CUADERNILLO DE EJERCICIOS PARA EL TERCER TRIMESTRE, SEXTO GRADO
Los gremios en la España del Antiguo Régimen
1. UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÖN A DISTANCIA (MADRID)
DEPARTAMENTO DE HISTORIA MEDIAEVAL, MODERNA Y CC. Y TT.
HISTORIOGRÁFICAS
CURSO DOCTORADO
LOS GREMIOS EN LA
ESPAÑA DEL ANTIGUO
RÉGIMEN
Trabajo Monográfico presentado por Don Aitor Pagalday Muñoz.
Y dirigido por la profesora Doctora Justina Rodríguez García.
La profesora El autor
Eskoriatza, a 10 de Septiembre 2005
1
3. Introducción...................................................................................................................... 4
1. Evolución histórica de la institución gremial ............................................................... 6
1. Evolución histórica de la institución gremial ............................................................... 6
1.1 Antecedentes bajomedievales........................................................................... 7
1.2 El auge de los gremios durante los siglos XVI y XVII: Castilla y Corona de
Aragón. ......................................................................................................................... 8
1.3 El siglo XVIII. Declive................................................................................... 10
2. La organización gremial ............................................................................................. 14
2.1 Los conceptos de gremio y cofradía ..................................................................... 14
2.2 Colegios y gremios. .............................................................................................. 16
2.3 La estructura gremial: aprendices, oficiales y maestros. El maestro empresario y
el maestro jornalero. ................................................................................................... 17
2.3.1 El maestro empresario ................................................................................... 19
2.3.2 El maestro jornalero................................................................................ 20
2.4 Ordenanzas ........................................................................................................... 21
2.5 Las confederaciones gremiales: cofradías. ........................................................... 22
2.5.1 El aspecto religioso........................................................................................ 22
2.5.2. El aspecto asistencial .................................................................................... 24
Conclusión ...................................................................................................................... 26
Bibliografía..................................................................................................................... 28
3
4. Introducción
El estudio de los gremios españoles durante la Edad Moderna, es un tema amplio
y de compleja problemática, tanto estudiándolo en si mismo como relacionándolo con el
resto de los acontecimientos socio políticos de la época.
Además de ello, y aunque pueda parecer extraño, ha sido un tema escasamente
estudiado entre nosotros, debido a que a pesar de los numerosos artículos, ensayos, etc.
existentes al respecto, la mayoría de ellos han enfocado el tema con una visión un tanto
estrecha y sin mucho rigor científico.
La historia de los gremios españoles, coincide con el desarrollo industrial. Estos,
adquieren notable auge en el siglo XVI, decaen en el XVII y cuando en torno a 1680
comienza una renovación económica, vuelven a recobrar la vida, así por ejemplo en
1686, se redactaron las ordenanzas de los Cinco Gremios Mayores de Madrid. No cabe
ninguna duda que en este despertar gremial, fue el gobierno, mediante las medidas
económicas que dictó, quien lo impulsó.
Sin embargo, tal y como veremos a continuación, este despertar, se quedo en un
amago, puesto que esas mismas medidas que supusieron en un principio un impulso
para los gremios, no tardaron en convertirse en el siglo XVIII, las que prácticamente
acabaran con los gremios.
Para la realización de esta breve síntesis, hemos tratado profundizar por igual
en las diferentes clases de documentos, con el mero objetivo de tener una visión de
conjunto y no caer así en unilateralidades. Para ello, hemos consultado una variada
bibliografía, la cual, por la antigüedad e importancia de los libros a consultar en
cuestión, nos ha supuesto pasar una gran cantidad de horas en bibliotecas por la
imposibilidad que tenían estos libros de ser llevados en préstamo.
Mediante este trabajo, tal y como hemos señalado previamente, no pretendemos
hacer un trabajo de investigación, ni tan siquiera pretendemos aportar nada nuevo a la
bibliografía ya existente al respecto; lo que se ha buscado ha sido la elaboración de una
4
5. visión de conjunto de la realidad principalmente económica que vivó España durante la
Edad Moderna, tomando como centro de nuestro estudio la institución gremial.
5
6. 1. Evolución histórica de la institución gremial
Comenzando en la Baja Edad Media y hasta la Revolución Industrial, el sistema
de los gremios no estuvo completamente organizado. Se trataba de un sistema que
estuvo en constante cambio, llegando estos cambios incluso a producirse en pleno siglo
XVIII, como fueron la creación de nuevos gremios o la desaparición de algunos otros.
De todos modos, podemos distinguir tres grandes fases en cuanto a la evolución
del gremialismo hace referencia.
Entre los siglos XIII y XV, podríamos decir que fue el periodo de formación de
este sistema. Entre los siglos XVI y XVII, se dio el periodo de desarrollo y en el siglo
XVIII, se produjo la decadencia del sistema gremial.
Lógicamente esta decadencia no se produjo de forma uniforme en toda España,
así las cosas, se cree por ejemplo que en Castilla, todo este proceso se produjo de forma
mas pausada y como consecuencia de ello, de forma mas tardía, que en Aragón.
A nivel general, podemos señalar que el origen de los gremios está ligado por
un lado a la revolución urbana y comunal y por otro lado al renacimiento del mundo
artesanal.
