1. Emociones, conductas y personalidad
atrofiadas por las redes sociales
Ángeles RojasAnaKaren
García Santos AnaKaren
BerthaCastilloGonzález
DHTIC
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CONTENIDO
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………….…….… 3
REDES SOCIALES Y SU
ADICCIÓN………………………………………………………….……………………………… 4
FACTORES DE
RIESGO……………………………………...……………………………………………. 6
CARACTERÍSTICAS DEL SÍNDROME
ADICTIVO…………………………………………………………………………………. 8
TRATAMIENTO……………………………………...………………………………….. 10
CONCLUSIÓN………………………………………...…………………………………………. 11
BIBLIOGRFÍA…………………………………...……………………………………………….. 12
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INTRODUCCION
Hoy en día las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han tenido
una enorme penetración en nuestra sociedad, provocando un cambio importante
en la vida de las personas y en el funcionamiento de la sociedad, la mayoría están
llamadas a facilitarnos la vida, pero también pueden complicárnosla. En los padres
la situación que puede llegarles a alarmar más es las dificultades que sus hijos
puedan llegar a tener para controlar y supervisar el contenido de las páginas web
o juegos de Internet, temiendo que muchos de esos contenidos sean
inapropiados.
Por una parte, hay datos que ponen de manifiesto ciertas consecuencias positivas
del uso de las nuevas tecnologías en el desarrollo de los menores, pero junto a los
posibles beneficios, también hay datos y estudios que alertan de los riesgos
derivados de la masiva presencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana
de adolescentes y jóvenes. A pesar de que la gran mayoría de la sociedad en
donde vivimos hace uso de ellas, ya sea en la escuela, en el trabajo y
simplemente en la vida cotidiana, la influencia más llamativa de las nuevas
tecnologías se ha producido entre la población más joven. Esta es la preocupación
más grande que existe acerca del uso de las nuevas tecnologías en nuestra
sociedad, el tiempo total diario que los jóvenes dedican a sus aparatos más
habituales. Cada vez es mayor el tiempo que jóvenes y adolescentes pasan
conectados a Internet, usando el móvil o jugando con video consolas, con lo que
otros pasatiempos y ocupaciones más tradicionales empiezan a quedar en el
olvido, como dedicar tiempo a leer, estudiar, salir a pasear, conversar y lo más
importante compartir tiempo con la familia. Esta nueva realidad ha despertado
una considerable preocupación social acerca de la influencia que el uso de estas
tecnologías puede tener sobre el desarrollo y ajuste personal. Si hay una obsesión
enfermiza por adquirir la última novedad tecnológica, el ansia por estar a la última
puede enmascarar necesidades más poderosas. Asimismo las redes sociales
pueden atrapar en algunos casos a un adolescente porque el mundo virtual
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contribuye a crear en él una falsa identidad y a distanciarle o a distorsionar el
mundo real.
Tal vez el mayor riesgo del uso monstruoso de las nuevas tecnologías es el riesgo
de crear un comportamiento adictivo que lleve no solo a una dedicación
desmedida, sino a una verdadera dependencia y falta de control sobre sus
conductas. Esta adicción es más probable que se genere en el adolescente que
en el adulto debido a la falta de madurez y de autocontrol que aún no alcanzan.
REDES SOCIALES Y SU ADICCION
Los humanos siempre nos hemos relacionado por grupos: familiares, laborales,
sentimentales, etc. Las redes sociales se han convertido en un fenómeno social,
en una red social los individuos están interconectados, interactúan y pueden tener
más de un tipo de relación entre ellos. Las redes sociales en internet son
aplicaciones web que favorecen el contacto entre individuos que pudieron
conocerse previamente o hacerlo a través de la red. Ofrecen servicios y
funcionalidades de comunicación diversos para mantener en contacto a los usuarios de
la red. Se basan en un software especial que integra numerosas funciones individuales:
blogs, wikis, foros, chat, mensajería, etc.
Las redes sociales en internet se basan en los vínculos que hay entre sus
usuarios. Existen varios tipos de redes sociales:
1.-Redes sociales genéricas: Son las más numerosas y conocidas. Las más
extendidas en España son Facebook, Instagram, Google+ y Twitter.
2.- Redes sociales profesionales: Sus miembros están relacionados laboralmente.
Pueden servir para conectar compañeros o para la búsqueda de trabajo. Las más
conocidas son LinkedIn, Xing y Viadeo.
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3.- Redes sociales temáticas: Están basadas en un tema concreto. Pueden
relacionar personas con el mismo hobbie, la misma actividad o el mismo rol. Las
más famosas son Flickr, Pinterest y YouTube.
En los últimos años se han llevado a cabo diversos estudios que han aportado
importantes datos relativos a la frecuencia de uso de las nuevas tecnologías por
parte de jóvenes y adolescentes, aunque existe mucha menos información acerca
de cuándo ese uso se convierte en una verdadera adicción y, sobre todo, acerca
de las características psicosociales que pueden actuar como factores de riesgo y
de protección en la adicción a las nuevas tecnologías.
