828-05-3
Depósito legal:
Biblioteca Nacional de Canadá Derechos exclusivos de edición en castellano reservados para todo el
mundo:
© 2010, Ediciones MUZA Inc. Canadá
www.tulibreriavirtual.net
Ninguna parte de esta publicación, incluído el diseño de la carátula, puede ser transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea
electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. Tampoco podrá ser reproducida o almacenada
con fines comerciales.
4. Agradecimientos A los blogueros que han prestado su gigante ayuda
desinteresada para lo que fue una campaña de promoción
Antes que nada quiero dar gracias a Dios por muy buena.
iluminar mi camino y hacerme sentir su presencia cada día En fin, gracias a los que siempre me apoyan por
de mi vida. hacerme sentir bien con lo que hago y a los que no
A mis padres, por darme la vida y apoyarme en mi creyeron en mí, por hacerme más fuerte.
educación junto a mis maestros, pues nunca hubiese
aprendido a leer y escribir.
A mis hermanos y amigos, por ser muchas veces mis
críticos literarios y soportarme cuando hablo de mis sueños
e ideas.
A los lectores, por seguir creyendo en la magia de
los libros y ser tan pacientes.
A mis dos amigas y colegas, Sonia Nievas y
Carolina Varela, por haberme brindado su ayuda. No
siempre se conoce a personas geniales y yo lo he hecho.
5. Más allá de la ventana abierta, el aire de la mañana
está henchido de ángeles.
Richard Wilbur
6. ÍNDICE
Prólogo ....................................................................5
Capítulo Uno: Despertares ......................................6
Capítulo Dos: Amigos...........................................23
Capítulo Tres: Bastian...........................................39
Capítulo Cuatro: Noticias......................................57
Capítulo Cinco: Preguntas y Respuestas ..............84
Capítulo Seis: Salvada.........................................102
Capítulo Siete: Baile ...........................................120
Capítulo Ocho: Pérdida Irreparable ....................134
Capítulo Nueve: Alas ..........................................146
Capítulo Diez: El Junco ......................................169
Capítulo Once: Tiempo .......................................184
Capítulo Doce: Palacio de Tul ............................193
Capítulo Catorce: Confrontación ........................227
Capítulo Quince: La Propuesta ...........................235
Epílogo: Decisión Final.......................................242
Acerca de.............................................................249
7. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Prólogo dolor cortante, allí están ellos brillando: tus amigos y amor
prohibido. Ellos llenan ese vacío.
Viví casi diecisiete años libre de problemas, sin
prestar atención a los demás, porque estaba encerrada en Sabía que estaba pecando mortalmente al
una burbuja. enamorarme. Aunque sentía que a él le pasaba lo mismo.
Me sentía aislada del mundo exterior, sin interés ni Me amaba, pero estaba rompiendo las reglas al hacerlo.
ganas de cambiar ese estado. Tenía una coraza alrededor Entonces, sufría igual que yo: en silencio.
que no me permitía ver que había algo más fuera del
mundo que me había creado en mi habitación. Tal vez cuando uno siente que es verdad en cada
Sin duda, haber venido a Puerto Azul cambió todo célula del cuerpo, ese amor no es tan prohibido. Porque al
completamente, ya que hizo que mi antigua vida cambiara final de todo, es el amor el que nos lleva a tomar las
por completo. decisiones más difíciles.
Al poner un pie fuera de mi mundo inventado,
encontré a aquellos que estudiaban conmigo, la vida social
que se comenzaba a tejer, y con ésta, los dramas, las
peleas, la alegría y el amor.
Cuando en el camino pierdes lo que más aprecias
con el alma, cuando pareces quedarte sin respiración por el
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 5
www.tulibreriavirtual.net
8. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Capítulo Uno: Despertares mal, hacía que olvidara los pequeños problemas de
adolescente solitaria que había tenido durante el día.
Ángel de la guarda, dulce compañía, no me No tenía una imagen definida de mi ángel guardián,
desampares ni de noche ni de día, no me dejes sola sino porque él jugaba a las escondidas y no se dejaba ver. Tal
me perdería… vez me estaba volviendo loca, pero las cosas se habían
Anoche después de dar mil vueltas en la cama, en tornado demasiado reales para mí. Al menos yo sí creía en
una búsqueda interminable del sueño y cuando estuve él.
cerca de dormirme, repetí cinco veces esa oración que mi El sueño de la noche de anterior fue igual de intenso
madre me enseñó cuando era pequeña. que los demás. Siempre pasaba lo mismo; era casi una
A pesar de que tenía dieciséis años, por alguna rutina que estaba obligada a vivir todas las noches, cuando
extraña razón que no comprendía, la seguía diciendo. el silencio se apoderaba del mundo.
Rezaba esa plegaria cada vez que me iba a dormir, con mis Me veía parada cerca de la ruta, nerviosa y con una
dedos entrecruzados sobre el pecho, porque me hacía fuerte idea en la cabeza. Los autos que pasaban a gran
sentir tranquila y protegida cuando las sombras de la velocidad eran borrosos frente a mis ojos. El vestido
oscuridad se movían en la penumbra de mi habitación. blanco y liviano que llevaba puesto comenzaba a flotar
El hecho de saber que en algún momento de la cuando la brisa proveniente de un bosque cercano llegaba
noche él estaba ahí, de pie a mi lado y cuidándome de todo hasta mí, acarreando hojas secas. Nadie parecía querer
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 6
www.tulibreriavirtual.net
9. ÁNGELES Y MARIPOSAS
ayudarme o preguntarme si estaba bien, lo que me llevaba Siempre giraba sobre mis pies lentamente, asustada,
a la conclusión de que era invisible para ellos. para ver quién era el que estaba parado detrás de mí y allí
En lo más profundo de mi ser estaba el sentimiento, estaba él, pero un tanto más lejos. Aunque no podía
las ganas de querer dar un paso adelante, cerrar los ojos y distinguir su cara ni sus ojos, sabía, porque lo sentía en
esperar al primer automóvil que quisiera quitarme la vida. todo mi cuerpo que ya estaba acostumbrado a su presencia,
Lo que no entendía era el motivo que me llevaba a tomar que era el mismo ser que me cuidaba por las noches.
esa decisión. Yo sabía que nunca pensaba en esas cosas Entonces entendía que mis sentidos eran mejores, pero el
horribles. Era como sentirme tentada a cometer el error. de la vista me jugaba en contra cuando lo quería ver.
Pero siempre en el instante en que estaba por tomar En el preciso momento en que me acercaba a
la drástica decisión, alguien me tocaba el hombro acariciar y mirar su rostro, alguien de la vida real me
izquierdo. Me dejaba completamente paralizada, como impedía hacerlo y me devolvía a la vida. Tenía la
congelada. Por un lado parecía estática, pero mis sentidos sensación de que era él quien no deseaba mostrarse, pero
estaban más alerta que nunca. Podía oler los perfumes que cada vez estaba más segura de que era mi protector.
el viento llevaba. Los ruidos que llegaban hasta mis oídos Me desperté dando un salto al escuchar los gritos de
eran fuertes. Podía ver las cosas con mucha nitidez, a pesar papá, provenientes del piso de abajo.
de que estaba oscuro. “Amelie, Amelie es hora de levantarse”. ¿Lo había
dicho o gritado? Me puse la almohada en la cara, llena de
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 7
www.tulibreriavirtual.net
10. ÁNGELES Y MARIPOSAS
rabia, porque otra vez alguien había interrumpido mi Salir a la calle era un decir, ya que no era una de mis
sueño, en el momento más importante. No tenía actividades preferidas, porque yo no era como las demás
despertador sobre la mesa de luz, porque con los gritos de chicas, no me interesaban las mismas cosas, porque las
mi familia tratando de despertarme todas las mañanas no consideraba banales.
era necesario. Mis padres trataban de obligarme a que saliera a la
“Ya voy. Sólo un segundo más”, traté de decir y me vida, pero a mí no me importaba demasiado. Tal vez se
di cuenta de que mi voz se escuchaba áspera, seca y reprochaban el hecho de que mi forma de ser tenía que ver
cansada, debido a que no había podido pegar un ojo la con el trabajo de papá. Una vez escuché a mi madre
noche anterior. Esos sueños eran tan reales que me culpándolo por mi personalidad. Hasta mi pequeña
cansaban demasiado. Tomaban toda la energía que tenía. hermana tenía más amigos que yo. El sólo hecho de tener
Luego no podía hacer más que levantarme, con finas líneas uno, era más de lo que yo tenía. Llegué a plantearme si era
rojas en mis ojos. Parecía salida de una película de terror, así cómo quería vivir y supuse que la respuesta era: no.
una zombi, o algún monstruo de esa clase. Pero por suerte, Martina, mi hermana menor, entró corriendo y abrió
papá siempre se acordaba de comprarme unas gotas, que las ventanas, porque sabía que era la única forma en que
hacían que la irritación se fuera en minutos, porque ni loca podía despertarme. Los rayos de sol que ingresaban,
saldría a la calle con esos ojos. quemaban mis ojos, que aún no habían sido expuestos a las
gotas. Entonces, no tenía otra solución que levantarme
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 8
www.tulibreriavirtual.net
11. ÁNGELES Y MARIPOSAS
para empezar con mi rutinaria aburrida y antisocial vida, a significaba ser adulta. Sabía que había otras chicas que no
la cual estaba demasiado acostumbrada. jugaban con sus hermanos, porque sus mentes estaban
“¡Arriba remolona, es hora de levantarse!”, gritó mi ocupadas con otras cosas que no tenían que ver con niños.