Cabe señalar como la aparición y el desarrollo de los gremios, alrededor del
siglo XIII, ayudó a las autoridades locales en el control del ámbito económico de las
ciudades. Esto trajo consigo que las autoridades municipales les reservaran a la
institución gremial funciones de tipo económico1. Estas relaciones con el poder local, se
mantuvieron hasta el siglo XVIII.
Los gremios estaban reglados en base a unos estatutos que imponían una
disciplina social, fijaban la duración del trabajo y los salarios, controlaban los precios
1
CAPELLA, Miguel y MATILLA TASCÓN, Antonio: Los cinco Gremios Mayores de Madrid. Madrid:
Cámara de Comercio, 1957.
6
7. tanto de la materia prima como de la venta del producto, etc 2. Resulta lógico pensar que
estas ordenanzas fueron evolucionando con el tiempo, llegando a la conclusión de que
las ordenanzas de los gremios, eran unos privilegios concedidos por el estado en el
ámbito social, económico (laboral) y político.
Por otro lado, hay que señalar tal y como hemos mencionado previamente, que
no todos los gremios surgieron al mismo tiempo ni tampoco desaparecieron a la vez.
Los más antiguos fueron los relacionados con la industria textil y del calzado, la piel, la
metalurgia y la orfebrería. Con el tiempo, estos gremios fueron diversificándose en
nuevas corporaciones.
1.1 Antecedentes bajomedievales
Los siglos XIV y XV, fueron una época de crisis socioeconómica que escindió
prácticamente toda la Europa Occidental. La cual también repercutió duramente sobre la
vida de los gremios.
A la par que los artesanos, se crearon varios gremios de mercaderes como el de
pañeros, el de los mercaderes de lienzos, etc., los cuales se convirtieron en fabricantes
desarrollando así un capitalismo comercial. Estos nuevos gremios, pasaron a dominar a
los pequeños artesanos y a controlar las altas magistraturas y por lo tanto la gestión de
los municipios donde se encontraban.
A finales de la Baja Edad Media, se dio un fenómeno más que significativo
dentro del sistema gremial. Podríamos considerarlo como un claro síntoma de
descomposición de los gremios. Se crearon los denominados como gremios mancebos.
Es decir, gremios creados independientemente a los de los maestros. Este hecho nos da
claras muestras de la ineficacia de los gremios de esta época como instrumento para la
concordia social3.
2
CAÑABETE NAVARRO, Eduardo: Ordenanza de los gremios de Cartagena en el siglo XVIII. Murcia,
1962.
3
CARRERA PUJAL, Jaime: Historia de la Economia española. Barcelona: 1943.
7
8. Cabe señalar como en esta época, existían dos tipos de gremios. Por un lado los
compuestos por las aristocracias de las corporaciones que se reunían en los
denominados como colegios, y por otro lado los conocidos gremios menestrales
compuestos por aquellos que ocupaban un lugar inferior en los gobiernos locales.
Los últimos dos siglos de la Edad Media, fue una época de crisis
socioeconómica, que sacudió todo el occidente europeo. Como consecuencia de ello, los
gremios se vieron duramente perjudicados por esta crisis.
Hay que señalar como junto a los gremios de artesanos, de obreros manuales,
etc., se constituyeron otros gremios como los de mercaderes, los cuales pasaron en poco
tiempo a dominar a los de artesanos. Comenzaron a controlar la gestión municipal y a
ocupar las altas magistraturas, etc.
El fenómeno más importante que ocurrió en esta época y que incidió de pleno en
la vida económica de las ciudades castellanas y aragonesas, fue la progresiva aparición
de los anteriormente citados gremios mancebos, los cuales tenían la peculiaridad que se
encontraban separados de sus maestros, lo cual nos da a entender que se estaba
produciendo una paulatina descomposición del sistema gremial y de la concordia social.
Demostraba una clara falta de confianza en los organismos de representación de los
oficios.
1.2 El auge de los gremios durante los siglos XVI y XVII:
Castilla y Corona de Aragón.
En España, el auge de los gremios se produjo en los siglos XVI y XVII y en ello
contribuyeron de manera decisiva los Reyes Católicos4.
En el caso de Aragón, Fernando el Católico, tomando bases medievales,
estructuró el mundo corporativo. Con ello, consiguió por un lado consolidar los gremios
catalanes y valencianos y por otro reorganizar los gobiernos municipales hasta 1714.
4
CARRERA PUJAL, Jaime: Historia de la Economia española. Barcelona: 1943.
8
9. En Castilla por su parte los Reyes Católicos, consiguieron desarrollar las
condiciones favorables para la expansión y desarrollo del sistema gremial. Con ello, se
ponía fin a una época, la de los Trastamara, en la que los gremios estuvieron en una
situación crítica. Con este nuevo impulso dado por los Reyes Católicos por ejemplo, los
cotos y cofradías de carácter religioso, se convirtieron en instituciones profesionales, se
acentuó la legislación técnica, etc., con ello se consiguióejercer un control sobre la
producción industrial.
Fue en siglo XVI, cuando los gremios alcanzaron su punto más alto en los que a
su desarrollo hace referencia. Su despegue, comenzó en 1530 y culminó durante la
segunda mitad del mismo siglo. Aparecieron infinidad de nuevos gremios a lo largo de
numerosas ciudades castellanas.
