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MALAQUÍAS: Notas expositivas
Por Dr. Gary Williams
Usado con permiso

APUNTES SOBRE MALAQUIAS
1. Encabezado (1:1). Los encabezados de los textos proféticos identifican el género literario, el
autor, el auditorio, la fecha y la ocasión. Mal. 1:1 incluye solo los primeros tres elementos.
1.1. Género literario. La palabra traducida “profecía” literalmente significa “cosa alzada”. Hay
dos interpretaciones principales: “carga” (mensaje pesado, de dolor y sufrimiento) y
“discurso/oráculo/profecía” (mensaje comunicado “alzando la voz”, cp. Jue. 9:7).
También se podría traducir como “carga” en el sentido de que la profecía es impuesta
al profeta, y que él está obligado a entregarla (cp. Am. 3:8; Ez. 3:17-21). Ver la nota
sobre esta palabra en la introducción a Zacarías 9-14.
1.2. Auditorio: Israel
1.2.1. En lugar de “contra”, tradúzcase “a” (cp. RVA, DHH, BJ, BDLA, RVA, NVI).
1.2.2. En esta época el nombre “Israel” no se refería al reino del norte, sino al
remanente de toda la nación hebrea y principalmente a Judá (cp. 2:11), pues el
reino del norte había sido deportado por los asirios en 722 a.C. y nunca había
regresado. Los habitantes de la provincia persa de Judá, en su gran mayoría de
las tribus de Judá, Benjamín y Leví, se consideraron a sí mismos la
continuación histórica de Israel y los herederos de las promesas de Yahvé a
Israel.
1.3. Autor: Malaquías (ver la “Introducción”).
1.4. La expresión “palabra de Yahvé…por medio de Malaquías” deja claro lo que el nombre
del profeta también implica: el profeta no es más que un mensajero. El mensaje no se
origina con él, sino con Yahvé (cp. 2 P. 1:20-21). Tradicionalmente se ha interpretado
“palabra” como un genitivo—”profecía de la palabra de Yahvé” (RV60, BDLA)—pero en
las últimas décadas muchos la han interpretado como una aposición que aclara que la
“cosa alzada” es un mensaje profético: “profecía/carga, palabra de Yahvé” (ver BJ,
RV95, RVA; cp. NVI).
2. Primer oráculo: Yahvé ha demostrado su amor a Israel (1:2-5).
2.1. Declaración divina en defensa propia ante los judíos: “Os he amado” (1:2aá).
2.1.1. Esta primera oración después del encabezado es un tanto enigmática. Todavía
no sabemos por qué Dios hace semejante afirmación, ni tampoco qué quiere
decir por “amar”. El hecho que “he amado” está en tiempo pasado (contra DHH)
puede indicar que Yahvé había amado a Israel, pero ya no lo hacía, o puede
sugerir que él ha mostrado su amor para con Israel en hechos concretos.
2.1.2. En lugar de “dice Yahvé”, tradúzcase más exactamente en tiempo pasado: “ha
dicho Yahvé” (RVA; ver 1:4 en RV60).
2.1.2.1. Se trata de una fórmula de mensajero. Los mensajeros, al entregar el
mensaje, lo atribuían a quien les había enviado, diciendo: “ha dicho Fulano”
(cp. Jue. 11:15). En los libros proféticos la fórmula muestra que los profetas
se concebían a sí mismos como mensajeros que repetían el mensaje que
Dios les había entregado con anterioridad (cp. Is. 6:8; Am. 3:7-8).
2.1.2.2. En este libro de 55 versículos la frase “ha dicho Yahvé” se repite 25
veces (1:2, 4, 6, 8, 9, 10, 11, 13 [2x], 14; 2:2, 4, 8, 16 [2x]; 3:1, 5, 7, 10, 11, 12,
13, 17; 4:1 [3:19], 3 [3:21]). La expresión se usa 6 veces en Hageo, 23 veces
en Zacarías 1-8 y solamente 1 vez en Zacarías 9-14.
2.1.2.2.1. Este énfasis en el origen y la autoridad del mensaje ha de
reflejar la desilusión con las profecías, por un lado las preexílicas y
exílicas que se habían cumplido solo parcialmente (ver “Ocasión y
mensaje” en la “Introducción”), pero especialmente las posexílicas que
eran emitidas por profetas de bajo nivel ético (cp. Neh. 6:10-14; Zac.
13:2-6).
2.1.2.2.2. Normalmente en Malaquías la frase completa es “ha dicho
Yahvé de los ejércitos”). La forma sencilla, “ha dicho Yahvé”, se
encuentra en 1:2 y 3:13, introduciendo el primer oráculo del libro y el
último (aparte de estos dos versículos solo se halla en 1:13).
2.2. Cuestionamiento judío de la declaración divina: “¿En qué nos has amado?” (1:2aâ).
2.2.1. 1:2a es un dístico con paralelismo interlinear quiástico y ritmo de 4:3:
A. Os he amado ha dicho Yahvé
B. Y dijisteis: ¿En qué nos amaste?
2.2.2. En lugar de “dijisteis” (RV60, RV95), muchos traducen en el tiempo presente
“decís” (BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). El tiempo perfecto del verbo en hebreo
indica una acción en tiempo pasado, pero en este caso un pasado muy cercano:
el tiempo de la reacción mental que los judíos acaban de tener a la declaración
divina. Probablemente en castellano esto mejor se expresa con un verbo en
tiempo presente, “decís”, o aun un tiempo futuro, “diréis”. Sin embargo, el
hebreo lo concibe como un tiempo pasado, si bien solo un instante antes del
presente: “acabáis de decir”.
2.2.3. La pregunta de los judíos aclara que interpretaban “amar” no como un
sentimiento solamente, sino como obras de amor.
2.2.4. La pregunta es medio retórica; es decir, en parte pide información, pero en parte
da por sentado que la respuesta correcta es “en nada”, así poniendo en tela de
duda la declaración de Yahvé. Para algunos judíos la pregunta expresaba un
rechazo total de la declaración de Yahvé, mientras que otros, los que temían a
Yahvé (cp. 3:16), la harían con más sinceridad. Sin embargo, el tono general de
la pregunta es negativo, y los lectores no sabemos todavía que hay judíos que
temen a Yahvé.
2.2.4.1. La contradicción entre la declaración divina y la objeción judía se resalta
mediante el paralelismo quiástico: A (“Yo os he amado”) B (“dice Yahvé”) //
B’ (“y dijisteis”) A’ (“¿En qué nos amaste?”).
2.2.4.2. La pregunta insinuaba que Yahvé no bendecía a los judíos (1:2a; cp. la
actitud semejante de Gedeón en Jue. 6:13). No había cumplido todas sus
promesas profetizadas (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), ni
les daba el trato que ellos creían merecer. Ahora se entiende que la
declaración de Yahvé que introduce este oráculo es una negación de
críticas que los judíos le han hecho. En contraste con estas críticas y
quejas, ver la fe de Habacuc manifestada en Hab. 3:17-19.
2.2.4.3. Todas las preguntas atribuidas a los judíos en Malaquías (cp. 1:2, 7;
2:14, 17; 3:7, 8, 13, 14) eran respuestas a las declaraciones de Yahvé y
emplean el mismo lenguaje que esas declaraciones. Revelan actitudes
incorrectas acerca de Yahvé y su relación con él. No se expresaban en voz alta,
pues no se dirigían al profeta, sino a Yahvé. Son más bien interpretaciones por
el profeta de las respuestas mentales de los judíos. Dichas interpretaciones
seguramente se basaban en parte en la conducta y comentarios previos de
los judíos, y tal vez en parte también en la inspiración divina (cp. Mr. 2:8).
2.2.4.4. En los oráculos 2-4 parecerá que en efecto Yahvé no ama a Judá, pues
esos oráculos se dedican a señalar los pecados de Judá y anunciar
castigos resultantes. El amor divino comenzará a divisarse en el cuarto
oráculo, con su profecía de la purificación de los sacerdotes y de un día
cuando la ofrenda de Judá será aceptable ante Yahvé (3:3-4). Ese amor se
revela aún más en la promesa de buenas cosechas en el quinto oráculo
(3:10-12), y especialmente en el sexto oráculo con las promesas de
bendiciones para los temerosos de Yahvé (3:16-4:3 [3:16-21). Sin
embargo, aun en estos oráculos el señalamiento del pecado antecede las
muestras de amor, pues el amor divino para con el hombre no se puede
apreciar si no se reconoce antes que el hombre es pecador, merecedor del
castigo divino.
2.3. Refutación divina de la objeción judía: Yahvé trata con dureza a Edom (1:2b-5).
2.3.1. Esaú fue hermano de Jacob (1:2b).
2.3.1.1. La refutación comienza con una pregunta enigmática (1:2bá) cuya
relación con la disputa acerca del amor de Yahvé no se entiende todavía. Solo
después de leer las oraciones siguientes se llega a comprender: como
Esaú fue hijo del mismo padre y la misma madre que Jacob, Esaú y Jacob
fueron gemelos y Esaú nació primero, Jacob no merecía el amor de Yahvé
más que Esaú (cp. Ro. 9:10-13).
2.3.1.2. Yahvé responde a la pregunta retórica de los judíos con otra pregunta
retórica. Esta, como las preguntas retóricas en general, es en realidad una
afirmación con pasión: “Claramente Esaú era hermano de Jacob”.
2.3.1.3. El segundo “dice Yahvé” del v. 2 es literalmente “oráculo de Yahvé” (BJ).
La fórmula se halla 12 veces en Hageo, 20 veces en Zacarías, casi 300 veces
en Isaías-Jeremías-Ezequiel y 37 veces en los demás profetas, pero solo
aquí en Malaquías. Se usa con mayor frecuencia después de oraciones
contundentes de Dios. En contraste, dos veces introduce una oración clave
(Sal. 110:1; Is. 56:8); ese parece ser su uso aquí, introduciendo “amé a
Jacob, pero aborrecí a Esaú”, el tema del primer oráculo y tal vez de todo el
libro.
2.3.2. Sin embargo, Yahvé amó a Jacob y aborreció a Esaú (1:2b-3a).
2.3.2.1. A la luz del contexto, en lugar de “y amé”, se debe traducir la conjunción
adversativamente: “sin embargo amé” (BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI).
2.3.2.2. El contraste entre el trato divino para con los hermanos se subraya por
el paralelismo antitético y quiástico: A (“Pero amé”) B (“a Jacob”) B’ (“y a
Esaú”) A’ (aborrecí).
2.3.2.3. Se acusa a Malaquías de etnocentrismo y prejuicios contra los edomitas
por su uso del verbo “aborrecí”. Sin embargo, según el A.T. Yahvé
aborrece a todos los hacedores de mal (cp. Sal. 5:5 [5]; 31:6 [7], aun su
propio pueblo cuando le desobedece (cp. Os. 9:15, donde el verbo está
traducido “tomé aversión”). Por otro lado, cuando “amar” y “aborrecer” se
contrastan, “aborrecer” puede significar sencillamente “no amar”, o aun
“amar menos” (cp. Gn. 29:30-31, donde el verbo está traducida
“menospreciada”, y Dt. 21:15-17). De modo que aquí “aborrecí” es un tanto
ambiguo. Aunque su sentido se entiende en parte por la historia de Esaú y
de Edom (ver abajo), finalmente se entiende solo después de oír o leer los
vv. 3-4.
2.3.2.4. El contraste se entiende en primer término de los dos hermanos
personalmente. En ese plano y a la luz de los relatos en Génesis 25-33,
“amé” significa “escogí para ser heredero de las promesas”, y “aborrecí”
significa “rechacé de ser heredero de las promesas”. Dicha elección
prenatal (cp. Gn. 25:23) correspondía al valor que Jacob y Esaú atribuían a
esas promesas (cp. Gn. 25:31-34; Heb. 11:21) y a las exigencias divinas
(cp. Gn. 28:6-9). También el contexto histórico de Malaquías sugiere una
aplicación paralela del contraste a los descendientes, a Israel (cp. 2:12) y a
Edom (cp. Gn. 36:1). En este plano es natural pensar en el uso de “amar” y
“aborrecer” en los pactos del antiguo oriente. En ese contexto, “amar”
significaba “apoyar como aliado”, y “aborrecer” significaba “tratar como
enemigo”. Yahvé había amado a Jacob al hacer un pacto con Israel y al
guardar ese pacto. En la historia reciente lo había guardado al traer a los
judíos de regreso del Cautiverio Babilónico y al permitirles reconstruir sus
ciudades en Judá y el templo en Jerusalén. Por otro lado, había tratado
como enemigo a Esaú al sujetar a Edom a los descendientes de Jacob
desde el reinado de Saúl (1 S. 14:47) hasta el reinado de Joram (2 R. 8:2022; cp. 2 S. 8:13-14; 1 R. 11:14-25) y de nuevo en los reinados de Amasías
(2 R. 14:7) y Uzías (2 R. 14:22). Sin embargo, aquí el verbo se refiere
particularmente al evento mencionado en el resto del v. 3.
2.3.3. Yahvé había destruido a Edom para siempre (1:3b-4).
2.3.3.1. Yahvé había convertido a Edom en tierra destruida y despoblada
(1:3bc).
2.3.3.1.1. 1:3bc es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3:
y puse sus montes una desolación y su heredad para los chacales del
desierto.
2.3.3.1.2. Los montes de Edom eran la tierra montañosa donde estaban
sus ciudades (cp. Ez. 35:3-4). La tierra accidentada, una de las mejores
defensas de las ciudades edomitas (cp. Jer. 49:10, 16; Abd. 3-4), no
les había protegido de Yahvé.
2.3.3.1.3. El vocablo traducido “desolación” se usa frecuentemente en
Isaías, Jeremías y Ezequiel de tierras invadidas, conquistadas,
destruidas y despobladas.
2.3.3.1.4. Hay ironía en la línea B, pues se supone que la “heredad” de
un pueblo es tierra que ese pueblo habita.
2.3.3.1.5. En base a los LXX y la Siriaca, muchos estudiosos han
enmendado “chacal” por “habitación”. Sin embargo, “chacal” tiene buen
sentido aquí. En 13 de sus 15 usos en el A.T., el vocablo es figura de
una tierra despoblada.
2.3.3.1.6. El lenguaje de 1:3bc evoca las profecías contra Edom en
Ezequiel 35, Isaías 34 y Jl. 3:19 [4:19], y así da a entender que se han
cumplido. En esta medida, por lo menos, se habían cumplido las
profecías contras las naciones enemigas de Judá.
2.3.3.1.6.1. La palabra traducida “desolación” en 1:3b se usa en
Ez. 35:3, 4, 7, 9, 14, 15 y “monte” aparece en Ez. 35:2, 3, 7, 8,
12, 15.
2.3.3.1.6.2. “Chacales” se usa en Is. 34:13.
2.3.3.1.6.3. Joel 3:19 [4:19] utiliza las palabras aquí traducidas
“desolación” y “desierto”.
2.3.3.1.7. El ejemplo de la destrucción de Edom se cita en este contexto
también porque las profecías asociaban la destrucción de Edom con
la expansión y restauración de Judá (cp. Ab. 17-21). De modo que
Yahvé señala la destrucción de Edom porque anticipa la
manifestación plena de su amor para con Israel.
2.3.3.1.8. No sabemos a qué devastación histórica de Edom Yahvé se
refería aquí, pero debería ser un evento relativamente reciente cuando
Malaquías profetizó. Desde 552 a.C. en adelante el rey babilónico
Nabonido invadió a Edom varias veces. En alguna fecha durante el
siglo V una coalición de tribus árabes conquistó Edom, y expulsó a
muchos edomitas de su tierra al sudeste del Mar Muerto. Estos
emigraron al Neguev en el sur de Judá. Para 312 a.C. hay
inscripciones que indican que los nabateos, pueblo árabe, habían
ocupado el territorio de Edom. Los pocos edomitas que habían
quedado allí emigraron a Idumea, o fueron absorbidos por los
nabateos mediante los matrimonios mixtos.
2.3.3.2. Yahvé castigaría a los edomitas por sus pecado, no permitiéndoles
reconstruir (1:4).
2.3.3.2.1. No les permitiría reconstruir sus ciudades destruidas (1:4ab).
2.3.3.2.1.1. 1:4ab forma un tetrástico de tipo ABAB con ritmo de
2:4:4:4 y paralelismo interno en las líneas B y D:
A. Cuando dijere Edom:
C. Así ha dicho Yahvé de los ejércitos
Entre las líneas B y D el paralelismo es quiástico, ab//b´a´:
B. Hemos sido destruidos pero volveremos a edificar lo
arruinado
D. Ellos edificarán pero yo destruiré.
2.3.3.2.1.2. Yahvé tomaba en cuenta la posibilidad que los
edomitas intentaran reconstruir sus ciudades (1:4a). En lugar de
“nos hemos empobrecido”, tradúzcase “hemos sido destruidos”
(cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI).
2.3.3.2.1.3. El vocablo traducido “lo arruinado” se usa de Edom
en la profecía de Jer. 49:13.
2.3.3.2.1.4. En Malaquías la fórmula de mensajero comienza
con “así” solo en la línea C. Sin embargo, la construcción es
común en otros escritos proféticos donde sirve, como aquí, para
introducir un oráculo.
2.3.3.2.1.5. El título “Yahvé de los ejércitos” se usa 46 veces en
Malaquías, y 45 veces más en Hageo-Zacarías, para un total de
91 de las 284 veces que la expresión se usa en el A.T. En
algunos pasajes “los ejércitos” pueden ser los ángeles, o las
lumbreras celestiales, o los ejércitos de Israel, pero en la
literatura posexílica son todos los ejércitos, de cualquier tipo, de
modo que “Yahvé de los ejércitos” significa “Yahvé soberano
sobre todo”. El uso frecuente del título en la literatura posexílica
probablemente responde a la necesidad de afirmar la soberanía
de Yahvé aun sobre el emperador persa que dominaba Judá.
2.3.3.2.1.6. Lo que lograran reconstruir, Yahvé lo derribaría
(1:4b).
2.3.3.2.1.6.1. La expresión “así ha dicho Yahvé de los
ejércitos” garantiza lo afirmado. El título “Yahvé de los
ejércitos” anuncia la soberanía de Yahvé sobre todo
ejército.
2.3.3.2.1.6.2. Si bien los judíos habían sido deportados
de su tierra antes que los edomitas (cp. Ez. 35:15),
Yahvé los había traído de regreso a Judá y había
prosperado sus esfuerzos para reconstruir sus ciudades
y el templo en Jerusalén (Esdras 1-6) y, en tiempos de
Nehemías, el muro de Jerusalén (Nehemías 1-6). En
contraste, frustraría los esfuerzos edomitas por
reconstruir. Al preguntar “¿en qué nos amaste?” (v. 2)
los judíos pasaban por alto que el retorno del cautiverio
y la reconstrucción fueron muestras claras del amor de
Yahvé para con ellos.
2.3.3.2.1.6.3. El v. 4b anuncia que Yahvé cumplirá la
profecía anunciada en Ez. 35:9.
2.3.3.2.1.7. Aquí dentro de su respuesta al cuestionamiento
judío, Yahvé de nuevo cita discurso humano y su respuesta al
mismo, pero esta vez no se trata de lo que los judíos habían
dicho o estaban diciendo, sino de lo que los edomitas dirían.
2.3.3.2.2. Se reconocería que los infortunios de los edomitas se debían
al castigo de Yahvé (1:4c).
2.3.3.2.2.1. El v. 4c es un dístico con paralelismo interlinear y
ritmo de 4:4:
A. y les llamarán territorio de impiedad
B. y pueblo que Yahvé ha maldecido para siempre
2.3.3.2.2.2. El v. 2 sugiere que la oposición de Yahvé a la
reconstrucción de Edom se debía a su soberana elección (cp.
Gn. 25:23; Ro. 9:10-13). Aquí, por otro lado, la frase “territorio de
impiedad” (v. 4) indica que la oposición era merecida. De hecho,
varios pasajes antiguotestamentarios señalan que Edom
merecía ser castigado por su maltrato a Judá (cp. Is. 34:5-8; Ez.
25:12-14; 35:5, 10, 12, 15; Am. 1:11-12; Ab. 10-16; Sal. 137:7;
Lm. 4:21) y por su arrogancia (Jer. 49:15; Ez. 35:13; Ab. 3). El
hecho que Edom sufría el castigo divino por su impiedad implica
que Yahvé juzga a los impíos, tema que será especialmente
importante en el cuarto y el sexto oráculo, y también anticipa el
mensaje de todos los oráculos siguientes: una razón por la cual
Judá no recibía más bendición de Dios era su propia impiedad.
Por otro lado, sugiere que la bendición que Judá recibía era por
gracia divina.
2.3.3.2.2.3. “Llamarán” aquí es un ejemplo del plural impersonal.
Sin embargo, implica que Israel también reconocerá que Edom
es castigado por Yahvé debido a su maldad.
2.3.3.2.2.4. El verbo que he traducido “ha maldecido” arriba (la
única acepción que da el léxico de Holladay) está vertido por
“está enojado” o algo por el estilo en todas las versiones que he
consultado. Aquí la diferencia entre las dos interpretaciones es
mínima. En ambas interpretaciones el paralelismo indica que la
razón por la cual Yahvé se opone a Edom es su maldad.
2.3.3.2.2.5. Los vocablos traducidos “lo arruinado” (v. 4a) y
“siempre” (v. 4b) evocan la profecía contra Edom en Jer. 49:13
(donde están traducidos “desolaciones perpetuas), y las
palabras traducidas “desolación” (v. 3) y “siempre” evocan la
profecía contra Edom en Ez. 35:9 (donde están traducidas
“asolamiento perpetuo”). Mediante estas alusiones Yahvé aquí
confirma que él cumplirá esas profecías pendientes. A la vez,
estas palabras sugieren que el castigo de Edom será el juicio
final. Varios de los profetas anteriores daban a entender que un
juicio grande de las naciones sería el preludio de la plena
restauración de Israel (cp. Isaías 13-23; Jeremías 46-51;
Ezequiel 25-32), y en los tiempos de Malaquías los judíos, con
esta mentalidad, buscaban ese juicio de las naciones (cp. Hag.
2:20-23; Zac. 1:10-16, 18-21; 2:7-10; 6:1-8; 9:1-9). De modo que
el anuncio del juicio final de Edom implica que pronto vendría la
manifestación escatológica del amor de Yahvé para Israel.
2.3.3.3. Al ver el castigo de Yahvé contra Edom, los judíos reconocerían que él
les ha tratado con mucho amor (1:5).
2.3.3.3.1. El v. 5 es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo
interlinear, pero con paralelismo interno en la línea A, literalmente:
y vuestros ojos lo verán
y vosotros diréis
2.3.3.3.2. La expresión “vuestros ojos lo verán” implica que el castigo
divino contra Edom será portentoso (cp. Dt. 11:7).
2.3.3.3.3. El verbo “decir” es palabra clave en el primer oráculo: “ha
dicho Yahvé (v. 2), “habéis dicho (v. 2), “cuando Edom dijere” (v. 4), “así
ha dicho Yahvé” (v. 4), “y vosotros diréis” (v. 5). Aquí Yahvé cita no lo
negativo que los judíos decían, sino una cosa positiva que dirían en el
futuro. Así se implica un cambio radical futuro en la actitud de los
judíos. De haber insinuado que Yahvé no los había mostrado amor (v.
2), reconocerían su manifestación grande sobre ellos (v. 5).
2.3.3.3.4. El verbo en el v. 5b puede ser traducido como un subjuntivo,
“sea Yahvé engrandecido” (RV60, RV95, BDLA, RVA) o un indicativo,
“Yahvé es grande” (BJ, DHH, NVI) o “Yahvé se muestra grande”
(TDOT 2:402). El uso de “decir” + “Yahvé” + la forma verbal usada
aquí en Sal. 35:27; 40:16 [17] (= Sal. 70:4 [5], pero con “Dios” en
lugar de “Yahvé”) indica que se usa para reconocer la intervención
divina a favor de los justos sufrientes, y que, por lo tanto, el verbo es
un indicativo (cp. la traducción de esos textos en BJ y DHH). Así
también aquí “y diréis: Yahvé es grande” (o “se muestra grande”)
significa que cuando los judíos observen que Yahvé ha castigado a
Edom por su impiedad contra Judá, sin restaurarlo como lo había
hecho con Judá, confesarán que él se ha engrandecido mediante sus
obras a favor de Israel (ver un uso similar de las palabras “grandezas”
y “engrandecerse” en 2 S. 7:21-23). Dicho de otra manera,
reconocerán que Yahvé ha amado a Judá (cp. v. 2).
2.3.3.3.5. Todas las versiones que he consultado traducen la
preposición al final del v. 5 como “más allá de”, o algo por el estilo. La
traducción con el tema de la oposición a la reconstrucción de Edom (vv.
3-4) y con el concepto de la grandeza de Yahvé entre las naciones en
los vv. 11 y 14. Da a entender que los judíos cambiarán de actitud
cuando se den cuenta que la obra de Yahvé extiende más allá del
territorio judío. Sin embargo, el significado normal de la preposición
es “sobre” (GKC § 119c; ver Hill, Malachi, pág. 161). Entonces,
probablemente se debe traducir “sobre” aquí, de modo que el v. 5
anuncia que los judíos reconocerán que Yahvé se muestra grande
sobre Israel debido a sus obras de amor a favor de su pueblo.
2.3.3.3.6. El vocablo traducido “límites” es el mismo que está vertido por
“territorio” en v. 4 (ver la traducción alterna en BDLA, NVI). La
repetición de este sustantivo aquí, el cual no se vuelve a aparecer en
Malaquías, resalta el contraste entre “el territorio de impiedad” de
Edom, destruido por Yahvé, y “el territorio de Israel”, reconstruido
después del exilio. Este contraste confirma la necesidad de traducir
“sobre” en lugar de “más allá de”.
2.3.3.3.7. El primer oráculo anticipa varios rasgos que caracterizarán el
libro en general: los temas del amor de Yahvé para con Israel y el juicio
de los malos, el cuestionamiento del trato que Yahvé ha dado a Israel, la
forma de la disputa, el tono combativo, la repetición del verbo “decir”
(40 veces en el libro) y de fórmulas de mensajero (hay 26 en el libro),
las citas de lo dicho por Yahvé y sus interlocutores, y el uso de
preguntas retóricas (hay 26 ó 27 en el libro, dependiendo de la
interpretación de la primera oración de 2:15).
3. Segundo oráculo: como los sacerdotes trataban a Yahvé con desprecio, él los ha hecho
despreciables a ellos (1:6-2:9).
3.1. Yahvé acusaba a los sacerdotes de tratarlo con desprecio al aceptar animales
defectuosos como sacrificios (1:6-14).
3.1.1. Acusación divina: los sacerdotes tratan a Yahvé con desprecio en vez de con la
honra y el temor que le correspondía (1:6abcd).
