Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
The truman show
1. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
Licenciatura en Pedagogía Infantil
Espacio de formación: Juego, tecnología y conocimiento infantil
Anyi Sared Pinilla Ramos
Código: 20132187048
¿Qué hay detrás de las pantallas?
¿Qué queda de los consumidores una vez el reality show, la telenovela, el programa
televisivo se termina? ¿Qué pasa después de la televisión? Es preciso decir que como
afirma Rodríguez, E.P., existe un poder sobre las masas a partir de unos símbolos
mediáticos ofrecidos por la sociedad de productores que influye en la sociedad de
consumo tanto en objetividades, identidad, creencias, estilos de vida y todo ámbito
social-individual de los individuos.
“The Truman show” es una película que pone en evidencia ese poder sinóptico sobre
los espectadores como en el mismo “protagonista”, pues el espectador construye una
necesidad de “vida perfecta” o deseo de tener una” suerte” como la del “protagonista”
tanto que ese personaje se vuelve parte de la familia, interés, inclinaciones y demás,
aparte el “protagonista” debe acomodarse a lo que le ofrece el escenario, pues querer
ir más allá no está dentro del guión, lo mismo sucede, en nuestra cotidianidad, la
subjetividad es sugestionada.
Truman no sabe que está siendo dirigido y que cada movimiento es obstaculizado no
por casualidad sino por guiones, que está siendo observado las 24 horas del día y de
que además están limitando sus intereses y emociones a propósito, va descubriendo
que está siendo utilizado como producto de seducción para crear una hegemonía y
además servir como publicidad para intereses mercantiles, pues sin querer, el trazo de
su vida le permite a los del otro lado de la pantalla seguir un ritmo de vida ofrecido por
los productores de esa hegemonía, es decir, crean un dominio simbólico, una “moda”
que obliga al espectador a reproducirla pues juegan y direccionan arbitrariamente la
subjetividad, el modelo de vida; consideran el reconocimiento o “fama” como una
necesidad y orgullo, los mismo que decía Rodríguez, E., “Todos queremos ser
protagonistas de nuestra vida” todos queremos un reconocimiento, queremos llamar la
atención, por ello hacemos parte del objetivo sinóptico, alcanzar un modelo de vida
presentado.
2. Se constituye un biopoder, donde subyugan el control del cuerpo, más el control de la
vida y su dirección; aunque el sinóptico no desplazo el panóptico, pero si sus objetivos
procedieron, ya venimos de una vigilancia constante, de un modelo panóptico y en
medio de todo aún se nos aplica, solo que con otras técnicas, por ejemplo, la
tecnología permite ahora que aunque nuestro jefes no estén cerca sepa si hemos
llegado a tiempo o no, el mismo gobierno por ese mercado consumista nos mantiene
controlados, así las cosas, el modelo sinóptico reafirma ese poder que tienen sobre
nosotros, pues usan publicidad, innovación y una serie de técnicas que obligan al
consumidor a acceder, y todo por un corto tiempo de placer y posesión, pues adquirir
algo que es tendencia en el mercado y que ha sido publicidad innovadora en los
medios masivos de comunicación, es un paso a esa vida plena que nos ofrece la
publicidad del producto y todos queremos alcanzar.
La película es una fiel muestra de lo que en Colombia sucede actualmente, ese
espectáculo o simulacro como dispositivo de subjetividades obsesionan, pues todos
quieren entrar en el reality, una vez dentro quiere quedarse allí y de algún modo
quieren ser reconocidos por algo, por ello reflejan un comportamiento que a pesar de
que subestime la razón humana, las emociones y esencia de la persona, se convierten
en un impresionismo que divide a los individuos, pues el participante deja de ser la
persona natural del común y pasa a ser una figura pública que olvida distinguir entre la
ficción y la realidad.
