El asteroide Apophis se acercará a la Tierra en 2029 y 2036, lo que genera preocupación entre científicos. Mide 415 metros de diámetro y su impacto equivaldría a 850 millones de toneladas de TNT, causando daños globales. Aunque la trayectoria actual no representa un peligro, podría cambiar y una colisión en 2036 no se puede descartar, por lo que se propone monitorearlo de cerca.

1. Misterios de nuestro mundo
Se acerca un amenazador asteroide, expectativa en los círculos
científicos y también entre los ciudadanos de a pie
Amenaza cósmica: Se aproxima el asteroide Apophis
Algunos medios han señalado la posibilidad de que dentro de aproximadamente dos
décadas, un planetoide (planeta menor) impacte con nuestro mundo.
Según la especialista Andrea Milani, de la Universidad de Pisa (Italia), de producirse
este acontecimiento, el choque sucedería a unos 13 kilómetros por segundo, dicho de
otro modo, a 50.000 kilómetros por hora.
El impacto sería equivalente hasta de unas 60.000 bombas atómicas de mediana
potencia. Entonces, extensas áreas del planeta serían alcanzadas por densas nubes de
polvo y materia en suspensión. Y se darían colosales trastornos climáticos y geológicos.
Se estima que el 13 de abril del 2029, el asteroide Apophis pasará solamente a unos
36.000 kilómetros de nuestro planeta, llegando a ser apreciado a simple vista como un
punto luminoso en movimiento, parecido a una estrella de tercera magnitud.
El diámetro de este cuerpo fue calculado en 415 metros, y su masa en 46 millones de
toneladas, con un poder de impacto equivalente a 850 millones de toneladas de TNT.
En otras cifras, con el impacto se liberaría cuatro veces la energía dispersada por el
volcán Krakatoa cuando entró en erupción en Indonesia en 1883, o para ser aún más
claro, resultaría el equivalente a 60.000 bombas como la histórica arrojada sobre la
ciudad de Hiroshima.
La gravedad terrestre y las fuerzas de marea, cambiarán la trayectoria del Apophis en
varios aspectos. Este cuerpo pasará dos veces cerca de la Tierra, en los años 2013 y
2021, antes de su pasaje por el llamado "ojo de la cerradura", el punto crítico, donde
según los expertos, puede eventualmente desviarse.
Es indudable que los cálculos hechos hasta el presente son provisorios, y que los
mismos se irán afinando acerca de su verdadera trayectoria con el paso del tiempo, al
disponer de mayores datos.
De todas maneras, persistirá la incertidumbre respecto al llamado "efecto Yarkovski", es
decir, respecto a la aceleración del asteroide debida a la asimetría de la radiación solar
absorbida por el hemisferio diurno, y la reirradiada luego por el hemisferio nocturno del
astro en rotación.
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2. La incertidumbre muy probablemente será despejada hacia el año 2021, en el momento
de su segundo pasaje cercano, pero entonces sería demasiado tarde para montar una
misión de desvío, si es que el Apophis presentara una peligrosa trayectoria de impacto.
Según algunos astrónomos rusos, los cálculos indican que tiene un tamaño mayor que el
evaluado en otros círculos científicos, con un diámetro de unos 700 metros, y estos
expertos no descartan del todo que en el año 2036 se pueda producir un colosal
encuentro. Y ante el peligro potencial que así se presenta, estos especialistas proponen
enviar la sonda espacial Probos Grunt al "planetoide", con la intención de instalar allí un
faro de radio, dado que hoy día no es posible predecir su órbita con exactitud en base a
los datos que pueden obtenerse por otras vías.
Sin duda el astro en cuestión representa un "potencial peligro" para el planeta Tierra, ya
que en el año 2029 pasaría a un "pelo astronómico" de nuestro mundo, y si por acción
de la fuerza gravitatoria o por otros efectos su órbita fuera alterada, cuando vuelva este
cuerpo hacia el año 2036, las posibilidades de impacto podrían llegar a ser muy altas.
Otra versión señala que este cuerpo celeste lleva ya más de un año clasificado como "0"
en la escala de Torino, y constar como tal en dicha escala, significa que las
posibilidades de impacto son casi nulas. Hasta el grado 4 en esa clasificación, las
posibilidades de choque con nuestro mundo serían del 1 %, y hasta el grado 8 no hay
demasiados motivos para alarmarse.