3.1.1.1. La acusación se presenta en verso. Consiste en: a) un dístico de 3:2 con
paralelismo interlinear, b) un tetrástico con paralelismo interlinear de tipo
ABAB y una métrica de 3:2:3:2 y c) un dístico de 4:3 con paralelismo
interlinear. Como es típico de la poesía hebrea, todas las líneas son
breves, y los artículos hebreos se han omitido.
A. (El) hijo honra a(l) padre
B. y (el) siervo a su señor
A. Si, pues padre soy yo
B. ¿dónde está mi honra?
C. Y si señor soy
D. ¿dónde está mi temor?
A. Ha dicho Yahvé de los ejércitos a vosotros
B. oh sacerdotes que menospreciáis…
3.1.1.2. A Yahvé le llamaban “Padre” (cp. Is. 63:16; 64:8; ver la nota sobre
2:10a) pero no le trataban con la honra que corresponde al padre (cp. Ex. 20:12;
Dt. 5:16).
3.1.1.3. Los judíos usaba el título “Señor” frecuentemente para referirse a Yahvé,
pero no le temían como el siervo/esclavo temía a su señor/amo. La
comparación con el esclavo muestra que el “temor” que Yahvé merece no
es solo reverencia, sino también miedo de desobedecerle (cp. la
explicación del paralelismo en 2:5b).
3.1.1.4. Típicamente en la poesía hebrea el énfasis recae sobre la parte final de
una unidad básica. Así aquí, en el tetrástico hay énfasis en la última
palabra de las líneas B y D, y no es sino hasta la última línea del dístico que
se revela que la acusación no se dirige contra los judíos en general, sino
contra los sacerdotes.
3.1.1.5. El menosprecio del nombre de Yahvé era especialmente grave en las
culturas mediterráneas, en las cuales la honra y la vergüenza eran valores
de gran importancia.
3.1.1.6. “Mi nombre” será expresión clave en este oráculo, donde se repetirá 8
veces (1:6 [2x], 11 [3x], 14; 2:2, 5). En el resto del libro solo aparece 2
veces (3:16; 4:2 [3:20]). Es una circunlocución por “mí”, pero con
connotaciones de majestad.
3.1.1.7. El corazón de la acusación se expresa mediante dos preguntas retóricas
que comienzan con “¿dónde?”. Son equivalentes a negaciones con pasión:
“¡No me habéis honrado/temido!”
3.1.2. Objeción sacerdotal a la acusación divina: “¿En qué hemos menospreciado tu
nombre?” (1:6e).
3.1.2.1. De nuevo la objeción se expresa mediante una pregunta medio retórica
que hace eco de la declaración divina (cp. v. 2). La pregunta es medio retórica
porque por un lado invita una respuesta, pero a la vez insinúa que la
respuesta correcta es “en nada”. Varias de las preguntas que Yahvé
atribuía a los judíos manifiestan que ellos no reconocían sus pecados (ver
2:14, 17; 3:7, 8, 13).
3.1.2.2. El verbo “decís”, traducido como tiempo presente en todas las versiones
que he consultado, está en el tiempo perfecto en hebreo. Sobre esta
cuestión, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2, donde RV60 traduce
“dijisteis”.
3.1.3. Refutación divina a la objeción sacerdotal: “Ofreciendo sobre mi altar pan
inmundo” (1:7a). La refutación es una acusación: los sacerdotes de colocar
sobre el altar sacrificios ritualmente contaminados.
3.1.3.1. La respuesta es lacónica. Las palabras “en que” no están en el hebreo, y
en lugar de “ofrecéis” el hebreo tiene sencillamente un participio
“ofreciendo” sin su sujeto, el cual se tiene que suplir del contexto. Hasta
sería posible, tratando la objeción del v. 6e casi como una interrupción,
interpretar la respuesta del v. 7a como una continuación del v. 6d: “oh
sacerdotes que menospreciáis mi nombre…que ofrecéis sobre mi altar pan
inmundo”.
3.1.3.2. La palabra “pan” (1:7) es un sinécdoque por “comida” que aquí se refiere
específicamente a los animales sacrificados, así como en Lv. 22:25; Ez.
44:6-7.
3.1.3.3. El vocablo “inmundo” significa “ritualmente contaminado”.
3.1.3.4. Los adoradores escogían, traían y hasta los degollaban a sus sacrificios,
pero al sacerdote le correspondía colocarlo “sobre el altar”. Si el sacrificio
era impuro, el sacerdote debería rechazarlo y no ofrecerlo sobre el altar.
3.1.4. Objeción sacerdotal a la refutación (segunda acusación) divina: “¿En qué te
hemos tratado como contaminado?” (1:7b).
3.1.4.1. En cuanto a “dijisteis”, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2.
3.1.4.2. En lugar de “te hemos deshonrado”, tradúzcase “te hemos contaminado”
(cp. BJ, NVI), o mejor, “te hemos tratado como contaminado” (la
conjugación Piel en hebreo se presta para los dos sentidos). Es el mismo
verbo que Yahvé acaba de usar en el v. 7a. La forma de la objeción nos
sorprende. A la luz de las objeciones anteriores, aquí esperamos más bien:
“En que hemos ofrecido sobre tu altar pan contaminado”. Sin embargo, el
profeta pone en boca de los sacerdotes una respuesta más breve que
reconoce la seriedad de la acusación y la conjuga con la acusación anterior
de menospreciar el nombre de Yahvé. Ofrecer a Yahvé sacrificios
contaminados es despreciarlo como si no fuera santo, sino contaminado.
3.1.4.3. Esta objeción, como las anteriores, se expresa mediante una pregunta
medio retórica que hace eco de la intervención divina (cp. 1:2, 6), si bien el
eco en este caso se limita al verbo “contaminar” y la correspondencia entre
“mi” (v. 7a) y “te” (v. 7b). Mediante el aspecto retórico de la pregunta los
sacerdotes niegan que hayan ofrecido sacrificios ritualmente
contaminados, especialmente porque hacer semejante error sería tratar a
Dios como contaminado. Probablemente entendían por “sacrificio
contaminado” uno que no se ofreciera según el rito establecido (Lev. 1-7, o
uno ofrecido por una persona que no fuera sacerdote calificado y
debidamente consagrado (Lev. 8-10), o uno que fuera un tipo de animal
inmundo (Lev. 11; Dt. 14:3-20), o uno que hubiera entrado en contacto con
un objeto inmundo (Lev. 15).
3.1.5. Refutación divina a la segunda objeción sacerdotal: “Menospreciáis el altar al
ofrecer sobre él sacrificios defectuosos” (1:7c-8).
3.1.5.1. Esta refutación combina las dos acusaciones divinas anteriores (vv. 6d,
7a). Menospreciaban el nombre de Yahvé (la primera acusación, v. 6d) al
menospreciar el altar (v. 7c), ofreciendo sobre él pan inmundo (la segunda
acusación, v. 7a), es decir, animales defectuosos (v. 8). A la vez la
refutación respondía a la segunda objeción de los sacerdotes (v. 7b):
trataban a Dios como contaminado al sacrificarle animales defectuosos.
3.1.5.2. Yahvé expresa la refutación/acusación en forma enigmática (1:7c).
3.1.5.2.1. El verbo traducido “pensáis” es literalmente “decir” (BDLA),
usado ahora por novena vez en los vv. 2-7. Esta vez aparece como
infinitivo. La traducción “pensáis” está bien, pues seguramente los
sacerdotes nunca decían en voz alta que el altar era menospreciable,
sino que sus acciones delataban que así se decían mentalmente.
3.1.5.2.2. “La mesa de Yahvé” (1:7, 12) es su altar (cp. Ez. 44:15-16).
3.1.5.2.3. El participio traducido “despreciable” es del mismo verbo
traducido “menospreciar” en el v. 6de. Se repetición en v. 6d y aquí
forma una inclusión que enmarca la sección enigmática del debate entre
Yahvé y los sacerdotes en 1:6d-7.
3.1.5.2.4. En 1:6d-7 no hay mucho paralelismo en el sentido normal (el
v. 6d es la excepción), hay una especie de paralelismo producido por la
repetición 4 veces del verbo “decir” (vv. 6d, 6e, 7b, 7c), la alternación
de intervenciones de Yahvé y de los sacerdotes, y la correspondencia
formal entre las objeciones sacerdotales y la intervención divina
previa.
3.1.5.3. Yahvé aclara la refutación/acusación mediante una serie de preguntas
retóricas (1:8). En realidad, el v. 8 explica las tres acusaciones enigmáticas
(vv. 6d, 7a, 7c).
3.1.5.3.1. La aclaración comienza con un tetrástico de tipo ABAB
(paralelismo alternado) con ritmo de 3:2:3:2.
A. Y cuando ofrecéis el (animal) ciego para el sacrificio
C. Y cuando ofrecéis el cojo o el enfermo
B. ¿No es malo?
D. ¿No es malo?
3.1.5.3.1.1. La Ley exigía que los animales sacrificados a Yahvé
estuvieran sin defecto (ver Ex. 12:5; Lv. 1:3, 10; 22:18-21; Nm.
6:14; 19:2) y especificaba que los animales ciegos, cojos o
enfermos no serían sacrificios aceptos (ver Lv. 22:22-25; Dt.
15:21).
3.1.5.3.1.2. El tetrástico recoge el verbo “ofrecéis” del v. 7a y lo
repite dos veces, así señalando que el v. 8 es una aclaración del
v. 7a.
3.1.5.3.1.3. La oración repetida “no es malo” se puede
interpretar como una negación irónica, o una pregunta retórica.
La segunda opción es mejor a la luz de la presencia de seis
preguntas retóricas en 1:2- 7 y otra casi al final del v. 8.
3.1.5.3.2. El resto del v. 8 es un dístico sin paralelismo interlinear pero
con paralelismo interno en la línea B (¿Acaso se agradará de ti // o le
serás acepto?), seguido por la fórmula de mensajero. La línea B del
dístico es una pregunta retórica.
3.1.5.3.2.1. Obviamente el gobernador no se agradaría de
quienes le regalaran animales defectuosos (1:8). El vocablo
traducido “príncipe” es pejah “gobernador” (BJ, BDLA, RVA),
generalmente usado en el AT de gobernadores del Imperio
Babilonio o, más aún, del Imperio Persa (cp. Esd. 8:36; Neh. 2:7,
9; 3:7; 5:14; 12:26; Est. 3:12; 8:9; 9:3; Hag. 1:1, 14; 2:2, 21; y ver
la sección sobre “La fecha del libro” en la “Introducción”).
3.1.5.3.2.2. La frase traducida “¿le serás acepto?” es
literalmente “¿levantará tu rostro?”. Probablemente la figura
originalmente se refería a una persona postrada en humildad
ante otra que levanta el rostro del otro como señal de favor.
3.1.5.3.2.3. El uso de la segunda persona singular en este
dístico personaliza más la acusación.
3.1.5.3.2.4. La repetición de “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en
1:6 y 9 forma una inclusión que enmarca todo el debate entre
Yahvé y los sacerdotes, menos la expansión siguiente.
3.1.6. Yahvé expande las acusaciones de 1:6-8 (1:9-14).
3.1.6.1. Así como el gobernador, Yahvé tampoco se agrada de quien le ofrece
animales defectuosos (1:9-10).
3.1.6.1.1. Si el gobernador no se agradaría de quien le diera un animal
defectuoso, ¡cuánto menos Dios (1:9)!
3.1.6.1.1.1. El v. 9 se puede analizar como un dístico con
paralelismo interlinear y ritmo de 5:6, seguido por la fórmula de
mensajero.
A. Ahora buscad el favor de Dios para que tenga piedad de
nosotros
B. De vuestra mano ha sido esto ¿Acaso levantará vuestro
rostro?
3.1.6.1.1.2. El “ahora” al principio del v. 9 y la fórmula “ha dicho
Yahvé de los ejércitos” al final marcan el inicio de la expansión
de las acusaciones de 1:6-8 en 1:9-14.
3.1.6.1.1.3. La expresión traducida “orad por el favor” es un
modismo, que literalmente se puede traducir “ablandad el rostro”
(BJ). Significa “buscad el favor”. Aquí se refiere a la búsqueda
del favor divino mediante los sacrificios (así como, por ejemplo,
en 1 S. 13:12). En el presente contexto se usa sarcásticamente,
con referencia a los sacrificios defectuosos como un supuesto
medio de buscar el favor de Dios.
3.1.6.1.1.4. Yahvé aquí se refiere a sí mismo en tercera persona
y se llama a sí mismo “Dios”. Así recalca su categoría exaltada,
muy por encima aun de la categoría del gobernador, y resalta lo
tonto de darle ofrendas defectuosas. Un fenómeno similar se
halla en 1:14; 3:1; 4:5 [3:23].
3.1.6.1.1.5. Mediante el “nosotros” el profeta se identifica como
parte de la nación que es perjudicada por el pecado de los
sacerdotes. Fue en parte debido al pecado de ellos que Yahvé
no daba las muestras de amor que los judíos esperaban (cp.
1:2).
3.1.6.1.1.6. “¿Cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas”
capta el sentido del texto, si bien no se apega mucho a la forma
del texto hebreo (ver la traducción literal en el esquema arriba).
La oración retórica con el modismo “levantar el rostro” hace eco
de la última pregunta retórica del v. 8, ligando los dos versículos.
La palabra “rostro” también se usa en la primera oración del v. 9.
3.1.6.1.1.7. “De vuestra mano”, usado en 1:9, 10, 13; 2:13,
parece ser una expresión técnica relacionada con la liturgia del
sacrificio. Señala quien pone el sacrificio sobre el altar (1:9, 10,
13) o quien lo trae (2:13). Aquí indica la responsabilidad de los
sacerdotes en el ofrecimiento de sacrificios defectuosos. Si bien
los sacerdotes no habían escogido los animales defectuosos,
ellos los habían puesto sobre el altar.
3.1.6.1.1.8. Hay una correspondencia marcada entre las partes
del v. 9 y las partes de la ilustración al final del v. 8. “Preséntalo
a tu gobernador” (v. 8) corresponde a “buscad el favor de Dios” y
“de vuestra mano ha sido esto” (v. 9), “¿Acaso se agradará de ti,
o levantará tu rostro?” (v. 8) corresponde a “¿Acaso levantará
vuestro rostro” (v. 9), y la fórmula de mensajero al final del v. 8
es idéntica a la fórmula al final del v. 9.
3.1.6.1.2. Yahvé preferiría que los sacerdotes cerraran el templo (1:10a).
3.1.6.1.2.1. El v. 10a expresa un deseo divino irónico. En lugar
de “o alumbre de balde”, tradúzcase “para que no alumbréis de
balde” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI).
3.1.6.1.2.2. El v. 10a, traducido literalmente, se puede analizar
como un dístico con paralelismo interlinear:
A. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas
B. y no alumbréis mi altar de balde?
3.1.6.1.3. El sacrificio defectuoso no logra el favor de Yahvé (1:10b).
3.1.6.1.3.1. El v. 10b se puede analizar como un dístico con
paralelismo interlinear y ritmo de 3:3, si no se toma en cuenta la
fórmula de mensajero en el análisis.
A. No tengo complacencia en vosotros
B. Ni aceptaré ofrenda de vuestra mano
3.1.6.1.3.2. La “ofrenda” a que Yahvé se refiere en este contexto
es el animal defectuoso (ver v. 8).
3.1.6.1.3.3. El verbo traducido “aceptaré” es el mismo que está
vertido por “se agradará” en el v. 8. La repetición es un vínculo
más entre la pregunta retórica al final del v. 8 y la expansión en
vss 9-10.
3.1.6.1.3.4. La repetición de la fórmula “ha dicho Yahvé de los
ejércitos” en los vv. 9 y 10 coadyuva a unir estos dos versículos
en una unidad.
3.1.6.2. Los sacerdotes trataban con desprecio al Dios cuyo nombre de Yahvé
sería grande en todo el mundo (1:11-14).
3.1.6.2.1. El nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo pero los
sacerdotes lo estaban profanando (1:11-12a).
3.1.6.2.1.1. Todas las oraciones del v. 11, salvo “ha dicho Yahvé
de los ejércitos” son nominales. La única forma verbal es un
participio. Sin embargo, en la traducción al castellano es
necesario usar verbos y asignarles un tiempo. Lo más natural es
el tiempo presente (RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI), pero en
tal caso las oraciones no tienen sentido, especialmente la
segunda, ya que en aquel tiempo no se ofrecía “incienso y
ofrenda limpia” a Yahvé “en todo lugar”, sino solo en el templo
en Jerusalén. Entonces es necesario interpretar todo el versículo
como una profecía en tiempo futuro (BDLA). De hecho, el
participio, traducido “se ofrece” en la mayoría de versiones,
frecuentemente se usa en los profetas para referirse al futuro
inminente (ver, por ejemplo, el participio traducido “envío” en
3:1). De modo que 1:11 es una profecía del futuro
reconocimiento de la grandeza de Yahvé (cp. 1:5) y de su
adoración por las naciones (para el mismo tema en otro profeta
posexílico, ver Zac. 2:11; 8:22-23; 14:16-19). Y así como en 1:5,
el profeta da a entender que la profecía de la futura grandeza de
Yahvé debe influir en las actitudes y conducta de su pueblo en el
presente. La profecía ya se está cumpliendo espiritualmente en
la Iglesia, pero ha de tener un cumplimiento literal en el Milenio.
La mayoría de los pasajes que dicen que las naciones adorarán
a Yahvé durante la edad mesiánica indican que rendirán esa
adoración en Israel y Jerusalén (cp. Is. 2:2-4; 18:7; 25:6; 45:14;
52:8; 56:7; 60:3, 11, 14; 66:23; Mi. 4:1-4; Zac. 8:20-22; 14:1619), pero Is. 19:18-21 y Sof. 2:11 sugieren que también la harán
desde sus tierras.
3.1.6.2.1.2. Poéticamente el v. 11 se puede analizar como a) un
dístico, b) un trístico, c) la primera mitad de un dístico y d) la
fórmula de mensajero. El ritmo del primer dístico es de 4:3, con
paralelismo interno (línea A) y paralelismo interlinear:
A. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone
B. entre las naciones será grande mi nombre
El trístico es de tipo ABB, con métrica de 2:3:2.
A. Y en todo lugar
B. se ofrecerá a mi nombre incienso
C. y ofrenda limpia
El segundo dístico comienza en el v. 11 y termina en el v. 12,
con la fórmula de mensajero entre las dos líneas, pero excluida
del análisis poético. El paralelismo es antitético y quiástico: A
(Porque grande es mi nombre) B (entre los gentiles) // B’ (Pero
vosotros) A’ (lo profanáis). El contexto indica que “pero” es mejor
que “y” como traducción de la conjunción al principio de la línea
B. La colocación de la fórmula de mensajero aplaza la llegada
del clímax al cual apunta todo el v. 11: la conducta reprochable
de los sacerdotes.
3.1.6.2.1.3. La repetición de “mi nombre” tres veces en el v. 11
resalta el contraste con el uso de la misma expresión en el v. 6.
Todos los gentiles exaltarán el nombre de Yahvé (1:11), pero los
sacerdotes de Yahvé han despreciado y profanado (1:6, 12a).
3.1.6.2.1.4. La repetición de las palabras “ofrecer” en 1:7 y 11, y
“ofrenda” en 1:10, 11, resalta el contraste entre “será
ofrecido…ofrenda limpia” (1:11) por un lado, y “ofrecéis…pan
contaminado” (1:7) y “ofrenda no aceptaré de vuestra mano”
(1:10) por otro lado.
3.1.6.2.2. Los sacerdotes ofrecían animales defectuosos a Yahvé (1:1213). 1:12-14 repite las ideas de 1:7-11, así dándoles más énfasis. 1:1213a amplía 1:7c, 1:13bá corresponde a 1:8a, 1:13bâ resume 1:8b-10,
1:14a corresponde de nuevo a 1:8a, y 1:14b corresponde a 1:11.
3.1.6.2.2.1. Despreciaban a Yahvé y su altar (1:12-13a).
3.1.6.2.2.1.1. La primera oración del v. 12 concluye el
dístico que comienza al final del v. 11 (ver supra).
Luego, el resto del v. 12 es un dístico con paralelismo
interno (línea B) e interlinear, y ritmo de 4:3. El “cuando
decís” introduce el dístico, pero no es parte de él.
A. La mesa del Señor inmunda es
B. Y su fruto despreciable su alimento.
3.1.6.2.2.1.1.1. El dístico repite todas las
palabras del v. 7c, salvo que tiene “Señor” en
lugar de “Yahvé” (contra RV60 y RV95; ver (BJ,
BDLA, RVA, NVI). El título “Señor” evoca la
acusación del v. 6 ahora que el señorío de
Yahvé sobre toda la tierra se ha anunciado en el
v. 11. Así resalta la gravedad del desprecio por
los sacerdotes y la hipocresía con que llamaban
a Yahvé “Señor”.
3.1.6.2.2.1.1.2. “Cuando decís” significa “cuando
pensáis”, y el pensamiento de los sacerdotes se
percibe en sus acciones (ver nota sobre 1:7c).
3.1.6.2.2.1.1.3. La “mesa del Señor” es su altar,
e “inmunda” significa “ritualmente contaminada”
(ver las notas sobre el v. 7).
3.1.6.2.2.1.1.4. El segundo “cuando decís” no
está en el hebreo (BJ, NVI, BDLA, RVA, NVI).
3.1.6.2.2.1.1.5. Todas las versiones que he
consultado omiten “su fruto”, salvo BDLA.
3.1.6.2.2.1.2. El v. 13 comienza con un dístico con
paralelismo a nivel de líneas completas y ritmo de 3:2,
seguido de la fórmula de mensajero.
3.1.6.2.2.1.2.1. El verbo traducido “despreciáis”
literalmente se refiere a la acción de soplar. A la
luz del contexto se supone que se trata de un
gesto de desdén.
3.1.6.2.2.1.2.2. En el TM el objeto pronominal
del verbo está en tercera persona, “lo
despreciáis” (BDLA), y su antecedente es “la
mesa del Señor” (v. 12). Sin embargo, la
tradición rabínica informa que esta lección es
una de las tiqqune soferim “correcciones
de los escribas”, introducidas para evitar
expresiones teológicamente ofensivos, y que la
lección original es “me despreciáis” (RV60,
RV95, BJ, DHH, RVA, NVI).
3.1.6.2.2.2. Le ofrecían animales defectuosos (1:13b).
3.1.6.2.2.2.1. 1:13b se compone de dos dísticos con
paralelismo interlinear, seguido de la fórmula de
mensajero. El primer dístico es de ritmo 2:2 y tiene
paralelismo interno en la línea B:
A. Y habéis traído lo hurtado
B. o cojo o enfermo
El segundo dístico tiene ritmo de 2:3:
A. Y habéis traído la ofrenda
B. ¿Aceptaré de vuestra mano esa?
La traducción es un poco más literal que RV60. El
primer verbo de ambos dísticos es el mismo, y el tiempo
perfecto en castellano expresa el tipo de acción mejor
que el pretérito, pues se trata de una acción repetida,
comenzando en el pasado y llegando hasta el presente.
Los dos dísticos bien pueden combinarse para formar
un tetrástico de tipo AAAA.
3.1.6.2.2.2.1.1. El primer dístico hace eco de v.
8b, recalcando en qué consistía el menosprecio
sacerdotal, y también formando una inclusión
que enmarca 1:8-12, sección que expone este
pecado.
3.1.6.2.2.2.1.2. El segundo dístico hace eco de
la última oración del v. 10. El estribillo resultante
marca la conclusión de las expansiones de la
acusación contra los sacerdotes en 1:9-10 y en
1:11-13. En contraste, el v. 14 se dirigirá contra
los judíos en general.
3.1.6.2.2.2.1.3. El repetido “habéis traído”, en
este contexto, tiene que referirse no a la acción
de los judíos en general, sino a la acción de los
sacerdotes de colocar el sacrificio sobre el altar.
3.1.6.2.2.2.1.4. “Lo hurtado” (1:13) aquí no
significa “animal hurtado por un ser humano”,
pues el sacerdote no tendría forma de
reconocer que un animal había sido robado
en este sentido. Más bien se refiere al animal
robado por una bestia y librado por el pastor,
pero no sin antes quedar lesionado (cp. 1 S.
17:34-35; Am. 3:12).
3.1.6.2.2.2.1.5. En la línea B del segundo dístico
las conjunciones pueden ser traducidas “o” o
“y”.
3.1.6.2.2.2.1.6. La línea B del segundo dístico
es otra pregunta retórica.
3.1.6.2.2.2.1.7. La fórmula de mensajero es la
forma abreviada que se encuentra también en
1:1; 3:13. Omite “de los ejércitos”. Quizá la
forma abreviada se use solo para variedad
estilística, pero tal vez aquí también resalta
la maldición (v. 14) que concluye 1:6-14.
3.1.6.2.3. Epílogo: Yahvé maldice al judío que pagara su voto al Señor
con un animal dañado (1:14). Este versículo se agrega al oráculo para
que los judíos no pensaran que solo los sacerdotes eran responsables
de los sacrificios defectuosos.
3.1.6.2.3.1. El v. 14a puede analizarse como un trístico de tipo
AAA y ritmo de 2:4:3dístico:
A. Y maldito el que engaña
B. el que teniendo macho en su rebaño promete
C. pero sacrifica al Señor lo dañado
3.1.6.2.3.1.1. En la Biblia las maldiciones
frecuentemente se usan para asegurar que Dios
castigue a los que hacen mal con impunidad (cp. Dt.
27:15-26; Jue. 17:2). En este caso la impunidad se debe
al engaño. No es que el maldito engañe a Yahvé,
cumpliendo el voto a medias, pues Dios no se
engaña, sino que engaña al sacerdote, diciendo que
trae un animal dañado porque no tiene uno sano. Así el
engañador queda impune ante las autoridades
humanas, y de ahí la necesidad de la maldición. En este
caso, como Dios es quien pronuncia la maldición, su
cumplimiento es seguro.
3.1.6.2.3.1.2. En lugar de “machos”, el hebreo tiene el
singular. Levítico 22:17-25 estipula que el animal
ofrecido en pago de un voto debe ser macho sin
defecto.
3.1.6.2.3.1.3. El verbo traducido “promete” literalmente
significa “promete en voto” (cp. BJ). Muchos votos se
hacían para persuadirle a Dios que libere de algún
apuro o que conceda alguna bendición (cp. Gn. 28:2022; Jon. 2:9). Se supone que en el caso contemplado
aquí, Dios ha respondido a la petición, pero ahora el
beneficiado no cumple a cabalidad con su voto (cp. Nm.
30:2).
3.1.6.2.3.1.4. En lugar de “a Yahvé” (RV60, RVA,
RV95), el hebreo tiene “Señor” (BJ, BDLA, NVI). Al
llamarse “Señor” y referirse a sí mismo en tercera
persona Yahvé destaca su dignidad, como en v. 9; 3:1;
4:5 [3:23] (ver también la nota sobre “el Señor” en 1:12).
