Nieve blanca, ojos verdes y rojo pasión: retrato femenino de menos de 40 palabras
1. Ella es blanca, muy blanca, como, un copo de nieve, que se pierde en las pequeñas siluetas abstractas del infinito cielo, donde se llega a la estrella, que guía los caminos de cada ser que ama; desea paz; une los lazos de amistad y del amor, iluminando cada uno de nuestros corazones; ella es la estrella que cada un-o tiene dentro de su alma. Ella tiene el color de los ojos verdes, verde esperanza, color mar, donde los naufragios navegan en alta marea, para buscar un gran tesoro, que brilla por luz propia; ella es bella, muy bella, radica sonrisa y llanto, recuerdos y nuevas sorpresas. Ella es grande. Ella es infinita; ella es dulzura, como ella, definitivamente, no hay ninguna. Ella se viste de rojo, es atrevida, picara, traviesa, niña grande, se llena de pasión, deseo en ella siempre existe; ella es luz, que enciende la llama de la vida; ella es mágica, como un hada, de cuento maravillosos.
2. Han cambiado los deseos, Ha cambiado navidad, Han cambiado los tiempos, También la sociedad. Ha cambiado la vida, No lo puedo discutir, Más navidad querida, Vuelve a relucir. Ahora solo escucho "¡Cómo compro estos No se acerca ni por mucho A "Es tiempo para amarlos." Olvida los regalos, Querida navidad, El espíritu danos, Regresa la amistad.
3. ¡ Din...don...dan! Repica la campana, ¡Din...don...dan! repica sin cesar su música divina nos llama a festejar. ¡Din...don...dan! ¡Llegó la Navidad! Fiesta de alegría de amor y de paz ¡Din...don...dan! ¡Hay que celebrar! La campana nos llama... La fiesta va a empezar, y al compás del din don dan a todos les deseamos ¡Feliz Navidad! ¡Din...don...dan!
4. Se acerca la navidad! Hoy con mi familia y amigos ¿Y por qué no también mis enemigos? Quisiera que esta navidad Familia y amigos todos juntos; hiciéramos un brindis por esta navidad que viene y nos deja. Fe, paz, amor, felicidad, y prosperidad. Y quisiera que invitáramos a entrar A los bellos deseos como: la bondad, la esperanza y no puede faltar la alegría, para que este siempre ¡Con nosotros el éxito!
5. Un hombre y una mujer llegan a Belén de Judá... Sus rostros lucen cansados, en sus ojos se puede ver el esfuerzo realizado por llegar. Son ellos María y José... Han venido desde Nazaret cumpliendo en humildad con un edicto que ha sido promulgado, y firmado por Augusto César, el emperador romano. El ha decidido los tributos aumentar, y los judíos viajan cansados -hasta su ciudad natal- para ser empadronados. María, que está embarazada, de momento es percatada que el Hijo de sus entrañas está pidiendo nacer, ¡Y aún no tienen posada! ¡No hay lugar en el mesón! Mas ella no siente temor -ella está confiada en su Señor y su Dios.- En ese Dios Omnipotente que le hizo sombra a su vientre y en ella un Hijo engendró, mediante su Espíritu Santo y no por obra de varón; ese Dios Todopoderoso en esta noche Suprema también hará provisión. L A N A V I D A D