Si analizamos la situación gremial en algunas de las ciudades castellanas,
observamos como en Segovia eran los gremios relacionados con la artesanía textil los
que predominaba: tejedores de lana, mercaderes, tintoreros, etc.
En el caso de Valladolid por su parte, hay que señalar que en el siglo XVI,
desarrollo sus Cinco Gremios Mayores. Estos se dedicaban al comercio de paños,
lienzos y sedas; pero también había mercaderes de hierro, confiteros, cereros, etc.
En Toledo, destacaban los gremios relacionados con el trabajo del cuero,
herencia de la presencia islámica y judía. Pero, sin duda alguna, la gran corporación que
hubo en Toledo, fue la dedicada a la industria de la seda5.
En Burgos por su parte, existía una amplia variedad de oficios corporativos,
desde los zapateros hasta la de los hortelanos y labradores.
En lo que a la Corona de Aragón hace referencia, tanto en Zaragoza como en
Valencia y Barcelona, se produjo un importante incremento del número de gremios.
5
YUN CASALILLA, Bartolomé: Sobre la transición al capitalismo en Castilla. Valladolid: Junta de
Castilla y León, 1987.
9
10. Resulta significativo el caso de Barcelona, donde en el transcurso de cien años, se
formaron quince gremios nuevos.
La principal razón que explica este notable incremento, es la especialización del
trabajo y la aparición por ejemplo de algún nuevo sector industrial como la imprenta o
la sedería.
Cabe señalar, como a lo largo del siglo XVI, se produjo una difusión del sistema
gremial por ciudades menores. Las cuales posibilitaban a oficiales y maestros pobres al
establecerse en ellas, escapar de la severidad y la rigidez de las corporaciones de las
grandes ciudades.
En estas ciudades menores, existían algunas diferencias con respecto a las
ciudades grandes. La más significativa era que los gremios de las ciudades pequeñas
reunían diversos oficios, es decir que no existía una especialización tan desarrollada
como en las grandes ciudades. Así por ejemplo, había situaciones en las que se
agrupaban bajo un mismo gremio, cinco o seis oficios distintos, los cuales en el caso de
las grandes ciudades actuaban por separado.
En este sentido, cuanto menor era el tamaño de la ciudad, más diverso resultaba
el conjunto de oficios que reunía a todos los gremios.
1.3 El siglo XVIII. Declive.
A finales del siglo XVII, comenzaron las opiniones contrarias a los gremios, en
gran parte como consecuencia de la decadencia económica en la que estaba inmersa la
economía española. Una clara muestra de tenemos lo ocurrido en las Cortes de
Calatayud de 1687, donde se pidió directamente la desaparición de la institución
gremial.
Este proceso decadente se detuvo en parte gracias a la nueva expansión
económica de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII6.
6
VILLAS TINOCO, Siro: Los gremios malagueños, 1700-1745. Málaga: 1982.
10
11. De todos modos, podemos decir que fueron los propios agremiados quienes
fueron labrando el camino hacia el definitivo hundimiento del corporativismo. Los
agremiados comenzaron a participar de forma individual en diversos negocios, dando
inicio a una incipiente sociedad burguesa.
Este proceso reestructurador de la economía española, lejos de ceñirse solamente
a la periferia peninsular, también comenzó a darse en las ciudades del interior.
El estado por ejemplo, declaro compatible la hidalguía con la actividad mercantil
y favoreció el establecimiento de fabricas de paños. Pero la reforma de la legislación
económica, no fue del todo favorable para la institución gremial. Por un lado les
benefició que se protegiera la industria y el comercio, pero por otro lado se comenzó a
favorecer el capitalismo.
Tal y como hemos señalado previamente, a finales del siglo XVII7, se produjo
un desarrollo económico que junto al proceso reestructurador, produjo cambios
cualitativos importantes en el mundo gremial.
Así las cosas, hay que señalar como el desarrollo económico fue acompañado
por una ascensión social. Con ello, algunos maestros ricos, comenzaron a abandonar el
campo del gremialismo para adentrarse de lleno en el ámbito capitalista e ingresar así en
un escalafón social superior.
Con el cambio de siglo, se produjo también, un cambio de dinastía y el paso de
los Austrias a los Borbones, junto al transito a la Nueva Planta, produjo cambios
sustanciales en la estructura económica del país.
Los decretos de Nueva Planta, derrumbaron el sistema político en el que habían
vivido los gremios hasta aquel momento8. A partir de 1716, las corporaciones dejaron
de influir directamente sobre los centros de poder.
7
DOMINGUEZ ORTIZ, Antonio: La sociedad española en el siglo XVIII. Madrid: 1963-1970.
11
12. Sin embargo, podemos señalar que a nivel real, los gremios fueron respetados
por un lado porque no debilitaban ni entorpecían la autoridad real y por otro lado,
contribuían a mantener el control eficaz de la masa ciudadana.
En comparación con el caso francés, donde también se produjo un paulatino
desmantelamiento del sistema gremial, resulta remarcable como en España este
reformismo borbónico fue menos radical que en el estado vecino.