Según los científicos de la Nasa, también se debe considerar que la colisión del
Apophis con otro asteroide, por pequeño que este último sea, podría determinar una
alteración tal de su órbita, que lo podrían desviar a una segura ruta de colisión con el
mundo que habitamos.
Más contundente aún ha sido el ingeniero y astronauta español Pedro Duque, quien
señala que "existe una certeza matemática absoluta, que el planetoide Apophis, en el
año 2036, impactará la superficie marítima".
El citado cuerpo cósmico, según afirmó este especialista, quedaría inmerso en el campo
electromagnético terrestre, por lo que se precipitaría en el mar, dando lugar a un cráter,
en las profundidades submarinas, de varios kilómetros de extensión. Y de los
maremotos y posibles efectos colaterales que así se provocarían, mejor ni hablar.
La potencial amenaza deriva de la combinación del tamaño y masa del Apophis, con su
inmensa energía cinética. En consecuencia, sería sensato desde ahora trazar una
estrategia viable, que permita desviar la ruta que sigue esta inquietante roca cósmica.
Por nuestra parte sugerimos prudencia, ya que en éste como en tantos otros tópicos, la
naturaleza puede darnos muchas sorpresas. No siempre el hombre puede predecirlo todo
y actuar en consecuencia.
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3. Proximamente…
Continuaremos con el abordaje de otros interesantes temas, enfocándolos desde muy
variados ángulos, y particularmente incluyendo informaciones sobre: Astronomía,
Historia del Arte, Descubrimientos Paleontológicos, Antiguas Civilizaciones, y otras
disciplinas, así pretendiendo el enriquecimiento del acervo cultural. Y como siempre,
desde Montevideo, de parte de Carlos Brunetto, un cálido abrazo para todos.
Gracias por visitar el presente documento digital…
Para ampliar las temáticas aquí tratadas y complementar conocimientos, se sugiere acceder al espacio web cuya dirección
electrónica se indica a continuación: http://misteriosdenuestromundo.blogspot.com/
Ilustración del impacto de un asteroide del tamaño de unos pocos kilómetros sobre el
planeta Tierra. Se estima que colisiones de este tipo ocurren cada unos 100 millones
de años.
El asteroide (4179) Tutatis es un objeto potencialmente peligroso que de nuestro
mundo ha pasado a una distancia de 2.3 veces la distancia a la Luna.
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4. Diagrama de “Objetos próximos a la Tierra”, mostrando número de los cuerpos
descubiertos para varias categorías de tamaños; obsérvese que hay algo menos de 900
cuerpos de este tipo descubiertos con más de 1000 metros de diámetro.
Gráfica que muestra la evolución de los descubrimientos de “Objetos cercanos a la
Tierra” en el período 1980-2013; línea azul muestra el número total, y línea roja
muestra el número de cuerpos con más de 1 kilómetro de diámetro,
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5. Gráfica que muestra la evolución en el tiempo del número de descubrimientos de
objetos cercanos a la Tierra de más de un kilómetro, según el proyecto o grupo que
realizó el descubrimiento; la tendencia descendente en años recientes a pesar de las
mejoras tecnológicas que facilitan los descubrimientos, sugiere que quedan pocos
cuerpos de este tipo por descubrir con más de 1 kilómetro de diámetro.
Imagen de radar del asteroide 1950 DA.
En los últimos miles de años, nuestro planeta Tierra ha tenido suerte con las „rocas celestiales‟, pues
no hemos sufrido impactos de gran importancia.
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6. Diferentes recreaciones artísticas de impactos de asteroides sobre nuestro mundo.
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7. Recreación del asteroide Apophis.
Pancarta explicativa sobre el peligro potencial del asteroide Apophis.
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8. Gráfico con las órbitas de algunos planetas y la del asteroide Apophis.
Sin duda, es excepcional que un asteroide de este tamaño se acerque tanto a nuestro mundo.
Zonas que podrían ser más directamente afectadas por el asteroide Apophis, si llegara a impactar o de
alguna manera afectar la superficie del globo.
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9. Cuando fue recién descubierto, este cuerpo recibió la designación provisoria de 2004 MN4. El nombre
“Apophis” le fue dado el 19 de julio de 2005, en recuerdo del nombre griego de un antiguo dios
egipcio, “Apep”, o sea el Destructor, quien según la tradición moraba en la eterna oscuridad
subterránea, y cada noche precisamente aprovechaba la penumbra para tratar de destruir al Sol.
“Apep” en la Duat, o sea el inframundo en la mitología egipcia.
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