Según el estudio realizado por la Fundación Pfizer, el 98% de los jóvenes
españoles de 11 a 20 años es usuario de Internet. De ese porcentaje, siete de
cada 10 afirman acceder a la red por un tiempo diario de, al menos, 1,5 horas,
pero sólo una minoría (3% o al 6%) hace un uso abusivo de Internet. Es, por tanto,
una realidad obvia el alto grado de uso de las nuevas tecnologías entre los
adolescentes y jóvenes.
Es importante diferenciar entre el uso frecuente de las nuevas tecnologías y la
adicción a las mismas. Lo que define una conducta adictiva no es tanto la
frecuencia con que se realiza, sino la relación de dependencia que se crea, la
pérdida de control por parte del sujeto y la grave interferencia que genera en la
vida cotidiana. Cualquier inclinación desmedida hacia alguna actividad puede
desembocar en una adicción, exista o no una sustancia química de por medio. La
adicción es una afición patológica que genera dependencia y resta libertad al ser
humano al estrechar su campo de conciencia y restringir la amplitud de sus
intereses.
Para hablar de adicción tienen que concurrir dos factores básicos: la pérdida de
control y la dependencia. Como en cualquier adicción, las conductas adictivas a
las nuevas tecnologías son controladas inicialmente por reforzadores positivos, en
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este caso, por ejemplo, conectarse a Internet por la utilidad o el placer que
produce su uso, pero terminan siendo controladas por reforzadores negativos
como el conectarse a Internet para liberarse del malestar y la tensión emocional.
En el caso de los adolescentes, las conductas adictivas en este ámbito pueden
ponerse de manifiesto cuando la tecnología pasa de ser un medio a convertirse en
un fin en sí mismo; por ejemplo, cuando se siente una obsesión enfermiza por
disponer siempre del móvil de última generación, o cuando un adolescente queda
atrapado en las redes sociales de Internet porque en el mundo virtual puede
disfrutar de una identidad falsa e irreal.
Cuando hay una dependencia, los comportamientos adictivos se vuelven
automáticos, emocionalmente activados y con poco control conocedor sobre el
acierto o error de la decisión. El abuso de las redes sociales virtuales puede
facilitar el aislamiento, el bajo rendimiento, el desinterés por otros temas, los
trastornos de conducta y el quebranto, así como el sedentarismo y la obesidad.
La dependencia y la supeditación del estilo de vida al mantenimiento del hábito
conforman el núcleo central de la adicción. Lo que caracteriza, por tanto, a la
adicción a las redes sociales no es el tipo de conducta implicada, sino la forma de
relación que el sujeto establece con ella.
FACTORES DE RIESGO
En general, los adolescentes constituyen un grupo bajo riesgo ya que en esta
edad, se tiende a buscar sensaciones nuevas y también son el grupo poblacional
con más tiempo disponible para conectarse a internet, además de por supuesto,
estar más familiarizado con las nuevas tecnologías. Hay personas más
vulnerables que otras a este tipo de adicciones. En algunos casos existen ciertas
características de la personalidad del individuo o de estados emocionales que
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aumentan la vulnerabilidad psicológica a padecer una adicción y por lo tanto,
algún trastorno de la personalidad desarrollada a partir de esta misma adicción;
por ejemplo: la disforia, la impulsividad, la búsqueda de emociones nuevas. En
otras ocasiones las se vuelve un factor de riesgo los problemas de personalidad
como la timidez excesiva, baja autoestima, o rechazo de la imagen corporal.
Además los problemas psiquiátrico previos aumentan el riesgo de desarrollar una
adicción al internet.
Un sujeto con una personalidad vulnerable, con posibles problemas familiares y
con relaciones sociales poco estables corre el riesgo de volverse adicto si:
Cuenta con libre acceso al objeto de adicción
Está sometido a situaciones de estrés
Siente un vacío emocional o existencial
Un estudio realizado por el Departamento de Psicología Evolutiva y de la
Educación de la Universidad de Sevilla, informa sobre las características
personales y los indicadores cuantitativos de adicción a las nuevas tecnologías,
de esta manera se obtuvo:
Existen relaciones significativas aunque pequeñas entre los distintos indicadores
de adicción (internet, juego con dinero en internet, videojuegos y teléfono móvil) y
el consumo de sustancias, a satisfacción vital, el autocontrol y la ansiedad-
depresión (excepto la relación entre el indicador de adicción al juego con dinero en
internet y el nivel de ansiedad-depresión que no es estadísticamente significativa).
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El signo de las relaciones obtenidas es positivo en el caso del consumo de
sustancias y del nivel de ansiedad-depresión, pero negativo en el caso de los
niveles de satisfacción vital y autocontrol.
Además, el nivel de adicción a internet de los adolescentes y jóvenes andaluces
se relaciona con sus hábitos de sueño en un sentido negativo, aunque el
coeficiente de correlación obtenido es pequeño.