A día de hoy, no cabe ninguna duda de que la política gremial de los Borbones
españoles, respondía en parte a la influencia del modelo francés, pero matizado por las
circunstancias concretas del contexto histórico y social español.
Existen grandes e importantes similitudes entre ambos casos, como que los
gremios fueron sostenidos durante su decadencia por el estado, sobre todo para un
mejor control de la situación laboral. El estado por su parte, con esta política, se
aseguraba una rápida respuesta satisfactoria en caso de urgente necesidad de divisa,
como podía ser la provocada por una causa bélica, etc. Así por ejemplo, en Francia,
Luis XIV y Luis XV, obtuvieron abundantes ingresos extraordinarios para poder hacer
frente al excesivo gasto bélico al que les obligaba el tener tantos frentes abiertos. En
España también, los gobernadores Godoy y Fernando VII por ejemplo, se distinguieron
por sus continuas y crecientes exigencias fiscales.
Como diferencia entre los casos de amos países, cabe reseñar que en el caso
francés todo este proceso centralizador fue mas rígido y prematuro que en el caso
español.
La política de Colbert, y en mayor medida la de sus sucesores (Pontchantrain),
etc.), acentuó la centralización y la dependencia de las corporaciones hacia el poder real,
incrementando inmediatamente los impuestos. Entre otras actuaciones, destacamos por
ejemplo la de vender cartas de maestría al mejor postor.
8
ID.: Sociedad y Estado en el siglo XVIII español. Barcelona: Ariel, 1990.
12
13. El caso español, como hemos señalado previamente, no fue tan radical como el
francés. En España, el modelo centralista, fue aplicado con mayor moderación. Patiño
por ejemplo, dividió los gremios en tres categorías, consiguiendo así financiar los gastos
producidos por la elaboración del catastro, pero sin embrago, en ningún momento las
extorsiones a las que sometió el estado francés a los gremios, fueron comparables a las
medidas adoptadas por el estado español.
En cuanto al proceso de extinción de los gremios, también encontramos
sustanciales diferencias entre el modelo aplicado en un estado y en el otro.
El edicto de Turgot de 1776, es considerado como uno de los más radicales en
este sentido porque además de proclamar el derecho al trabajo como la primera y la mas
sagrada de las propiedades, estableció también la total libertad para poder dedicarse a
cualquier oficio sin distinción de sexo ni nacionalidad, suprimía los gremios existentes y
dejaba sin efecto las maestrías otorgadas.
Las medidas tomadas por los liberales españoles fueron mas moderadas. La
legislación ilustrada implantó reformas que fueron desmoronando los privilegios
corporativos.
A grandes rasgos, el proceso de abolición de los gremios, se produjo en dos
etapas. La primera de ellas, correspondió a la victoria obtenida por los liberales en las
Cortes de Cádiz de 1812, y la segunda el definitivo triunfo del gobierno progresista en
1836.
Sin embargo, y como hemos señalado previamente, existió una notable
diferencia entre los edictos de Turgot y la posterior ley D’Allurde 9, y los decretos de los
liberales españoles. Una clara muestra de ello, tenemos como a pesar de de que la
mayoría de los gremios desaparecieron, algunos subsistieron como asociaciones
voluntarias, conservaron sus propiedades10 y aunque muy transformadas consiguieron
prolongar su existencia hasta el siglo XX.
9
Ley del 17 de Marzo de 1791 que abolía definitivamente las corporaciones de oficios en los términos
indicados por Turgot.
10
También la Revolución de 1868 las respeto.
13
14. 2. La organización gremial
Sería conveniente comenzar este apartado por la delimitación de la naturaleza y
características del gremio. Para ello, nos fijaremos principalmente en su estructura, la
cual fue unos de los aspectos que menos varió a pesar de los cambios sociales y
económicos acaecidos en la España Moderna.
Incluso en el sigo XVIII, el gremio seguía conservando sus características de
asociación profesional, exclusiva y privilegiada reconocida por el estado. Por ello,
estaba vinculado a la sociedad estamental, en la cual el privilegio era lo básico.
Lo gremios eran personas jurídicas con derecho de propiedad y también con
deudas. Usaban y abusaban del poder de delegación y de representación, nombrando
comisionados que les representaban ante las autoridades.
Sin embargo, los gremios no formaban un bloque uniforme, podríamos decir que
había una gran variedad de modelos gremiales. Solían actuar con completa
independencia en las cuestiones técnicas, religiosas y sociales. Tan solo en
circunstancias críticas llegaron a establecer un programa de acción común. Por ello, sus
ordenanzas también eran distintas, no solo en la parte técnica, sino que también lo eran
en su apartado socio político.
Así las cosas, podríamos dividir a los que comúnmente denominamos como
gremios, dividirlos en tres grandes grupos: colegios, gremios y cofradías.
2.1 Los conceptos de gremio y cofradía
La corporación de oficios, conservaba de sus orígenes religiosos el título de
cofradía. De hecho, el término medieval y originario era el de cofradía y no el de
gremio, a pesar de que con posterioridad, estas corporaciones en muchos casos, pasaron
a ser reconocidos como gremio cofradía.
14
15. De ello, se deduce que la institución que del siglo XIII al XVIII recibió el
nombre de cofradía, era la misma que posteriormente sería designada como gremio.