3.1.6.2.3.2. El v . 14b resalta de nuevo el señorío mundial de
Yahvé, ahora subrayando el pecado del adorador que ofrece
animal dañado.
3.1.6.2.3.2.1. El v. 14b puede analizarse como un dístico
con la fórmula de mensajero entre las dos líneas. El
ritmo es de 4:3.
A. Porque Gran Rey soy yo
B. temible Y mi nombre es entre las naciones.
La última frase es el clímax del dístico.
3.1.6.2.3.2.2. Las dos oraciones son nominales.
Probablemente los verbos que se suplen en la
traducción deben estar en tiempo futuro, así como en el
v. 11 (ver la nota allí).
3.1.6.2.3.2.3. Yahvé también se llama “gran rey” sobre
la tierra en Sal. 47:2 [3], y sobre los dioses en Sal. 95:3.
Seguramente expresiones semejantes se usaban con
frecuencia en el culto a Yahvé en el templo. Sal. 47:2 [3]
especialmente se asemeja a este dístico; tal vez
Malaquías alude a dicho pasaje aquí.
3.1.6.2.3.2.4. La fórmula de mensajero más las
expresiones “grande”, “mi nombre” y “entre las
naciones” hacen eco de la conclusión del v. 11 (la
fórmula de mensajero sigue estas expresiones en el v.
11; aquí el orden está invertido), así formando una
inclusión que enmarca el párrafo de 1:11-14.
3.1.6.2.3.2.5. Las expresiones “Señor”, “temible” y “mi
nombre” evocan la acusación en el v. 6, y así forma una
inclusión que enmarca toda la sección de 1:6-14 sobre
el pecado de despreciar del nombre de Yahvé. De
hecho, la línea A del dístico corresponde a la primera
pregunta retórica del v. 6 (“¿Dónde está mi honra?”), y
la línea B, a la segunda pregunta del v. 6.
3.1.6.2.3.2.6. La línea A del dístico evoca la conclusión
del primer oráculo (1:5b). Esta semejanza coadyuva a
indicar que la primera sección mayor del segundo
oráculo, la que expone la acusación, concluye con el v.
14.
3.2. Yahvé maldijo a los sacerdotes, haciéndolos despreciables (2:1-9). Era el castigo
resultante del pecado de despreciar a Yahvé, expuesto en 1:6-14.
3.2.1. Yahvé maldeciría a los sacerdotes si no le honraran (2:1-3).
3.2.1.1. Yahvé manda a los sacerdotes dar gloria a su nombre (2:1-2a).
3.2.1.1.1. El v. 1 es una unidad de una sola línea poética. El hecho que
la línea no forma parte de una unidad mayor (un dístico, por ejemplo) y
el “ahora” coadyuvan a destacarla como la oración introductoria a una
sección nueva. Por el momento el contenido de “este mandamiento”
es enigmático. No se halla en el v. 1 ni en el texto anterior, de modo
que lo busca el lector en el texto siguiente (lo mismo sucede con el
“en esto” de 3:10).
3.2.1.1.2. El v. 2a es la prótasis de una oración condicional. Contempla
la posibilidad de que los sacerdotes no obedecen el mandamiento de
Yahvé, dar gloria a su nombre.
3.2.1.1.2.1. El v. 2a consiste en un trístico de tipo AAB, con
métrica de 2:3:3, seguido de la fórmula de mensajero:
A. Si no oyereis
B. y si no ponéis sobre el corazón
C. para dar gloria…
3.2.1.1.2.2. Las líneas paralelas A y B aplazan la esperada
definición del contenido del “mandamiento” del v. 1). Ese
contenido al fin se revela en la línea C, en posición de clímax al
final del trístico.
3.2.1.1.2.3. “Oyereis”, como frecuentemente en la Biblia,
significa “oír para obedecer”. El modismo paralelo, traducido
literalmente arriba, ha de significar aproximadamente lo mismo
(ver su uso en Is. 42:25; 57:1, 11; Jer. 12:11). Se podría traducir
con un modismo algo similar, “tomar a pecho” (BJ, RVA), o, más
prosaicamente, “tomar en serio” (DHH). “Decidir de corazón”
(RV60, RV95, BDLA; cp. NVI) es un poco menos exacto, pero
interpreta correctamente el sentido en este contexto.
3.2.1.1.2.4. “Dar gloria a mi nombre” hace eco de 1:6 (“honra” en
1:6 y “gloria” en 2:2 son traducciones de la misma palabra
hebrea), y también de 11, 14, así enlazando 2:1-9 con la
acusación de 1:6-14. En este contexto para dar gloria al nombre
de Yahvé los sacerdotes deberían exigir sacrificios sin defecto,
tal como Yahvé lo merecía (cp. 1:6-8, 13; ver también 1 S. 6:5).
3.2.1.2. Yahvé amenaza con convertir en maldición las bendiciones que los
sacerdotes recibían (2:2b-3).
3.2.1.2.1. La segunda unidad poética del v. 2 es un dístico con
paralelismo interlinear y ritmo de 3:2. Es la apódosis de la oración
condicional, y define las consecuencias para los sacerdotes si no dan
gloria a Yahvé:
A. Enviaré…la maldición sobre vosotros
B. Y maldeciré vuestras bendiciones
3.2.1.2.1.1. El hebreo tiene “la maldición”, con el artículo. En
este contexto puede referirse a la maldición de 1:14, pero en
realidad la interpretación no se da sino hasta los vv. 4-5, 8-9. Allí
se verá que se trata de la maldición por incumplir la estipulación
central del pacto de Yahvé con Leví (ver vv. 4-5, 8-9).
3.2.1.2.1.2. El contexto siguiente aclara que “vuestras
bendiciones” no eran las bendiciones que los sacerdotes
pronunciaban sobre los judíos, sino las bendiciones que los
sacerdotes recibían.
3.2.1.2.1.3. La línea B expresa un motivo común en las
profecías bíblicas: la inversión de una situación actual (cp. 1 S.
2:4-5).
3.2.1.2.2. La última unidad poética del v. 2 es un dístico no paralelo. Su
línea A hace eco de la línea B del dístico anterior, y su línea B hace eco
de la línea B del trístico inicial. Anuncia que en ese momento Yahvé los
maldice (línea A; cp. v. 9), porque no cumplen la condición del trístico
(línea B).
3.2.1.2.2.1. El verbo “he maldecido” está en el tiempo perfecto
en el hebreo. Ese tiempo normalmente se usa de acciones del
pasado, pero también se usa cuando pronunciar el verbo
efectúa su acción. Así aquí Yahvé maldice a los sacerdotes
mediante la fórmula “he maldecido”. En castellano este sentido
mejor se expresa mejor mediante el tiempo presente (cp. “y aun
las maldigo”). El hebreo utiliza el tiempo perfecto porque cuando
se termina de pronunciar la expresión, la acción ya se ha
efectuado.
3.2.1.2.2.2. La expresión traducida “no os habéis decidido de
corazón” es literalmente “no ponéis sobre el corazón”. En cuanto
a su significado, ver la nota sobre la misma expresión en el v. 2.
Aquí la forma verbal es un participio, indicando tiempo presente
(cp. BJ, RVA).
3.2.1.2.3. Yahvé da dos ejemplos de la maldición que caería sobre los
sacerdotes (2:3).
3.2.1.2.3.1. Su descendencia menguaría (2:3a).
3.2.1.2.3.1.1. La primera oración del v. 3 es una unidad
de una sola línea poética.
3.2.1.2.3.1.2. En lugar de “dañaré la sementera”,
tradúzcase “reprenderé la semilla/simiente”. “Reprender”
(cp. BDLA, RVA, NVI) aquí significa “parar por orden
divina”, así como en 3:11 (cp. también Is. 50:2; Zac.
3:2). La semilla/simiente probablemente no se refiere a
la agricultura, sino a la descendencia (cp. BDLA, RVA,
NVI), así como en 2:15 (cp. el uso del vocablo en Is.
59:21).
3.2.1.2.3.2. En lugar de preeminencia sufrirían humillación
(2:3b). La unidad poética se puede analizar como un trístico con
paralelismo de tipo AAB y ritmo de 3:2:3:
A. Y os echaré el estiércol al rostro
B. el estiércol de vuestras fiestas
La figura del estiércol (o, según algunos, el contenido no
digerido del estómago) es chocante. El vocablo traducido
“animales sacrificados” es literalmente “fiestas” (BJ, BDLA). Se
usa en el AT especialmente de las tres grandes fiestas de
peregrinación: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Ya que en
esas fiestas los israelitas hacían muchos sacrificios, se
acumulaba mucho estiércol, el cual debería ser quemado fuera
de la ciudad (cp. Ex. 29:14; Lv. 4:11-12; 8:17; 16:27; Nm. 19:5).
Yahvé echaría ese montón de estiércol en el rostro de los
sacerdotes (líneas A y B), y juntamente con el estiércol los
sacerdotes serían arrojados fuera de la comunidad (línea C).
3.2.2. Para que el pacto con Leví siguiera en pie era necesario que los sacerdotes
honraran a Yahvé (2:4-7).
3.2.2.1. Cuando los sacerdotes sufrieran la maldición de Yahvé, se darían
cuenta que Yahvé les había dado el mandamiento de dar gloria a su nombre (cp.
vv. 1-2) como exigencia fundamental del pacto con Leví (2:4).
3.2.2.1.1. El v. 4 se puede analizar como un dístico no paralelo de ritmo
5:3, seguido de la fórmula de mensajero. La falta de paralelismo llama la
atención a la referencia al pacto con Leví, tema clave para la sección
de 2:1-9.
3.2.2.1.2. La expresión “envié este mandamiento” evoca “enviaré
maldición” (v. 1). Desobedecer el mandamiento enviado traería una
maldición
enviada.
3.2.2.1.3. “Para que fuese mi pacto con Leví” puede significar “para
establecer mi pacto con Leví”, o “para que siga en píe mi pacto con
Leví”. En realidad la oración expresa las dos ideas. El mandamiento fue
la estipulación fundamental del pacto que Yahvé estableció con Leví, y
por lo tanto desobediencia a esa estipulación rompía el pacto del lado
de Leví, lo cual podría inducir a Yahvé a anular el pacto de su lado.
3.2.2.1.4. La expresión “mi pacto” indica que no se trata de un pacto de
paridad (en tal caso se esperaría “nuestro pacto”), sino que Yahvé
soberanamente concedió el pacto a Leví, su vasallo (el significado de
“pacto de Leví” en 2:8). El beneficio que Leví podría recibir del pacto
era mucho mayor que el beneficio para Yahvé. Por otro lado, no se
trata de un pacto incondicional, como indica la exigencia del
“mandamiento” de dar gloria a Yahvé (v. 2) y de temerlo (v. 5).
3.2.2.1.5. En este contexto “Leví” se refiere a “la tribu de Leví”, y
particularmente a sus representantes más importantes, los
sacerdotes (ver v. 1).
3.2.2.1.6. Jeremías 33:21, el primer pasaje bíblico que menciona
específicamente un pacto con la tribu de Leví, da a entender que ese
pacto había existido ya por mucho tiempo. Probablemente, entonces,
consiste en las partes de la Ley de Moisés que hablan de las
responsabilidades y privilegios especiales que tendrían los
sacerdotes en la adoración a Yahvé (ver las alusiones al pacto con
los sacerdotes en Nm. 18:19; 25:10-13; cp. también Ex. 32:26-29;
Nm. 17:1-18:32; Dt. 10:8-9; 33:8-11; Zac. 3:7).
3.2.2.2. Tanto Yahvé como Leví habían cumplido con el pacto (2:5-7).
3.2.2.2.1. En el pacto Yahvé había prometido dar vida y bienestar
(shalom) a Leví, y lo había hecho (2:5a). El v. 5a es un dístico con ritmo
de 5:2, paralelismo interlinear, y paralelismo interno en la línea A:
A. Mi pacto fue…vida y shalom con él
B. Y las di a él.
Esta traducción es más literal que RV60, para mostrar mejor el
paralelismo. La línea B es enfática no solo por el énfasis que
normalmente recae sobre la conclusión de un dístico, sino también
por la brevedad de la línea B en comparación con la línea A.
3.2.2.2.2. En el pacto la exigencia para Leví era que temiera a Dios, y lo
había hecho (2:5b).
3.2.2.2.2.1. En lugar de “para que me temiera” y “estuvo
humillado” (2:5b) tradúzcase “Y fue temor” y “tuvo miedo” (ver
BJ, NVI; cp. BDLA).
3.2.2.2.2.2. 2:5b es un dístico con paralelismo interlinear y un
ritmo de 2:4:
A. Y fue temor y me temió
B. y tuvo miedo delante de mi nombre
Hay también una especie de paralelismo interno en la línea A.
3.2.2.2.2.3. El paralelismo aclara que temer a Dios es más que
tenerle reverencia; es también tener miedo de desobedecerlo. El
verbo traducido “tuvo miedo” se usa de miedo fuerte, terror.
3.2.2.2.2.4. Aquí “mi nombre” se repite por octava vez en el
oráculo (ver la nota sobre 1:6).
3.2.2.2.2.5. Malaquías no indica qué período histórico tiene en
mente cuando habla de la obediencia de Leví.
3.2.2.2.3. Leví había demostrado su temor a Yahvé mediante su
enseñanza correcta y su vida justa (2:6).
3.2.2.2.3.1. Mediante su enseñanza (2:6a).
3.2.2.2.3.1.1. El v. 6a es un dístico con paralelismo
interlinear y ritmo de 4:3:
A. Instrucción de verdad estuvo en su boca
B. E iniquidad no fue hallado en sus labios
3.2.2.2.3.1.2. Sobre la responsabilidad de los
sacerdotes y levitas de instruir al pueblo, ver Lv. 10:1011; Dt. 17:9-12; 33:10; Ez. 7:26; 2 Cr. 15.3.
3.2.2.2.3.1.3. El vocablo traducido “la ley” es torah. Su
sentido fundamental es “instrucción”, si bien con
frecuencia se usa de la Instrucción por excelencia, la
Ley de Moisés (ver 4:4 [3:22]). La torah de los
sacerdotes normalmente no es la Ley en sí (aunque
véase Dt. 33:10), sino la instrucción y los
dictámenes de los sacerdotes, particularmente sobre lo
ritual y lo sagrado (cp. Os. 5:7; Jer. 2:8; 18:18; Ez. 7:26;
Hag. 2:11). Así se usa aquí y en los tres versículos
siguientes (cp. DHH, BDLA, NVI), aunque la instrucción
aquí también incluye la ética.
3.2.2.2.3.1.4. El vocablo traducido “verdad”, significa
“fidelidad”. Los sacerdotes habían dado “instrucción fiel”
a las exigencias divinas, en base a la Ley de Moisés (cp.
NVI: “instrucción fidedigna”).
3.2.2.2.3.2. Mediante su vida justa (2:6b).
3.2.2.2.4. Era imprescindible que los sacerdotes temieran a Yahvé,
porque su instrucción orientaban al pueblo (2:7).
3.2.2.2.4.1. El v. 7 se puede analizar como un trístico de tipo
AAB, con ritmo de 4:3:4.
A. Porque los labios del sacerdote han de guardar sabiduría
B. Buscarán de su boca instrucción
3.2.2.2.4.2. El verbo “guardar” con frecuencia significa
“obedecer”, pero aquí más bien ha de significar “preservar”.
3.2.2.2.4.3. El vocablo traducido “sabiduría” frecuentemente
tiene ese sentido en la literatura sapiencial, pero su significado
literal es “conocimiento, ciencia”, y así se debe traducir aquí (cp.
BJ, RVA). La instrucción de los sacerdotes debería preservar el
conocimiento de la conducta correcta según la Ley,
particularmente en cuanto a lo sagrado. Otra interpretación es
que se refiere al conocimiento de Dios (cp. DHH y ver Os. 4:1,
6).
3.2.2.2.4.4. La palabra “mensajero” evoca el nombre de
Malaquías (“mi mensajero”, o tal vez “mensajero de Yahvé”, ver
“Autor del libro” en la “Introducción”). Generalmente se usa de
ángeles o profetas. Solo aquí en el A.T. se usa del sacerdote. El
sacerdote, a diferencia de los ángeles y los profetas, recibía su
mensaje de Dios indirectamente, a través de la Ley ya revelada
y las tradiciones sacerdotales.
3.2.3. Ya que los sacerdotes de los tiempos de Malaquías habían violado el pacto de
Leví, Yahvé les aplica la maldición del pacto (2:8-9).
3.2.3.1. Los sacerdotes habían violado el pacto (2:8).
3.2.3.1.1. El v. 8 se puede analizar como un trístico de tipo AAA seguido
de la fórmula de mensajero. Esencialmente el paralelismo es a nivel de
líneas completas, si bien el “mas vosotros” de la línea A se
sobreentiende por elipsis en las líneas B y C.
3.2.3.1.2. En vez de andar con Yahvé en justicia (cp. v. 6), ellos habían
salido del camino. Sobre el camino de Yahvé, revelado en la Ley, ver
Ex. 18:20; Sal. 25:8-10; 77:13 [14]; 119:14, 30, 32, 33.
3.2.3.1.2.1. Sobre la idea de salir del camino de Yahvé, ver Ex.
32:8; Dt. 9:12, 16; 11:28; 31:29; Jue. 2:17.
3.2.3.1.2.2. La primera sección del oráculo resalta el pecado de
los sacerdotes comparando su conducta con la de las naciones
(1:11-12). Aquí lo resalta comparando su conducta con la de los
sacerdotes del pasado.
3.2.3.1.3. En vez de apartar a muchos de la iniquidad mediante
instrucción fidedigna (v. 6), ellos habían hecho tropezar a
muchos por su instrucción. Tal vez Malaquías pensaba en las
acusaciones similares en Ez. 44:12; Os. 4:6. La acusación aquí
anticipa y en parte explica las acusaciones contra el pueblo en
los oráculos restantes. Los pecados del pueblo allí señalados
deberían ser evitados o corregidos por la instrucción de os
sacerdotes, mensajeros de Yahvé (cp. v. 7).
3.2.3.1.4. El pronombre “vosotros” es enfático, pues de otra
manera, como en español, no hay por qué incluirlo. Con la
conjunción “mas vosotros” subraya el contraste entre la
conducta correcta de los sacerdotes en el pasado y la conducta
de los sacerdotes a quienes Malaquías reprende.
3.2.3.1.5. En cuanto al “pacto de Leví”, ver la exposición del v. 4.
3.2.3.2. Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes debido a su desobediencia
(2:9).
3.2.3.2.1. Aplica la maldición (2:9a).
3.2.3.2.1.1. En vez de dar a los sacerdotes la vida y bienestar
prometidos en el pacto con Leví (v. 5), Yahvé les aplica la
maldición por desobediencia al pacto (ver vv. 2-3), haciéndoles
despreciables (ver v. 3b). Lo mismo sucede en toda generación
a los líderes del pueblo de Dios que debido a su conducta
pecaminosa y su enseñanza acomodadiza pierdan el respeto de
sus feligreses.
3.2.3.2.1.2. El v. 9a es un dístico con paralelismo interlinear y
ritmo de 4:3:
A. Y también yo os he hecho viles
B. y bajos ante todo el pueblo.
3.2.3.2.1.3. La frase introductoria “y también yo” (traducción
literal) es enfática, y se contrasta con “mas vosotros” en el v. 8.
El contraste señala la relación de causa (v. 8) y efecto (v. 9), o
de pecado y su consecuencia, dentro del contexto del pacto con
Leví. El vocablo traducido “por tanto” normalmente se traduce
“y” o “pero”, pero “por tanto” capta bien la idea aquí.
3.2.3.2.1.4. El verbo hebreo “he hecho” es un perfecto
instantáneo; la expresión del verbo efectúa su acción (ver la
nota sobre “he maldecido” en 2:2).
3.2.3.2.1.5. El vocablo traducido “viles” es el mismo que está
traducido “despreciable” en 1:7, 12, y es un participio del mismo
verbo traducido “menospreciar” en 1:6 (ver la traducción de 2:9
en BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). La repetición de la raíz aquí
forma una inclusión que abarca todo el oráculo de 1:6-2:9, y
también subraya la simetría del castigo divino: por haber
despreciado a Yahvé, él ha hecho despreciables a ellos.
3.2.3.2.1.6. Al pronunciar la maldición aquí, Yahvé puso en
efecto la maldición profetizada en 2:3b.
3.2.3.2.2. Desobedecían las leyes de Yahvé, mostrando favoritismos en
sus
dictámenes sacerdotales (2:9b).
3.2.3.2.2.1. El v. 9b es un dístico con paralelismo interlinear y
ritmo de 4:3:
A. Así como vosotros no guardáis mis caminos
B. sino que levantáis caras en la instrucción
3.2.3.2.2.2. El vocablo traducido “habéis guardado” es un
participio hebreo; se le debe traducir en tiempo presente,
“guardáis” (BJ). Es la misma construcción gramatical que se usa
en la última oración del v. 2. En ambos caso la construcción da
la razón por la cual Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes.
3.2.3.2.2.3. Los “caminos” de Yahvé son sus leyes (cp. las
referencias a los caminos de Yahvé en el Salmo 119).
3.2.3.2.2.4. La línea B es ambigua. “Levantar caras” significa
“mostrar favor”, tanto en sentido positivo (ver la explicación del
modismo en 1:8), como en el sentido de “mostrar favoritismo”. Si
se toma en sentido positivo aquí, se debe traducir “ni levantáis
caras por la instrucción”, es decir, “ni hacéis beneficio por medio
de la instrucción”. Sin embargo, es dudoso que “levantar caras”
se puede usar en este sentido. Queda entonces la opción del
sentido negativo de “hacer acepción de personas” (así todas las
versiones que he consultado). En tal caso hemos de entender
que los sacerdotes aceptaban animales dañados solo de ciertas
personas, probablemente gente poderosa. Tal vez a ellas
mostraba parcialidad también en otros de sus dictámenes
sacerdotales. Sea cual fuere la interpretación, la repetición de
“levantar cara(s)” aquí y en 1:8, 9 constituye otra inclusión que
enmarca casi todo el oráculo.
4. Tercer oráculo: los israelitas debían cesar de traicionarse unos a otros (2:10-16).
4.1. Acusación profética en términos generales: los israelitas se traicionaban unos a otros
(2:10). La lealtad a Yahvé y la lealtad entre los miembros del pueblo eran aspectos
complementarios del pacto entre Yahvé e Israel.
4.1.1. Todos los judíos eran hermanos creados por un mismo Dios (2:10a). Como
hijos de un mismo Dios, deberían vivir en unidad (para un concepto semejante
aplicado a la Iglesia, ver 1 Co. 12:4-13).
4.1.1.1. El 2:10a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4.
A. ¿No tenemos todos un mismo padre?
B. ¿No nos ha creado un mismo Dios?
4.1.1.2. Las dos oraciones son preguntas retóricas que dan por sentada una
respuesta de “sí”. El tercer oráculo es el único de los seis oráculos en
Malaquías que comienza con una pregunta retórica.
4.1.1.3. El paralelismo indica que el “padre” no es Adán, Abraham, ni Jacob, sino
Dios (cp. 1:6). Comúnmente, como aquí, la línea A incluye algo enigmático
que no se aclara sino hasta la línea B.
4.1.1.4. La línea B no se refiere a la creación de toda la humanidad, sino de
Israel. Yahvé se presenta como padre-creador de Israel en Dt. 32:6; Is. 45:11;
64:8 [7], como su padre en 1:6; Is. 63:16; Jer. 3:4, 19 (cp. también Ex. 4:2223; Dt. 1:31; 8:5; 14:1; Sal. 103:13; Is. 1:2; 30:9; Jer. 31:9; Os. 11:1) y como
su creador en Dt. 32:18; Is. 43:1, 15; 44:2. Yahvé fue padre-creador de
Israel al llamar, preservar y multiplicar a los patriarcas, y también al librar a
Israel de Egipto y hacer pacto con ellos en Sinaí.
4.1.1.5. La palabra “uno” recalca que la existencia de Israel se debía a Yahvé
solamente.
4.1.1.6. En 2:10-16, a diferencia de los demás oráculos, Yahvé no habla en
primera persona, sino que Malaquías habla de él en tercera persona (cp.
especialmente 2:10 con 1:6).
4.1.1.7. Al usar las formas de primera persona plural en el v. 10, Malaquías se
identifica con el pueblo de Judá. Sin embargo, en los vv. 11-12 hablará de
Judá y del judío en tercera persona, y luego en los vv. 13-16 confrontará
más directamente a los varones en segunda persona plural o singular.
4.1.2. Traicionarse unos a otros era incongruente con la hermandad de los judíos (cp.
v 10a) y una violación del pacto que Yahvé había hecho con sus padres (2:10b).
4.1.2.1. El v. 10b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3.
A. ¿Por qué nos portamos deslealmente el uno contra el otro
B. profanando el pacto de nuestros padres?
El paralelismo sería más claro si convirtiéramos el “profanando” en un
“profanamos”, un equivalente a un nivel de la gramática profunda.
4.1.2.2. El v. 10b es la tercera pregunta retórica del versículo. No espera una
respuesta, sino que es una forma de declarar con pasión: “no debemos
portarnos deslealmente…”.
4.1.2.3. El vocablo “pues” no está en el hebreo.
4.1.2.4. El verbo “portarse deslealmente” es la palabra clave en 2:10-16, y
señala su tema. Es el verbo traducido “prevaricó” en v. 11 y “ser desleal” en vv.
14, 15 y 16. Es lo contrario de actuar con jésed “fidelidad, lealtad”. Con
respecto al pecado de la deslealtad, ver Jer. 9:4-6; Mi. 7:2-6.
4.1.2.5. La expresión “el uno contra el otro” es literalmente “un hombre contra su
hermano”: La expresión hebrea más común sería “un hombre contra su
prójimo” (cp., en hebreo, “un hombre con su prójimo” en 3:16, y, en
aproximadamente el mismo período, “hombre…su prójimo” en Zac. 3:10;
8:10, 16, 17, 11:6; 14:13). Tener todos un mismo padre (v. 10a) implicaba
que los judíos eran “hermanos”.
4.1.2.6. Incumplir las estipulaciones del pacto era “profanarlo”, es decir, tratarlo
como si no fuera un acuerdo santo entre Yahvé y su pueblo, garantizado
por juramento (cp. Sal. 89:31 [32], 34 [35]; el verbo traducido “olvidaré” en
Sal. 89:34 es literalmente “profanaré”).
4.1.2.7. El contexto inmediato indica que “el pacto de nuestros padres” no es el
pacto con Abraham (a diferencia de la expresión casi igual en Dt. 4:31), ni
con Leví (cp. 2:4, 8), sino el sinaítico. Fue mediante ese pacto que Yahvé
había creado a Israel, lo había hecho su hijo, había hecho hermanos a los
israelitas, y les había dado mandamientos acerca de la lealtad unos con
otros.