CARACTERISTICAS DEL SINDROME ADICTIVO
Podemos detectar ciertas conductas y características que presenta el individuo ya
sea en la fase temprana o más avanzada de la adición, esto es cuando el
individuo:
Es dominado en sus pensamientos, sentimientos y conducta por su uso
(saliencia).
• Invierte grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en la actividad e
incremento de ésta.
• Altera sus estados emocionales (ansiedad, enojo) como consecuencia de
implicarse en la actividad (modificación del humor).
• Se perturba cuando es interrumpido en la actividad o se le reduce el acceso
(abstinencia).
• Comienza a enfrentar problemas con las personas que le rodean (dentro y
fuera de las RSI) o consigo mismo, so motivo de la persistencia de la
actividad o deja de atender las responsabilidades asumidas o impuestas en
el trabajo, la escuela o el hogar (conflicto). En el caso de la interacción
social fuera de las RSI, ésta se va reduciendo.
• Reanuda la actividad de manera persistente una vez que, aparentemente,
la ha dejado o la ha reducido (recaída).
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• Niega tener consecuencias por la actividad y se jacta de poderla abandonar
en cualquier momento (y no lo demuestra o efectúa).
Otras conductas, de menor magnitud, pero que pueden ser síntomas de
alarma:
• Aislarse de las relaciones sociales presenciales (cara a cara), sustituyendo
este tipo de relación por las RSI.
• Bajar el rendimiento escolar so motivo de la presencia permanente en las
RSI.
• Descuido de responsabilidades o actividades consideradas como
importantes en el entorno laboral, escolar, familiar o de pareja.
• Manifestar euforia cuando se está participando de las actividades de las
RSI.
• Manifestar irritación o ansiedad excesiva cuando no hay conexión a Internet
y, por consecuencia, a las RSI.
• Mentir sobre el tiempo que se está conectado o sobre lo que se está
haciendo en las RSI.
• Pensar y hablar persistentemente de los temas y circunstancias que
suceden en la red, entre los conocidos; aunque no se esté conectado a ella
en ese momento.
• Pérdida de la noción del tiempo o del espacio debido a la permanencia
frecuente o constante en las RSI.
• Privación del sueño por estar conectado a las RSI.
• Protagonizar discusiones en relación con el uso de las RSI con las
personas que rodean al usuario, como los compañeros de trabajo, escuela
o familiares.
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TRATAMIENTO
Se sugiere un tratamiento adecuado a las características de la persona que
padece este trastorno y de las causas del mismo, a que no todas las adicciones ni
todas las personas que las padecen son iguales. La principal característica, como
ya se mencionó es la negación de la dependencia, debemos combatir primero la
negación ya que el sujeto sólo podrá estar realmente motivado para el tratamiento
cuando él aterrice que tiene un problema real, que el mismo le causa más
inconvenientes que beneficios y que necesita ayuda ya que por sí solo no puede
lograr ese cambio. Mediante la supervisión de un profesional el sujeto puede
reconocer esto y encontrar las soluciones que tiene a su alcance.
Al contrario que en la adicción a sustancias químicas adictivas, la adicción a
internet o a las redes sociales resulta implanteable ya que se trata de conductas
descontroladas pero necesarias para la vida cotidiana. El objetivo terapéutico debe
ser el reaprendizaje del control de la conducta.
El tratamiento se puede dividir en:
1. Choque. Control de estímulos o primera fase, son técnicas de afrontamiento
adecuadas ante las situaciones de riesgo
2. Exposición a los estímulos. Debe ser gradual y controlada de estímulos de
riesgo, de este modo el usuario puede conectarse a internet y permanecer
sólo por un tiempo limitado.
Por último, una vez reasumido el control de la conducta, se requiere actuar sobre
la prevención de recaídas, lo que implica identificar las situaciones de riesgo,
aprender respuestas adecuadas para su afrontamiento y modificar las distorsiones
cognitivas sobre la capacidad de control del sujeto. Asimismo hay que actuar
sobre los problemas específicos de la persona, planificar el tiempo libre e
introducir cambios en el estilo de vida.
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CONCLUSION
La adicción a Internet y a las redes sociales es un fenómeno preocupante. Sin
embargo, el abuso de Internet puede ser una manifestación secundaria a otra
adicción principal o a otros problemas psicopatológicos. Lo característico de la
adicción a Internet es que ocupa una parte central de la vida del adolescente, que
utiliza la pantalla del ordenador para escapar de la vida real y mejorar su estado
de ánimo.
El abuso de las redes sociales puede provocar una pérdida de habilidades en el
intercambio personal y facilitar la construcción de relaciones sociales ficticias.
Definitivamente, es esencial establecer un diálogo productivo con los jóvenes,
marcando y “negociando” pautas claras sobre su utilización y definiendo y
hablando sobre las consecuencias negativas que el exceso en su uso puede
acarrear. No se puede prohibir las redes sociales y las nuevas tecnologías,
además de que sería inútil.
Es importante dar una buena educación porque si bien es cierto que este tipo de
herramientas son necesarias, también es cierto que no tenemos un buen uso de
ellas.
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