Este documento discute las limitaciones de las primeras estimaciones de la composición del aula realizadas por profesores individuales, las cuales dependen demasiado de su intuición y experiencias previas. Sugieren que es mejor establecer acuerdos entre varios profesores sobre el diagnóstico y contrastarlo con otras fuentes como los padres y los propios alumnos, en lugar de depender de esquemas fijos de un solo profesor.