Esta institución, asumía tanto funciones económicas como sociales, religiosas y
políticas.
A pesar de que en el siglo XVIII, la razón de ser de las corporaciones de oficios,
no era el elemento religioso, su importancia resultaba aun palpable. Eran abundantes
las cofradías anexas aun gremio; incluso muchos gremios se autodenominaban como
cofradía o como gremio de un santo o cofradía de un oficio.
En el siglo XVIII, se produjo una asimilación de los términos de gremio y
cofradía, que terminaron por utilizarse como sinónimos.
Hay que señalar como durante los primeros años de la administración
Borbónica, concretamente entre la década de 1720 y 1730, la institución corporativa
tradicional, recibía aún el nombre de cofradía11. Una muestra de ello, tenemos como
cuando se constituía un nuevo oficio privilegiado, se solicitaba su transformación en
cofradía.
La confusión de nomenclaturas de primeros del siglo XVIII, dejó paso a una
parcial aclaración de ideas. No cabe ninguna duda que el equipo gobernante de la
ilustración, destacando la figura de Campomanes, y su incipiente reforma político
económica, influyó de manera decisiva en esta aclaración de términos.
Una de las medidas que adoptaron mediante esta reforma, fue la de realizar un
examen crítico de las ordenanzas gremiales, y establecer así una distinción concreta
entre gremio y cofradía.
Se definió a la cofradía como una congregación o hermandad que formaban
algunos devotos, con autoridad del gobierno, para ejecutarse en obras de piedad.
11
GUILLOT CARRATALÁ, José: Los gremios artesanos españoles. Madrid: 1954.
15
16. Sin embrago, no llegaron a definir lo que era un gremio, a pesar de lo cual no
dudaron en numerosas ocasiones negar la categoría de gremio a oficios, que aun estando
reconocidos como tal en el catastro, se basaban en que no estaban erigidos por el poder
real o en que no tenían una ordenanza técnica completa.
Hay que señalar que en algunos casos, estas medidas fueron acertadas, debido a
que verdaderas asociaciones religiosas, con escasa o prácticamente nula relación
económica, cursaron la solicitud de ser denominadas como gremios.
A modo de conclusión podríamos resumir como esta reforma, principalmente
llevo a cabo una labor de precisión, intentando establecer que corporaciones eran tan
solo corporaciones piadosas. Consideró por su parte, que la hermandad o cofradía
representaba un grado de organización inferior que el gremio. El concepto de cofradía
fue perdiendo valor mientras que el de gremio, lo fue adquiriendo.
2.2 Colegios y gremios.
Tal y como hemos señalado previamente, lo que comúnmente conocemos como
gremios, incluso en el siglo XVIII todavía, el conjunto de corporaciones recibía una
triple denominación, colegios, gremios y cofradías. Sin embargo, y si profundizáramos
en el análisis de estas tres modalidades de corporación, podríamos señalar que eran los
colegios y los gremios los dos más importantes.
Los colegios, representaban la aristocracia de las corporaciones, debido a que las
profesiones más prestigiosas y adineradas habían desarrollado una jerarquía legal que
les diferenciaba del resto del artesanado en el que estaban incluidos. Una clara muestra
de ello, lo tenemos en los denominados como “gremios mayores” que había en
numerosas ciudades castellanas.
La diferencia entre colegios y gremios, era de tipo social y profesional. En teoría
los colegios correspondían a profesiones liberales y gozaban de mayor consideración
social que los gremios. La denominación completa de los colegios, era colegios,
congregación y arte, y los oficios de índole mecánica, quedaban fuera de esta
consideración.
16
17. Los miembros de los colegios eran considerados artistas y los miembros de los
gremios, eran considerados artesanos o menestrales. Los maestros de los colegios, eran
conocidos como maestros en artes liberales.
Los gremios superiores eran los gremios comerciales: mercaderes, merceros,
plateros, etc., pero también los médicos, notarios, etc., eran considerados gremios
superiores.
Tal y como parece lógico, los gremios que no estaban considerados como
colegios, solían tener como objetivo acceder a ese escalafón superior. Sin embargo, el
paso a un estamento superior, no solía ser fácil ni seguro. Para ello, hacía falta una
prerrogativa real que solo se podía obtener mediante numerosas solicitudes que en la
mayoría de los casos debían ir respaldadas por abundantes donativos para que tuviesen
opciones de ser aceptadas.
Se requerían una serie de circunstancias legales y de de pruebas, como si se
tratara de la obtención de patente de hidalguía. El proceso de promoción de gremio a
colegio, solía durar un largo periodo de tiempo. Se tiene constancia de que en algún
caso, se llego a tardar incluso un siglo; y de lo que no cabe duda, era contadas tentativas
fueron las que realmente tuvieron éxito y consiguieron pasar de gremio a colegio.
2.3 La estructura gremial: aprendices, oficiales y maestros. El
maestro empresario y el maestro jornalero.
La estructura del gremio, había sido conservada desde la Baja Edad Media y
distinguía tres grados de especialización en la masa laboral: aprendices, oficiales y
maestros.
Con el paso del tiempo, tal y como veremos a continuación, esta estructura a
pesar de que se siguió manteniendo, fue cada vez más teórica y menos práctica.
