2. La Enuresis es la persistencia de micciones
incontroladas más allá de la edad en la que
se alcanza el control vesical (4-6 años como
edad extrema).
Enuresis es el término médico para la
emisión incontrolada e involuntaria de orina
durante el sueño.
Se considera que a partir de los 5 años de
edad el niño no debe orinar la cama.
4. Ya que en muchos estudios realizados, se
encuentra que un alto porcentaje de niños no
controlan la micción, antes de los 4 años, igual que
les sucedió a sus padres durante su infancia.
Educativos.
Hay antecedentes de muchas madres rígidas que
tratan de “entrenar” a sus hijos desde los 6 meses,
sin tomar en cuenta el tiempo necesario para la
maduración del sistema nervioso central, lo que
ocasiona muchas veces el efecto contrario.
5. Como el retardo en la maduración del
mecanismo neurofisiológico para el control es
otro factor importante y algunas investigaciones
revelan que un alto porcentaje se curan solos al
llegar a los 10 años de edad. Esta falta de
maduración puede ser la consecuencia de una
capacidad vesical no adecuada para la edad,
sueño muy profundo y falta de desarrollo de las
“alarmas” que señalan el llenado o vaciado de la
vejiga. Esta forma de incontinencia tiende a
desaparecer con el crecimiento y el desarrollo de
los sistemas naturales de alarmas.
Neurofisiológicos.
6. El vivir en un ambiente familiar disfuncional,
inapropiado, violento, muy enérgico y que utiliza el
uso indiscriminado del castigo.
Alteraciones emocionales del niño, que incluyen baja
autoestima, ansiedad extrema (el mismo proceso de
no controlar la micción, aumenta la ansiedad),
inseguridad afectiva, ansiedad, miedos y fobias,
celos por la llegada de un hermanito, la pérdida de
uno de los padres o la llegada de otra figura
parental. Regresiones en su desarrollo, originadas
por algún impacto emocional, como el divorcio o
separación de los padres, el cambio de colegio o de
vivienda, o la pérdida de una persona importante
como sus padres, amigos y hasta de su mascota.
7. También hay factores orgánicos importantes,
como el tener alguna alteración anatómica
congénita del sistema urinario, inflamaciones,
infecciones, hasta malformaciones de la
uretra, extrofia vesical, vejiga neruogénica,
válvulas de uretra, uréter ectópico y pelvis
renal. También es ocasionada cuando se
padece de espina bífida y parálisis vesical,
diabetes mellitus e insuficiencia renal crónica.
(esto sobre todo en adultos).
8. Diurna, cuando la pérdida involuntaria
de orina ocurre durante las horas del día.
Nocturna, cuando sucede durante el
sueño, siendo esta última la más frecuente.
Primaria, cuando el niño no ha llegado a
controlar la micción durante un periodo
continuado de al menos 6 meses. El 80%
de las enuresis son primarias.
Secundaria, cuando ha existido un periodo
previo de control de la vejiga.
9.
Hormona anti diurética (desmopresina)
Esta hormona hace que los riñones conserven agua mediante la
concentración de orina y la reducción de su volumen. La falta de
ésta se puede administrar de manera farmacológica aunque la
dosis debe de ser ajustada por el médico según cada caso y por
periodos de revisión generalmente de 3 meses, la retirada tiene
que ser paulatina puesto que el niño puede recaer.
Anticolinérgicos
Disminuyen las contracciones de la vejiga que ocasionan las
descargas diurnas y deben ser cuidadosamente vigilados por el
médico porque pueden tener importantes efectos secundarios.
Pueden ser usados en combinación con otros fármacos o
tratamientos.
FARMACOLÓGICOS
10. Terapia motivacional.
La motivación es la pieza clave de los tratamientos de enuresis. Los padres
deben ser los primeros en motivar al niño y esto se logra a través de
escuchar y dejar al niño expresar sus sentimientos, sus dificultades, dudas,
hablar con él y explicarle todo sobre el tratamiento y los pasos a seguir.
Alarmas.
Aparato que tiene como objetivo despertar al niño e interrumpir cuando
empieza la micción, como consecuencia el niño tiene que despertar e ir
rápidamente al baño para terminar ahí. Repitiendo esta asociación un
número de veces se logra establecer una asociación específica entre la
sensación de tener la vejiga llena y el acto de inhibir la micción, pronto el
niño no solo dejará de mojar la cama de forma refleja, sino que será capaz
de retener la orina por más tiempo sin necesidad de despertarse.
Entrenamiento para la retención.
Es un tratamiento que por si solo es bastante limitado ya que pocas veces
soluciona el problema sin embargo, en combinación con otros métodos
puede resultar muy beneficioso. Estos ejercicios sirven para aumentar la
capacidad funcional de la vejiga y que pueda contener la orina durante
ciertos espacios de tiempo antes de orinar.
NO FARMACOLÓGICOS
11. Los estudios científicos y psicológicos indican que la
enuresis puede tener tanto un tratamiento activo como
pasivo. Cuando la enuresis es fuente de una importante
tensión emocional, puede estar indicada la farmacoterapia
sintomática, prestando la atención adecuada a las posibles
causas subyacentes, es decir a los aspectos emocionales.
Se debe distinguir entre los trastornos de origen
neurológico y los de etiología psicológica, que son la gran
mayoría de los casos. Cuando los tratamientos "activo" y
"pasivo" no terminan de resolver el problema, o bien desde
el inicio de la intervención, se debe tener en cuenta el
abordaje de los problemas emocionales del niño o
adolescente, mediante el tratamiento Psicológico.
En cualquier caso sea cual sea el tratamiento y los resultados,
lo más importante es seguir las indicaciones del médico y
mostrar al niño todo el cariño y comprensión que merece.