4.2. Primer ejemplo de la traición: matrimonio con mujeres paganas (2:11-12).
4.2.1. El pecado: los israelitas habían traicionado a su pueblo, profanándolo mediante
matrimonios con mujeres paganas (2:11). El v. 11a recoge la línea A de v. 10b
(ver la repetición de “portarse deslealmente”) y el v. 11b recoge la línea B del v.
10b (ver la repetición de “profanar”).
4.2.1.1. Judá ha cometido traición (2:11a).
4.2.1.1.1. El v. 11a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es
decir, el paralelismo sugiere un dístico, pero la métrica indica que hay
tres líneas con ritmo de 2:2:2. La mitad de la línea A resulta paralela a la
línea B, y la otra mitad, a la línea C, pero las líneas B y C no son
paralelas entre sí.
A. Ha cometido traición Judá
B. Y abominación se ha cometido
C. en Israel y en Jerusalén.
4.2.1.1.2. En lugar de “prevaricó”, tradúzcase “se portó deslealmente”
(cp. BDLA) o “traicionó” (cp. BJ, RVA, NVI). El verbo significa lo mismo
que en el v. 10: traicionar al hermano judío.
4.2.1.1.3. Al referirse a Judá en la tercera persona, en vez de continuar
con la primera persona plural que usó en el v. 10, el profeta se distancia
de los pecadores a quienes denuncia.
4.2.1.1.4. En el hebreo “abominación” está en posición enfático, antes
del verbo. El vocablo se usa más de 60 veces en Deuteronomio,
Jeremías y Ezequiel para referirse a pecados que Dios aborrece. Los
matrimonios mixtos (v. 11b) eran una “abominación”, porque
conducía al linaje santo a cometer las “abominaciones” de los
paganos (cp. Esd. 9:1). En hebreo las primeras cuatro palabras del v.
11, lit. “traicionó Judá, abominación se hizo”, riman, lo cual subraya la
relación entre “traicionó” y “abominación”.
4.2.1.1.5. Al decir que la traición abominable fue cometida por “Judá”,
“en Israel y en Jerusalén”, Malaquías señalaba toda la nación. “Israel”
aquí ha de ser sinónimo de “Judá” (ver la nota sobre 1:1), si bien parece
referirse al reino del norte en la expresión “a Judá, a Israel y a
Jerusalén” en Zac. 1:19 [2:2].
4.2.1.2. Algunos judíos han profanado al pueblo santo mediante matrimonios
mixtos (2:11b).
4.2.1.2.1. El v. 11b se puede analizar como un trístico de tipo AAB y con
ritmo de 4:2:4. Gramaticalmente el paralelismo es de tipo AAA, pero el
paralelismo semántico se limita a las líneas A y B:
A. Porque Judá ha profanado la cosa sagrada de Yahvé
B. que el amó
4.2.1.2.2. El vocablo traducido “santuario” en RV60 es qódesh,
literalmente “santidad”. También se usa de cosas o personas santas.
Muchos opinan que aquí se refiere al santuario (así todas las versiones
que he consultado). La última frase del v. 10 sugiere que se refiere al
pacto. Sin embargo, es más probable que se refiere al pueblo de
Yahvé por tres razones. a) El pecado denunciado en 2:10-16 es la
traición de unos judíos contra otros. Los matrimonios mixtos
profanaban al pueblo santo, con el resultado de que no recibía las
bendiciones de Yahvé, sino que se hacía merecedor de su castigo,
hasta la destrucción completa (cp. Esd. 9:14). Esto sí era traición
contra los hermanos judíos. b) Malaquías califica la palabra qódesh
con la frase “que él amó”. Esta frase, haciendo eco de 1:2, sugiere
que el qódesh aquí es el pueblo de Judá. El A.T. dice muchas veces
que Yahvé amó a su pueblo, pero nunca que amó a su santuario
(aunque ver Ez. 7:20-22) o a su pacto con Israel. c) La palabra
qódesh se usa de Israel en otros pasajes. En aproximadamente el
mismo período algunos se quejaron que “la simiente de qódesh”
(“linaje santo” en RV60, RV95 y BDLA, “simiente santa” en RVA y
“raza santa” en BJ y NVI) se había mezclado con los pueblos de las
tierras mediante los matrimonios (Esd. 9:2). Anteriormente Jeremías
había proclamado que Israel era qódesh a Yahvé (Jer. 2:3), y el
vocablo se usa de Israel también en Ex. 22:30; Sal. 114:2; Is. 6:13;
62:12; 63:18; Dn. 12:7.
4.2.1.2.3. Malaquías nos deja en vilo tocante al pecado denunciado en el
v. 11 hasta la última oración. “Hija de dios extraño” significa “adoradora
de dios de otro pueblo” (cp. Nm. 21:29; Dt. 32:19). Algunos judíos, hijos
de Dios, creador de Israel (cp. v. 10), se habían casado con hijas de
dioses de otras naciones (v. 11). Los matrimonios mixtos fueron un
problema con que Esdras y Nehemías también lidiaron (cp. Esd. 910; Neh. 13:23-30). Posiblemente los varones judíos los contraían
para sellar alianzas comerciales y políticas (cp. Neh. 6:17-18; 13:2829; Esd. 9:1-2).
4.2.1.2.4. La palabra traducida como pronombre relativo en la oración
“que el amó” a veces significa más bien “porque”. Si tiene ese
significado aquí, el v. 11b es un dístico sin paralelismo interlinear pero
con paralelismo interno en la línea B (amó // se casó con) y con ritmo de
4:5. El mismo resultado se obtiene si la palabra es pronombre relativo
cuyo antecedente no es “Yahvé”, sino “Judá” (así como “hombre
[judío]” lo es en v. 12). Para el uso de “amar” como sinónimo de
“casarse”, ver 1 R. 11:1. De hecho, el lenguaje de 1 R. 11:1a puede
haber influido de alguna manera en Mal. 2:11b, pues ambos textos
tienen las palabras “amó”, “extraño” e “hija de”.
4.2.1.2.5. Algunos estudiosos opinan que “Judá…se casó con hija de
Dios extraño” quiere decir que el pueblo de Judá se había entregado a la
adoración de un dios extraño (ver la lista en Hill, Malachi, pág. 255).
Sin embargo, cuando el A.T. emplea el matrimonio o la relación
sexual como figura de la adoración, Israel es la mujer, y la divinidad,
sea Yahvé o un dios extraño, es el varón. Además, no hay evidencia
que Judá se haya entregado a la idolatría en el período posexílico,
pero los libros de Esdras y Nehemías testifican al problema de los
matrimonios mixtos (ver supra).
4.2.2. El castigo: Malaquías pidió que Yahvé cortara a los culpables de Israel (2:12).
4.2.2.1. El análisis del v. 12 como una unidad poética es difícil. Quizá sea un
tetrástico de tipo ABCB con un ritmo de 3:3:2:4. En este análisis la línea C
completa la línea A, y las líneas B y D son paralelos:
A. Yahvé corte al hombre
C. de las tiendas de Jacob.
B. que hiciere esto al que vela y al que responde
D. y al que ofrece ofrenda a Yahvé de los ejércitos
4.2.2.2. En lugar de “cortará”, tradúzcase “corte” (ver DHH, BJ, BDLA, NVI). El
verbo hebreo es un yusivo, el cual no expresa una predicción, sino un
deseo, aquí una maldición. La base implícita para la maldición es que Judá
ha violado su pacto con Yahvé al casarse con mujeres paganas. El
matrimonio con cananeos se prohibía en la Ley (Ex. 34:15-16; Dt. 7:3), y en
el período posexílico se contextualizó esa prohibición, aplicándola a
matrimonios con los pueblos vecinos de Judá (Esd. 9:1-10:44; Neh. 10:30;
13:23-27). La maldición tenía el propósito de castigar a los impunes (ver la
exposición de 1:14). A diferencia de los casos narrados en Esd. 10:7-44 y
especialmente Neh. 13:23-25, 28, generalmente ninguna autoridad humana
castigaba a los que profanaban a Israel ante Yahvé mediante los
matrimonios mixtos (cp. Esd. 9:1-3 y el uso de la maldición en Neh. 13:29).
4.2.2.3. Como Yahvé es el sujeto de “corte”, el verbo aquí no se refiere a una
exclusión del pueblo (contra NVI) ni del culto, sino a la destrucción del
pecador y de sus descendientes (cp., por ejemplo, Am. 1:5, 8, donde el
mismo verbo está traducido “destruir”, y Ez. 14:6-9, donde Yahvé amenaza
con cortar de en medio del pueblo el que cometiera “abominación”, el
vocablo usado también aquí en el v. 11, y donde “cortar de en medio del
pueblo” [Ez. 14:8] parece ser equivalente a “destruir de en medio del pueblo
[Ez. 14:9]). Así de serio era la ofensa de los matrimonios mixtos, pues
podría conducir a la idolatría (cp. Neh. 13:26; Dt. 7:2-3) y a la destrucción
completa de Judá por Dios (cp. Esd. 9:14).
4.2.2.4. La maldición de Malaquías se dirigía contra todos los que se casaban
con mujeres paganas (2:12b). El significado exacto de la frase traducida “al que
vela y al que responde” es muy debatido (cp. BJ y BDLA: “sea testigo o
defensor”), pero de alguna manera ha de ser un merismo que aquí significa
“quienquiera que sea” (cp. NVI, DHH).
4.2.2.5. Malaquías incluía en la maldición aun los que ofrecían sacrificios a
Yahvé. El título “Yahvé de los ejércitos” proclama la soberanía de Yahvé sobre
todo. Aquí se usa con un dejo de ironía. ¡Había quienes se atrevían ofrecer
sacrificios a Yahvé, el Dios soberano, y a la vez se casaban con hijas de
otros dioses que introducían en Judá creencias y prácticas paganas! Fuera
de este versículo Malaquías siempre usa el verbo “ofrecer” de la acción de
los sacerdotes (cp. 1:7, 8; 3:3). Quizá aquí, entonces, la última oración
señala que entre los que se casaban con mujeres paganas había
sacerdotes, precisamente la situación planteada en Esd. 9:1.
4.2.2.6. Varios estudiosos opinan que 2:11-12, o 2:11b-12, o 2:11b-13a es
secundario, agregado en los tiempos de Esdras y Nehemías. Sus
argumentos son insustanciales. Tal vez el más objetivo es el cambio de la
primera persona en 2:10 a la tercera persona en 2:11-12 para referirse a
Judá. Sin embargo, aun si se omite 2:11-12, hay un cambio de primera a
segunda persona entre 2:10 y 2:13 ó 14. Por otro lado, los versículos
“sospechosos” comparten con el resto del oráculo las referencias a Yahvé
en tercera persona, a diferencia de los oráculos anteriores, en los cuales
Yahvé siempre habla en primera persona (el profeta volverá a hablar de
Yahvé en tercer persona en 3:2-4, 16). De más peso aún, cambios
inesperados de persona se dan no solo en este oráculo sino también en el
siguiente y en el sexto oráculo (ver los detalles en la nota sobre la
impugnación de 3:2-4). Para una lista de quienes impugnan la originalidad
de 2:11-13, sus argumentos y algunas refutaciones, ver Hill, Malachi, págs.
222-23.
4.3. El segundo ejemplo de la traición (2:13-16).
4.3.1. Introducción (2:13a). En lugar de “y esta otra vez haréis cubrir…”, tradúzcase “y
esta segunda cosa hacéis: cubrir…” (cp. BJ, DHH, BDLA, RV95, NVI). Con el
verbo “hacéis”, en lugar de la primera persona (v. 10) o la tercera persona (vv.
11-12), Malaquías confronta a los acusados más directamente.
4.3.2. El castigo: Yahvé ya no aceptaba sus sacrificios (2:13).
4.3.2.1. En el primer ejemplo de la traición, Malaquías primero presentó el
pecado (2:11) y luego el castigo (2:12). Esta vez invierte el orden, comenzando
con el castigo (2:13) para entonces exponer el pecado (2:14-15).
4.3.2.2. El v. 13a es un trístico de tipo AAA, con ritmo de 3:4:2, y paralelismo
interno en la línea C:
A. Y esta segunda cosa hacéis
B. Cubrir de lágrimas el altar de Yahvé
C. de llanto y de gemidos
4.3.2.2.1. “Cubrir” es obviamente una hipérbole para énfasis.
4.3.2.2.2. En lugar de “clamor” tradúzcase “gemidos” (BDLA) o
“suspiros” (BJ, RVA), si bien el llanto y los gemidos seguramente
acompañaban “lamentos” (DHH, NVI) y “clamor” (RV60, RV95).
4.3.2.3. El v. 13b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3
A. Pues él no más mira a la ofrenda
B. ni acepta ofrenda para lograr favor de vuestra mano
4.3.2.3.1. En lugar de “así que no miraré”, tradúzcase “porque él no
mira” (cp. DHH, BJ, BDLA, NVI). Los verbos “mira” y “acepta” son
infinitivos hebreos (lit. “pues no hay más mirar a la ofrenda, ni aceptar de
la ofrenda…”), y el contexto indica que el sujeto de la acción es Yahvé,
pero en este oráculo Yahvé no habla en primera persona, sino que el
profeta habla acerca de él en tercera persona.
4.3.2.3.2. El vocablo traducido “con gusto” o “con agrado” en todas las
versiones que he consultado no tiene la preposición. Se usa en
contextos cúlticos para referirse al sacrificio como medio de alcanzar
favor divino (cp. en el hebreo Ex. 28:38; Lv. 1:3; 19:5; 22:19, 20, 21,
29; 23:11; Is. 56:7; Jer. 6:20).
4.3.2.3.3. Ver la nota sobre “de vuestra mano” en 1:9.
4.3.2.3.4. Los judíos sabían que Yahvé no aceptaba sus sacrificios
porque no les bendecía (cp. 3:9, 11). Reaccionaban clamando a Yahvé
con llanto al ofrecer sus sacrificios. Probablemente convocaban
asambleas en el templo para el efecto (cp. Jl. 2:12-17). El cubrir el
altar con lágrimas tal vez fuera una acción de los sacerdotes (cp. Jl.
2:17).
4.3.3. Objeción judía: “¿Por qué?” (2:14a).
4.3.3.1. La objeción es una línea poética solitaria. No forma parte de una unidad
multilinear, como un dístico o trístico.
4.3.3.2. A diferencia de las objeciones en los otros oráculos, esta objeción no se
presenta en respuesta a una acusación, sino como una reacción al hecho
que Yahvé no aceptaba los sacrificios. Es decir, no cuestiona lo que Yahvé
ha dicho, sino lo que ha hecho. La objeción siempre se expresa mediante
una pregunta medio retórica; es decir, por un lado invita una respuesta,
pero por otro lado insinúa que la respuesta correcta es que no hay razón
por qué Yahvé no recibe las ofrendas.
4.3.3.3. En lugar de “diréis”, tradúzcase “decís” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI,
y ver la nota sobre “dijisteis” en 1:2).
4.3.4. Refutación profética a la objeción divina, exponiendo el pecado que ha motivado
el castigo: algunos israelitas traicionaban a sus esposas, divorciándose de ellas
(2:14-16).
4.3.4.1. Yahvé ha atestiguado contra los que traicionaba a sus esposas (2:14).
4.3.4.1.1. El v. 14 consiste en dos dísticos. El primer tiene paralelismo
interlinear y ritmo de 4:3, y el otro tiene paralelismo interlinear,
paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:4:
A. Porque Yahvé ha atestiguado entre ti
B. y entre la mujer de tu juventud
A. Quien tú has sido desleal contra ella
B. y ella es tu compañera la mujer de tu pacto
La traducción es muy literal, para mostrar mejor el paralelismo. En
ambos dísticos el paralelismo está entre el marido y su esposa,
señalando la naturaleza recíproca del matrimonio.
4.3.4.1.2. Los dos dísticos son la respuesta del profeta al “¿Por qué?” de
los judíos. En 1:7-14 Yahvé respondió a esta pregunta diciendo que los
judíos le ofrecían animales defectuosos. Aquí el profeta responde
señalando la traición interhumana, específicamente dentro del
matrimonio. Quizá los 2:12-13, con su condena de los matrimonios
mixtos, se puede tomar como otra respuesta, pero el v. 13 no dice
que Yahvé ya castigaba a los judíos por este pecado, sino que pide
que Yahvé aplique semejante castigo.
4.3.4.1.3. El v. 14 presenta el matrimonio como un pacto, no solo una
relación sentimental o de conveniencia, y Yahvé se presenta como el
testigo divino que vigila por el cumplimiento de ese pacto, y quien
enviará las maldiciones del pacto contra aquel que lo rompe (cp. Gn.
31:44, 50, 53; Mi. 1:2). De modo que los primeros dos capítulo de
Malaquías acusan a los judíos de haber violado tres pactos: el pacto de
Leví (2:4, 5, 9), el pacto de los padres (el de Sinaí, 2:10) y, aquí, el pacto
matrimonial.
4.3.4.1.4. El pronombre “tú” es enfático, pues el sujeto está implícito en
el verbo. Acentúa la culpabilidad del marido, y subraya el contraste entre
“tú” y “ella” (si bien “ella” no es enfático, pues no hay verbo en la línea
B).
4.3.4.1.5. En cuanto al tiempo de “ha atestiguado”, ver la nota sobre “ha
dicho” en 1:2.
4.3.4.1.6. “La mujer de tu juventud” implica que el hombre y su mujer
eran jóvenes cuando se casaron, pero que ya no lo son. Ahora que la
esposa no puede dar más hijos, y no es tan atractiva físicamente, el
varón la divorciaba. Era una traición grande por el aspecto
sentimental, por la vergüenza social que la mujer sufriría, por las
pocas posibilidades que ella, ya no joven, tendría de volverse a casar
y por los pocos medios que tendría para sostenerse económicamente
(cp. la frase “mujer de la juventud” en Is. 54:6; Pr. 5:18; ver también la
situación de la viuda cuando muere el marido de su juventud en Jl.
1:8 y en el caso de Noemí en el libro de Rut).
4.3.4.1.7. El uso de las varias formas de la segunda persona singular (y
de género masculino en hebreo) individualiza la acusación.
4.3.4.1.8. Las frases “tu compañera” y “la mujer de tu pacto” no
solamente explican la traición como el rompimiento de un pacto, sino
que también, a la luz del paralelismo, sugiere que la mujer, en contraste
con el marido, ha sido leal, cumpliendo con sus responsabilidades
matrimoniales. Juntamente con la frase “la mujer de tu juventud”
implican que la mujer ha sido leal a lo largo de todos los años del
matrimonio. El vocablo “compañera” (traducido así en todas las
versiones que he consultado) no significa “persona que acompaña”,
sino “socia”, y se explica en la frase siguiente “mujer de tu pacto”. El
vocablo “mujer” es un sustantivo definido en los dos dísticos (la
mujer), dando a entender que la monogamia era lo normal en Judá
en ese tiempo.
4.3.4.1.9. Varios comentaristas de las últimas décadas ven una relación
entre los dos ejemplos de traición en 2:10-16. Sugieren que los varones
se divorciaban de la mujer de su juventud para poder casarse con
mujeres paganas, y así forjar alianzas económicas y políticas, o para
poder reclamar tierra en Samaria que se perdió durante el Exilio. Es
una teoría posible e interesante, pero Malaquías no señala esta
relación, ni tampoco los pasajes en Esdras y Nehemías sobre los
matrimonios mixtos.
4.3.4.2. A la luz de la manera en que Dios creó a Adán y Eva, los judíos deben
dejar de divorciarse de sus esposas (2:15).
4.3.4.2.1. El hebreo de las primeras cuatro oraciones de 2:15 es oscuro.
4.3.4.2.1.1. La primera oración es literalmente: “Y no uno hizo”.
No es claro si “uno” es sujeto de “hizo” (así RVA, DHH, cp. 2:10)
o su complemento directo (así RV60, RV95, BJ, NVI). Todas las
versiones que he consultado, menos BDLA, toma la oración
como una pregunta retórica, pero el orden de las palabras
hebreas indica que “no” es la negación específicamente de la
palabra “uno” (cp. Waltke y O’Connor § 39.3.2a): “E hizo no
uno”, es decir “ninguno” (BDLA) o más de uno (no he visto esta
interpretación en ninguna versión, pero me parece atractiva).
4.3.4.2.1.2. La segunda oración es literalmente: “y tenía
remanente (o “resto”) de espíritu”. RV60 sigue una interpretación
rabínica: “y tenía abundancia de espíritu”. Algunos leen “y tenía
carne y espíritu”, enmendando el texto para leer “carne” en lugar
de “remanente” (las dos palabras se escriben igual en el texto
hebreo sin vocales) y agregando la conjunción “y” antes de
“espíritu” (así BJ, DHH, RVA, NVI).
4.3.4.2.1.3. La tercera y cuarta oración literalmente son: “Y qué
(o “por qué”) el uno busca(ba) simiente de Dios”. No es claro si
la división entre las dos oraciones viene antes del participio
hebreo “buscaba”—”Y ¿por qué uno? Él busca(ba) una simiente
de Dios” (cp. RV60, RV95, NVI)—o si viene después—”Y ¿qué
busca(ba) el Uno? Una simiente de Dios” (cp. BJ, DHH, RVA).
4.3.4.2.1.4. Al tratar de interpretar estas cuatro oraciones de
debe tomar en cuenta varios factores: a) el contexto; b) que casi
todas las líneas hasta aquí han pertenecido a un dístico, trístico
o tetrástico; c) que las cuatro oraciones naturalmente forman
cuatro líneas de 2-3 acentos cada una; d) que no hay ningún
tetrástico o trístico en el libro sin paralelismo entre las líneas y
ha habido muy pocos dísticos sin paralelismo, sea interlinear o
solo interno; e) que, entonces, las cuatro oraciones aquí han no
formar un tetrástico con paralelismo entre por lo menos una del
primer par de líneas y una del segundo par, o deben ser dos
dísticos; y f) que ninguna interpretación propuesta rinde
paralelismo que indica un tetrástico aquí. De modo que las
cuatro oraciones deben formar dos dísticos, y se debe buscar
una interpretación que da paralelismo en ambos dísticos. Dentro
de estos parámetros sugiero la siguiente interpretación en dos
dísticos con paralelismo interlinear y con ritmo de 3:3 y 3:2
respectivamente:
A. Y no uno hizo
B. Sino que un resto de espíritu tenía
A. Y ¿qué buscaba el Uno?
B. Una simiente de Dios
4.3.4.2.1.5. Según esta interpretación el primer dístico da por
sentado que los judíos conocen la historia de la creación de
Adán y Eva. El paralelismo entre sus dos líneas es antitético. La
línea A significa: “Y (Yahvé) hizo no (solo) uno”. El hebreo indica
que el sujeto del verbo tiene que ser masculino, y el último
sujeto masculino de un verbo en tercera persona ha sido
“Yahvé” (v. 14). La línea B significa que después de hacer uno
(“uno” aquí se refiere a Adán), todavía le quedaba a Yahvé
espíritu (fuerza vivificante [Gn. 1:2] que se manifiesta en el
aliento de vida [Gn. 2:7]) para hacer otra, Eva. La “simiente” de
Dios es su “descendencia”, así como traducen todas las
versiones que he consultado (cp. la misma palabra en 2:3).
Yahvé busca ser padre de una descendencia que se reconozca
tener el mismo padre, Dios, y que, por lo tanto, guarda la lealtad
de hermanos unos con otros (cp. 2:10; ver la frase “simiente
santa” en Esd. 9:2). A la vez, busca que los descendientes de
los matrimonios lleguen a ser descendencia de Dios también. En
contra de esta exposición de los dos dísticos, se puede notar
que no interpreta la palabra hebrea “uno” de la misma manera
en las dos líneas A (en las dos líneas B “un” y “una” son
artículos indefinidos que el castellano requiere pero que no
existen en el hebreo). Una manera de superar esta objeción es
tomar “uno” en el primer dístico en doble sentido: “Y uno hizo no
(solo) uno”. Por otro lado, se habla de la creación efectuada por
el un solo padre en vv. 10 y 15, pero el v. 10 se refiere a la
creación de Israel, mientras que el v. 15 aparentemente alude a
la creación de Adán y Eva. También “espíritu” se usa de dos
maneras diferentes en la primera y tercera oración del v. 15 (ver
abajo), y “padre” se usa de dos maneras diferentes en el v. 10.
4.3.4.2.2. Las últimas dos oraciones de 2:15 también forman un dístico
con
paralelismo interlinear a nivel de líneas completas y con paralelismo
de 2:3, o tal vez 3:3.
4.3.4.2.2.1. La línea A exhorta a los esposos judíos a sujetar sus
pasiones,
sus deseos de casarse con una mujer más joven.
4.3.4.2.2.1.1. Esta interpretación toma “espíritu” aquí en
el sentido de “pasión” (cp. Jue. 8:3; Ec. 7:9). De modo
que si bien repite la palabra “espíritu” usada en la
segunda oración del versículo, la usa en sentido
diferente, así como “uno” se usa en dos sentidos
diferentes en la primera y tercera oración. O quizá se
deba interpretar “espíritu” como “pasión” en la segunda
oración también: “sino que él (Adán) tenía un remanente
(¿porción?) de pasión (que se podría satisfacer solo con
la creación de Eva, cp. Gn. 2:18-25)”.
4.3.4.2.2.1.2. La línea A vuelve a la segunda persona
plural (cp. vv. 13-14a) después del uso de la segunda
persona singular en casi todo el v. 14, probablemente
porque el Nifal plural aquí se entendía en sentido
distributivo, “guardaos cada uno en vuestro espíritu” (cp.
Waltke y O’Connor § 23.4b).
4.3.4.2.2.2. La línea B aclara la exhortación un tanto general de
la línea A.
4.3.4.2.2.2.1. Una traducción literal de la línea B en el
TM sería: “no sea desleal (él) con la esposa de tu
juventud”. La falta de concordancia sugiere que se debe
enmendar el texto para leer “no seas desleal…”, así
como en los LXX, el Targum, la Vulgata, algunos MSS
hebreos, BJ y BDLA. Además, no hay un sujeto claro en
el contexto para el verbo “no sea desleal (él)”. Sin
embargo, el sujeto podría ser “vuestro espíritu”, pues si
bien “espíritu” en hebreo normalmente es
femenino, a veces tiene el género masculino (cp. Nm.
11:31). Esta interpretación también provee un
antecedente para el sufijo pronominal masculino en “su
vestido” en el v. 16. O tal vez el cambio de persona es
aceptable cuando no hay cambio de referente (cp. Is.
1:29 en RVA). La traducción en el plural, “no seáis
desleales” (cp. RV60, DHH, RVA, RV95, NVI),
seguramente se debe a que el verbo anterior está en
segunda persona plural, y la segunda persona plural se
usa en la repetición al final del v. 16, pero no halla pie
en el hebreo aquí, ni en el verbo, ni en la expresión “tu
juventud”.