17
18. Los aprendices eran la figura que ocupaba el escalafón inferior en la estructura
gremial. Se trataba de una persona que sin percibir salario y a cambio, en la mayoría de
los casos, de la alimentación y del aprendizaje del oficio, trabajaba para el maestro.
En el escalafón inmediatamente superior, se encontraban los oficiales, los cuales
tras haber superado con éxito, su periodo de aprendizaje, trabajaban para el maestro a
cambio de un jornal.
El numero de aprendices y oficiales que podía disponer un maestro, solía estar
definido en las ordenanzas del gremio para mantener así un nivel igualitario entre los
diferentes talleres.
El maestro ocupaba el escalafón superior en la estructura del taller. Le
correspondía la dirección del mismo, mientras que eran los prohombres los que se
encargaban de la dirección del gremio.
Podríamos definir al maestro como un artesano independiente que solía ser
propietario de un modesto negocio y que tenía derecho a participar en el gobierno de la
corporación. Por otro lado, hay que señalar que los maestros disfrutaban de algunos
privilegios o libertades, de las cuales destacamos las siguientes: podían anunciar en
público su condición de maestros, tenían derecho de elección sobre los cargos directivos
que componían el gremio al cual correspondían y podían también hacer uso del sello
público del colegio o gremio al que pertenecían. Pero sin duda alguna el mayor de los
privilegios, era que gozaban de la exclusiva facultad de fabricar y vender los productos
señalados en las ordenanzas de los gremios. Es decir que los maestros, eran los únicos
que podían tanto fabricar como vender en la ciudad donde estuvieran situados los
productos señalados en sus ordenanzas.
Uno de los mayores problemas al que tuvieron que hacer frente los maestros,
fueron los artesanos libremente establecidos que situándose al margen de los gremios,
constituían una competencia ilegal porque no estaban obligados a pagar los impuestos
que el gremio establecía.
18
19. Con el paso del tiempo, este problema fue agravándose, debido a que cada vez
eran los artesanos que instalaban tiendas y talleres libremente, sin que los sistemas de
control pudieran impedirlo.
En teoría todos los maestros tenían los mismos derechos, pero en realidad la
distinta capacidad económica existente entre unos y otros, imponía unos considerables
desniveles económicos. Con todo ello, podemos señalar que existía un notable divorcio
entre la condición legal y la condición real de los maestros.
Por lo tanto, el criterio principal para la distinción entre unos maestros y otros,
por encima de la capacidad técnica demostrada en el examen de maestría, era el capital
del que disponían para poder establecerse. Por ello, podemos hacer dividir en dos
grupos a los maestros agremiados: el maestro empresario y el maestro jornalero.
2.3.1 El maestro empresario
Se trataba de la figura más extendida de entre los maestros gremiales. Eran
pequeños empresarios que dirigían un taller, obteniendo de ello una moderada ganancia.
Solían disponer de instrumental técnico adecuado y de un local para poder desarrollar su
actividad.
Este hecho de disponer de local propio, ya fuese casa, taller, fábrica, etc. era el
elemento que distinguía a unos maestros y a otros. A los maestros con taller propio,
finalmente en el siglo XVIII, se les dio el nombre de maestros establecidos12.
Estos debían pagar un impuesto especial denominado impuesto de pabellones y
constituían una minoría debido a que muchos maestros trabajaban en talleres o tiendas
alquiladas.
En esta nueva denominación de los gremios, influyo de forma decisiva la
elaboración del catastro que se llevo a cabo en los primeros años del siglo XVIII.
12
DIEZ, J.L.: Los gremios en la España Imperial. Madrid: Aldecoa.
19
20. Tras la Guerra de la Independencia, se reorganizó el catastro y se distinguió de
forma más exhaustiva entre los maestros que tenían tienda y los que tenían tienda
propia.
Con el tiempo, numerosos, maestros empresarios, abandonaron el mundo
gremial para integrarse en la incipiente burguesía que iba creciendo en las ciudades
castellanas más importantes.
Este proceso, sed dio más o menos de forma contemporánea en todo el occidente
europeo entre los siglos XVIII y XIX, y venía derivado del hecho de que los maestros
más ricos se enriquecieron en actividades comerciales y especulaciones al margen del
gremio, cuyos beneficios, sobre todo, fueron invertidos en empresas industriales
indianas.
2.3.2 El maestro jornalero
Los maestros jornaleros, podríamos decir que eran los maestros que ocupaban el
escalón más bajo dentro del grupo de los maestros. Eran maestros simplemente
nominales, debido a que a pesar de que habían aprobado su examen de maestría, no
tenían oportunidad ni capital para establecerse y se veían así obligados a trabajar a
sueldo de otro maestro, como un oficial más. El catastro los denominaba “maestros que
eran mancebos”.
Los maestros jornaleros que hallaban un puesto de trabajo, desplazaban a los
mancebos, convirtiendo a estos últimos en proletariado.
Algunos maestros establecidos, a pesar de tener casa y tienda, no tenían una
segura garantía de continuidad. Con frecuencia ocurría que maestros establecidos se
veían obligados a trabajar por un jornal debido a que estaban sometidos a las
fluctuaciones del paro encubierto.