hermana, con la voz más aguda que haya podido escuchar A mí era lo que más me gustaba, pues los momentos que
en una nena de seis años. A veces temía por los vidrios y compartía con Martina eran de lo mejor y también escasos,
las cosas hechas de cristal que se encontraban en la casa. ya que me la pasaba casi todo el día en el colegio de doble
Sabía que era de tonta, pero creía que los vidrios podían turno.
estallar, como pasaba en las películas. ¿Todos tenían que “¡Amelie! Deja de hacerle cosquillas a tu hermana,
gritar en mi familia? sabes que le hace mal”, era lo primero que decía mamá
Luego de esa manera obligada de despertar, cuando nos escuchaba corretear por el living. Tenía la idea
dábamos paso a una cacería, en la que la perseguía hasta el de que reír era perjudicial para la salud, pero yo pensaba
piso de abajo. Las cosquillas eran su punto débil. Entonces todo lo contrario. Cuando estaba triste, que pasaba muy a
cuando la tenía entre mis manos, la hacía reír por un menudo, me acordaba de cosas graciosas y me alegraba al
minuto completo y quedaba realmente agotada, dolorida de instante. Toda la mala energía se iba.
tantas carcajadas que dejaba salir de su pequeño cuerpo. Mamá tenía un cerebro impresionante, al menos eso
Tal vez si alguien lo veía de afuera, yo parecía un es lo que yo creía. Mucha gente decía que las mujeres
tanto infantil para mi edad, aunque dieciséis años no podían hacer varias cosas a la vez. Yo era la excepción,
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 9
www.tulibreriavirtual.net
12. ÁNGELES Y MARIPOSAS
porque era distraída y torpe con mis movimientos, frasco de mermelada o una manzana grande por la cabeza,
entonces era mejor hacer sólo una cosa bien (cuando me iba a arrepentir de atacarla. Y así eran y habían sido
podía). Mamá era diferente y pensaba que al crecer, tal mis despertares hasta ese día y pensaba, que así seguirían
vez, obtendría sus habilidades. A pesar de que estaba siendo.
haciendo miles de cosas al mismo tiempo, estaba Luego frente al espejo del baño, mientras me
pendiente de cada sonido, se daba cuenta de todo lo que cepillaba los dientes con una pasta dental que papá nos
pasaba a su alrededor y siempre tenía una respuesta para obligaba a usar y que a mí no me gustaba, recordaba lo
todo. sucedido minutos atrás y no podía evitar reír de las
Después de atacar a mi hermana y recibir el reto, tonterías que hacía una chica, que ese año cumpliría
enseguida corría a la cocina donde estaba mamá, bajo la diecisiete.
mirada cómplice de mi padre. Esperaba cautelosamente Mi habitación parecía brillar con la luz solar que
hasta que tuviera mil cosas más que hacer, así la entraba por la ventana, abierta de par en par. Me quedé
encontraba desprevenida y le hacía cosquillas por detrás. mirando todo, inmóvil, como si fuera la primera vez que lo
Como ella estaba preparando nuestro desayuno, lo que hacía.
amaba hacer, utilizaba en su defensa los elementos a su Mi cuarto no había cambiado en nada, por varios
alcance como armas para el contraataque. Generalmente meses. El color durazno, que todos confundían con rosado,
eran tostadas, pero sabía que el día que me arrojara un
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 10
www.tulibreriavirtual.net
13. ÁNGELES Y MARIPOSAS
aún estaba en las paredes, contrastando con las blancas y ya que mi pelo era colorado también. Odiaba que me
largas cortinas que llegaban hasta el suelo. dijeran: “ahí va la colorada”, aunque tan poca gente se
Mi amor o devoción por las mariposas se notaba. acordaba de mí, o me prestaba atención, que no debía
Tenía unos cuantos móviles de ellas en varios lugares. preocuparme por eso.
Algunas eran metálicas, otras de vidrio pintado, pero Fue en ese momento, al sentir mi cabello reposar
mariposas en fin. sobre el hombro, que me acordé de la mano tibia en el
Al lado de la puerta estaba mi amada biblioteca, con sueño, y como siempre que eso me pasaba, moví
todos los libros que había leído y los que me faltaba leer, lentamente los ojos hacia la ventana. Desde ella se podía
definitivamente mi posesión más preciada, junto con las ver la parte superior de la catedral, las dos altas torres que
mariposas móviles. La habitación era mi refugio cuando el querían tocar las nubes. No sabía por qué, pero el escuchar
aburrimiento constante de mi vida se hacía presente. las campanas sonar a cada hora me daba escalofríos.
Me puse unos jeans gastados, una camisa blanca de “¡Amelie! ¿Qué te dicen las palabras DESAYUNO
mangas cortas con pequeños botones y entallada. Até mi y COLEGIO?”, me gritó mamá desde el pie de las
pelo ondulado en una cola, con una cinta azul y lo dejé escaleras, seguramente con mi taza de té ya en la mano,
caer sobre mi hombro izquierdo. Tal vez la forma de enfatizando las dos primeras “obligaciones” de mi día.
peinarme era anticuada, patética o “muy de princesa”, pero “Además de que odio escucharlas, me tengo que
me gustaba. Me hacía recordar a Kate Winslet en Titanic, apurar”, le respondí en tono de burla, tomando el bolso con
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 11
www.tulibreriavirtual.net
14. ÁNGELES Y MARIPOSAS
mis libros. Antes de salir, me aseguré de no olvidar nada, Mientras comía una tostada con manteca y
porque eso me ocurría con frecuencia. mermelada de frutilla, me acordé de la historia de mi
Mientras bajaba, al ver a mi madre esperándome, me nombre: Amelie. No era por ser arrogante, pero me
sentí como Rose en Titanic, bajando la gran escalera de encantaba mi nombre.
madera. Sí, por segunda vez y en los pocos minutos de Al parecer, a mamá le gustaba mucho una bailarina
estar despierta, pensé en Titanic. ¿Qué tan patético podía que se llamaba así. Era bastante famosa, según decía.
ser eso? No más patético que haberla visto cientos de Lamentablemente y en un mal salto, se rompió un tobillo y
veces y conocer los diálogos de memoria, pero amaba esa nunca más pudo volver a bailar. Mi madre pensó que tal
película. vez podría hacer un poco de justicia poniéndome a mí ese
En la mesa de desayuno de la cocina, todo pareció nombre. Como era de esperar, también me obligó a
ser normal, la misma imagen de siempre. Papá estaba estudiar danza clásica, aunque no le resultó. El traje y las
absorto en las noticias del diario y con la cara casi zapatillas especiales aún estaban guardados, ya que ni
escondida tras él. Mamá y mi hermana estaban hablando Martina quiso usarlos. Las dos preferíamos jugar a la
de tarea escolar. Mamá también le daba respuestas a papá, pelota con papá, para decepción de ella y alegría de él, que
sobre las noticias que él le comentaba. Otra vez, la vi no tenía un hijo varón.
haciendo varias cosas al mismo tiempo. La miré y sonreí, El colectivo rojo hizo sonar su bocina fuertemente
ella también lo hizo. frente a la puerta de mi casa. Todos nos levantamos de un
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 12
www.tulibreriavirtual.net
15. ÁNGELES Y MARIPOSAS
salto. Nos despedimos apresuradamente sin cruzar muchas convertí en una adolescente cerrada, protegida y que
palabras. Martina y yo nos subimos de inmediato, porque confiaba más en los personajes y héroes de libros que en
sabíamos que al conductor no le gustaba esperar. las personas. Pero luego papá cambió, dejó de preocuparse
Hacía casi un año nos habíamos mudado a Puerto tanto y despidió a los guardaespaldas, por lo que di gracias
Azul, porque papá era político y consiguió ganar las a Dios y nos mudamos de inmediato a la nueva ciudad.
elecciones como intendente en esta ciudad, la que parecía Esta era más chica, tranquila. Los colegios eran muy
ser la más conveniente en todos los aspectos. Tuvimos que buenos, y mis padres creían que nos llevaríamos bien con
dejar Santa María, en donde mi padre ejercía su cargo las personas porque estas eran amigables. Al menos eso,
porque empezaron a llegar, y volverse cada vez más ellos le demostraban a papá, lo apreciaban mucho, pero yo
graves, amenazas y ataques por parte de sus opositores. El creía que amarían a cualquier intendente nuevo que no
día en que una nota en papel azul atado a una roca atravesó fuera un tirano como el anterior. Tuvimos que volver a
la ventana de nuestro living rompiendo el vidrio en mil empezar. Otra vez me tuve que acostumbrar a las pocas
pedazos, papá se puso paranoico con nuestra seguridad. La cosas que me alejaban de mi casa y mi habitación. Una de
nota decía: cuida mucho a tu familia. Llegué a odiar a los las más terribles era el colegio y en su dirección iba ese
tontos que hicieron eso, porque papá se obsesionó y día.