4.3.4.2.2.2.2. La repetición de “mujer de tu juventud” en
2:14, 15 y “ser desleal” en 2:15 y 16 unifican estos
versículos que identifican y exponen la traición de los
divorcios. La repetición del verbo “ser desleal, portarse
deslealmente, traicionar” en 2:10, 15, 16 aclara que los
divorcios son un ejemplo de la traición que se condena
desde 2:10.
4.3.4.3. Los judíos deben dejar de divorciar a sus esposas porque Yahvé odia la
injusticia opresiva del divorcio (2:16).
4.3.4.3.1. Yahvé aborrece la injusticia del divorcio (2:16).
4.3.4.3.1.1. Las primeras cuatro oraciones del v. 16 constituyen
un tetrástico de tipo ABCB con ritmo de 2:4:3:3. Es decir, las
líneas A y C no son paralelas, pero sí lo son las líneas B y D.
B. Ha dicho Yahvé Dios de Israel
D. Ha dicho Yahvé de los ejércitos
La traducción aquí refleja el orden de las palabras en hebreo.
4.3.4.3.1.2. Una traducción literal de la línea A sería: “Porque
aborrece despido”. Su brevedad (solo 5 sílabas hebreas) le da
énfasis.
4.3.4.3.1.2.1. La palabra traducida “porque” también
puede entenderse como una partícula enfática, “en
verdad”.
4.3.4.3.1.2.2. Muchos traducen el verbo en primera
persona, “aborrezco” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI),
seguramente debido a las dos fórmulas de mensajero
en este versículo. Sin embargo, el verbo hebreo está en
tercera persona singular (cp. RV60, RV95, nota de
BDLA), así como en todo este oráculo el profeta ha
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  • 1. MALAQUÍAS: Notas expositivas Por Dr. Gary Williams Usado con permiso APUNTES SOBRE MALAQUIAS 1. Encabezado (1:1). Los encabezados de los textos proféticos identifican el género literario, el autor, el auditorio, la fecha y la ocasión. Mal. 1:1 incluye solo los primeros tres elementos. 1.1. Género literario. La palabra traducida “profecía” literalmente significa “cosa alzada”. Hay dos interpretaciones principales: “carga” (mensaje pesado, de dolor y sufrimiento) y “discurso/oráculo/profecía” (mensaje comunicado “alzando la voz”, cp. Jue. 9:7). También se podría traducir como “carga” en el sentido de que la profecía es impuesta al profeta, y que él está obligado a entregarla (cp. Am. 3:8; Ez. 3:17-21). Ver la nota sobre esta palabra en la introducción a Zacarías 9-14. 1.2. Auditorio: Israel 1.2.1. En lugar de “contra”, tradúzcase “a” (cp. RVA, DHH, BJ, BDLA, RVA, NVI). 1.2.2. En esta época el nombre “Israel” no se refería al reino del norte, sino al remanente de toda la nación hebrea y principalmente a Judá (cp. 2:11), pues el reino del norte había sido deportado por los asirios en 722 a.C. y nunca había regresado. Los habitantes de la provincia persa de Judá, en su gran mayoría de las tribus de Judá, Benjamín y Leví, se consideraron a sí mismos la continuación histórica de Israel y los herederos de las promesas de Yahvé a Israel. 1.3. Autor: Malaquías (ver la “Introducción”). 1.4. La expresión “palabra de Yahvé…por medio de Malaquías” deja claro lo que el nombre del profeta también implica: el profeta no es más que un mensajero. El mensaje no se origina con él, sino con Yahvé (cp. 2 P. 1:20-21). Tradicionalmente se ha interpretado “palabra” como un genitivo—”profecía de la palabra de Yahvé” (RV60, BDLA)—pero en las últimas décadas muchos la han interpretado como una aposición que aclara que la “cosa alzada” es un mensaje profético: “profecía/carga, palabra de Yahvé” (ver BJ, RV95, RVA; cp. NVI). 2. Primer oráculo: Yahvé ha demostrado su amor a Israel (1:2-5). 2.1. Declaración divina en defensa propia ante los judíos: “Os he amado” (1:2aá). 2.1.1. Esta primera oración después del encabezado es un tanto enigmática. Todavía no sabemos por qué Dios hace semejante afirmación, ni tampoco qué quiere decir por “amar”. El hecho que “he amado” está en tiempo pasado (contra DHH) puede indicar que Yahvé había amado a Israel, pero ya no lo hacía, o puede sugerir que él ha mostrado su amor para con Israel en hechos concretos. 2.1.2. En lugar de “dice Yahvé”, tradúzcase más exactamente en tiempo pasado: “ha dicho Yahvé” (RVA; ver 1:4 en RV60). 2.1.2.1. Se trata de una fórmula de mensajero. Los mensajeros, al entregar el mensaje, lo atribuían a quien les había enviado, diciendo: “ha dicho Fulano” (cp. Jue. 11:15). En los libros proféticos la fórmula muestra que los profetas
  • 2. se concebían a sí mismos como mensajeros que repetían el mensaje que Dios les había entregado con anterioridad (cp. Is. 6:8; Am. 3:7-8). 2.1.2.2. En este libro de 55 versículos la frase “ha dicho Yahvé” se repite 25 veces (1:2, 4, 6, 8, 9, 10, 11, 13 [2x], 14; 2:2, 4, 8, 16 [2x]; 3:1, 5, 7, 10, 11, 12, 13, 17; 4:1 [3:19], 3 [3:21]). La expresión se usa 6 veces en Hageo, 23 veces en Zacarías 1-8 y solamente 1 vez en Zacarías 9-14. 2.1.2.2.1. Este énfasis en el origen y la autoridad del mensaje ha de reflejar la desilusión con las profecías, por un lado las preexílicas y exílicas que se habían cumplido solo parcialmente (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), pero especialmente las posexílicas que eran emitidas por profetas de bajo nivel ético (cp. Neh. 6:10-14; Zac. 13:2-6). 2.1.2.2.2. Normalmente en Malaquías la frase completa es “ha dicho Yahvé de los ejércitos”). La forma sencilla, “ha dicho Yahvé”, se encuentra en 1:2 y 3:13, introduciendo el primer oráculo del libro y el último (aparte de estos dos versículos solo se halla en 1:13). 2.2. Cuestionamiento judío de la declaración divina: “¿En qué nos has amado?” (1:2aâ). 2.2.1. 1:2a es un dístico con paralelismo interlinear quiástico y ritmo de 4:3: A. Os he amado ha dicho Yahvé B. Y dijisteis: ¿En qué nos amaste? 2.2.2. En lugar de “dijisteis” (RV60, RV95), muchos traducen en el tiempo presente “decís” (BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). El tiempo perfecto del verbo en hebreo indica una acción en tiempo pasado, pero en este caso un pasado muy cercano: el tiempo de la reacción mental que los judíos acaban de tener a la declaración divina. Probablemente en castellano esto mejor se expresa con un verbo en tiempo presente, “decís”, o aun un tiempo futuro, “diréis”. Sin embargo, el hebreo lo concibe como un tiempo pasado, si bien solo un instante antes del presente: “acabáis de decir”. 2.2.3. La pregunta de los judíos aclara que interpretaban “amar” no como un sentimiento solamente, sino como obras de amor. 2.2.4. La pregunta es medio retórica; es decir, en parte pide información, pero en parte da por sentado que la respuesta correcta es “en nada”, así poniendo en tela de duda la declaración de Yahvé. Para algunos judíos la pregunta expresaba un rechazo total de la declaración de Yahvé, mientras que otros, los que temían a Yahvé (cp. 3:16), la harían con más sinceridad. Sin embargo, el tono general de la pregunta es negativo, y los lectores no sabemos todavía que hay judíos que temen a Yahvé. 2.2.4.1. La contradicción entre la declaración divina y la objeción judía se resalta mediante el paralelismo quiástico: A (“Yo os he amado”) B (“dice Yahvé”) // B’ (“y dijisteis”) A’ (“¿En qué nos amaste?”). 2.2.4.2. La pregunta insinuaba que Yahvé no bendecía a los judíos (1:2a; cp. la actitud semejante de Gedeón en Jue. 6:13). No había cumplido todas sus promesas profetizadas (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), ni les daba el trato que ellos creían merecer. Ahora se entiende que la declaración de Yahvé que introduce este oráculo es una negación de críticas que los judíos le han hecho. En contraste con estas críticas y
  • 3. quejas, ver la fe de Habacuc manifestada en Hab. 3:17-19. 2.2.4.3. Todas las preguntas atribuidas a los judíos en Malaquías (cp. 1:2, 7; 2:14, 17; 3:7, 8, 13, 14) eran respuestas a las declaraciones de Yahvé y emplean el mismo lenguaje que esas declaraciones. Revelan actitudes incorrectas acerca de Yahvé y su relación con él. No se expresaban en voz alta, pues no se dirigían al profeta, sino a Yahvé. Son más bien interpretaciones por el profeta de las respuestas mentales de los judíos. Dichas interpretaciones seguramente se basaban en parte en la conducta y comentarios previos de los judíos, y tal vez en parte también en la inspiración divina (cp. Mr. 2:8). 2.2.4.4. En los oráculos 2-4 parecerá que en efecto Yahvé no ama a Judá, pues esos oráculos se dedican a señalar los pecados de Judá y anunciar castigos resultantes. El amor divino comenzará a divisarse en el cuarto oráculo, con su profecía de la purificación de los sacerdotes y de un día cuando la ofrenda de Judá será aceptable ante Yahvé (3:3-4). Ese amor se revela aún más en la promesa de buenas cosechas en el quinto oráculo (3:10-12), y especialmente en el sexto oráculo con las promesas de bendiciones para los temerosos de Yahvé (3:16-4:3 [3:16-21). Sin embargo, aun en estos oráculos el señalamiento del pecado antecede las muestras de amor, pues el amor divino para con el hombre no se puede apreciar si no se reconoce antes que el hombre es pecador, merecedor del castigo divino. 2.3. Refutación divina de la objeción judía: Yahvé trata con dureza a Edom (1:2b-5). 2.3.1. Esaú fue hermano de Jacob (1:2b). 2.3.1.1. La refutación comienza con una pregunta enigmática (1:2bá) cuya relación con la disputa acerca del amor de Yahvé no se entiende todavía. Solo después de leer las oraciones siguientes se llega a comprender: como Esaú fue hijo del mismo padre y la misma madre que Jacob, Esaú y Jacob fueron gemelos y Esaú nació primero, Jacob no merecía el amor de Yahvé más que Esaú (cp. Ro. 9:10-13). 2.3.1.2. Yahvé responde a la pregunta retórica de los judíos con otra pregunta retórica. Esta, como las preguntas retóricas en general, es en realidad una afirmación con pasión: “Claramente Esaú era hermano de Jacob”. 2.3.1.3. El segundo “dice Yahvé” del v. 2 es literalmente “oráculo de Yahvé” (BJ). La fórmula se halla 12 veces en Hageo, 20 veces en Zacarías, casi 300 veces en Isaías-Jeremías-Ezequiel y 37 veces en los demás profetas, pero solo aquí en Malaquías. Se usa con mayor frecuencia después de oraciones contundentes de Dios. En contraste, dos veces introduce una oración clave (Sal. 110:1; Is. 56:8); ese parece ser su uso aquí, introduciendo “amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú”, el tema del primer oráculo y tal vez de todo el libro. 2.3.2. Sin embargo, Yahvé amó a Jacob y aborreció a Esaú (1:2b-3a). 2.3.2.1. A la luz del contexto, en lugar de “y amé”, se debe traducir la conjunción adversativamente: “sin embargo amé” (BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). 2.3.2.2. El contraste entre el trato divino para con los hermanos se subraya por el paralelismo antitético y quiástico: A (“Pero amé”) B (“a Jacob”) B’ (“y a Esaú”) A’ (aborrecí).
  • 4. 2.3.2.3. Se acusa a Malaquías de etnocentrismo y prejuicios contra los edomitas por su uso del verbo “aborrecí”. Sin embargo, según el A.T. Yahvé aborrece a todos los hacedores de mal (cp. Sal. 5:5 [5]; 31:6 [7], aun su propio pueblo cuando le desobedece (cp. Os. 9:15, donde el verbo está traducido “tomé aversión”). Por otro lado, cuando “amar” y “aborrecer” se contrastan, “aborrecer” puede significar sencillamente “no amar”, o aun “amar menos” (cp. Gn. 29:30-31, donde el verbo está traducida “menospreciada”, y Dt. 21:15-17). De modo que aquí “aborrecí” es un tanto ambiguo. Aunque su sentido se entiende en parte por la historia de Esaú y de Edom (ver abajo), finalmente se entiende solo después de oír o leer los vv. 3-4. 2.3.2.4. El contraste se entiende en primer término de los dos hermanos personalmente. En ese plano y a la luz de los relatos en Génesis 25-33, “amé” significa “escogí para ser heredero de las promesas”, y “aborrecí” significa “rechacé de ser heredero de las promesas”. Dicha elección prenatal (cp. Gn. 25:23) correspondía al valor que Jacob y Esaú atribuían a esas promesas (cp. Gn. 25:31-34; Heb. 11:21) y a las exigencias divinas (cp. Gn. 28:6-9). También el contexto histórico de Malaquías sugiere una aplicación paralela del contraste a los descendientes, a Israel (cp. 2:12) y a Edom (cp. Gn. 36:1). En este plano es natural pensar en el uso de “amar” y “aborrecer” en los pactos del antiguo oriente. En ese contexto, “amar” significaba “apoyar como aliado”, y “aborrecer” significaba “tratar como enemigo”. Yahvé había amado a Jacob al hacer un pacto con Israel y al guardar ese pacto. En la historia reciente lo había guardado al traer a los judíos de regreso del Cautiverio Babilónico y al permitirles reconstruir sus ciudades en Judá y el templo en Jerusalén. Por otro lado, había tratado como enemigo a Esaú al sujetar a Edom a los descendientes de Jacob desde el reinado de Saúl (1 S. 14:47) hasta el reinado de Joram (2 R. 8:2022; cp. 2 S. 8:13-14; 1 R. 11:14-25) y de nuevo en los reinados de Amasías (2 R. 14:7) y Uzías (2 R. 14:22). Sin embargo, aquí el verbo se refiere particularmente al evento mencionado en el resto del v. 3. 2.3.3. Yahvé había destruido a Edom para siempre (1:3b-4). 2.3.3.1. Yahvé había convertido a Edom en tierra destruida y despoblada (1:3bc). 2.3.3.1.1. 1:3bc es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3: y puse sus montes una desolación y su heredad para los chacales del desierto. 2.3.3.1.2. Los montes de Edom eran la tierra montañosa donde estaban sus ciudades (cp. Ez. 35:3-4). La tierra accidentada, una de las mejores defensas de las ciudades edomitas (cp. Jer. 49:10, 16; Abd. 3-4), no les había protegido de Yahvé. 2.3.3.1.3. El vocablo traducido “desolación” se usa frecuentemente en Isaías, Jeremías y Ezequiel de tierras invadidas, conquistadas, destruidas y despobladas. 2.3.3.1.4. Hay ironía en la línea B, pues se supone que la “heredad” de un pueblo es tierra que ese pueblo habita. 2.3.3.1.5. En base a los LXX y la Siriaca, muchos estudiosos han enmendado “chacal” por “habitación”. Sin embargo, “chacal” tiene buen
  • 5. sentido aquí. En 13 de sus 15 usos en el A.T., el vocablo es figura de una tierra despoblada. 2.3.3.1.6. El lenguaje de 1:3bc evoca las profecías contra Edom en Ezequiel 35, Isaías 34 y Jl. 3:19 [4:19], y así da a entender que se han cumplido. En esta medida, por lo menos, se habían cumplido las profecías contras las naciones enemigas de Judá. 2.3.3.1.6.1. La palabra traducida “desolación” en 1:3b se usa en Ez. 35:3, 4, 7, 9, 14, 15 y “monte” aparece en Ez. 35:2, 3, 7, 8, 12, 15. 2.3.3.1.6.2. “Chacales” se usa en Is. 34:13. 2.3.3.1.6.3. Joel 3:19 [4:19] utiliza las palabras aquí traducidas “desolación” y “desierto”. 2.3.3.1.7. El ejemplo de la destrucción de Edom se cita en este contexto también porque las profecías asociaban la destrucción de Edom con la expansión y restauración de Judá (cp. Ab. 17-21). De modo que Yahvé señala la destrucción de Edom porque anticipa la manifestación plena de su amor para con Israel. 2.3.3.1.8. No sabemos a qué devastación histórica de Edom Yahvé se refería aquí, pero debería ser un evento relativamente reciente cuando Malaquías profetizó. Desde 552 a.C. en adelante el rey babilónico Nabonido invadió a Edom varias veces. En alguna fecha durante el siglo V una coalición de tribus árabes conquistó Edom, y expulsó a muchos edomitas de su tierra al sudeste del Mar Muerto. Estos emigraron al Neguev en el sur de Judá. Para 312 a.C. hay inscripciones que indican que los nabateos, pueblo árabe, habían ocupado el territorio de Edom. Los pocos edomitas que habían quedado allí emigraron a Idumea, o fueron absorbidos por los nabateos mediante los matrimonios mixtos. 2.3.3.2. Yahvé castigaría a los edomitas por sus pecado, no permitiéndoles reconstruir (1:4). 2.3.3.2.1. No les permitiría reconstruir sus ciudades destruidas (1:4ab). 2.3.3.2.1.1. 1:4ab forma un tetrástico de tipo ABAB con ritmo de 2:4:4:4 y paralelismo interno en las líneas B y D: A. Cuando dijere Edom: C. Así ha dicho Yahvé de los ejércitos Entre las líneas B y D el paralelismo es quiástico, ab//b´a´: B. Hemos sido destruidos pero volveremos a edificar lo arruinado D. Ellos edificarán pero yo destruiré. 2.3.3.2.1.2. Yahvé tomaba en cuenta la posibilidad que los edomitas intentaran reconstruir sus ciudades (1:4a). En lugar de “nos hemos empobrecido”, tradúzcase “hemos sido destruidos” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). 2.3.3.2.1.3. El vocablo traducido “lo arruinado” se usa de Edom en la profecía de Jer. 49:13.
  • 6. 2.3.3.2.1.4. En Malaquías la fórmula de mensajero comienza con “así” solo en la línea C. Sin embargo, la construcción es común en otros escritos proféticos donde sirve, como aquí, para introducir un oráculo. 2.3.3.2.1.5. El título “Yahvé de los ejércitos” se usa 46 veces en Malaquías, y 45 veces más en Hageo-Zacarías, para un total de 91 de las 284 veces que la expresión se usa en el A.T. En algunos pasajes “los ejércitos” pueden ser los ángeles, o las lumbreras celestiales, o los ejércitos de Israel, pero en la literatura posexílica son todos los ejércitos, de cualquier tipo, de modo que “Yahvé de los ejércitos” significa “Yahvé soberano sobre todo”. El uso frecuente del título en la literatura posexílica probablemente responde a la necesidad de afirmar la soberanía de Yahvé aun sobre el emperador persa que dominaba Judá. 2.3.3.2.1.6. Lo que lograran reconstruir, Yahvé lo derribaría (1:4b). 2.3.3.2.1.6.1. La expresión “así ha dicho Yahvé de los ejércitos” garantiza lo afirmado. El título “Yahvé de los ejércitos” anuncia la soberanía de Yahvé sobre todo ejército. 2.3.3.2.1.6.2. Si bien los judíos habían sido deportados de su tierra antes que los edomitas (cp. Ez. 35:15), Yahvé los había traído de regreso a Judá y había prosperado sus esfuerzos para reconstruir sus ciudades y el templo en Jerusalén (Esdras 1-6) y, en tiempos de Nehemías, el muro de Jerusalén (Nehemías 1-6). En contraste, frustraría los esfuerzos edomitas por reconstruir. Al preguntar “¿en qué nos amaste?” (v. 2) los judíos pasaban por alto que el retorno del cautiverio y la reconstrucción fueron muestras claras del amor de Yahvé para con ellos. 2.3.3.2.1.6.3. El v. 4b anuncia que Yahvé cumplirá la profecía anunciada en Ez. 35:9. 2.3.3.2.1.7. Aquí dentro de su respuesta al cuestionamiento judío, Yahvé de nuevo cita discurso humano y su respuesta al mismo, pero esta vez no se trata de lo que los judíos habían dicho o estaban diciendo, sino de lo que los edomitas dirían. 2.3.3.2.2. Se reconocería que los infortunios de los edomitas se debían al castigo de Yahvé (1:4c). 2.3.3.2.2.1. El v. 4c es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4: A. y les llamarán territorio de impiedad B. y pueblo que Yahvé ha maldecido para siempre 2.3.3.2.2.2. El v. 2 sugiere que la oposición de Yahvé a la reconstrucción de Edom se debía a su soberana elección (cp. Gn. 25:23; Ro. 9:10-13). Aquí, por otro lado, la frase “territorio de
  • 7. impiedad” (v. 4) indica que la oposición era merecida. De hecho, varios pasajes antiguotestamentarios señalan que Edom merecía ser castigado por su maltrato a Judá (cp. Is. 34:5-8; Ez. 25:12-14; 35:5, 10, 12, 15; Am. 1:11-12; Ab. 10-16; Sal. 137:7; Lm. 4:21) y por su arrogancia (Jer. 49:15; Ez. 35:13; Ab. 3). El hecho que Edom sufría el castigo divino por su impiedad implica que Yahvé juzga a los impíos, tema que será especialmente importante en el cuarto y el sexto oráculo, y también anticipa el mensaje de todos los oráculos siguientes: una razón por la cual Judá no recibía más bendición de Dios era su propia impiedad. Por otro lado, sugiere que la bendición que Judá recibía era por gracia divina. 2.3.3.2.2.3. “Llamarán” aquí es un ejemplo del plural impersonal. Sin embargo, implica que Israel también reconocerá que Edom es castigado por Yahvé debido a su maldad. 2.3.3.2.2.4. El verbo que he traducido “ha maldecido” arriba (la única acepción que da el léxico de Holladay) está vertido por “está enojado” o algo por el estilo en todas las versiones que he consultado. Aquí la diferencia entre las dos interpretaciones es mínima. En ambas interpretaciones el paralelismo indica que la razón por la cual Yahvé se opone a Edom es su maldad. 2.3.3.2.2.5. Los vocablos traducidos “lo arruinado” (v. 4a) y “siempre” (v. 4b) evocan la profecía contra Edom en Jer. 49:13 (donde están traducidos “desolaciones perpetuas), y las palabras traducidas “desolación” (v. 3) y “siempre” evocan la profecía contra Edom en Ez. 35:9 (donde están traducidas “asolamiento perpetuo”). Mediante estas alusiones Yahvé aquí confirma que él cumplirá esas profecías pendientes. A la vez, estas palabras sugieren que el castigo de Edom será el juicio final. Varios de los profetas anteriores daban a entender que un juicio grande de las naciones sería el preludio de la plena restauración de Israel (cp. Isaías 13-23; Jeremías 46-51; Ezequiel 25-32), y en los tiempos de Malaquías los judíos, con esta mentalidad, buscaban ese juicio de las naciones (cp. Hag. 2:20-23; Zac. 1:10-16, 18-21; 2:7-10; 6:1-8; 9:1-9). De modo que el anuncio del juicio final de Edom implica que pronto vendría la manifestación escatológica del amor de Yahvé para Israel. 2.3.3.3. Al ver el castigo de Yahvé contra Edom, los judíos reconocerían que él les ha tratado con mucho amor (1:5). 2.3.3.3.1. El v. 5 es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea A, literalmente: y vuestros ojos lo verán y vosotros diréis 2.3.3.3.2. La expresión “vuestros ojos lo verán” implica que el castigo divino contra Edom será portentoso (cp. Dt. 11:7). 2.3.3.3.3. El verbo “decir” es palabra clave en el primer oráculo: “ha dicho Yahvé (v. 2), “habéis dicho (v. 2), “cuando Edom dijere” (v. 4), “así ha dicho Yahvé” (v. 4), “y vosotros diréis” (v. 5). Aquí Yahvé cita no lo negativo que los judíos decían, sino una cosa positiva que dirían en el
  • 8. futuro. Así se implica un cambio radical futuro en la actitud de los judíos. De haber insinuado que Yahvé no los había mostrado amor (v. 2), reconocerían su manifestación grande sobre ellos (v. 5). 2.3.3.3.4. El verbo en el v. 5b puede ser traducido como un subjuntivo, “sea Yahvé engrandecido” (RV60, RV95, BDLA, RVA) o un indicativo, “Yahvé es grande” (BJ, DHH, NVI) o “Yahvé se muestra grande” (TDOT 2:402). El uso de “decir” + “Yahvé” + la forma verbal usada aquí en Sal. 35:27; 40:16 [17] (= Sal. 70:4 [5], pero con “Dios” en lugar de “Yahvé”) indica que se usa para reconocer la intervención divina a favor de los justos sufrientes, y que, por lo tanto, el verbo es un indicativo (cp. la traducción de esos textos en BJ y DHH). Así también aquí “y diréis: Yahvé es grande” (o “se muestra grande”) significa que cuando los judíos observen que Yahvé ha castigado a Edom por su impiedad contra Judá, sin restaurarlo como lo había hecho con Judá, confesarán que él se ha engrandecido mediante sus obras a favor de Israel (ver un uso similar de las palabras “grandezas” y “engrandecerse” en 2 S. 7:21-23). Dicho de otra manera, reconocerán que Yahvé ha amado a Judá (cp. v. 2). 2.3.3.3.5. Todas las versiones que he consultado traducen la preposición al final del v. 5 como “más allá de”, o algo por el estilo. La traducción con el tema de la oposición a la reconstrucción de Edom (vv. 3-4) y con el concepto de la grandeza de Yahvé entre las naciones en los vv. 11 y 14. Da a entender que los judíos cambiarán de actitud cuando se den cuenta que la obra de Yahvé extiende más allá del territorio judío. Sin embargo, el significado normal de la preposición es “sobre” (GKC § 119c; ver Hill, Malachi, pág. 161). Entonces, probablemente se debe traducir “sobre” aquí, de modo que el v. 5 anuncia que los judíos reconocerán que Yahvé se muestra grande sobre Israel debido a sus obras de amor a favor de su pueblo. 2.3.3.3.6. El vocablo traducido “límites” es el mismo que está vertido por “territorio” en v. 4 (ver la traducción alterna en BDLA, NVI). La repetición de este sustantivo aquí, el cual no se vuelve a aparecer en Malaquías, resalta el contraste entre “el territorio de impiedad” de Edom, destruido por Yahvé, y “el territorio de Israel”, reconstruido después del exilio. Este contraste confirma la necesidad de traducir “sobre” en lugar de “más allá de”. 2.3.3.3.7. El primer oráculo anticipa varios rasgos que caracterizarán el libro en general: los temas del amor de Yahvé para con Israel y el juicio de los malos, el cuestionamiento del trato que Yahvé ha dado a Israel, la forma de la disputa, el tono combativo, la repetición del verbo “decir” (40 veces en el libro) y de fórmulas de mensajero (hay 26 en el libro), las citas de lo dicho por Yahvé y sus interlocutores, y el uso de preguntas retóricas (hay 26 ó 27 en el libro, dependiendo de la interpretación de la primera oración de 2:15). 3. Segundo oráculo: como los sacerdotes trataban a Yahvé con desprecio, él los ha hecho despreciables a ellos (1:6-2:9). 3.1. Yahvé acusaba a los sacerdotes de tratarlo con desprecio al aceptar animales defectuosos como sacrificios (1:6-14). 3.1.1. Acusación divina: los sacerdotes tratan a Yahvé con desprecio en vez de con la