20
21. 2.4 Ordenanzas
Las corporaciones, al igual que ocurría con el resto de las instituciones de la
época, se regían por una serie de estatutos13. Estos imponían una considerable disciplina
social por un lado y fijaban los salarios y la duración del trabajo a realizar por otro lado.
Sin embargo, las ordenanzas de las corporaciones, no se limitaban a estos dos
ámbitos, también reglamentaban la profesión en sentido monopolístico, controlaban la
materia prima y la las ventas de los productos manufacturados.
Cabe remarcar por su parte, el hincapié que solían hacer estas ordenanzas en
perseguir por un lado la competencia, pero sin embargo, no solían dudar en dar ventajas
sociales a los miembros de las corporaciones.
En lo que a la evolución de los gremios hace referencia, Hay que señalar que las
ordenanzas también evolucionaron a lo largo de los siglos, tratando así de estar
actualizadas y en concordancia con los tiempos que correspondientes.
Los conocimientos que se poseen hoy en día al respecto de las ordenanzas de los
gremios, son gracias a las recopilaciones que se realizaron de forma prácticamente
sistemática a lo largo del siglo XVIII.
Según se deduce de estas recopilaciones, en un principio (entre los siglos XIII y
XV), las ordenanzas eran simples disposiciones municipales muy concretas por lo que
consideramos como verdaderas ordenanzas gremiales, eran en realidad privilegios que
el estado concedía a la corporación en el ámbito social, laboral y en ocasiones, incluso
político.
Las ordenanzas solían modificarse cuando ya no era posible controlar la
competencia de los elementos agremiados. Con las reformas de las ordenanzas, solían
simultanearse en este sentido, las campañas de inspección y las confiscaciones en
talleres y tiendas.
13
CAÑABETE NAVARRO, Eduardo: Ordenanza de los gremios de Cartagena en el siglo XVIII.
Murcia, 1962.
21
22. En lo que a los encargados de la redacción de las ordenanzas hace referencia,
hay que señalar que sobre todo, eran equipos de artesanos, en la mayoría de ocasiones
artesanos acomodados, cuyo objetivo era el de remediar excesos y abusos que podían
darse. Para ello, acostumbraban a redactar por un lado disposiciones orgánicas, referidas
a las diferentes formas de actuar del gremio, y prescripciones técnicas, mucho mas
enfocadas al apartado práctico del gremio.
2.5 Las confederaciones gremiales: cofradías.
2.5.1 El aspecto religioso
Prácticamente la totalidad de los gremios se encontraban bajo advocación
religiosa. Al parecer y según se desprende de ordenanzas de gremios del siglo XVI, esta
advocación tenía como objetivo asegurar el buen funcionamiento del gremio.
Algunos gremios no se limitaban a tener tan solo un santo patrón, sino que en
numerosas ocasiones solían tener varios patrones a la vez14. Pero también ocurría a la
inversa, y un mismo santo podía ser patrón de varios gremios a la vez.
En ocasiones se daba la paradoja de que un gremio cambiara de advocación,
cuando el oficio correspondiente tenía más de un patrón. No solía ser extraño por otro
lado, que un gremio organizase o mantuviese una cofradía de advocación distinta a la
del oficio. En cuanto al gobierno de la cofradía, hay que señalar que solía correr a cargo
de los mismos prohombres gremiales.
Por lo tanto, vemos que queda bien claro, que los aspectos religioso y civil de las
corporaciones, iban estrechamente ligados. Cabe destacar como el ingreso en un gremio
implicaba la entrada a su vez en la cofradía correspondiente, y consecuentemente la
aceptación de todas sus obligaciones religiosas. En casos en los que era necesario, los
consejos gremiales se encargaban de ratificar, según las circunstancias, los deberes
religiosos de los agremiados.
14
RODRÍGUEZ DE GRACIA, Hilario: Cofradías toledanas. Madrid: 1982.
22
23. Otro de los aspectos donde se observa claramente la religiosidad de las
confederaciones gremiales, eran las procesiones. Podríamos considerarlas como las
manifestaciones más brillantes de la vida corporativa15. Se solían celebrar consejos
gremiales con el único motivo de preparar las procesiones. Las ordenanzas solían
disponer el orden que debían mantener las mismas siguiendo un más que riguroso
ceremonial. Sin embargo, la asistencia a las mismas no solía ser muy numerosa. Solían
asistir a las mismas, los funcionarios gremiales que obligados por su cargo debían
hacerlo y los maestros gremiales mas jóvenes. En algunos casos, incluso se tenía
redactado la cuantía económica del soborno que se les daba a los funcionarios para que
los prohombres no fuesen multados por no haber asistido a la ceremonia religiosa.
Estas procesiones, solían alcanzar su punto álgido durante la Semana Santa y el
Corpus. Otrote los días que también festejaban los gremios, era el del Santo Patrón de
cada uno de ellos.
Por otro lado, hay que señalar, que las cofradías, al igual que los gremios,
también tenían sus exigencias. Las cofradías, ansiaban tanto los privilegios religiosos
como los gremios ansiaban los económicos y sociales; interesándose incluso por
conseguir indulgencias papales.