contrató dos guardaespaldas que custodiaban la casa casi Todavía no lograba llevarme bien con nadie ni tener
todo el día y me seguían a todos lados. Y fue así que me mejores amigos, a pesar de que faltaban dos meses para
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 13
www.tulibreriavirtual.net
16. ÁNGELES Y MARIPOSAS
que terminaran las clases. Tampoco buscaba que los demás con el que el colectivero perfumaba el transporte, nos
se interesaran en mí. Estaba tan acostumbrada a ser quedamos atascados esperando a que ellos bajaran.
solitaria que sólo necesitaba hablar conmigo misma. Pero Sentí la mano de Leo en mi espalda. Él iba a mi
tenía el presentimiento de que todo iba a cambiar pronto y curso, se sentaba cerca y se notaba que le interesaba, pero
esa era una buena habilidad que tenía, porque estos nunca nos decíamos más que: “hola” o “perdón”, en
siempre resultaban ser verdad. momentos como esos en los que por un “descuido” suyo
Todos los días me sentaba sola en el colectivo, cerca me tocaba. Le sonreí, escondiendo mi rabia, bajé del
de la ventana. Martina ya tenía sus amigas, así que me colectivo, cerré los ojos dos segundos, respiré hondo y
abandonaba. Pero bueno, no podía arrastrarla a mi mundo miré la puerta vidriada de entrada, como si fuese una
de “bicho raro”. Ella se bajaba unos minutos antes en su guillotina en la que estaba a punto de perder mi cabeza.
escuela y venía corriendo a darme un beso, para desgracia “A la selva otra vez Amelie, sé fuerte” me dije a mi
del conductor, que quería que se apresurara a bajar. misma, resignada y empecé a avanzar sin ganas, esperando
Después de recorrer la misma calle, el colectivo se que ya llegara el final del largo día.
detuvo en el lugar que se detenía todos los días. Los demás El colegio parecía un típico centro educativo
chicos de años inferiores, bajaron corriendo. Así que los norteamericano, sacado de una película, serie televisiva o
que aún estábamos arriba, oliendo el perfume de naranja libro, porque no había visto en la ciudad otro igual.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 14
www.tulibreriavirtual.net
17. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Las “clases” de chicos estaban bien marcadas, cuerpos incrementara y por ganar el torneo de fútbol anual,
visibles, todas estereotípicas, pero reales, lo que era difícil contra el Colegio Saint Mary’s, el enemigo eterno del
de creer. Si uno no creía en estereotipos, con sólo vernos, nuestro, el Highland. ¿Quién habrá pensado en los
se haría creyente al instante. nombres?
Estaban las chicas populares, bellas, maquilladas Las populares y deportistas siempre se llevaban
como para una fiesta, con ropa de marcas conocidas y bien, era la naturaleza. Terminaban convirtiéndose en
caras, usando celulares que ni siquiera estaban a la venta novios antes de graduarse y se iban a estudiar juntos a la
en los negocios de la ciudad. Siempre caminaban rodeadas universidad. Tal vez compartían la única neurona que
por un séquito de otras chicas, que no les llegaban ni a los tenían, por eso se llevaban tan bien y soportaban su
talones, pero que de todos modos, trataban de alimentarse arrogancia compartida.
de esa magia, que la realeza juvenil-estudiantil, parecía Después existían los estudiosos, hambrientos de
tener. No sabía cόmo muchas aprobaban las materias con desafíos, como de olimpiadas matemáticas para demostrar
sus reducidos intelectos, pero había que darles el mérito cuánto sabían. No faltaban a ninguna clase, por más que el
por ello. mundo se estuviera destruyendo. AMABAN ser amigos de
Luego estaban los deportistas, tal cual y como se sus profesores, trataban de conseguir sus teléfonos o
veían representados en algunas películas o series direcciones de correo electrónico, para sentirse un paso
televisivas. Preocupados por que la masa muscular de sus más cerca de ellos, de la inteligencia superior. ¡Dios Mío!
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 15
www.tulibreriavirtual.net
18. ÁNGELES Y MARIPOSAS
En el último lugar de todos, se encontraban los El llegar a mi clase era siempre satisfactorio, porque
solitarios, o sea yo, Nadia y Alexis (mis dos únicos el pequeño detalle de ver el cartel blanco que decía
“especie” de amigos), la clase más rara e inferior de todo CUARTO AÑO, y saber que el aula del lado era el último
el colegio. No sabía si estaba bien arrastrar a esos dos nivel, me ponía más que contenta. Sabía que era buena
chicos a mi clase, de la que era la líder, pero como nunca alumna y aprobaría todas las materias.
los veía hablar con nadie más que ellos mismos, pensaba “Sólo un año más en esta selva superficial y serás
que esa era su clasificación. libre, Amelie”, me dije con una sonrisa gigante imposible
Los de mi clase eran los que amaban las novelas, a de ocultar, mientras la señora Herrero con sus ojos fijos en
diferencia de los otros que preferían los manuales, se mí, prometió borrármela con alguna pregunta complicada
movían en grupos extremadamente reducidos, no tenían que me haría durante la clase.
vida social, pero sí disponían de tiempo de observación “Buen día”, le dije solamente, acomodé la cinta de
para ponerse a hacer un profundo análisis de las clases mi cabello, dejé el bolso bajo el escritorio, que era todo
existentes en la escuela secundaria: Highland. mío en el fondo del aula y me dispuse a “disfrutar” de un
Al final, entre miradas de envidia, celos y rabia nos día más, de mi cuarto año de escuela secundaria.
movíamos todas las clases juntos, como una masa Como siempre, Leo estaba en el escritorio de la fila
uniforme por el pasillo, para ingresar a nuestras aulas a siguiente, sólo un delgado pasillo separándonos, pero él
soportar la cantidad de horas de estudio que nos esperaban. siempre estaba mirándome fijo, lo cual era MUY irritante.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 16
www.tulibreriavirtual.net
19. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Hasta que la profesora le llamó la atención por estar blanco, moderno, con el que podría lucir su hermosa figura
distraído. Me pregunté si no se animaba a decirme algo. O y él, en un perfecto traje negro, que haría resaltar la
sea, no era una tonta, porque podía darme cuenta de la hermosa blancura de su rostro.
forma obsesiva en que me miraba. Tal vez no se animaba a Luego de varias materias, mini recreos que te
decirme algo, porque sabía que con sólo verme la cara la dejaban con ganas de tener más tiempo libre, el timbre
respuesta sería: ¡NO! largo se hizo escuchar, para decirnos que era hora de
Mis dos “amigos” se sentaban en el escritorio almorzar. “¿Qué sucede?”, pregunté intrigada ante la fija
delante del mío, pero no parecían verme ya que estaban mirada de Nadia. No entendía por qué ella y Alexis
muy concentrados en su charla, bromas y risas cómplices. (empujado por ella) me miraban directo a los ojos, cuando
No era que quería que me prestaran atención, pero tal vez ya estábamos ubicados en el comedor, con comida en
decirme de lo que se reían hubiera sido gracioso. nuestra mesa.
Igualmente no los culpaba, porque era yo la que no les “Tus ojos”, me dijo ella, mientras él seguía muy
hablaba demasiado, a pesar de que nos sentábamos juntos entretenido en su sándwich de jamón y queso.
en el comedor. “Olvidé ponerme las gotas”, fue lo primero que se
No había que ser muy sensitivo para darse cuenta de me ocurrió, lo más inmediato que apareció en mi mente.
que además de esa “amistad” indestructible que los dos Pero volví a la velocidad de la luz a ver las imágenes de mi
tenían, iban a llegar al altar. Ella, en un hermoso vestido día y SÍ las había usado, así que no me quedó otra opción
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 17
www.tulibreriavirtual.net
20. ÁNGELES Y MARIPOSAS
que indagar. Estábamos hablando más que de costumbre, no era un buen tema para romper el hielo, me alegró que lo
eso se podía ver. hiciera. Las cosas estaban cambiando y yo estaba
“¿Qué pasa con mis ojos?”, pregunté dudosa, empezando a sentirme bien al hablar con ellos.
creyendo que tal vez no había lavado bien mi cara en la “Quedan perfectos en tu cara. ¿Nunca nadie, además
mañana, o que me había rayado con un marcador como de tus padres, te dijo que eras linda?”, dijo Nadia
solía ocurrirme en mis descuidos. bromeando, como si supiera lo que yo estaba pensando.