En el momento en que el director de “the Truman show” pasa por encima de los
sentimientos de Truman, por encima de la ética profesional al preferir intentar ahogarlo
antes de que saliera de allí, aparte hace oídos sordos a las opiniones de los que no
están de acuerdo con el show y como si fuera poco, manipula a los demás actores y
aunque no es solo culpa del director, pues los mismos actores se prestan para ello sin
ninguna clase de objetivación moral sino posiblemente monetaria, esto en el texto, la
autora lo nombra como una “otredad como amenaza” como una actitud narcisista que
vincula esa subjetividad al simulacro, pues no se tienen en cuenta ningún otro interés
personal, social o moral más que el de rating, publicidad y amarillismo y esto no solo
sucede en la película sino en nuestro mercado televisivo, por ejemplo, un programa
como “el desafío” que ha transcurrido por años con la misma intención, manipulación y
denigración humana por dinero, pero en especial por fama.
“El desafío” así como los demás reality show son simulacros de seducción, ejercen un
tipo de poder tanto panóptico como sinóptico, pues no solo a los “participantes” los
vigilan los de producción sino los espectadores, y ¿por medio de qué? de las cámaras,
3. y no es que la tecnología sea mala, lo malo es el uso que se le da, pues aunque
permita tanta difusión, no es un buen uso cuando se muestran escenas o cortes de
situaciones, que llamaríamos amarillistas, olvidando la esencia de la persona y
fijándose exclusivamente en lo que puede representar su “papel” en dicho programa,
la audiencia que pueda convocar con su “personalidad” que no es más sino un
producto más de ese biopoder mercantil, pues ese dominio y control sobre el cuerpo y
razón humana lleva a los individuos a adquirir nuevos estilos de vida, nuevas
personalidades, nuevos caracteres y que se vuelve consumo, pues dividen de nuevo
al público, los que están a favor y en contra, los que votan por él/ella y los que no.
Y queda un importantísimo factor “el consumo de experiencias” pues no importa si se
ganó el reality o si no, o si luego del reality se queda en la televisión en el mejor de los
casos para el aspirante, lo importante es que estuvo allí, lo importante para usted no
es el papel que tuvo sino el hecho que reconozcan que usted estuvo ahí y tiene
historia que contar, que tuvo la “oportunidad” que otros desean y no lo han logrado,
pues para ese placer les hace falta un poco más de esfuerzo, más filas, más
inscripciones, más suerte, más dinero, entre otros múltiples requisitos; ese esfuerzo
que usted hizo le permitió tener un “poder” pues por un momento en el intervalo de su
vida dejo de ser consumidor y paso a ser producto, pero luego volvió a hacer
consumidor o en el peor de los casos quedo siendo un producto.
Por último, en nuestros días queda claro que no hay nada privado, todos somos
públicos, desde las “estrellas” hasta la gente del común, pues hemos adoptado medios
de disciplina y control, que nos generan “necesidades placenteras” y nos convierten en
fieles esclavos de las mismas, por ejemplo, las redes sociales, la radio, el televisor, el
cine, entre otras; pues nos han disciplinado y no solo a las personas del común sino a
los mismos que implantan estilos de vida, pues una “estrella” debe mantener
informados de sus viajes, proyectos y pasos a sus “seguidores”, pues el mejor es
quién tenga más “fans” y sea catalogado de solidario con las causas nobles, “humilde”
y que interactúe con la gente del común y todo gracias a las redes sociales o a gente
experta en la vida de los mismos. Y los espectadores o nosotros, las personas
naturales somos esclavos también de las redes sociales, queremos que todos sepan
nuestro estado de ánimo, nuestro viajes en vacaciones, nuestras relaciones, etc., y
sigue siendo un modelo panóptico vivo, que nos permite un placer de “populismo”, nos
disciplina el cuerpo, hora de ingreso, hora de publicar, hora de ver, hasta el punto que
como dice el texto, nuestras necesidades terminan siendo fruto de esa disciplina, no
podemos usar un teléfono móvil que no tenga Facebook, por tanto lo necesitamos
4. para que a cierta hora con cierta regularidad estemos cibernéticamente comunicados,
pues el uso de la tecnología como ya sabemos, excluye.
Bibliografía
http://pelis24.com/pelicula-latino/13495-el-show-de-truman-una-vida-en-directo-
1998.html
Gil Rodríguez, E. P. (2005). Revista Observaciones filosóficas. N° 1.
Recuperado el 17 de Julio de 2010, de
http://www.observacionesfilosoficas.net/simulacrosubjetividad.html