No hay que obviar las exigencias materiales de las cofradías. Algunas poseían su
capilla privada, cuya conservación, reparación y en definitiva su mantenimiento, eran un
gasto al que el gremio correspondiente también debía hacer frente.
Existían también las cofradías no gremiales, siendo los grandes comerciantes y
los agremiados más ricos, los que solían alternarse en la dirección de las mismas.
Por último y a modo de síntesis, podemos referirnos a las cofradías como las que
consiguieron aglutinar a los gremios, evitando así su dispersión.
15
TELLO GIMÉNEZ, Joaquín: Hermandades y Cofradías establecidas en Madrid. Madrid: 1942
23
24. 2.5.2. El aspecto asistencial
La labor asistencial y benéfica de gremios y cofradías es un tópico
constantemente repetido. El año 1770, marcó un antes y un después en el desarrollo de
las asociaciones de previsión y subsidio en España16.
Los gobernantes ilustrados, deseaban la sustitución de las cofradías y
hermandades de socorro de base religiosa por los montepíos laicos. Así las cosas, una
Real Orden de Enero de 177017, en teoría, suponía la suspensión de todas las
hermandades y cofradías erigidas sin aprobación real.
Decimos en teoría, porque en realidad se limitó a revisar sus ordenanzas y a
estimular la creación de montepíos.
El sistema de previsión de los gremios, se basaba en el pago de una cotización,
frecuentemente semanal, por parte de los asociados. Con ello se conseguía que los
enfermos disfrutaran de un subsidio y que tuviesen derecho a un servicio de vela por
parte de los hermanos de la cofradía.
Los gremios, solían contar también con los servicios de un médico, pero a pesar
de todo ello, el sistema era imperfecto y tenía gran cantidad de deficiencias, sobre todo
por negligencias laborales tanto d los médicos como de los cofrades al no cumplir con
su obligación laboral.
Otro de los apartados en el que trabajaban los gremios, era en la concesión de
subsidios de viudas, imposibilitados, etc. Así por ejemplo, a las viudas de los maestros
se les permitía regentar la tienda o taller de sus esposos hasta que los hijos fuesen
mayores de edad.
16
RUMEU DE ARMAS, Antonio: Historia de la previsión social en España. Cofradías-Gremios-
Hermandades-Montepios. Barcelona: 1981.
17
TELLO GIMÉNEZ, Joaquín: Hermandades y Cofradías establecidas en Madrid. Madrid: 1942.
24
25. Por otro lado, en épocas de crisis económica, desempleo general, epidemias, etc.,
algunas corporaciones se distinguieron facilitando a los mendigos la clásica olla de
sopa.
Hay que destacar por otro lado la existencia de contactos regulares entre los
gremios y las instituciones públicas encargadas de los asuntos sociales. De ello se
deduce que el movimiento ilustrado, lejos de destruir el entramado asistencial de los
gremios, lo reforzó. Sin embargo, la previsión gremial, a pesar de que su labor social
fue de extrema importancia, no consiguió evitar la pobreza ni dentro ni fuera de las
congregaciones.
25
26. Conclusión
El estudio del antiguo sistema corporativo, nos parece permitir las siguientes
conclusiones:
El gremio, sea cual fuere la forma en la que estaba emparentado con
instituciones anteriores a él, nació incontestablemente de una necesidad económica,
debido a que reunió en un mismo cuerpo a individuos de intereses semejantes, que a
posteriori se convirtieron, en sus máximos defensores.
En el interior de estos gremios, sin embargo, el espíritu cristiano del que
alardeaban el gremio y/o cofradía, no consiguió reducir el antagonismo de dos clases
sociales cada vez más diferenciadas: la de los maestros y las de los aprendices y
oficiales18.
En el exterior, el gremio lucho incesablemente de formas diversas contra
variados adversarios, contra gremios rivales, contra el poder municipal y feudal, contra
el poder de las incipientes clases burguesas e incluso contra el poder real.
Siempre tuvo el monopolio. Cuando lo consiguió, empleó todas sus fuerzas en
su conservación, e incluso yendo contra el bien común, el gremio se volvió
conservador.
Los gremios finalmente desaparecieron tras haber sobrevivido muchos años, a
las causas que les habían hecho nacer. A nivel general, podemos señalar que fueron
incapaces de garantizar, dentro de una economía débil como era la castellana durante la
segunda mitad de la Edad Moderna, la seguridad económica de los maestros, y
consecuentemente menos aún la de los oficiales. Resultaron ser impotentes para
asegurar la paz social que tanto ansiaban conseguir.
No cabe duda de que los gremios no pudieron contener el progreso técnico que
los amenazaba. Convertidos con el tiempo en un sindicato de defensa de los intereses
18
CARRERA PUJAL, Jaime: Historia de la Economia española. Barcelona: 1943.
26
27. más o menos egoístas de una clase de maestros, encontraron frente a ellos a otro grupo
de maestros y a los oficiales.
Los gremios por lo tanto, siendo producto de una época, intentaron repartir entre
los maestros de un oficio dado, el trabajo, la mano de obra y las riquezas, pero no
consiguieron mantener esta especie de igualdad inscrita, que término por suponer su
disolución en la sociedad de finales del XVIII y principios del XIX.
27
28. Bibliografía
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