“No exageres, Amelie. Es que con Alexis…”, dijo Ella creía que yo era linda. Justo ella, que parecía la
ella, hundiendo su codo en el costado izquierdo de su muñeca barbie más hermosa que tenía guardada en un
cuerpo, para que dejara su sándwich y asintiera. baúl. Tenía un cuerpo estupendo, sin necesidad de visitar
“…Recién nos damos cuenta de que son muy lindos, el gimnasio, como otras hacían todos los días. Su pelo era
un color marrón o miel mejor dicho, un tanto más bello rubio, lacio y caía perfecto sobre sus hombros, ojos azules
que el color normal”, terminó acabando con todas mis y alta como una modelo de pasarela.
tontas ideas. ¿Qué más podía hacer que decir gracias? “Sexy”, comentó Alexis lamiendo su dedo, en el que
“Muchas gracias”, fueron las dos únicas palabras había quedado un poco de mayonesa. Nadia aclaró su
que pude lograr emitir, ya que nunca me sorprendía con un garganta y a mí me pareció que el cometario, el adjetivo
comentario así. Superficial sí, pero nadie más que mis “sexy”, de él hacia mí o al resto de mayonesa en su dedo
padres se fijaba en lo bella que podía ser. A pesar de que (no estaba segura), no le agradó a ella para nada.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 18
www.tulibreriavirtual.net
21. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Miré a mi alrededor, al gran comedor del colegio. alenté a mí misma, con metáforas referentes a mis amadas
Hasta en eso parecía extranjero. Había una gran barra de mariposas.
comidas, donde podíamos elegir con qué deleitarnos día a “Gracias”, dije usando un tono de voz más alto que
día. Y vi a todos los grupos, las clases que unas horas atrás el que debería haber usado. Los que estaban sentados en la
pude distinguir con tanta claridad. Todos formando parte mesa cercana se dieron vuelta, miraron e hicieron una risa
de mi vida. Era extraño lo que estaba sintiendo, pero no se de burla, lo que no me importó, porque tenía que decirlo.
sentía para nada mal pertenecer a algo, por más malo que “De nada. Pero, ¿a que viene eso?”, preguntó
me pareciera. Alexis, mientras otra vez, los dos me miraban como un
Observé a Nadia y Alexis, que hace unos pocos objeto de estudio, como una rareza. Pero tuve que darles la
meses, y a pesar de conocernos ya casi un año, me seguían razón, porque ellos no estaban pensando lo mismo que yo
a todos lados. Soportaron mi ignorancia e indiferencia todo en ese momento y no tenían ni una mínima idea del porqué
ese tiempo. ¡Que mala había sido! de mi agradecimiento.
Los miré jugar y bromear del otro lado de nuestra “Expresarme abiertamente, no va mucho conmigo,
pequeña mesa, cerca del gran ventanal con vista al bosque. pero… les agradezco el haberme aceptado, soportado estos
“¿Por qué soy tan cerrada y egoísta? Les tengo que meses y ser mis amigos”, finalmente pude decirlo, MIS
dar la oportunidad. Es hora de salir de la crisálida, AMIGOS, que más que eso podían ser. Siempre habían
Amelie. Hay que experimentar la metamorfosis”, me estado conmigo, apoyándome y golpeando al que se
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 19
www.tulibreriavirtual.net
22. ÁNGELES Y MARIPOSAS
atrevía a jugarme bromas por ser la “nuevita” del lugar y de Augusto, el líder del equipo de fútbol, enroscado en su
yo no reaccionaba. cuello. Iban a nuestro curso pero no los registraba, a menos
La barbie inteligente y amante de los libros, que si que respondieran una tontería cuando algún profesor
tuviera sólo una neurona, les quitaría el trono a las preguntaba algo serio.
populares, y el chico sin interés por los deportes pero con “Igual que tú”, dije para nosotros tres y
hermoso cuerpo, que podía quitarle el puesto a los comenzamos a reír a carcajadas, mientras las fieras de la
musculosos deportistas, ERAN mis amigos, no había otra selva superficial se alejaron de sus presas.
palabra que lo describiera mejor. La hora del almuerzo había terminado más rápido
“Sabes que siempre estaremos para lo que nos que de costumbre, pero fue el almuerzo más diferente que
necesites. Sólo debes hablar un poco más”, dijo Nadia, había tenido.
tomando mi mano izquierda y apretándola fuertemente. Las materias de la tarde transcurrieron igual que
Eso fue mucho más de lo que esperaba. siempre, nada que ya no supiera, pero para quedar bien
“Sino, ¿para qué son los amigos?”, comentó Alexis ante los ojos de cada profesor pretendía tomar notas,
y tomó mi mano derecha. Bueno, eso sí que fue más que mientras sin sentido, escribía mi nombre miles de veces en
demasiado, pero lo tenía que soportar. una hoja. También dibujaba mariposas de alas complicadas
“Patético”, dijo Gina, la chica más popular del y me tomaba todo el tiempo de pintarlas.
colegio, al pasar con su séquito uni-neuronal, con el brazo
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 20
www.tulibreriavirtual.net
23. ÁNGELES Y MARIPOSAS
La mirada de Leo, aún irritante sobre mí, me hizo dar oportunidades, poco a poco estaba saliendo a la vida.
respirar hondo para calmarme y no levantarme a darle una Iba a responder positivamente.
bofetada, así que bajé la vista a mis dibujos. “Claro. ¿Por qué no? Además necesito ayuda con la
Luego mis deseos fueron escuchados. Había estado primera guerra mundial”, comenté, sacando el celular del
pidiendo fuertemente y con todas mis energías, que la bolsillo de mi bolso negro, que llevaba cruzado en mi
tarde escolar terminara, cuando el sonido del timbre final hombro. Le mandé un mensaje a mamá.
me dejó más que satisfecha, con una sensación de poder. Me voy a hacer un trabajo de Historia con Nadia y
Como que si mis deseos se cumplían, si realmente así lo Alexis. Después vamos a comer algo en su casa. Vuelvo
quería. más tarde. Enviar.
Cuando estaba a punto de subir al colectivo, alguien “No te preocupes por la vuelta. Al tiene auto,
tomó fuertemente mi brazo. Era Nadia y no sabía qué era nosotros te llevamos”, comentó ella abrazándome, como si
lo que me venía a decir. hace tiempo quería hacerlo. Y me sentí egoísta otra vez,
“Hey, pensábamos con Al…”, y señaló a Alexis en porque siempre les había mezquinado afecto, así que traté
el estacionamiento, así que supuse que ese era su apodo o de apretarla un poco para que el abrazo fuera caluroso.
diminutivo, “…que tal vez querías venir a casa, a hacer el Ella se rió de mi torpeza.
trabajo de Historia y comer algo después. ¿Qué dices?”, “Gracias, pero no quiero molestar. Puedo volver en
agregó ansiosa. Recordé que me había dicho que tenía que taxi, no hay problema”, le dije sonriendo un poco, tratando
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 21
www.tulibreriavirtual.net
24. ÁNGELES Y MARIPOSAS
de no decepcionarla, mientras leía el mensaje de respuesta “Bueno, iré y volveré a mi casa con ustedes. Ya se
de mamá. los informé a mis padres, así que no hay vuelta atrás”, dije
BUENISIMO. Decía con letras mayúsculas que amenazante mostrándole mi celular.
denotaban sorpresa. Seguro estaba más que feliz, porque Nos acercamos a Alexis, quien abrió el baúl para mí,
su hija estaba empezando a tener vida social. Empecé a indicándome que ese sería el lugar del auto que ocuparía.
reír por lo que estaba pensando y le mandé el siguiente Saqué la lengua en su dirección y se apresuró a abrirme la
mensaje: los chicos me llevan en su auto después, nos puerta trasera. Nadia le dedicó una mirada cómplice y se
vemos, besos. sentó en el asiento del acompañante. Era un Fiat Uno,
“¿Cuándo vas a entender que no eres una molestia negro que brillaba, “tuneado”, con llantas plateadas, su
para nosotros?”, dijo ella con un tono de enojo en su voz, interior negro también y con un hermoso sistema de
pero tenía toda la razón. Hace unos minutos había música. Era más de lo que podía analizar técnicamente.
entendido que nada que viniera de mí, era molestia para El celular sonó otra vez, un mensaje, esa vez de
ellos, porque realmente yo les agradaba. Tenía que dejar papá.
de pensar en que yo no podía caerle bien a nadie, ya que BUENISIMO, SON DOS AMIGOS.
ellos eran la prueba viviente. FELICITACIONES. No pude hacer más que tirarme en el
respaldo del suave asiento, riendo y más relajada que
nunca.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 22
www.tulibreriavirtual.net
25. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Había despertado a otra vida. A una nueva vida con Capítulo Dos: Amigos
amigos que eran geniales y divertidos, en la que por
primera vez, me sentía parte de algo más que una Llegamos a la casa de Nadia con el volumen de la
habitación. música en el auto lo más fuerte posible, así que temí que
Escuché a los chicos reír, uniéndose a mí y en algún momento me llegaran a sangrar los oídos o la
compartiendo mi felicidad. Cerré los ojos y le pedí a mi nariz. Los demás no creían en esa teoría alocada y a mí
ángel que me brindara siempre esos bellos despertares. nunca me había pasado, pero sí tenía conocimiento de
casos de chicos a quienes le había sucedido.
“Amelie, es hora de bajar del auto. ¿Quieres
quedarte allí toda la tarde?”, dijo Alexis un tanto
impaciente, mientras Nadia me observaba fijamente. A eso
sí que no me podía acostumbrar, a sus miradas penetrantes
ante cualquier cosa que hacía o dejaba de hacer. Hiciera o
no hiciera algo, nunca pasaría desapercibida ante sus ojos
amistosos pero analizadores.