  • 9. honra y el temor que le correspondía (1:6abcd). 3.1.1.1. La acusación se presenta en verso. Consiste en: a) un dístico de 3:2 con paralelismo interlinear, b) un tetrástico con paralelismo interlinear de tipo ABAB y una métrica de 3:2:3:2 y c) un dístico de 4:3 con paralelismo interlinear. Como es típico de la poesía hebrea, todas las líneas son breves, y los artículos hebreos se han omitido. A. (El) hijo honra a(l) padre B. y (el) siervo a su señor A. Si, pues padre soy yo B. ¿dónde está mi honra? C. Y si señor soy D. ¿dónde está mi temor? A. Ha dicho Yahvé de los ejércitos a vosotros B. oh sacerdotes que menospreciáis… 3.1.1.2. A Yahvé le llamaban “Padre” (cp. Is. 63:16; 64:8; ver la nota sobre 2:10a) pero no le trataban con la honra que corresponde al padre (cp. Ex. 20:12; Dt. 5:16). 3.1.1.3. Los judíos usaba el título “Señor” frecuentemente para referirse a Yahvé, pero no le temían como el siervo/esclavo temía a su señor/amo. La comparación con el esclavo muestra que el “temor” que Yahvé merece no es solo reverencia, sino también miedo de desobedecerle (cp. la explicación del paralelismo en 2:5b). 3.1.1.4. Típicamente en la poesía hebrea el énfasis recae sobre la parte final de una unidad básica. Así aquí, en el tetrástico hay énfasis en la última palabra de las líneas B y D, y no es sino hasta la última línea del dístico que se revela que la acusación no se dirige contra los judíos en general, sino contra los sacerdotes. 3.1.1.5. El menosprecio del nombre de Yahvé era especialmente grave en las culturas mediterráneas, en las cuales la honra y la vergüenza eran valores de gran importancia. 3.1.1.6. “Mi nombre” será expresión clave en este oráculo, donde se repetirá 8 veces (1:6 [2x], 11 [3x], 14; 2:2, 5). En el resto del libro solo aparece 2 veces (3:16; 4:2 [3:20]). Es una circunlocución por “mí”, pero con connotaciones de majestad. 3.1.1.7. El corazón de la acusación se expresa mediante dos preguntas retóricas que comienzan con “¿dónde?”. Son equivalentes a negaciones con pasión: “¡No me habéis honrado/temido!” 3.1.2. Objeción sacerdotal a la acusación divina: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (1:6e). 3.1.2.1. De nuevo la objeción se expresa mediante una pregunta medio retórica que hace eco de la declaración divina (cp. v. 2). La pregunta es medio retórica porque por un lado invita una respuesta, pero a la vez insinúa que la respuesta correcta es “en nada”. Varias de las preguntas que Yahvé atribuía a los judíos manifiestan que ellos no reconocían sus pecados (ver 2:14, 17; 3:7, 8, 13). 3.1.2.2. El verbo “decís”, traducido como tiempo presente en todas las versiones
  • 10. que he consultado, está en el tiempo perfecto en hebreo. Sobre esta cuestión, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2, donde RV60 traduce “dijisteis”. 3.1.3. Refutación divina a la objeción sacerdotal: “Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo” (1:7a). La refutación es una acusación: los sacerdotes de colocar sobre el altar sacrificios ritualmente contaminados. 3.1.3.1. La respuesta es lacónica. Las palabras “en que” no están en el hebreo, y en lugar de “ofrecéis” el hebreo tiene sencillamente un participio “ofreciendo” sin su sujeto, el cual se tiene que suplir del contexto. Hasta sería posible, tratando la objeción del v. 6e casi como una interrupción, interpretar la respuesta del v. 7a como una continuación del v. 6d: “oh sacerdotes que menospreciáis mi nombre…que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo”. 3.1.3.2. La palabra “pan” (1:7) es un sinécdoque por “comida” que aquí se refiere específicamente a los animales sacrificados, así como en Lv. 22:25; Ez. 44:6-7. 3.1.3.3. El vocablo “inmundo” significa “ritualmente contaminado”. 3.1.3.4. Los adoradores escogían, traían y hasta los degollaban a sus sacrificios, pero al sacerdote le correspondía colocarlo “sobre el altar”. Si el sacrificio era impuro, el sacerdote debería rechazarlo y no ofrecerlo sobre el altar. 3.1.4. Objeción sacerdotal a la refutación (segunda acusación) divina: “¿En qué te hemos tratado como contaminado?” (1:7b). 3.1.4.1. En cuanto a “dijisteis”, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2. 3.1.4.2. En lugar de “te hemos deshonrado”, tradúzcase “te hemos contaminado” (cp. BJ, NVI), o mejor, “te hemos tratado como contaminado” (la conjugación Piel en hebreo se presta para los dos sentidos). Es el mismo verbo que Yahvé acaba de usar en el v. 7a. La forma de la objeción nos sorprende. A la luz de las objeciones anteriores, aquí esperamos más bien: “En que hemos ofrecido sobre tu altar pan contaminado”. Sin embargo, el profeta pone en boca de los sacerdotes una respuesta más breve que reconoce la seriedad de la acusación y la conjuga con la acusación anterior de menospreciar el nombre de Yahvé. Ofrecer a Yahvé sacrificios contaminados es despreciarlo como si no fuera santo, sino contaminado. 3.1.4.3. Esta objeción, como las anteriores, se expresa mediante una pregunta medio retórica que hace eco de la intervención divina (cp. 1:2, 6), si bien el eco en este caso se limita al verbo “contaminar” y la correspondencia entre “mi” (v. 7a) y “te” (v. 7b). Mediante el aspecto retórico de la pregunta los sacerdotes niegan que hayan ofrecido sacrificios ritualmente contaminados, especialmente porque hacer semejante error sería tratar a Dios como contaminado. Probablemente entendían por “sacrificio contaminado” uno que no se ofreciera según el rito establecido (Lev. 1-7, o uno ofrecido por una persona que no fuera sacerdote calificado y debidamente consagrado (Lev. 8-10), o uno que fuera un tipo de animal inmundo (Lev. 11; Dt. 14:3-20), o uno que hubiera entrado en contacto con un objeto inmundo (Lev. 15). 3.1.5. Refutación divina a la segunda objeción sacerdotal: “Menospreciáis el altar al
  • 11. ofrecer sobre él sacrificios defectuosos” (1:7c-8). 3.1.5.1. Esta refutación combina las dos acusaciones divinas anteriores (vv. 6d, 7a). Menospreciaban el nombre de Yahvé (la primera acusación, v. 6d) al menospreciar el altar (v. 7c), ofreciendo sobre él pan inmundo (la segunda acusación, v. 7a), es decir, animales defectuosos (v. 8). A la vez la refutación respondía a la segunda objeción de los sacerdotes (v. 7b): trataban a Dios como contaminado al sacrificarle animales defectuosos. 3.1.5.2. Yahvé expresa la refutación/acusación en forma enigmática (1:7c). 3.1.5.2.1. El verbo traducido “pensáis” es literalmente “decir” (BDLA), usado ahora por novena vez en los vv. 2-7. Esta vez aparece como infinitivo. La traducción “pensáis” está bien, pues seguramente los sacerdotes nunca decían en voz alta que el altar era menospreciable, sino que sus acciones delataban que así se decían mentalmente. 3.1.5.2.2. “La mesa de Yahvé” (1:7, 12) es su altar (cp. Ez. 44:15-16). 3.1.5.2.3. El participio traducido “despreciable” es del mismo verbo traducido “menospreciar” en el v. 6de. Se repetición en v. 6d y aquí forma una inclusión que enmarca la sección enigmática del debate entre Yahvé y los sacerdotes en 1:6d-7. 3.1.5.2.4. En 1:6d-7 no hay mucho paralelismo en el sentido normal (el v. 6d es la excepción), hay una especie de paralelismo producido por la repetición 4 veces del verbo “decir” (vv. 6d, 6e, 7b, 7c), la alternación de intervenciones de Yahvé y de los sacerdotes, y la correspondencia formal entre las objeciones sacerdotales y la intervención divina previa. 3.1.5.3. Yahvé aclara la refutación/acusación mediante una serie de preguntas retóricas (1:8). En realidad, el v. 8 explica las tres acusaciones enigmáticas (vv. 6d, 7a, 7c). 3.1.5.3.1. La aclaración comienza con un tetrástico de tipo ABAB (paralelismo alternado) con ritmo de 3:2:3:2. A. Y cuando ofrecéis el (animal) ciego para el sacrificio C. Y cuando ofrecéis el cojo o el enfermo B. ¿No es malo? D. ¿No es malo? 3.1.5.3.1.1. La Ley exigía que los animales sacrificados a Yahvé estuvieran sin defecto (ver Ex. 12:5; Lv. 1:3, 10; 22:18-21; Nm. 6:14; 19:2) y especificaba que los animales ciegos, cojos o enfermos no serían sacrificios aceptos (ver Lv. 22:22-25; Dt. 15:21). 3.1.5.3.1.2. El tetrástico recoge el verbo “ofrecéis” del v. 7a y lo repite dos veces, así señalando que el v. 8 es una aclaración del v. 7a. 3.1.5.3.1.3. La oración repetida “no es malo” se puede interpretar como una negación irónica, o una pregunta retórica. La segunda opción es mejor a la luz de la presencia de seis preguntas retóricas en 1:2- 7 y otra casi al final del v. 8.
  • 12. 3.1.5.3.2. El resto del v. 8 es un dístico sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea B (¿Acaso se agradará de ti // o le serás acepto?), seguido por la fórmula de mensajero. La línea B del dístico es una pregunta retórica. 3.1.5.3.2.1. Obviamente el gobernador no se agradaría de quienes le regalaran animales defectuosos (1:8). El vocablo traducido “príncipe” es pejah “gobernador” (BJ, BDLA, RVA), generalmente usado en el AT de gobernadores del Imperio Babilonio o, más aún, del Imperio Persa (cp. Esd. 8:36; Neh. 2:7, 9; 3:7; 5:14; 12:26; Est. 3:12; 8:9; 9:3; Hag. 1:1, 14; 2:2, 21; y ver la sección sobre “La fecha del libro” en la “Introducción”). 3.1.5.3.2.2. La frase traducida “¿le serás acepto?” es literalmente “¿levantará tu rostro?”. Probablemente la figura originalmente se refería a una persona postrada en humildad ante otra que levanta el rostro del otro como señal de favor. 3.1.5.3.2.3. El uso de la segunda persona singular en este dístico personaliza más la acusación. 3.1.5.3.2.4. La repetición de “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en 1:6 y 9 forma una inclusión que enmarca todo el debate entre Yahvé y los sacerdotes, menos la expansión siguiente. 3.1.6. Yahvé expande las acusaciones de 1:6-8 (1:9-14). 3.1.6.1. Así como el gobernador, Yahvé tampoco se agrada de quien le ofrece animales defectuosos (1:9-10). 3.1.6.1.1. Si el gobernador no se agradaría de quien le diera un animal defectuoso, ¡cuánto menos Dios (1:9)! 3.1.6.1.1.1. El v. 9 se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 5:6, seguido por la fórmula de mensajero. A. Ahora buscad el favor de Dios para que tenga piedad de nosotros B. De vuestra mano ha sido esto ¿Acaso levantará vuestro rostro? 3.1.6.1.1.2. El “ahora” al principio del v. 9 y la fórmula “ha dicho Yahvé de los ejércitos” al final marcan el inicio de la expansión de las acusaciones de 1:6-8 en 1:9-14. 3.1.6.1.1.3. La expresión traducida “orad por el favor” es un modismo, que literalmente se puede traducir “ablandad el rostro” (BJ). Significa “buscad el favor”. Aquí se refiere a la búsqueda del favor divino mediante los sacrificios (así como, por ejemplo, en 1 S. 13:12). En el presente contexto se usa sarcásticamente, con referencia a los sacrificios defectuosos como un supuesto medio de buscar el favor de Dios. 3.1.6.1.1.4. Yahvé aquí se refiere a sí mismo en tercera persona y se llama a sí mismo “Dios”. Así recalca su categoría exaltada,
  • 13. muy por encima aun de la categoría del gobernador, y resalta lo tonto de darle ofrendas defectuosas. Un fenómeno similar se halla en 1:14; 3:1; 4:5 [3:23]. 3.1.6.1.1.5. Mediante el “nosotros” el profeta se identifica como parte de la nación que es perjudicada por el pecado de los sacerdotes. Fue en parte debido al pecado de ellos que Yahvé no daba las muestras de amor que los judíos esperaban (cp. 1:2). 3.1.6.1.1.6. “¿Cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas” capta el sentido del texto, si bien no se apega mucho a la forma del texto hebreo (ver la traducción literal en el esquema arriba). La oración retórica con el modismo “levantar el rostro” hace eco de la última pregunta retórica del v. 8, ligando los dos versículos. La palabra “rostro” también se usa en la primera oración del v. 9. 3.1.6.1.1.7. “De vuestra mano”, usado en 1:9, 10, 13; 2:13, parece ser una expresión técnica relacionada con la liturgia del sacrificio. Señala quien pone el sacrificio sobre el altar (1:9, 10, 13) o quien lo trae (2:13). Aquí indica la responsabilidad de los sacerdotes en el ofrecimiento de sacrificios defectuosos. Si bien los sacerdotes no habían escogido los animales defectuosos, ellos los habían puesto sobre el altar. 3.1.6.1.1.8. Hay una correspondencia marcada entre las partes del v. 9 y las partes de la ilustración al final del v. 8. “Preséntalo a tu gobernador” (v. 8) corresponde a “buscad el favor de Dios” y “de vuestra mano ha sido esto” (v. 9), “¿Acaso se agradará de ti, o levantará tu rostro?” (v. 8) corresponde a “¿Acaso levantará vuestro rostro” (v. 9), y la fórmula de mensajero al final del v. 8 es idéntica a la fórmula al final del v. 9. 3.1.6.1.2. Yahvé preferiría que los sacerdotes cerraran el templo (1:10a). 3.1.6.1.2.1. El v. 10a expresa un deseo divino irónico. En lugar de “o alumbre de balde”, tradúzcase “para que no alumbréis de balde” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). 3.1.6.1.2.2. El v. 10a, traducido literalmente, se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear: A. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas B. y no alumbréis mi altar de balde? 3.1.6.1.3. El sacrificio defectuoso no logra el favor de Yahvé (1:10b). 3.1.6.1.3.1. El v. 10b se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3, si no se toma en cuenta la fórmula de mensajero en el análisis. A. No tengo complacencia en vosotros B. Ni aceptaré ofrenda de vuestra mano 3.1.6.1.3.2. La “ofrenda” a que Yahvé se refiere en este contexto es el animal defectuoso (ver v. 8).
  • 14. 3.1.6.1.3.3. El verbo traducido “aceptaré” es el mismo que está vertido por “se agradará” en el v. 8. La repetición es un vínculo más entre la pregunta retórica al final del v. 8 y la expansión en vss 9-10. 3.1.6.1.3.4. La repetición de la fórmula “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en los vv. 9 y 10 coadyuva a unir estos dos versículos en una unidad. 3.1.6.2. Los sacerdotes trataban con desprecio al Dios cuyo nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo (1:11-14). 3.1.6.2.1. El nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo pero los sacerdotes lo estaban profanando (1:11-12a). 3.1.6.2.1.1. Todas las oraciones del v. 11, salvo “ha dicho Yahvé de los ejércitos” son nominales. La única forma verbal es un participio. Sin embargo, en la traducción al castellano es necesario usar verbos y asignarles un tiempo. Lo más natural es el tiempo presente (RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI), pero en tal caso las oraciones no tienen sentido, especialmente la segunda, ya que en aquel tiempo no se ofrecía “incienso y ofrenda limpia” a Yahvé “en todo lugar”, sino solo en el templo en Jerusalén. Entonces es necesario interpretar todo el versículo como una profecía en tiempo futuro (BDLA). De hecho, el participio, traducido “se ofrece” en la mayoría de versiones, frecuentemente se usa en los profetas para referirse al futuro inminente (ver, por ejemplo, el participio traducido “envío” en 3:1). De modo que 1:11 es una profecía del futuro reconocimiento de la grandeza de Yahvé (cp. 1:5) y de su adoración por las naciones (para el mismo tema en otro profeta posexílico, ver Zac. 2:11; 8:22-23; 14:16-19). Y así como en 1:5, el profeta da a entender que la profecía de la futura grandeza de Yahvé debe influir en las actitudes y conducta de su pueblo en el presente. La profecía ya se está cumpliendo espiritualmente en la Iglesia, pero ha de tener un cumplimiento literal en el Milenio. La mayoría de los pasajes que dicen que las naciones adorarán a Yahvé durante la edad mesiánica indican que rendirán esa adoración en Israel y Jerusalén (cp. Is. 2:2-4; 18:7; 25:6; 45:14; 52:8; 56:7; 60:3, 11, 14; 66:23; Mi. 4:1-4; Zac. 8:20-22; 14:1619), pero Is. 19:18-21 y Sof. 2:11 sugieren que también la harán desde sus tierras. 3.1.6.2.1.2. Poéticamente el v. 11 se puede analizar como a) un dístico, b) un trístico, c) la primera mitad de un dístico y d) la fórmula de mensajero. El ritmo del primer dístico es de 4:3, con paralelismo interno (línea A) y paralelismo interlinear: A. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone B. entre las naciones será grande mi nombre El trístico es de tipo ABB, con métrica de 2:3:2. A. Y en todo lugar B. se ofrecerá a mi nombre incienso C. y ofrenda limpia El segundo dístico comienza en el v. 11 y termina en el v. 12, con la fórmula de mensajero entre las dos líneas, pero excluida del análisis poético. El paralelismo es antitético y quiástico: A (Porque grande es mi nombre) B (entre los gentiles) // B’ (Pero
  • 15. vosotros) A’ (lo profanáis). El contexto indica que “pero” es mejor que “y” como traducción de la conjunción al principio de la línea B. La colocación de la fórmula de mensajero aplaza la llegada del clímax al cual apunta todo el v. 11: la conducta reprochable de los sacerdotes. 3.1.6.2.1.3. La repetición de “mi nombre” tres veces en el v. 11 resalta el contraste con el uso de la misma expresión en el v. 6. Todos los gentiles exaltarán el nombre de Yahvé (1:11), pero los sacerdotes de Yahvé han despreciado y profanado (1:6, 12a). 3.1.6.2.1.4. La repetición de las palabras “ofrecer” en 1:7 y 11, y “ofrenda” en 1:10, 11, resalta el contraste entre “será ofrecido…ofrenda limpia” (1:11) por un lado, y “ofrecéis…pan contaminado” (1:7) y “ofrenda no aceptaré de vuestra mano” (1:10) por otro lado. 3.1.6.2.2. Los sacerdotes ofrecían animales defectuosos a Yahvé (1:1213). 1:12-14 repite las ideas de 1:7-11, así dándoles más énfasis. 1:1213a amplía 1:7c, 1:13bá corresponde a 1:8a, 1:13bâ resume 1:8b-10, 1:14a corresponde de nuevo a 1:8a, y 1:14b corresponde a 1:11. 3.1.6.2.2.1. Despreciaban a Yahvé y su altar (1:12-13a). 3.1.6.2.2.1.1. La primera oración del v. 12 concluye el dístico que comienza al final del v. 11 (ver supra). Luego, el resto del v. 12 es un dístico con paralelismo interno (línea B) e interlinear, y ritmo de 4:3. El “cuando decís” introduce el dístico, pero no es parte de él. A. La mesa del Señor inmunda es B. Y su fruto despreciable su alimento. 3.1.6.2.2.1.1.1. El dístico repite todas las palabras del v. 7c, salvo que tiene “Señor” en lugar de “Yahvé” (contra RV60 y RV95; ver (BJ, BDLA, RVA, NVI). El título “Señor” evoca la acusación del v. 6 ahora que el señorío de Yahvé sobre toda la tierra se ha anunciado en el v. 11. Así resalta la gravedad del desprecio por los sacerdotes y la hipocresía con que llamaban a Yahvé “Señor”. 3.1.6.2.2.1.1.2. “Cuando decís” significa “cuando pensáis”, y el pensamiento de los sacerdotes se percibe en sus acciones (ver nota sobre 1:7c). 3.1.6.2.2.1.1.3. La “mesa del Señor” es su altar, e “inmunda” significa “ritualmente contaminada” (ver las notas sobre el v. 7). 3.1.6.2.2.1.1.4. El segundo “cuando decís” no está en el hebreo (BJ, NVI, BDLA, RVA, NVI). 3.1.6.2.2.1.1.5. Todas las versiones que he consultado omiten “su fruto”, salvo BDLA.
  • 16. 3.1.6.2.2.1.2. El v. 13 comienza con un dístico con paralelismo a nivel de líneas completas y ritmo de 3:2, seguido de la fórmula de mensajero. 3.1.6.2.2.1.2.1. El verbo traducido “despreciáis” literalmente se refiere a la acción de soplar. A la luz del contexto se supone que se trata de un gesto de desdén. 3.1.6.2.2.1.2.2. En el TM el objeto pronominal del verbo está en tercera persona, “lo despreciáis” (BDLA), y su antecedente es “la mesa del Señor” (v. 12). Sin embargo, la tradición rabínica informa que esta lección es una de las tiqqune soferim “correcciones de los escribas”, introducidas para evitar expresiones teológicamente ofensivos, y que la lección original es “me despreciáis” (RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI). 3.1.6.2.2.2. Le ofrecían animales defectuosos (1:13b). 3.1.6.2.2.2.1. 1:13b se compone de dos dísticos con paralelismo interlinear, seguido de la fórmula de mensajero. El primer dístico es de ritmo 2:2 y tiene paralelismo interno en la línea B: A. Y habéis traído lo hurtado B. o cojo o enfermo El segundo dístico tiene ritmo de 2:3: A. Y habéis traído la ofrenda B. ¿Aceptaré de vuestra mano esa? La traducción es un poco más literal que RV60. El primer verbo de ambos dísticos es el mismo, y el tiempo perfecto en castellano expresa el tipo de acción mejor que el pretérito, pues se trata de una acción repetida, comenzando en el pasado y llegando hasta el presente. Los dos dísticos bien pueden combinarse para formar un tetrástico de tipo AAAA. 3.1.6.2.2.2.1.1. El primer dístico hace eco de v. 8b, recalcando en qué consistía el menosprecio sacerdotal, y también formando una inclusión que enmarca 1:8-12, sección que expone este pecado. 3.1.6.2.2.2.1.2. El segundo dístico hace eco de la última oración del v. 10. El estribillo resultante marca la conclusión de las expansiones de la acusación contra los sacerdotes en 1:9-10 y en 1:11-13. En contraste, el v. 14 se dirigirá contra los judíos en general. 3.1.6.2.2.2.1.3. El repetido “habéis traído”, en este contexto, tiene que referirse no a la acción de los judíos en general, sino a la acción de los sacerdotes de colocar el sacrificio sobre el altar.
  • 17. 3.1.6.2.2.2.1.4. “Lo hurtado” (1:13) aquí no significa “animal hurtado por un ser humano”, pues el sacerdote no tendría forma de reconocer que un animal había sido robado en este sentido. Más bien se refiere al animal robado por una bestia y librado por el pastor, pero no sin antes quedar lesionado (cp. 1 S. 17:34-35; Am. 3:12). 3.1.6.2.2.2.1.5. En la línea B del segundo dístico las conjunciones pueden ser traducidas “o” o “y”. 3.1.6.2.2.2.1.6. La línea B del segundo dístico es otra pregunta retórica. 3.1.6.2.2.2.1.7. La fórmula de mensajero es la forma abreviada que se encuentra también en 1:1; 3:13. Omite “de los ejércitos”. Quizá la forma abreviada se use solo para variedad estilística, pero tal vez aquí también resalta la maldición (v. 14) que concluye 1:6-14. 3.1.6.2.3. Epílogo: Yahvé maldice al judío que pagara su voto al Señor con un animal dañado (1:14). Este versículo se agrega al oráculo para que los judíos no pensaran que solo los sacerdotes eran responsables de los sacrificios defectuosos. 3.1.6.2.3.1. El v. 14a puede analizarse como un trístico de tipo AAA y ritmo de 2:4:3dístico: A. Y maldito el que engaña B. el que teniendo macho en su rebaño promete C. pero sacrifica al Señor lo dañado 3.1.6.2.3.1.1. En la Biblia las maldiciones frecuentemente se usan para asegurar que Dios castigue a los que hacen mal con impunidad (cp. Dt. 27:15-26; Jue. 17:2). En este caso la impunidad se debe al engaño. No es que el maldito engañe a Yahvé, cumpliendo el voto a medias, pues Dios no se engaña, sino que engaña al sacerdote, diciendo que trae un animal dañado porque no tiene uno sano. Así el engañador queda impune ante las autoridades humanas, y de ahí la necesidad de la maldición. En este caso, como Dios es quien pronuncia la maldición, su cumplimiento es seguro. 3.1.6.2.3.1.2. En lugar de “machos”, el hebreo tiene el singular. Levítico 22:17-25 estipula que el animal ofrecido en pago de un voto debe ser macho sin defecto. 3.1.6.2.3.1.3. El verbo traducido “promete” literalmente significa “promete en voto” (cp. BJ). Muchos votos se hacían para persuadirle a Dios que libere de algún
  • 18. apuro o que conceda alguna bendición (cp. Gn. 28:2022; Jon. 2:9). Se supone que en el caso contemplado aquí, Dios ha respondido a la petición, pero ahora el beneficiado no cumple a cabalidad con su voto (cp. Nm. 30:2). 3.1.6.2.3.1.4. En lugar de “a Yahvé” (RV60, RVA, RV95), el hebreo tiene “Señor” (BJ, BDLA, NVI). Al llamarse “Señor” y referirse a sí mismo en tercera persona Yahvé destaca su dignidad, como en v. 9; 3:1; 4:5 [3:23] (ver también la nota sobre “el Señor” en 1:12). 3.1.6.2.3.2. El v . 14b resalta de nuevo el señorío mundial de Yahvé, ahora subrayando el pecado del adorador que ofrece animal dañado. 3.1.6.2.3.2.1. El v. 14b puede analizarse como un dístico con la fórmula de mensajero entre las dos líneas. El ritmo es de 4:3. A. Porque Gran Rey soy yo B. temible Y mi nombre es entre las naciones. La última frase es el clímax del dístico. 3.1.6.2.3.2.2. Las dos oraciones son nominales. Probablemente los verbos que se suplen en la traducción deben estar en tiempo futuro, así como en el v. 11 (ver la nota allí). 3.1.6.2.3.2.3. Yahvé también se llama “gran rey” sobre la tierra en Sal. 47:2 [3], y sobre los dioses en Sal. 95:3. Seguramente expresiones semejantes se usaban con frecuencia en el culto a Yahvé en el templo. Sal. 47:2 [3] especialmente se asemeja a este dístico; tal vez Malaquías alude a dicho pasaje aquí. 3.1.6.2.3.2.4. La fórmula de mensajero más las expresiones “grande”, “mi nombre” y “entre las naciones” hacen eco de la conclusión del v. 11 (la fórmula de mensajero sigue estas expresiones en el v. 11; aquí el orden está invertido), así formando una inclusión que enmarca el párrafo de 1:11-14. 3.1.6.2.3.2.5. Las expresiones “Señor”, “temible” y “mi nombre” evocan la acusación en el v. 6, y así forma una inclusión que enmarca toda la sección de 1:6-14 sobre el pecado de despreciar del nombre de Yahvé. De hecho, la línea A del dístico corresponde a la primera pregunta retórica del v. 6 (“¿Dónde está mi honra?”), y la línea B, a la segunda pregunta del v. 6. 3.1.6.2.3.2.6. La línea A del dístico evoca la conclusión del primer oráculo (1:5b). Esta semejanza coadyuva a indicar que la primera sección mayor del segundo oráculo, la que expone la acusación, concluye con el v. 14.
