El documento contrasta a los nativos digitales, personas nacidas después de 1990 que son expertos en el uso de la tecnología, con los inmigrantes digitales, personas entre 35 y 55 años que se sienten fascinados por la tecnología aunque nacieron antes de su era. Mientras los nativos reciben y procesan información rápidamente y comparten datos naturalmente, los inmigrantes dudan de las habilidades de los niños y tienden a guardar información en secreto, tomando decisiones de forma más reflexiva y lenta.