“Es hora de bajar de la nube en la que estoy
viviendo también”, pensé inmediatamente, porque si
quería mantenerlos en mi lista de seres queridos, era
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 23
www.tulibreriavirtual.net
26. ÁNGELES Y MARIPOSAS
importante que viviera en el mundo real y no pareciera una bromas de Alexis, a los abrazos de oso de Nadia, pero no
loca pensativa frente a sus ojos atónitos. podía ser tan terrible. Estaba acostumbrada a cosas malas
“Ya sé que es hora de bajar, pero es que el asiento es de verdad. ¿Cuáles eran esas cosas? No sabía, pues nunca
tan cómodo”, dije y en ese segundo pensé que no podía me pasaba nada “raro” en mi habitación, así que otra vez
haber dicho algo mas patético que eso. ¿A quién más que a me había mentido a mí misma pensando que sabía sobre
la loca solitaria se le podía ocurrir una respuesta tan mala? experiencias de la vida.
Aunque a pesar de mis juicios mentales, a Alexis le “Ah, ¿eres Amelie Roger no? Buen nombre y
encantó que hablara bien de su auto. Sabía que había cosas apellido, me gusta”, comentó una mujer mientras
más importantes que apreciar como el motor, el sistema de ingresábamos a la casa de color arena en su exterior.
música y otras maravillas de la ingeniería, pero al fin y al Cuando la miré con detenimiento, sorprendida porque
cabo eso fue lo único que pude decir. Todavía no conocía sabía mi nombre completo, me di cuenta de que era la
la técnica de volver al pasado para revertir situaciones réplica de Nadia. Entonces ella debía ser su madre. Tenían
embarazosas. la misma altura, color de pelo y la cara idéntica. Mi nueva
También pensé que si tal vez podíamos reunirnos amiga era su copia, aunque mejor aún y eso ya era mucho
más seguido, mi vida sería más fácil y menos aburrida. Por decir, porque su madre era hermosa.
primera vez estaba contenta de haber empezado a vivir en “Soy Clara, la mamá de Nadia. ¿Cómo estas?”, me
el mundo real. Me llevaría tiempo acostumbrarme a las saludó con un beso en la mejilla sin temor a mi reacción.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 24
www.tulibreriavirtual.net
27. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Entonces recordé los abrazos despreocupados de su hija y creí que era para que no se sintiera mal después de haber
confirmé que se comportaban de la misma manera. dicho que su hija sólo lo tenía a él como amigo. Eso me
Clara me cayó bien desde el principio y encima llamó la atención, pero era verdad. Nadia nunca
sabía mi nombre. Supuse que la ciudad no era lo frecuentaba a más personas. En eso éramos iguales, las dos
demasiado grande, que todos debían haber estado pensábamos que los varones eran más comprensivos y
comentando sobre mi familia, los nuevos residentes y protectores como amigos, tenían menos problemas, no
gobernantes de Puerto Azul. como las envidiosas mujeres que te sacarían los ojos si
“Bien, mi nombre es Amelie, aunque ya lo sabe. vestías ropa mejor que ellas. Al menos, así eran las que
Estoy bastante bien”, dije fingiendo una risa tonta, iban al colegio.
mientras Nadia tiraba de mi mano para que subiéramos las “Deja de decir esas cosas mamá. Llámanos cuando
escaleras, como si no quisiera que me quedara a hablar con las pizzas estén listas”, exclamó su hija un tanto sonrojada
su mamá. y mordiéndose el labio inferior con los dientes superiores,
“Me alegro de que mi hija tenga una amiga. Desde como si estuviera llena de rabia pasajera. Su madre siguió
que es chica pasa todo el día con Alexis. Ya les dije que cocinando sin prestarle demasiada atención.
van a terminar siendo novios”, comentó Clara mientras “No te preocupes, mis papás dicen lo mismo cuando
preparaba masa en la mesada de la cocina. Le dio una ella va a casa”, dijo Al. Sí, había comenzado a pensar en él
mirada tierna a Alexis, tal vez la idea le gustaba, pero yo
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 25
www.tulibreriavirtual.net
28. ÁNGELES Y MARIPOSAS
con su apodo. Miró a Nadia y sacudió su cabeza indicando cuadros en el centro. Aunque este no es uno de los mejores
que era hora de seguir camino hacia el primer piso. que ha pintado, en mi opinión. No sé, me parece tan
Atravesamos un pasillo para llegar a la habitación. sombrío”, comentó Nadia como crítica de arte, tomándome
La casa era un tanto más chica que la mía, pero estaba de la mano con fuerza para llevarme al cuarto donde ya
bellamente decorada. Me preguntaba de quién sería el estaba Alexis. Al parecer no le gustaba decir que su mamá
buen gusto, la elección de los bellos colores pastel de las hacía esos cuadros sorprendentes.
paredes, las cerámicas de los pisos, cortinas y adornos. “¿Estás loca? Me parece que es muy bueno y no he
Me quedé parada en medio del corredor, mirando un visto los otros. Es simplemente… her-mo-so”, dije, aunque
gran cuadro en blanco y negro que llamó mi atención por sin querer que se notaran las sílabas tan separadas. Era
completo. En él había un hombre joven, arrodillado en la sólo para poner énfasis, pues me parecía que la creación de
playa, con su cabeza hacia arriba y sus ojos cerrados. El su madre era maravillosa.
furioso océano de fondo en forma de olas y un gran par de “Un cuadro digno de estar en museos de arte”,
alas que salían de su espalda, así se completaba la imagen. acoté. Además de apreciarlo artísticamente, me recordaba
Cuando miré la base del mismo vi la firma del pintor. Era el sentimiento de protección al rezar mi plegaria al ángel
Clara Herman.
una pintora mejor dicho: Esa era su firma. de la guarda. Es más, eso era lo más importante que la
imagen despertaba en mí, el recuerdo del ser en mis
“Mamá lo hizo, es pintora desde hace mucho
sueños.
tiempo. Tiene un negocio donde expone y vende sus
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 26
www.tulibreriavirtual.net
29. ÁNGELES Y MARIPOSAS
“Apuesto a que si le digo que te gusta mucho, te lo La habitación de Nadia no era en nada parecida a la
envuelve y regala. Es tan buena mi mamá”, dijo Nadia mía. Las paredes estaban pintadas de color blanco y sin
mientras ingresábamos a su cuarto. adornos, excepto un gran espejo en una de las paredes.
“No podría aceptarlo si así fuera. ¿Sabes cuánto Parecía el cuarto de una chica de universidad, madura.
puede llegar a costar un cuadro así? Mucho dinero”, le dije Totalmente opuesto a mi aniñado espacio personal con
pero pareció no escucharme. Al menos yo creía que esa mariposas móviles.
pintura era costosa. En lo que coincidíamos era en el amor por los libros.
Nadia se había quedado mirando a Alexis que estaba Ella también tenía una buena biblioteca que llegaba desde
reposando en la cama en una manera rara. Tenía mitad del el suelo al techo, de dura madera marrón, repleta y
cuerpo sobre la cama y la otra mitad en el suelo, lo que no alimentada por numerosos títulos. Allí habitaban clásicos
me pareció nada cómodo, pero a él no le importaba y mundiales como también las últimas apariciones en la
cantaba mientras tanto. literatura juvenil. Lentamente recorrí con mis ojos estante
Apenas entré, hice una inspección del lugar que por estante, observé los lomos de diferentes colores y sabía
acababa de conocer, nunca había estado en habitaciones de que en algún momento tendría que pedirle algunos
amigos, porque antes no tenía, así que quería ver las prestados, porque había muchos que no había leído.
diferencias. “Si quieres alguno de mis libros, te lo envuelvo para
regalo”, bromeó retomando el tópico “regalos”, las dos nos
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 27
www.tulibreriavirtual.net
30. ÁNGELES Y MARIPOSAS
reímos de forma cómplice. Mi amigo no entendió el Charlamos sobre todos los temas existentes en nuestra
porqué. realidad, menos de las temibles armas usadas por los
Luego Alexis comenzó a sacar los libros y países en la horrible guerra, no leímos una sola palabra que
cuadernos de su mochila, mientras Nadia encendía la tuviera que ver con historia mundial.
computadora que estaba en el gran escritorio, alrededor del En un momento tuve que controlar mentalmente a
cual había dispuesto tres sillas, para comenzar con el mi estόmago para que no me avergonzara ante ellos.
trabajo de investigación sobre la primera guerra mundial. Supuse que mucho tiempo había pasado desde el almuerzo
“Tienen que lucirse con este trabajo”, había dicho en el comedor escolar y lo que comí en el recreo de las tres
el profesor de Historia. Al menos, haríamos lo posible. de la tarde. La manzana ya no me satisfacía más, su poder
Entendí que tendríamos la preciada ayuda de había terminado y tenía hambre.