  • 19. 3.2. Yahvé maldijo a los sacerdotes, haciéndolos despreciables (2:1-9). Era el castigo resultante del pecado de despreciar a Yahvé, expuesto en 1:6-14. 3.2.1. Yahvé maldeciría a los sacerdotes si no le honraran (2:1-3). 3.2.1.1. Yahvé manda a los sacerdotes dar gloria a su nombre (2:1-2a). 3.2.1.1.1. El v. 1 es una unidad de una sola línea poética. El hecho que la línea no forma parte de una unidad mayor (un dístico, por ejemplo) y el “ahora” coadyuvan a destacarla como la oración introductoria a una sección nueva. Por el momento el contenido de “este mandamiento” es enigmático. No se halla en el v. 1 ni en el texto anterior, de modo que lo busca el lector en el texto siguiente (lo mismo sucede con el “en esto” de 3:10). 3.2.1.1.2. El v. 2a es la prótasis de una oración condicional. Contempla la posibilidad de que los sacerdotes no obedecen el mandamiento de Yahvé, dar gloria a su nombre. 3.2.1.1.2.1. El v. 2a consiste en un trístico de tipo AAB, con métrica de 2:3:3, seguido de la fórmula de mensajero: A. Si no oyereis B. y si no ponéis sobre el corazón C. para dar gloria… 3.2.1.1.2.2. Las líneas paralelas A y B aplazan la esperada definición del contenido del “mandamiento” del v. 1). Ese contenido al fin se revela en la línea C, en posición de clímax al final del trístico. 3.2.1.1.2.3. “Oyereis”, como frecuentemente en la Biblia, significa “oír para obedecer”. El modismo paralelo, traducido literalmente arriba, ha de significar aproximadamente lo mismo (ver su uso en Is. 42:25; 57:1, 11; Jer. 12:11). Se podría traducir con un modismo algo similar, “tomar a pecho” (BJ, RVA), o, más prosaicamente, “tomar en serio” (DHH). “Decidir de corazón” (RV60, RV95, BDLA; cp. NVI) es un poco menos exacto, pero interpreta correctamente el sentido en este contexto. 3.2.1.1.2.4. “Dar gloria a mi nombre” hace eco de 1:6 (“honra” en 1:6 y “gloria” en 2:2 son traducciones de la misma palabra hebrea), y también de 11, 14, así enlazando 2:1-9 con la acusación de 1:6-14. En este contexto para dar gloria al nombre de Yahvé los sacerdotes deberían exigir sacrificios sin defecto, tal como Yahvé lo merecía (cp. 1:6-8, 13; ver también 1 S. 6:5). 3.2.1.2. Yahvé amenaza con convertir en maldición las bendiciones que los sacerdotes recibían (2:2b-3). 3.2.1.2.1. La segunda unidad poética del v. 2 es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:2. Es la apódosis de la oración condicional, y define las consecuencias para los sacerdotes si no dan gloria a Yahvé: A. Enviaré…la maldición sobre vosotros B. Y maldeciré vuestras bendiciones
  • 20. 3.2.1.2.1.1. El hebreo tiene “la maldición”, con el artículo. En este contexto puede referirse a la maldición de 1:14, pero en realidad la interpretación no se da sino hasta los vv. 4-5, 8-9. Allí se verá que se trata de la maldición por incumplir la estipulación central del pacto de Yahvé con Leví (ver vv. 4-5, 8-9). 3.2.1.2.1.2. El contexto siguiente aclara que “vuestras bendiciones” no eran las bendiciones que los sacerdotes pronunciaban sobre los judíos, sino las bendiciones que los sacerdotes recibían. 3.2.1.2.1.3. La línea B expresa un motivo común en las profecías bíblicas: la inversión de una situación actual (cp. 1 S. 2:4-5). 3.2.1.2.2. La última unidad poética del v. 2 es un dístico no paralelo. Su línea A hace eco de la línea B del dístico anterior, y su línea B hace eco de la línea B del trístico inicial. Anuncia que en ese momento Yahvé los maldice (línea A; cp. v. 9), porque no cumplen la condición del trístico (línea B). 3.2.1.2.2.1. El verbo “he maldecido” está en el tiempo perfecto en el hebreo. Ese tiempo normalmente se usa de acciones del pasado, pero también se usa cuando pronunciar el verbo efectúa su acción. Así aquí Yahvé maldice a los sacerdotes mediante la fórmula “he maldecido”. En castellano este sentido mejor se expresa mejor mediante el tiempo presente (cp. “y aun las maldigo”). El hebreo utiliza el tiempo perfecto porque cuando se termina de pronunciar la expresión, la acción ya se ha efectuado. 3.2.1.2.2.2. La expresión traducida “no os habéis decidido de corazón” es literalmente “no ponéis sobre el corazón”. En cuanto a su significado, ver la nota sobre la misma expresión en el v. 2. Aquí la forma verbal es un participio, indicando tiempo presente (cp. BJ, RVA). 3.2.1.2.3. Yahvé da dos ejemplos de la maldición que caería sobre los sacerdotes (2:3). 3.2.1.2.3.1. Su descendencia menguaría (2:3a). 3.2.1.2.3.1.1. La primera oración del v. 3 es una unidad de una sola línea poética. 3.2.1.2.3.1.2. En lugar de “dañaré la sementera”, tradúzcase “reprenderé la semilla/simiente”. “Reprender” (cp. BDLA, RVA, NVI) aquí significa “parar por orden divina”, así como en 3:11 (cp. también Is. 50:2; Zac. 3:2). La semilla/simiente probablemente no se refiere a la agricultura, sino a la descendencia (cp. BDLA, RVA, NVI), así como en 2:15 (cp. el uso del vocablo en Is. 59:21).
  • 21. 3.2.1.2.3.2. En lugar de preeminencia sufrirían humillación (2:3b). La unidad poética se puede analizar como un trístico con paralelismo de tipo AAB y ritmo de 3:2:3: A. Y os echaré el estiércol al rostro B. el estiércol de vuestras fiestas La figura del estiércol (o, según algunos, el contenido no digerido del estómago) es chocante. El vocablo traducido “animales sacrificados” es literalmente “fiestas” (BJ, BDLA). Se usa en el AT especialmente de las tres grandes fiestas de peregrinación: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Ya que en esas fiestas los israelitas hacían muchos sacrificios, se acumulaba mucho estiércol, el cual debería ser quemado fuera de la ciudad (cp. Ex. 29:14; Lv. 4:11-12; 8:17; 16:27; Nm. 19:5). Yahvé echaría ese montón de estiércol en el rostro de los sacerdotes (líneas A y B), y juntamente con el estiércol los sacerdotes serían arrojados fuera de la comunidad (línea C). 3.2.2. Para que el pacto con Leví siguiera en pie era necesario que los sacerdotes honraran a Yahvé (2:4-7). 3.2.2.1. Cuando los sacerdotes sufrieran la maldición de Yahvé, se darían cuenta que Yahvé les había dado el mandamiento de dar gloria a su nombre (cp. vv. 1-2) como exigencia fundamental del pacto con Leví (2:4). 3.2.2.1.1. El v. 4 se puede analizar como un dístico no paralelo de ritmo 5:3, seguido de la fórmula de mensajero. La falta de paralelismo llama la atención a la referencia al pacto con Leví, tema clave para la sección de 2:1-9. 3.2.2.1.2. La expresión “envié este mandamiento” evoca “enviaré maldición” (v. 1). Desobedecer el mandamiento enviado traería una maldición enviada. 3.2.2.1.3. “Para que fuese mi pacto con Leví” puede significar “para establecer mi pacto con Leví”, o “para que siga en píe mi pacto con Leví”. En realidad la oración expresa las dos ideas. El mandamiento fue la estipulación fundamental del pacto que Yahvé estableció con Leví, y por lo tanto desobediencia a esa estipulación rompía el pacto del lado de Leví, lo cual podría inducir a Yahvé a anular el pacto de su lado. 3.2.2.1.4. La expresión “mi pacto” indica que no se trata de un pacto de paridad (en tal caso se esperaría “nuestro pacto”), sino que Yahvé soberanamente concedió el pacto a Leví, su vasallo (el significado de “pacto de Leví” en 2:8). El beneficio que Leví podría recibir del pacto era mucho mayor que el beneficio para Yahvé. Por otro lado, no se trata de un pacto incondicional, como indica la exigencia del “mandamiento” de dar gloria a Yahvé (v. 2) y de temerlo (v. 5). 3.2.2.1.5. En este contexto “Leví” se refiere a “la tribu de Leví”, y particularmente a sus representantes más importantes, los sacerdotes (ver v. 1). 3.2.2.1.6. Jeremías 33:21, el primer pasaje bíblico que menciona específicamente un pacto con la tribu de Leví, da a entender que ese pacto había existido ya por mucho tiempo. Probablemente, entonces,
  • 22. consiste en las partes de la Ley de Moisés que hablan de las responsabilidades y privilegios especiales que tendrían los sacerdotes en la adoración a Yahvé (ver las alusiones al pacto con los sacerdotes en Nm. 18:19; 25:10-13; cp. también Ex. 32:26-29; Nm. 17:1-18:32; Dt. 10:8-9; 33:8-11; Zac. 3:7). 3.2.2.2. Tanto Yahvé como Leví habían cumplido con el pacto (2:5-7). 3.2.2.2.1. En el pacto Yahvé había prometido dar vida y bienestar (shalom) a Leví, y lo había hecho (2:5a). El v. 5a es un dístico con ritmo de 5:2, paralelismo interlinear, y paralelismo interno en la línea A: A. Mi pacto fue…vida y shalom con él B. Y las di a él. Esta traducción es más literal que RV60, para mostrar mejor el paralelismo. La línea B es enfática no solo por el énfasis que normalmente recae sobre la conclusión de un dístico, sino también por la brevedad de la línea B en comparación con la línea A. 3.2.2.2.2. En el pacto la exigencia para Leví era que temiera a Dios, y lo había hecho (2:5b). 3.2.2.2.2.1. En lugar de “para que me temiera” y “estuvo humillado” (2:5b) tradúzcase “Y fue temor” y “tuvo miedo” (ver BJ, NVI; cp. BDLA). 3.2.2.2.2.2. 2:5b es un dístico con paralelismo interlinear y un ritmo de 2:4: A. Y fue temor y me temió B. y tuvo miedo delante de mi nombre Hay también una especie de paralelismo interno en la línea A. 3.2.2.2.2.3. El paralelismo aclara que temer a Dios es más que tenerle reverencia; es también tener miedo de desobedecerlo. El verbo traducido “tuvo miedo” se usa de miedo fuerte, terror. 3.2.2.2.2.4. Aquí “mi nombre” se repite por octava vez en el oráculo (ver la nota sobre 1:6). 3.2.2.2.2.5. Malaquías no indica qué período histórico tiene en mente cuando habla de la obediencia de Leví. 3.2.2.2.3. Leví había demostrado su temor a Yahvé mediante su enseñanza correcta y su vida justa (2:6). 3.2.2.2.3.1. Mediante su enseñanza (2:6a). 3.2.2.2.3.1.1. El v. 6a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Instrucción de verdad estuvo en su boca B. E iniquidad no fue hallado en sus labios 3.2.2.2.3.1.2. Sobre la responsabilidad de los sacerdotes y levitas de instruir al pueblo, ver Lv. 10:1011; Dt. 17:9-12; 33:10; Ez. 7:26; 2 Cr. 15.3.
  • 23. 3.2.2.2.3.1.3. El vocablo traducido “la ley” es torah. Su sentido fundamental es “instrucción”, si bien con frecuencia se usa de la Instrucción por excelencia, la Ley de Moisés (ver 4:4 [3:22]). La torah de los sacerdotes normalmente no es la Ley en sí (aunque véase Dt. 33:10), sino la instrucción y los dictámenes de los sacerdotes, particularmente sobre lo ritual y lo sagrado (cp. Os. 5:7; Jer. 2:8; 18:18; Ez. 7:26; Hag. 2:11). Así se usa aquí y en los tres versículos siguientes (cp. DHH, BDLA, NVI), aunque la instrucción aquí también incluye la ética. 3.2.2.2.3.1.4. El vocablo traducido “verdad”, significa “fidelidad”. Los sacerdotes habían dado “instrucción fiel” a las exigencias divinas, en base a la Ley de Moisés (cp. NVI: “instrucción fidedigna”). 3.2.2.2.3.2. Mediante su vida justa (2:6b). 3.2.2.2.4. Era imprescindible que los sacerdotes temieran a Yahvé, porque su instrucción orientaban al pueblo (2:7). 3.2.2.2.4.1. El v. 7 se puede analizar como un trístico de tipo AAB, con ritmo de 4:3:4. A. Porque los labios del sacerdote han de guardar sabiduría B. Buscarán de su boca instrucción 3.2.2.2.4.2. El verbo “guardar” con frecuencia significa “obedecer”, pero aquí más bien ha de significar “preservar”. 3.2.2.2.4.3. El vocablo traducido “sabiduría” frecuentemente tiene ese sentido en la literatura sapiencial, pero su significado literal es “conocimiento, ciencia”, y así se debe traducir aquí (cp. BJ, RVA). La instrucción de los sacerdotes debería preservar el conocimiento de la conducta correcta según la Ley, particularmente en cuanto a lo sagrado. Otra interpretación es que se refiere al conocimiento de Dios (cp. DHH y ver Os. 4:1, 6). 3.2.2.2.4.4. La palabra “mensajero” evoca el nombre de Malaquías (“mi mensajero”, o tal vez “mensajero de Yahvé”, ver “Autor del libro” en la “Introducción”). Generalmente se usa de ángeles o profetas. Solo aquí en el A.T. se usa del sacerdote. El sacerdote, a diferencia de los ángeles y los profetas, recibía su mensaje de Dios indirectamente, a través de la Ley ya revelada y las tradiciones sacerdotales. 3.2.3. Ya que los sacerdotes de los tiempos de Malaquías habían violado el pacto de Leví, Yahvé les aplica la maldición del pacto (2:8-9). 3.2.3.1. Los sacerdotes habían violado el pacto (2:8). 3.2.3.1.1. El v. 8 se puede analizar como un trístico de tipo AAA seguido de la fórmula de mensajero. Esencialmente el paralelismo es a nivel de líneas completas, si bien el “mas vosotros” de la línea A se sobreentiende por elipsis en las líneas B y C.
  • 24. 3.2.3.1.2. En vez de andar con Yahvé en justicia (cp. v. 6), ellos habían salido del camino. Sobre el camino de Yahvé, revelado en la Ley, ver Ex. 18:20; Sal. 25:8-10; 77:13 [14]; 119:14, 30, 32, 33. 3.2.3.1.2.1. Sobre la idea de salir del camino de Yahvé, ver Ex. 32:8; Dt. 9:12, 16; 11:28; 31:29; Jue. 2:17. 3.2.3.1.2.2. La primera sección del oráculo resalta el pecado de los sacerdotes comparando su conducta con la de las naciones (1:11-12). Aquí lo resalta comparando su conducta con la de los sacerdotes del pasado. 3.2.3.1.3. En vez de apartar a muchos de la iniquidad mediante instrucción fidedigna (v. 6), ellos habían hecho tropezar a muchos por su instrucción. Tal vez Malaquías pensaba en las acusaciones similares en Ez. 44:12; Os. 4:6. La acusación aquí anticipa y en parte explica las acusaciones contra el pueblo en los oráculos restantes. Los pecados del pueblo allí señalados deberían ser evitados o corregidos por la instrucción de os sacerdotes, mensajeros de Yahvé (cp. v. 7). 3.2.3.1.4. El pronombre “vosotros” es enfático, pues de otra manera, como en español, no hay por qué incluirlo. Con la conjunción “mas vosotros” subraya el contraste entre la conducta correcta de los sacerdotes en el pasado y la conducta de los sacerdotes a quienes Malaquías reprende. 3.2.3.1.5. En cuanto al “pacto de Leví”, ver la exposición del v. 4. 3.2.3.2. Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes debido a su desobediencia (2:9). 3.2.3.2.1. Aplica la maldición (2:9a). 3.2.3.2.1.1. En vez de dar a los sacerdotes la vida y bienestar prometidos en el pacto con Leví (v. 5), Yahvé les aplica la maldición por desobediencia al pacto (ver vv. 2-3), haciéndoles despreciables (ver v. 3b). Lo mismo sucede en toda generación a los líderes del pueblo de Dios que debido a su conducta pecaminosa y su enseñanza acomodadiza pierdan el respeto de sus feligreses. 3.2.3.2.1.2. El v. 9a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Y también yo os he hecho viles B. y bajos ante todo el pueblo. 3.2.3.2.1.3. La frase introductoria “y también yo” (traducción literal) es enfática, y se contrasta con “mas vosotros” en el v. 8. El contraste señala la relación de causa (v. 8) y efecto (v. 9), o de pecado y su consecuencia, dentro del contexto del pacto con Leví. El vocablo traducido “por tanto” normalmente se traduce “y” o “pero”, pero “por tanto” capta bien la idea aquí.
  • 25. 3.2.3.2.1.4. El verbo hebreo “he hecho” es un perfecto instantáneo; la expresión del verbo efectúa su acción (ver la nota sobre “he maldecido” en 2:2). 3.2.3.2.1.5. El vocablo traducido “viles” es el mismo que está traducido “despreciable” en 1:7, 12, y es un participio del mismo verbo traducido “menospreciar” en 1:6 (ver la traducción de 2:9 en BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). La repetición de la raíz aquí forma una inclusión que abarca todo el oráculo de 1:6-2:9, y también subraya la simetría del castigo divino: por haber despreciado a Yahvé, él ha hecho despreciables a ellos. 3.2.3.2.1.6. Al pronunciar la maldición aquí, Yahvé puso en efecto la maldición profetizada en 2:3b. 3.2.3.2.2. Desobedecían las leyes de Yahvé, mostrando favoritismos en sus dictámenes sacerdotales (2:9b). 3.2.3.2.2.1. El v. 9b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Así como vosotros no guardáis mis caminos B. sino que levantáis caras en la instrucción 3.2.3.2.2.2. El vocablo traducido “habéis guardado” es un participio hebreo; se le debe traducir en tiempo presente, “guardáis” (BJ). Es la misma construcción gramatical que se usa en la última oración del v. 2. En ambos caso la construcción da la razón por la cual Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes. 3.2.3.2.2.3. Los “caminos” de Yahvé son sus leyes (cp. las referencias a los caminos de Yahvé en el Salmo 119). 3.2.3.2.2.4. La línea B es ambigua. “Levantar caras” significa “mostrar favor”, tanto en sentido positivo (ver la explicación del modismo en 1:8), como en el sentido de “mostrar favoritismo”. Si se toma en sentido positivo aquí, se debe traducir “ni levantáis caras por la instrucción”, es decir, “ni hacéis beneficio por medio de la instrucción”. Sin embargo, es dudoso que “levantar caras” se puede usar en este sentido. Queda entonces la opción del sentido negativo de “hacer acepción de personas” (así todas las versiones que he consultado). En tal caso hemos de entender que los sacerdotes aceptaban animales dañados solo de ciertas personas, probablemente gente poderosa. Tal vez a ellas mostraba parcialidad también en otros de sus dictámenes sacerdotales. Sea cual fuere la interpretación, la repetición de “levantar cara(s)” aquí y en 1:8, 9 constituye otra inclusión que enmarca casi todo el oráculo. 4. Tercer oráculo: los israelitas debían cesar de traicionarse unos a otros (2:10-16). 4.1. Acusación profética en términos generales: los israelitas se traicionaban unos a otros (2:10). La lealtad a Yahvé y la lealtad entre los miembros del pueblo eran aspectos complementarios del pacto entre Yahvé e Israel. 4.1.1. Todos los judíos eran hermanos creados por un mismo Dios (2:10a). Como
  • 26. hijos de un mismo Dios, deberían vivir en unidad (para un concepto semejante aplicado a la Iglesia, ver 1 Co. 12:4-13). 4.1.1.1. El 2:10a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4. A. ¿No tenemos todos un mismo padre? B. ¿No nos ha creado un mismo Dios? 4.1.1.2. Las dos oraciones son preguntas retóricas que dan por sentada una respuesta de “sí”. El tercer oráculo es el único de los seis oráculos en Malaquías que comienza con una pregunta retórica. 4.1.1.3. El paralelismo indica que el “padre” no es Adán, Abraham, ni Jacob, sino Dios (cp. 1:6). Comúnmente, como aquí, la línea A incluye algo enigmático que no se aclara sino hasta la línea B. 4.1.1.4. La línea B no se refiere a la creación de toda la humanidad, sino de Israel. Yahvé se presenta como padre-creador de Israel en Dt. 32:6; Is. 45:11; 64:8 [7], como su padre en 1:6; Is. 63:16; Jer. 3:4, 19 (cp. también Ex. 4:2223; Dt. 1:31; 8:5; 14:1; Sal. 103:13; Is. 1:2; 30:9; Jer. 31:9; Os. 11:1) y como su creador en Dt. 32:18; Is. 43:1, 15; 44:2. Yahvé fue padre-creador de Israel al llamar, preservar y multiplicar a los patriarcas, y también al librar a Israel de Egipto y hacer pacto con ellos en Sinaí. 4.1.1.5. La palabra “uno” recalca que la existencia de Israel se debía a Yahvé solamente. 4.1.1.6. En 2:10-16, a diferencia de los demás oráculos, Yahvé no habla en primera persona, sino que Malaquías habla de él en tercera persona (cp. especialmente 2:10 con 1:6). 4.1.1.7. Al usar las formas de primera persona plural en el v. 10, Malaquías se identifica con el pueblo de Judá. Sin embargo, en los vv. 11-12 hablará de Judá y del judío en tercera persona, y luego en los vv. 13-16 confrontará más directamente a los varones en segunda persona plural o singular. 4.1.2. Traicionarse unos a otros era incongruente con la hermandad de los judíos (cp. v 10a) y una violación del pacto que Yahvé había hecho con sus padres (2:10b). 4.1.2.1. El v. 10b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3. A. ¿Por qué nos portamos deslealmente el uno contra el otro B. profanando el pacto de nuestros padres? El paralelismo sería más claro si convirtiéramos el “profanando” en un “profanamos”, un equivalente a un nivel de la gramática profunda. 4.1.2.2. El v. 10b es la tercera pregunta retórica del versículo. No espera una respuesta, sino que es una forma de declarar con pasión: “no debemos portarnos deslealmente…”. 4.1.2.3. El vocablo “pues” no está en el hebreo. 4.1.2.4. El verbo “portarse deslealmente” es la palabra clave en 2:10-16, y señala su tema. Es el verbo traducido “prevaricó” en v. 11 y “ser desleal” en vv. 14, 15 y 16. Es lo contrario de actuar con jésed “fidelidad, lealtad”. Con respecto al pecado de la deslealtad, ver Jer. 9:4-6; Mi. 7:2-6. 4.1.2.5. La expresión “el uno contra el otro” es literalmente “un hombre contra su
  • 27. hermano”: La expresión hebrea más común sería “un hombre contra su prójimo” (cp., en hebreo, “un hombre con su prójimo” en 3:16, y, en aproximadamente el mismo período, “hombre…su prójimo” en Zac. 3:10; 8:10, 16, 17, 11:6; 14:13). Tener todos un mismo padre (v. 10a) implicaba que los judíos eran “hermanos”. 4.1.2.6. Incumplir las estipulaciones del pacto era “profanarlo”, es decir, tratarlo como si no fuera un acuerdo santo entre Yahvé y su pueblo, garantizado por juramento (cp. Sal. 89:31 [32], 34 [35]; el verbo traducido “olvidaré” en Sal. 89:34 es literalmente “profanaré”). 4.1.2.7. El contexto inmediato indica que “el pacto de nuestros padres” no es el pacto con Abraham (a diferencia de la expresión casi igual en Dt. 4:31), ni con Leví (cp. 2:4, 8), sino el sinaítico. Fue mediante ese pacto que Yahvé había creado a Israel, lo había hecho su hijo, había hecho hermanos a los israelitas, y les había dado mandamientos acerca de la lealtad unos con otros. 4.2. Primer ejemplo de la traición: matrimonio con mujeres paganas (2:11-12). 4.2.1. El pecado: los israelitas habían traicionado a su pueblo, profanándolo mediante matrimonios con mujeres paganas (2:11). El v. 11a recoge la línea A de v. 10b (ver la repetición de “portarse deslealmente”) y el v. 11b recoge la línea B del v. 10b (ver la repetición de “profanar”). 4.2.1.1. Judá ha cometido traición (2:11a). 4.2.1.1.1. El v. 11a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es decir, el paralelismo sugiere un dístico, pero la métrica indica que hay tres líneas con ritmo de 2:2:2. La mitad de la línea A resulta paralela a la línea B, y la otra mitad, a la línea C, pero las líneas B y C no son paralelas entre sí. A. Ha cometido traición Judá B. Y abominación se ha cometido C. en Israel y en Jerusalén. 4.2.1.1.2. En lugar de “prevaricó”, tradúzcase “se portó deslealmente” (cp. BDLA) o “traicionó” (cp. BJ, RVA, NVI). El verbo significa lo mismo que en el v. 10: traicionar al hermano judío. 4.2.1.1.3. Al referirse a Judá en la tercera persona, en vez de continuar con la primera persona plural que usó en el v. 10, el profeta se distancia de los pecadores a quienes denuncia. 4.2.1.1.4. En el hebreo “abominación” está en posición enfático, antes del verbo. El vocablo se usa más de 60 veces en Deuteronomio, Jeremías y Ezequiel para referirse a pecados que Dios aborrece. Los matrimonios mixtos (v. 11b) eran una “abominación”, porque conducía al linaje santo a cometer las “abominaciones” de los paganos (cp. Esd. 9:1). En hebreo las primeras cuatro palabras del v. 11, lit. “traicionó Judá, abominación se hizo”, riman, lo cual subraya la relación entre “traicionó” y “abominación”. 4.2.1.1.5. Al decir que la traición abominable fue cometida por “Judá”, “en Israel y en Jerusalén”, Malaquías señalaba toda la nación. “Israel” aquí ha de ser sinónimo de “Judá” (ver la nota sobre 1:1), si bien parece
  • 28. referirse al reino del norte en la expresión “a Judá, a Israel y a Jerusalén” en Zac. 1:19 [2:2]. 4.2.1.2. Algunos judíos han profanado al pueblo santo mediante matrimonios mixtos (2:11b). 4.2.1.2.1. El v. 11b se puede analizar como un trístico de tipo AAB y con ritmo de 4:2:4. Gramaticalmente el paralelismo es de tipo AAA, pero el paralelismo semántico se limita a las líneas A y B: A. Porque Judá ha profanado la cosa sagrada de Yahvé B. que el amó 4.2.1.2.2. El vocablo traducido “santuario” en RV60 es qódesh, literalmente “santidad”. También se usa de cosas o personas santas. Muchos opinan que aquí se refiere al santuario (así todas las versiones que he consultado). La última frase del v. 10 sugiere que se refiere al pacto. Sin embargo, es más probable que se refiere al pueblo de Yahvé por tres razones. a) El pecado denunciado en 2:10-16 es la traición de unos judíos contra otros. Los matrimonios mixtos profanaban al pueblo santo, con el resultado de que no recibía las bendiciones de Yahvé, sino que se hacía merecedor de su castigo, hasta la destrucción completa (cp. Esd. 9:14). Esto sí era traición contra los hermanos judíos. b) Malaquías califica la palabra qódesh con la frase “que él amó”. Esta frase, haciendo eco de 1:2, sugiere que el qódesh aquí es el pueblo de Judá. El A.T. dice muchas veces que Yahvé amó a su pueblo, pero nunca que amó a su santuario (aunque ver Ez. 7:20-22) o a su pacto con Israel. c) La palabra qódesh se usa de Israel en otros pasajes. En aproximadamente el mismo período algunos se quejaron que “la simiente de qódesh” (“linaje santo” en RV60, RV95 y BDLA, “simiente santa” en RVA y “raza santa” en BJ y NVI) se había mezclado con los pueblos de las tierras mediante los matrimonios (Esd. 9:2). Anteriormente Jeremías había proclamado que Israel era qódesh a Yahvé (Jer. 2:3), y el vocablo se usa de Israel también en Ex. 22:30; Sal. 114:2; Is. 6:13; 62:12; 63:18; Dn. 12:7. 4.2.1.2.3. Malaquías nos deja en vilo tocante al pecado denunciado en el v. 11 hasta la última oración. “Hija de dios extraño” significa “adoradora de dios de otro pueblo” (cp. Nm. 21:29; Dt. 32:19). Algunos judíos, hijos de Dios, creador de Israel (cp. v. 10), se habían casado con hijas de dioses de otras naciones (v. 11). Los matrimonios mixtos fueron un problema con que Esdras y Nehemías también lidiaron (cp. Esd. 910; Neh. 13:23-30). Posiblemente los varones judíos los contraían para sellar alianzas comerciales y políticas (cp. Neh. 6:17-18; 13:2829; Esd. 9:1-2). 4.2.1.2.4. La palabra traducida como pronombre relativo en la oración “que el amó” a veces significa más bien “porque”. Si tiene ese significado aquí, el v. 11b es un dístico sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea B (amó // se casó con) y con ritmo de 4:5. El mismo resultado se obtiene si la palabra es pronombre relativo cuyo antecedente no es “Yahvé”, sino “Judá” (así como “hombre [judío]” lo es en v. 12). Para el uso de “amar” como sinónimo de “casarse”, ver 1 R. 11:1. De hecho, el lenguaje de 1 R. 11:1a puede haber influido de alguna manera en Mal. 2:11b, pues ambos textos tienen las palabras “amó”, “extraño” e “hija de”.