Internet, ya que a pesar de tener tantos libros, ella no tenía “¡Chicos! Las pizzas están listas”, sonó la estridente
ni uno de historia, más que el que Alexis había tomado de y oportuna voz de Clara Herman, llamándonos desde el
la biblioteca del colegio y este no parecía tener mucha piso de abajo. Miré rápido un reloj negro que estaba sobre
información sobre el tema. la mesa de luz. Noté que eran las ocho y treinta de la
Las horas pasaron entre música, charla sobre noche, lo que significaba que había pasado más de tres
películas, libros, discos y… autos. Tuvimos que dejar que horas y media fuera de casa. Alexis corrió como un rayo,
Alexis hablara sobre algo que también le gustaba. desapareciendo al instante ante el llamado.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 28
www.tulibreriavirtual.net
31. ÁNGELES Y MARIPOSAS
“Estoy muerto de hambre”, nos dijo, mientras me Siempre con mis estúpidas preguntas. Entendí que no
interpuse entre la puerta y Nadia. había tenido derecho a preguntarle eso.
No sabía si con el poco tiempo de considerarnos “No, para nada. Disculpa, yo…”, traté de decir en
amigas, ya tenía el derecho de preguntar lo siguiente, pero un tono de voz alto, nerviosa, pero la voz salía de mí en
me animé y lo hice. Más que un golpe de ella no recibiría y forma de susurro, mientras el fuego en mi cara hizo que
estaba dispuesta a arriesgarme. Después de todo, hacía casi me diera cuenta de que estaba sonrojada. COLORADA,
un año nos conocíamos, no importaba que no hubiéramos mejor dicho.
sido tan íntimas antes. “Es broma, nena. Mira cόmo te pusiste. Perdón por
“Nadia. Disculpa que te pregunte esto, pero, ¿Alexis esta broma”, dijo en un tono de voz alto y riendo sin parar.
y tu son novios?”, pregunté, mirando rápidamente al “La verdad es que hay algo más, mucho más que
pasillo para asegurarme que él no estuviera detrás de mí. amistad entre nosotros, pero no queremos hacer
No estaba, ya había desaparecido. Ella se quedó viéndome declaraciones formales. Nos encanta la situación que
con un aire de sospecha en la cara. estamos viviendo. Sin rótulos ni etiquetas”, me dijo
“No sé. ¿Por qué?, si lo quieres para ti, me aparto abrazándome para que se me fuera la cara de espanto. Yo
del camino”, me dijo seriamente. El mundo pareció venirse aún no podía emitir sonido.
abajo. ¡Había arruinado el mejor momento de mi vida! “¿Piensas que te lo regalaría tan fácilmente? Creo
que lo amo más que a nada en el mundo”, dijo mirándome
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 29
www.tulibreriavirtual.net
32. ÁNGELES Y MARIPOSAS
a los ojos y supe que lo que decía era verdad. Lo que llevó dicho, con su innata habilidad de dar apodos a las
a que mis palabras trataran de ser disculpas y salieran personas.
rápido de mi boca, de una vez por todas. “Estás loca, el que me mira como obsesivo y
“Me gusta la pareja que hacen. Hoy DECLARO aprovecha cada movimiento cercano para tocarme es él.
FORMAL Y OFICIALMENTE que siempre, a pesar de Debería denunciarlo. Ah, por cierto ¿Amy va a ser mi
que nos conocemos hace un año, pensé en él como el apodo?”, le dije bromeando, mientras comenzábamos a
hermano varón que no tengo”, dije bromeando, usando andar por el pasillo iluminado por pequeños focos
algunas de las palabras que ella había utilizado unos amarillos en las paredes.
segundos atrás. Me miró desconcertada, seguro pensando “Definitivamente, así te voy a llamar todos los días”,
en las tonterías que estaba diciendo. dijo caminando detrás de mí con sus manos en mis
“Lo sé, Amy. Además yo sé que te gusta Leo, que hombros, como si me manejara.
no haces más que mirarlo en el aula. Deseas que ese Cuando llegamos a la mitad del pasillo, hasta el
angosto pasillo no existiera y que sus manos estuviesen cuadro que su mamá había pintado, me quedé paralizada
juntas”, comentó ella burlándose, con la voz de una actriz otra vez, porque bajo la tenue luz pude ver cosas que antes
sacada de una película de los años cincuenta. Un no había visto en el ángel.
segundo… ¿Cómo me había llamado? Amy, eso había Observé su perfecto rostro relajado y su hermoso
cuerpo. Las olas hechas de espuma blanca detrás de él,
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 30
www.tulibreriavirtual.net
33. ÁNGELES Y MARIPOSAS
parecían querer atraparlo. Seguramente así debía lucir el nada más. No estaba bien pensar lo que había pensado
de mi sueño, que no me mostraba la cara. unos momentos atrás. Eliminé esa idea de mi mente lo más
“Hablando en serio, ¿tienes a alguien en vista?”. La pronto posible. Como en una computadora, apreté
pregunta de Nadia me trajo a la realidad al instante. Sí, rápidamente y sin dudar la tecla suprimir y luego lo borré
tenía en ese preciso momento el ángel en mis ojos, “en también de la papelera de reciclaje, para que ni un rastro
vista”, como ella había dicho. Repentinamente y sabiendo quedara.
que estaba en pecado mortal por lo que estaba pensando, Antes de que pudieran vernos bajar, escuché la voz
reprimí la idea que había abarcado todo el espacio de mi grave de un hombre diciendo: “Chicas, apúrense porque Al
pecadora cabeza. Tal vez que mi abuela me haya obligado se va a comer todo”, supuse que era el padre de Nadia. No
a ir a misa todos los domingos cuando era pequeña y dejaría que Alexis se comiera todo, pues estaba muerta de
escuchar al sacerdote diciendo en sus sermones que todo hambre. Tendríamos que pelear como dos perros por el
era pecado, me habían afectado el pensamiento. último hueso, lo que no se vería muy bien frente a esas
“No, sólo amigos”, dije continuando mi camino y personas que acababa de conocer.
escuché a Nadia agradecerme. Cuando en realidad me “Ella es Amy, papá. En realidad se llama Amelie,
refería a que podía ser sólo amiga del ser que estaba en mis pero yo le puse ese sobrenombre”, dijo riendo, siguiendo
sueños, con las mismas alas que el de la pintura. Supe que con las presentaciones. Luego se sentó en una alta
no podía tener otro sentimiento más que ese: AMISTAD, banqueta cerca de la mesada, que estaba en el medio de la
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 31
www.tulibreriavirtual.net
34. ÁNGELES Y MARIPOSAS
cocina. Siempre me habían gustado esas barras para privilegios por ella. Además, la suya era una carrera no
desayunar, almorzar o cenar, porque no había necesidad de muy bien vista por muchas personas. Por eso quería tener
sentarse a una gran mesa en el comedor. Eran sólo ideas la menor relación posible con la política. La experiencia
que tenía. que tenía ya había sido bastante mala y casi me había
“Hola, es un gusto conocerte. ¿Eres hija de Darío transformado a una loca solitaria.
Roger? ¿El nuevo intendente de Puerto Azul?”, expresó “Se ve que es bueno tu papá. La gente habla muy
sin preámbulos sus dos preguntas, mientras yo observaba bien de su mandato en Santa María. Seguro lo van a
que ahora el cuadro estaba completo. extrañar, pero por suerte nosotros lo tenemos en nuestra
Los tres eran igual de lindos. Héctor, como luego ciudad”, dijo él alegremente tocando mi hombro, mientras
supe que se llamaba, Clara y Nadia, quien tenía un Ken dejaba un plato en la pileta de la cocina. Me di cuenta de
por novio. La familia de Barbie estaba completa, sólo que él y su mujer ya habían cenado. Seguro por estrictas
faltaba el auto último modelo en la entrada. Los padres de medidas establecidas por Nadia, para que no nos
Nadia eran muy jóvenes y eso se notaba en sus pieles, no molestaran.
tenían ni una arruga. “Sí, seguro que sí”, dije completamente convencida
“Sí, soy la hija del nuevo intendente”, dije bajando de que esos que lo extrañarían eran unos pocos y me senté
mis ojos al suelo. Amaba a mi padre, pero no me gustaba junto a Alexis, pensando en la antigua ciudad en la que
que me identificaran por su profesión o que me dieran habíamos vivido.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 32
www.tulibreriavirtual.net
35. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Santa María era el triple de grande que Puerto Azul, “… que te pareces a Rose”, acotó. Me quedé
pero no sabía si era debido a la felicidad que sentía en ese mirándolos fijamente, tragando apresuradamente el trozo
momento por pertenecer a algo, que la nueva ciudad me de pizza y tratando de digerirlo con un sorbo de agua fría.
pareció más bella. Me habían dejado completamente perdida. No sabía a lo
En Santa María dejamos a mi abuela Lucía, con sus que se referían y tenía que responder algo que no sonara
cosas y sus perros. Tenía una vida de la que no quería del todo tonto, lo que era difícil siendo yo.
desprenderse, amigos, lugares conocidos y pertenecía a esa “Como Rose de Titanic, dice Nadia que te gusta esa
ciudad. película”, comentó Clara con su brazo sobre los hombros
“Definitivamente le debemos una visita”, pensé de Héctor.
mirando a mi alrededor, los muebles que decoraban la “Ah. Sí, Rose Dawson, Kate Winslet... pelirroja.
casa. En realidad sentía que debíamos rescatarla, por si Somos parecidas”, fueron las palabras que logré hacer salir
algo llegaba a pasarle por ser madre de mi papá, pero no de mi boca, mientras todos sonreían ante mi desconcierto.
había caso, ella no quería irse. “Es hermoso como te atas el pelo con esa cinta y lo
“Decíamos con Clara antes que bajaran…”, comentó dejas caer sobre tu hombro izquierdo. Te ves hermosa,
Alexis terminando de comer el hilo de queso que se había como ella. No, más linda aún. Te da presencia y elegancia.
estirado desde la porción de pizza hasta su boca. Podría usarte como modelo en uno de mis cuadros”, dijo
ella mirando a su marido, mientras este asentía con la
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 33
www.tulibreriavirtual.net
36. ÁNGELES Y MARIPOSAS
cabeza. ¿Qué hice yo? Me sonrojé como cuando me “No es necesario que…”, fui interrumpida, mientras
convertía en el centro de atención, entonces recordé Alexis y Nadia se reían de mí.
porque no me gustaba serlo. “Tengo otra copia en el negocio”, dijo con un grito
“Por cierto, le conté a Amy que eras pintora, porque apresurándose al piso de arriba. No sabía si era verdad que
se quedó como hipnotizada mirando el cuadro del pasillo. tenía una réplica o solo trataba de convencerme, pero sabía
La pintura del ángel”, dijo Nadia, otra vez dejándome sin que me iría con un hermoso regalo. Ya hasta había
poder hablar, aunque la vergüenza había pasado un poco. pensado en esos segundos, en ponerlo en el espacio vacío
“Es her-mo-so, digno de estar en un museo de arte. sobre la cabecera de mi cama. Lugar que nunca había sido
Esa fue su declaración oficial y formal”, dijo Nadia ocupado, ya que nunca había encontrado un cuadro que me
bromeando, haciendo que me sonrojara otra vez más y gustara. Bueno, la búsqueda había terminado sólo con
logré propiciarle un codazo en su lado derecho. conocer a una persona.
“No lo puedo creer. Esta nena tendría que ser mi “Te dije que te lo iba a regalar. Nunca la vi tan
hija. Que no se hable más. Héctor, ayúdame a envolverlo feliz”, comentó Nadia comiendo otra porción de pizza al
para que se lo lleve”, propuso Clara feliz por las palabras igual que yo. Alexis jugaba con el control remoto,
que su hija le había dicho, que YO había dicho. Se acercó haciendo un gran zapping de canales.
y me besó en la frente. Yo había hecho feliz a alguien más según las
palabras de mi amiga. Aunque lo pude comprobar en la
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 34
www.tulibreriavirtual.net
37. ÁNGELES Y MARIPOSAS
alegre cara de su madre. Era un día de logros para mí. Más me guiñó un ojo y supuse que no lo había hecho, lo que me
de lo que me esperaba cuando me levanté enojada por el dejó mas tranquila.
sueño interrumpido. Cuando estábamos dentro del auto, Clara salió por la
“La pasé genial. Gracias otra vez y perdón por no puerta principal corriendo con el gran cuadro que me había
haberles prestado tanta atención durante todo el año. Justo olvidado en el sofá del living y temí que se le fuera a volar
cuando falta poco para que las clases terminen”, dije de sus manos delicadas. Me lo dio lentamente, estaba
mientras juntaba mis cosas, realmente arrepentida por todo envuelto en un fino y suave papel rosado e hice lo posible
el tiempo perdido que ya quería recuperar. para colocarlo a mi lado en el asiento sin estropearlo.
“No importa, Amy. Este es el mejor momento para “Esperamos verte pronto, eres muy buena y me
ser amigos, justo cuando van a empezar las vacaciones. alegra que seas amiga de Nadia”, dijo Clara besando mi
Nos divertiremos a lo grande, HERMANA”, dijo Alexis frente, me quedé congelada. No esperaba tanto amor de
apretándome la cabeza con su gran mano. Me di cuenta en una familia a la que recién conocía.
el instante de que Nadia le había hablado de nuestra charla “Conduce con cuidado, Al. Mira que llevas a la hija
en algún momento, cuando subí a buscar mis cosas a su del intendente”, bromeó Héctor y por primera vez no me
habitación. Rogué que no le hubiera dicho más que eso, importó que mencionara el trabajo de mi papá. Me parecía
nada sobre mi interrogatorio acerca de su noviazgo. Ella que las bromas quedaban bien viniendo de él, así que no
podía reprochárselo.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 35
www.tulibreriavirtual.net
38. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Los miré a los ojos llena de sinceridad, porque era lo “Trato hecho”, dije contenta por lo que evitaría en el
que sentía y lo que estaba corriendo por todo mi cuerpo transporte escolar. No me preocupaba Martina, porque ella
esa noche. ya tenía sus amigos y se sentiría igual de protegida que yo.
“Pasé la mejor noche de mi vida fuera de casa. Acepté la propuesta sin remordimientos.
Gracias por hacerme sentir parte de su familia. Nos Durante el trayecto a casa no hicimos más que
vemos”, saludé ante sus miradas agradecidas. hablar de cosas que sucedían en la escuela. Alexis imitó a
“Siempre serás bienvenida aquí”, dijo Clara. Luego varios profesores y compañeros demostrando que era
los dos se marcharon hacia el interior de la casa. realmente bueno con las imitaciones. Me reí como nunca
“Bueno, después de tantos hasta luegos, es hora de antes lo había hecho, en grupo esta vez.
irse. Mañana tenemos que estar temprano en la escuela”, El auto se detuvo frente a mi casa. Enseguida
dijo Alexis encendiendo el motor y apretando el acelerador distinguí las figuras de mis padres y hermana, sus sombras
varias veces. tras la cortina de la ventana del living, expectantes. Bajé
“Ah, por cierto, mi hermana no tendrá que soportar con mi cuadro y me acerqué a la ventana del lado de
más a Leo en el colectivo. De ahora en adelante te Nadia.
buscaremos con Nadia por tu casa”, siguió diciendo “Declaro oficial y formalmente que somos a-mi-
mientras ella se reía y lo besaba en la mejilla. gos”, dije con énfasis, separando la palabra en sílabas. Los
dos se rieron y Nadia me dio un beso, se me quedó
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 36
www.tulibreriavirtual.net
39. ÁNGELES Y MARIPOSAS
mirando con los ojos llenos de algo que no me pude algún día para que nos diera consejos con la nuestra.
explicar. Pero entendí que decían: “Por fin te animaste a Porque desde que Nadia dijo que su mamá era pintora,
hablar, a vivir en la realidad y ser nuestra amiga” supe que era ella quien estaba detrás del buen gusto y
“Nos vemos mañana en este mismo lugar, her-ma- magnífica decoración de su hogar.
na”, dijo Alexis imitando mi voz y el auto se marchó de “Así que ahora eres amiga de la hija de Héctor
repente. Herman. Mi amigo y segundo en mando en la
Caminé con una felicidad enorme llenándome el municipalidad”, papá dejó fluir las palabras. Salió de mi
corazón, por el pequeño sendero con flores a ambos lados, garganta un grito de sorpresa que ni yo me esperaba.
hasta llegar a la puerta. Sin duda el día había sido largo, Héctor no había dicho nada. Con razón hablaba así
estaba cansada y casi no podía creer todo lo que había de papá, eran amigos también. Nadia tampoco había dicho
pasado. nada y en ese momento sentí que era más igual que yo de
Apenas abrí la puerta, mamá, papá y Martina lo que pensaba. Seguramente, tampoco quería que los
gritaron: “Felicitaciones, ya tienes amigos”, no pude demás se acercaran a ella porque alguien en su familia era
hacer más que resignarme y escuchar sus bromas. importante. Definitivamente era alguien con principios,
Los tres se quedaron sorprendidos con el regalo de que siendo tan linda como era, con MUCHAS neuronas,
Clara. Mamá pensó en visitar su negocio para comprar un padre político y con dinero, podía ser la Queen B
algunos y decorar nuestra casa. Tendríamos que llamarla americana o la reina de las populares argentinas.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 37
www.tulibreriavirtual.net
40. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Después de tanta charla subí las escaleras feliz. Ángel de la guarda, dulce compañía, no me
Coloqué el cuadro sobre la cabecera de la cama tal cual y desampares ni de noche ni de día. No me dejes sola, sino
como había pensado en casa de Nadia. Lo miré por varios me perdería…
minutos con ojo crítico, lo recorrí con mis dedos para
poder sentir la textura del óleo.
Luego me cubrí la cabeza con la sábana y pensé que
desde ese momento la palabra “amigos”, que tanto había
estado repitiendo en voz alta y en silencio en mi mente,
tenía sentido de verdad.
Ellos eran mis amigos, los que me brindaron apoyo
desde el primer día en que me vieron. Los que reían
conmigo y se reían de mis torpezas. Los que con toda
humildad me ofrecieron a su familia desinteresadamente.
En ese instante, entendí el real y her-mo-so significado de
la palabra: AMIGOS. Cerré mis ojos, pensé en el cuadro y
dije:
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 38
www.tulibreriavirtual.net
41. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Capítulo Tres: Bastian habitantes del lugar y como era mi primer verano allí, no
tenía cόmo probarlo.