  • 29. 4.2.1.2.5. Algunos estudiosos opinan que “Judá…se casó con hija de Dios extraño” quiere decir que el pueblo de Judá se había entregado a la adoración de un dios extraño (ver la lista en Hill, Malachi, pág. 255). Sin embargo, cuando el A.T. emplea el matrimonio o la relación sexual como figura de la adoración, Israel es la mujer, y la divinidad, sea Yahvé o un dios extraño, es el varón. Además, no hay evidencia que Judá se haya entregado a la idolatría en el período posexílico, pero los libros de Esdras y Nehemías testifican al problema de los matrimonios mixtos (ver supra). 4.2.2. El castigo: Malaquías pidió que Yahvé cortara a los culpables de Israel (2:12). 4.2.2.1. El análisis del v. 12 como una unidad poética es difícil. Quizá sea un tetrástico de tipo ABCB con un ritmo de 3:3:2:4. En este análisis la línea C completa la línea A, y las líneas B y D son paralelos: A. Yahvé corte al hombre C. de las tiendas de Jacob. B. que hiciere esto al que vela y al que responde D. y al que ofrece ofrenda a Yahvé de los ejércitos 4.2.2.2. En lugar de “cortará”, tradúzcase “corte” (ver DHH, BJ, BDLA, NVI). El verbo hebreo es un yusivo, el cual no expresa una predicción, sino un deseo, aquí una maldición. La base implícita para la maldición es que Judá ha violado su pacto con Yahvé al casarse con mujeres paganas. El matrimonio con cananeos se prohibía en la Ley (Ex. 34:15-16; Dt. 7:3), y en el período posexílico se contextualizó esa prohibición, aplicándola a matrimonios con los pueblos vecinos de Judá (Esd. 9:1-10:44; Neh. 10:30; 13:23-27). La maldición tenía el propósito de castigar a los impunes (ver la exposición de 1:14). A diferencia de los casos narrados en Esd. 10:7-44 y especialmente Neh. 13:23-25, 28, generalmente ninguna autoridad humana castigaba a los que profanaban a Israel ante Yahvé mediante los matrimonios mixtos (cp. Esd. 9:1-3 y el uso de la maldición en Neh. 13:29). 4.2.2.3. Como Yahvé es el sujeto de “corte”, el verbo aquí no se refiere a una exclusión del pueblo (contra NVI) ni del culto, sino a la destrucción del pecador y de sus descendientes (cp., por ejemplo, Am. 1:5, 8, donde el mismo verbo está traducido “destruir”, y Ez. 14:6-9, donde Yahvé amenaza con cortar de en medio del pueblo el que cometiera “abominación”, el vocablo usado también aquí en el v. 11, y donde “cortar de en medio del pueblo” [Ez. 14:8] parece ser equivalente a “destruir de en medio del pueblo [Ez. 14:9]). Así de serio era la ofensa de los matrimonios mixtos, pues podría conducir a la idolatría (cp. Neh. 13:26; Dt. 7:2-3) y a la destrucción completa de Judá por Dios (cp. Esd. 9:14). 4.2.2.4. La maldición de Malaquías se dirigía contra todos los que se casaban con mujeres paganas (2:12b). El significado exacto de la frase traducida “al que vela y al que responde” es muy debatido (cp. BJ y BDLA: “sea testigo o defensor”), pero de alguna manera ha de ser un merismo que aquí significa “quienquiera que sea” (cp. NVI, DHH). 4.2.2.5. Malaquías incluía en la maldición aun los que ofrecían sacrificios a Yahvé. El título “Yahvé de los ejércitos” proclama la soberanía de Yahvé sobre todo. Aquí se usa con un dejo de ironía. ¡Había quienes se atrevían ofrecer sacrificios a Yahvé, el Dios soberano, y a la vez se casaban con hijas de otros dioses que introducían en Judá creencias y prácticas paganas! Fuera
  • 30. de este versículo Malaquías siempre usa el verbo “ofrecer” de la acción de los sacerdotes (cp. 1:7, 8; 3:3). Quizá aquí, entonces, la última oración señala que entre los que se casaban con mujeres paganas había sacerdotes, precisamente la situación planteada en Esd. 9:1. 4.2.2.6. Varios estudiosos opinan que 2:11-12, o 2:11b-12, o 2:11b-13a es secundario, agregado en los tiempos de Esdras y Nehemías. Sus argumentos son insustanciales. Tal vez el más objetivo es el cambio de la primera persona en 2:10 a la tercera persona en 2:11-12 para referirse a Judá. Sin embargo, aun si se omite 2:11-12, hay un cambio de primera a segunda persona entre 2:10 y 2:13 ó 14. Por otro lado, los versículos “sospechosos” comparten con el resto del oráculo las referencias a Yahvé en tercera persona, a diferencia de los oráculos anteriores, en los cuales Yahvé siempre habla en primera persona (el profeta volverá a hablar de Yahvé en tercer persona en 3:2-4, 16). De más peso aún, cambios inesperados de persona se dan no solo en este oráculo sino también en el siguiente y en el sexto oráculo (ver los detalles en la nota sobre la impugnación de 3:2-4). Para una lista de quienes impugnan la originalidad de 2:11-13, sus argumentos y algunas refutaciones, ver Hill, Malachi, págs. 222-23. 4.3. El segundo ejemplo de la traición (2:13-16). 4.3.1. Introducción (2:13a). En lugar de “y esta otra vez haréis cubrir…”, tradúzcase “y esta segunda cosa hacéis: cubrir…” (cp. BJ, DHH, BDLA, RV95, NVI). Con el verbo “hacéis”, en lugar de la primera persona (v. 10) o la tercera persona (vv. 11-12), Malaquías confronta a los acusados más directamente. 4.3.2. El castigo: Yahvé ya no aceptaba sus sacrificios (2:13). 4.3.2.1. En el primer ejemplo de la traición, Malaquías primero presentó el pecado (2:11) y luego el castigo (2:12). Esta vez invierte el orden, comenzando con el castigo (2:13) para entonces exponer el pecado (2:14-15). 4.3.2.2. El v. 13a es un trístico de tipo AAA, con ritmo de 3:4:2, y paralelismo interno en la línea C: A. Y esta segunda cosa hacéis B. Cubrir de lágrimas el altar de Yahvé C. de llanto y de gemidos 4.3.2.2.1. “Cubrir” es obviamente una hipérbole para énfasis. 4.3.2.2.2. En lugar de “clamor” tradúzcase “gemidos” (BDLA) o “suspiros” (BJ, RVA), si bien el llanto y los gemidos seguramente acompañaban “lamentos” (DHH, NVI) y “clamor” (RV60, RV95). 4.3.2.3. El v. 13b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3 A. Pues él no más mira a la ofrenda B. ni acepta ofrenda para lograr favor de vuestra mano 4.3.2.3.1. En lugar de “así que no miraré”, tradúzcase “porque él no mira” (cp. DHH, BJ, BDLA, NVI). Los verbos “mira” y “acepta” son infinitivos hebreos (lit. “pues no hay más mirar a la ofrenda, ni aceptar de la ofrenda…”), y el contexto indica que el sujeto de la acción es Yahvé, pero en este oráculo Yahvé no habla en primera persona, sino que el profeta habla acerca de él en tercera persona.
  • 31. 4.3.2.3.2. El vocablo traducido “con gusto” o “con agrado” en todas las versiones que he consultado no tiene la preposición. Se usa en contextos cúlticos para referirse al sacrificio como medio de alcanzar favor divino (cp. en el hebreo Ex. 28:38; Lv. 1:3; 19:5; 22:19, 20, 21, 29; 23:11; Is. 56:7; Jer. 6:20). 4.3.2.3.3. Ver la nota sobre “de vuestra mano” en 1:9. 4.3.2.3.4. Los judíos sabían que Yahvé no aceptaba sus sacrificios porque no les bendecía (cp. 3:9, 11). Reaccionaban clamando a Yahvé con llanto al ofrecer sus sacrificios. Probablemente convocaban asambleas en el templo para el efecto (cp. Jl. 2:12-17). El cubrir el altar con lágrimas tal vez fuera una acción de los sacerdotes (cp. Jl. 2:17). 4.3.3. Objeción judía: “¿Por qué?” (2:14a). 4.3.3.1. La objeción es una línea poética solitaria. No forma parte de una unidad multilinear, como un dístico o trístico. 4.3.3.2. A diferencia de las objeciones en los otros oráculos, esta objeción no se presenta en respuesta a una acusación, sino como una reacción al hecho que Yahvé no aceptaba los sacrificios. Es decir, no cuestiona lo que Yahvé ha dicho, sino lo que ha hecho. La objeción siempre se expresa mediante una pregunta medio retórica; es decir, por un lado invita una respuesta, pero por otro lado insinúa que la respuesta correcta es que no hay razón por qué Yahvé no recibe las ofrendas. 4.3.3.3. En lugar de “diréis”, tradúzcase “decís” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI, y ver la nota sobre “dijisteis” en 1:2). 4.3.4. Refutación profética a la objeción divina, exponiendo el pecado que ha motivado el castigo: algunos israelitas traicionaban a sus esposas, divorciándose de ellas (2:14-16). 4.3.4.1. Yahvé ha atestiguado contra los que traicionaba a sus esposas (2:14). 4.3.4.1.1. El v. 14 consiste en dos dísticos. El primer tiene paralelismo interlinear y ritmo de 4:3, y el otro tiene paralelismo interlinear, paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:4: A. Porque Yahvé ha atestiguado entre ti B. y entre la mujer de tu juventud A. Quien tú has sido desleal contra ella B. y ella es tu compañera la mujer de tu pacto La traducción es muy literal, para mostrar mejor el paralelismo. En ambos dísticos el paralelismo está entre el marido y su esposa, señalando la naturaleza recíproca del matrimonio. 4.3.4.1.2. Los dos dísticos son la respuesta del profeta al “¿Por qué?” de los judíos. En 1:7-14 Yahvé respondió a esta pregunta diciendo que los judíos le ofrecían animales defectuosos. Aquí el profeta responde señalando la traición interhumana, específicamente dentro del matrimonio. Quizá los 2:12-13, con su condena de los matrimonios mixtos, se puede tomar como otra respuesta, pero el v. 13 no dice que Yahvé ya castigaba a los judíos por este pecado, sino que pide
  • 32. que Yahvé aplique semejante castigo. 4.3.4.1.3. El v. 14 presenta el matrimonio como un pacto, no solo una relación sentimental o de conveniencia, y Yahvé se presenta como el testigo divino que vigila por el cumplimiento de ese pacto, y quien enviará las maldiciones del pacto contra aquel que lo rompe (cp. Gn. 31:44, 50, 53; Mi. 1:2). De modo que los primeros dos capítulo de Malaquías acusan a los judíos de haber violado tres pactos: el pacto de Leví (2:4, 5, 9), el pacto de los padres (el de Sinaí, 2:10) y, aquí, el pacto matrimonial. 4.3.4.1.4. El pronombre “tú” es enfático, pues el sujeto está implícito en el verbo. Acentúa la culpabilidad del marido, y subraya el contraste entre “tú” y “ella” (si bien “ella” no es enfático, pues no hay verbo en la línea B). 4.3.4.1.5. En cuanto al tiempo de “ha atestiguado”, ver la nota sobre “ha dicho” en 1:2. 4.3.4.1.6. “La mujer de tu juventud” implica que el hombre y su mujer eran jóvenes cuando se casaron, pero que ya no lo son. Ahora que la esposa no puede dar más hijos, y no es tan atractiva físicamente, el varón la divorciaba. Era una traición grande por el aspecto sentimental, por la vergüenza social que la mujer sufriría, por las pocas posibilidades que ella, ya no joven, tendría de volverse a casar y por los pocos medios que tendría para sostenerse económicamente (cp. la frase “mujer de la juventud” en Is. 54:6; Pr. 5:18; ver también la situación de la viuda cuando muere el marido de su juventud en Jl. 1:8 y en el caso de Noemí en el libro de Rut). 4.3.4.1.7. El uso de las varias formas de la segunda persona singular (y de género masculino en hebreo) individualiza la acusación. 4.3.4.1.8. Las frases “tu compañera” y “la mujer de tu pacto” no solamente explican la traición como el rompimiento de un pacto, sino que también, a la luz del paralelismo, sugiere que la mujer, en contraste con el marido, ha sido leal, cumpliendo con sus responsabilidades matrimoniales. Juntamente con la frase “la mujer de tu juventud” implican que la mujer ha sido leal a lo largo de todos los años del matrimonio. El vocablo “compañera” (traducido así en todas las versiones que he consultado) no significa “persona que acompaña”, sino “socia”, y se explica en la frase siguiente “mujer de tu pacto”. El vocablo “mujer” es un sustantivo definido en los dos dísticos (la mujer), dando a entender que la monogamia era lo normal en Judá en ese tiempo. 4.3.4.1.9. Varios comentaristas de las últimas décadas ven una relación entre los dos ejemplos de traición en 2:10-16. Sugieren que los varones se divorciaban de la mujer de su juventud para poder casarse con mujeres paganas, y así forjar alianzas económicas y políticas, o para poder reclamar tierra en Samaria que se perdió durante el Exilio. Es una teoría posible e interesante, pero Malaquías no señala esta relación, ni tampoco los pasajes en Esdras y Nehemías sobre los matrimonios mixtos. 4.3.4.2. A la luz de la manera en que Dios creó a Adán y Eva, los judíos deben
  • 33. dejar de divorciarse de sus esposas (2:15). 4.3.4.2.1. El hebreo de las primeras cuatro oraciones de 2:15 es oscuro. 4.3.4.2.1.1. La primera oración es literalmente: “Y no uno hizo”. No es claro si “uno” es sujeto de “hizo” (así RVA, DHH, cp. 2:10) o su complemento directo (así RV60, RV95, BJ, NVI). Todas las versiones que he consultado, menos BDLA, toma la oración como una pregunta retórica, pero el orden de las palabras hebreas indica que “no” es la negación específicamente de la palabra “uno” (cp. Waltke y O’Connor § 39.3.2a): “E hizo no uno”, es decir “ninguno” (BDLA) o más de uno (no he visto esta interpretación en ninguna versión, pero me parece atractiva). 4.3.4.2.1.2. La segunda oración es literalmente: “y tenía remanente (o “resto”) de espíritu”. RV60 sigue una interpretación rabínica: “y tenía abundancia de espíritu”. Algunos leen “y tenía carne y espíritu”, enmendando el texto para leer “carne” en lugar de “remanente” (las dos palabras se escriben igual en el texto hebreo sin vocales) y agregando la conjunción “y” antes de “espíritu” (así BJ, DHH, RVA, NVI). 4.3.4.2.1.3. La tercera y cuarta oración literalmente son: “Y qué (o “por qué”) el uno busca(ba) simiente de Dios”. No es claro si la división entre las dos oraciones viene antes del participio hebreo “buscaba”—”Y ¿por qué uno? Él busca(ba) una simiente de Dios” (cp. RV60, RV95, NVI)—o si viene después—”Y ¿qué busca(ba) el Uno? Una simiente de Dios” (cp. BJ, DHH, RVA). 4.3.4.2.1.4. Al tratar de interpretar estas cuatro oraciones de debe tomar en cuenta varios factores: a) el contexto; b) que casi todas las líneas hasta aquí han pertenecido a un dístico, trístico o tetrástico; c) que las cuatro oraciones naturalmente forman cuatro líneas de 2-3 acentos cada una; d) que no hay ningún tetrástico o trístico en el libro sin paralelismo entre las líneas y ha habido muy pocos dísticos sin paralelismo, sea interlinear o solo interno; e) que, entonces, las cuatro oraciones aquí han no formar un tetrástico con paralelismo entre por lo menos una del primer par de líneas y una del segundo par, o deben ser dos dísticos; y f) que ninguna interpretación propuesta rinde paralelismo que indica un tetrástico aquí. De modo que las cuatro oraciones deben formar dos dísticos, y se debe buscar una interpretación que da paralelismo en ambos dísticos. Dentro de estos parámetros sugiero la siguiente interpretación en dos dísticos con paralelismo interlinear y con ritmo de 3:3 y 3:2 respectivamente: A. Y no uno hizo B. Sino que un resto de espíritu tenía A. Y ¿qué buscaba el Uno? B. Una simiente de Dios 4.3.4.2.1.5. Según esta interpretación el primer dístico da por sentado que los judíos conocen la historia de la creación de Adán y Eva. El paralelismo entre sus dos líneas es antitético. La línea A significa: “Y (Yahvé) hizo no (solo) uno”. El hebreo indica que el sujeto del verbo tiene que ser masculino, y el último
  • 34. sujeto masculino de un verbo en tercera persona ha sido “Yahvé” (v. 14). La línea B significa que después de hacer uno (“uno” aquí se refiere a Adán), todavía le quedaba a Yahvé espíritu (fuerza vivificante [Gn. 1:2] que se manifiesta en el aliento de vida [Gn. 2:7]) para hacer otra, Eva. La “simiente” de Dios es su “descendencia”, así como traducen todas las versiones que he consultado (cp. la misma palabra en 2:3). Yahvé busca ser padre de una descendencia que se reconozca tener el mismo padre, Dios, y que, por lo tanto, guarda la lealtad de hermanos unos con otros (cp. 2:10; ver la frase “simiente santa” en Esd. 9:2). A la vez, busca que los descendientes de los matrimonios lleguen a ser descendencia de Dios también. En contra de esta exposición de los dos dísticos, se puede notar que no interpreta la palabra hebrea “uno” de la misma manera en las dos líneas A (en las dos líneas B “un” y “una” son artículos indefinidos que el castellano requiere pero que no existen en el hebreo). Una manera de superar esta objeción es tomar “uno” en el primer dístico en doble sentido: “Y uno hizo no (solo) uno”. Por otro lado, se habla de la creación efectuada por el un solo padre en vv. 10 y 15, pero el v. 10 se refiere a la creación de Israel, mientras que el v. 15 aparentemente alude a la creación de Adán y Eva. También “espíritu” se usa de dos maneras diferentes en la primera y tercera oración del v. 15 (ver abajo), y “padre” se usa de dos maneras diferentes en el v. 10. 4.3.4.2.2. Las últimas dos oraciones de 2:15 también forman un dístico con paralelismo interlinear a nivel de líneas completas y con paralelismo de 2:3, o tal vez 3:3. 4.3.4.2.2.1. La línea A exhorta a los esposos judíos a sujetar sus pasiones, sus deseos de casarse con una mujer más joven. 4.3.4.2.2.1.1. Esta interpretación toma “espíritu” aquí en el sentido de “pasión” (cp. Jue. 8:3; Ec. 7:9). De modo que si bien repite la palabra “espíritu” usada en la segunda oración del versículo, la usa en sentido diferente, así como “uno” se usa en dos sentidos diferentes en la primera y tercera oración. O quizá se deba interpretar “espíritu” como “pasión” en la segunda oración también: “sino que él (Adán) tenía un remanente (¿porción?) de pasión (que se podría satisfacer solo con la creación de Eva, cp. Gn. 2:18-25)”. 4.3.4.2.2.1.2. La línea A vuelve a la segunda persona plural (cp. vv. 13-14a) después del uso de la segunda persona singular en casi todo el v. 14, probablemente porque el Nifal plural aquí se entendía en sentido distributivo, “guardaos cada uno en vuestro espíritu” (cp. Waltke y O’Connor § 23.4b). 4.3.4.2.2.2. La línea B aclara la exhortación un tanto general de la línea A.
  • 35. 4.3.4.2.2.2.1. Una traducción literal de la línea B en el TM sería: “no sea desleal (él) con la esposa de tu juventud”. La falta de concordancia sugiere que se debe enmendar el texto para leer “no seas desleal…”, así como en los LXX, el Targum, la Vulgata, algunos MSS hebreos, BJ y BDLA. Además, no hay un sujeto claro en el contexto para el verbo “no sea desleal (él)”. Sin embargo, el sujeto podría ser “vuestro espíritu”, pues si bien “espíritu” en hebreo normalmente es femenino, a veces tiene el género masculino (cp. Nm. 11:31). Esta interpretación también provee un antecedente para el sufijo pronominal masculino en “su vestido” en el v. 16. O tal vez el cambio de persona es aceptable cuando no hay cambio de referente (cp. Is. 1:29 en RVA). La traducción en el plural, “no seáis desleales” (cp. RV60, DHH, RVA, RV95, NVI), seguramente se debe a que el verbo anterior está en segunda persona plural, y la segunda persona plural se usa en la repetición al final del v. 16, pero no halla pie en el hebreo aquí, ni en el verbo, ni en la expresión “tu juventud”. 4.3.4.2.2.2.2. La repetición de “mujer de tu juventud” en 2:14, 15 y “ser desleal” en 2:15 y 16 unifican estos versículos que identifican y exponen la traición de los divorcios. La repetición del verbo “ser desleal, portarse deslealmente, traicionar” en 2:10, 15, 16 aclara que los divorcios son un ejemplo de la traición que se condena desde 2:10. 4.3.4.3. Los judíos deben dejar de divorciar a sus esposas porque Yahvé odia la injusticia opresiva del divorcio (2:16). 4.3.4.3.1. Yahvé aborrece la injusticia del divorcio (2:16). 4.3.4.3.1.1. Las primeras cuatro oraciones del v. 16 constituyen un tetrástico de tipo ABCB con ritmo de 2:4:3:3. Es decir, las líneas A y C no son paralelas, pero sí lo son las líneas B y D. B. Ha dicho Yahvé Dios de Israel D. Ha dicho Yahvé de los ejércitos La traducción aquí refleja el orden de las palabras en hebreo. 4.3.4.3.1.2. Una traducción literal de la línea A sería: “Porque aborrece despido”. Su brevedad (solo 5 sílabas hebreas) le da énfasis. 4.3.4.3.1.2.1. La palabra traducida “porque” también puede entenderse como una partícula enfática, “en verdad”. 4.3.4.3.1.2.2. Muchos traducen el verbo en primera persona, “aborrezco” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI), seguramente debido a las dos fórmulas de mensajero en este versículo. Sin embargo, el verbo hebreo está en tercera persona singular (cp. RV60, RV95, nota de BDLA), así como en todo este oráculo el profeta ha