El día me sorprendió con su claridad cuando aún Seguí dando vueltas en la cama unas veces más, las
estaba en la cama. Las mariposas móviles que colgaban sábanas me producían una linda clase de escalofríos al
cerca de la ventana producían una bella melodía metálica rozar mi piel. Aún estaba feliz por lo ocurrido ayer.
al ser agitadas por la brisa fresca que ingresaba. En un momento traté de recordar mi sueño, entonces
“¿Ventana abierta?”, me pregunté desconcertada. abrí los ojos para mirar hacia arriba. El cuadro que Clara
No recordaba haberla abierto antes de irme a dormir. me había regalado me confirmó que otra vez había tenido
Recordé cada uno de los pasos que había hecho antes de el mismo sueño. Había soñado con él una vez más. Esta
cubrirme la cara con la sábana y no tenía imágenes de mí vez le pude poner una cara, ese bello rostro que la madre
abriendo la ventana. Seguramente, había quedado sin de mi amiga había pintado. Tenía presente en la mente sus
traba, entonces el viento la empujó por la noche. O lo que ojos cerrados y esas alas gigantes que tanto me habían
era más probable, era que en sueño, sonámbula, me haya llamado la atención.
levantado a dejar ingresar el aire. Tal vez la habitación De repente recordé que los chicos pasarían a
había estado más caliente que de costumbre, ya que buscarme. Miré el reloj, eran las siete y cinco de la
Octubre se había tornado sumamente caluroso, como mañana. Comenzábamos las clases a las ocho, así que
nunca antes se había visto. Al menos eso decían los tenía tiempo de sobra para prepararme y desayunar algo.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 39
www.tulibreriavirtual.net
42. ÁNGELES Y MARIPOSAS
Además a Al, ya había comenzado a usar su apodo (así para seguirla bajando las escaleras, donde la encontré y
como me acostumbraba a que el mío era Amy), no le comenzó nuestro ritual de risas.
gustaba andar despacio en su auto tuneado, así que supe “Te atrapé pequeña asesina”, le dije soltándola, ya
que nunca llegaríamos tarde. que no paraba de reírse y mamá volvió con su teoría sobre
Volví a esconderme bajo las sábanas, esa vez no fue las cosquillas malignas. Ese día no quise atacarla, porque
para refugiarme de los rayos del sol que inundaban el estaba cortando finas rodajas de pan con un cuchillo.
cuarto, sino para tenderle una trampa a la pequeña “Ya vas a ver lo que le va a pasar a tu cuadro
Martina. Me quedé allí, inmóvil, pretendiendo estar nuevo”, me dijo amenazante la pequeña, como siempre
dormida y mirando hacia la puerta con ojos expectantes. hacía. Le saqué la lengua mientras ella se dirigía a
Unos minutos después pude ver su figura ingresando, lista desayunar.
para comenzar con el ataque de cosquillas. Luego de terminar de vestirme, me volví a peinar en
Se acercaba lentamente, con sus dos pequeñas pero la forma que siempre hacía, usando la cinta. Si a varios
mortales manos estiradas. Cuando estuvo a punto de más que a mí les había gustado mi forma de peinarme, no
tocarme, salté dando un grito: “BUUUU”. No supe cόmo debería alejarme de lo seguro y hacerme cualquier otra
hizo para salir corriendo tan deprisa y desaparecer de la cosa ridícula en mi cabello. Me miré en el espejo, esa vez
habitación, pero se esfumó en un segundo. Tomé velocidad más segura que nunca, por lo que no me reconocía a mí
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 40
www.tulibreriavirtual.net
43. ÁNGELES Y MARIPOSAS
misma y no me vi para nada desagradable, es más, podía Empezó ella la charla antes de que yo pudiera decir algo.
llegar a decir que era “linda”. Seguro estaba más que intrigada por el cambio de su hija.
Volví a bajar las escaleras para sentarme a “No sé. Fue MUY raro, pero me sentí MUY bien,
desayunar en la cocina. Papá ya no estaba, supuse que como en casa, eso es lo extraño. No me preocupó que me
tenía una reunión y mucho trabajo en la municipalidad, vieran comer, ni las tonterías que pude haber llegado a
porque se había marchado más temprano que de decir. Me aceptaron tal cual soy”, respondí tomando un
costumbre. El diario que leía todos los días estaba doblado poco de té y con la vista todavía puesta en Martina que se
sobre la silla que siempre ocupaba. limpiaba la boca.
Las tres mujeres de la casa desayunamos solas esa “Amelie, me alegro por ti, hija. No sé por qué
mañana. Aún eran las siete y media, así que había tiempo piensas que eres rara. ¿Cómo no te van a aceptar? Eres
para una conversación sobre la noche anterior. Todavía no igual que los demás”, me dijo ella, untando una tostada
me conocía. ¿Yo queriendo contar lo que pasaba en mi con mermelada de frutilla, luego me la alcanzó. No supe
vida? Definitivamente estaba cambiando o qué decir, porque lo que mamá había dicho me dejó sin
definitivamente, cosas estaban sucediendo, porque antes habla. Era obvio que las madres siempre amaban a sus
nunca había tenido nada para contar. hijos y para ellas eran los mejores, pero fue tan sincera y
“¿Cómo te fue con la vida social ayer?”, preguntó amorosa cuando lo dijo, que no creí que hablaba de mí: la
mamá mirando a mi hermana y haciéndole una mueca. tonta, antisocial y aburrida Amelie.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 41
www.tulibreriavirtual.net
44. ÁNGELES Y MARIPOSAS
“Además, les habrás caído más que bien. Clara te “Se llama Alexis, pero le decimos Al. Es el hijo del
regaló un cuadro. Eso es mucho para ser que apenas te dueño del taller, creo. Muy buena persona también.
conoce. ¿No te parece?”, acotó, mordiendo una tostada. ¿Sabes?...”, dije llevando mi taza a la pileta de la mesada.
Pensé en el bello rostro de Clara y supe que era igual de “Ahora somos hermanos. Él dice que va a cuidar
buena que mi madre. que ningún chico con malas intenciones se me acerque”,
“Sí. Bastante, eso me dejó sorprendida. Y no sentí dije entre risas y recordando cόmo Alexis me había
que lo hicieran para quedar bien con la hija del intendente, empezado a decir: hermana.
ni nada de eso. El ambiente ayer fue muy genuino, como si “¿Por qué haría eso?”, interrogó mamá al lado mío,
siempre nos hubiésemos reunido a comer”, comenté con algo más escondido en el tono de su voz. Reformulé su
recordando la cantidad de besos y abrazos que había pregunta en mi cabeza, transformándola en la siguiente
recibido, a los que por cierto debía empezar a oración afirmativa: “si quiere protegerte, es porque está
acostumbrarme. No dejaba de recordármelo. celoso, te quiere solo para él”, pensé. Eso NO era así,
“¿Cómo se llama el chico que estaba con ustedes? para nada. Además yo no estaba interesada en nadie.
El que manejaba el auto”, preguntó Martina, parada al lado Ningún chico me llamaba la atención. Bueno, al menos
de la silla y poniéndose el guardapolvo. Era tan nadie real, sino uno que vivía en la “realidad” de mis
observadora esa niña. sueños. Enseguida vino a mí ese malestar, así que alejé la
idea otra vez como ayer. Me sentía tan mal por pensar esas
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 42
www.tulibreriavirtual.net
45. ÁNGELES Y MARIPOSAS
cosas y tenía vergüenza de que Dios supiera, porque “Tocan bocina y no es el colectivo”, gritó Martina
seguro podía leer mi mente. desde la ventana del living. Entonces, apresuradamente
“Primero: no me gusta él, ni NADIE. Segundo: me tenía que contarle a mamá que ellos serían mi nuevo
parece…”, aunque lo sabía, pero por respeto a mi amiga no transporte escolar. Me daba lástima dejar que Martina
podía decirlo, “…creo que entre él y Nadia hay algo más viajara sola, pero se acostumbraría. Además, nunca me
que amistad. Y por último, pero no menos importante, ayer prestaba atención en el colectivo cuando iba con sus
nos declaramos oficial y formalmente hermanos”, dije amiguitas.
mirándola a los ojos, asintiendo con la cabeza. Diciendo “Ah, por cierto, ellos me pasarán a buscar para ir al
palabras que sólo tenían sentido y provocaban gracia entre colegio de ahora en adelante”, le dije en un tono que no era
nosotros tres solamente, porque era una clase de broma de petición de permiso, sino de afirmación.
interna. Recordé a Gina diciendo “patético” un día atrás y “No hay problema. Martina tiene a sus amigas. En
esperé a que mamá lo dijera también, pero ella jamás eso te ganó”, comentó ella sonriente.
pensaría que éramos patéticos. Las tres salimos de la casa. Subí al auto mientras mi
“Dejando de lado cualquier cosa que hayas pensado, madre y hermana miraban desde la puerta.
me alegra saber que forman parte de tu vida”, comentó ella “Hola señora. ¿Cómo está?”, saludó Nadia a mamá,
acariciándome el hombro. acomodando su cabellera rubia con la mano. Estaba más
Barbie que nunca antes.
MATÍAS ZITTERKOPF © 2010, Ediciones MUZA Inc 43
www.tulibreriavirtual.net