El documento resume las perspectivas de varios líderes mundiales en el siglo XXI. Discuten que aunque Putin actualmente tiene mucho poder en Rusia, su estrategia económica y política no es sostenible a largo plazo. Examinan la popularidad decreciente de Obama y los límites de poder de Estados Unidos. También analizan el ascenso de China como potencia económica mundial en las próximas décadas, pero argumentan que no dominará geopolíticamente debido a desafíos internos como la pobreza y control del g
1. San Cristóbal marzo 2015.
Perspectivas integradoras
Del siglo XXI
(ENSAYO)
INTEGRANTE:
YUCEIDY DIAZ
C.I.25375225
MORELA CONTRERAS
C.I. 23547507
ENDER DELGADO
C.I. 24747527
2. Moises naim, habla sobre Vladímir Putin es el líder más poderoso del
mundo Por ahora. ¿Pero cuán duradero es el enorme poder que hoy concentra?
No mucho. La economía rusa, que no iba bien desde antes del conflicto con
Ucrania, se ha debilitado aún más debido a las severas sanciones impuestas por
Estados Unidos y Europa. El valor del rublo ha caído a su mínimo histórico, la fuga
de capitales es enorme (74.000 millones de dólares tan solo en el primer
semestre), la inversión se ha detenido y la actividad económica se contrajo. El
Kremlin ha debido echar mano de los fondos de pensiones para mantener a flote
grandes empresas cuyas finanzas han colapsado al perder acceso a los mercados
financieros internacionales. La producción de petróleo ha disminuido y las nuevas
inversiones de las que depende la producción futura se han parado. Por otro lado,
el machismo bélico de Putin le ha dado nueva vida y mayor protagonismo a una
organización que él detesta y que estaba en vías de extinción: la OTAN. Y esta
semana se confirmó el fracaso de Putin en detener el acercamiento de Ucrania a
la Unión Europea, después de que el Parlamento de Kiev y la Eurocámara
ratificaran un acuerdo de asociación. Putin seguirá siendo un líder importante y
sus actuaciones tendrán consecuencias mundiales. Después de todo, preside
autocráticamente uno de los países más grandes del mundo y su nacionalismo lo
ha hecho muy popular entre los rusos. Pero su estrategia económica, sus
relaciones internacionales y su política doméstica son insostenibles.
Obama fracasó. La popularidad de Obama es la mitad de la de Putin. La
renuencia del presidente norteamericano a intervenir militarmente, de manera
mucho más agresiva, en Siria, Ucrania o contra el Estado Islámico le ha valido
severas críticas. Su fracaso a la hora de lograr el apoyo del Congreso para
aprobar leyes indispensables ha expandido la idea de que Obama es un novato
que no sabe manejar el poder o que EE UU ya no es una superpotencia, o no
sabe actuar como tal.
Esta afirmación se debe a que se tiende a sobreestimar el poder de EE UU. Y a la
creencia de que basta con que la Casa Blanca decida intervenir para que los
problemas se arreglen o se mitiguen. Esto nunca fue cierto, aunque antes el
3. presidente norteamericano gozaba de un mayor grado de libertad que ahora. Pero
el mundo ha cambiado, y el poder ya no es lo que era. Incluso el presidente de EE
UU tiene menos poder que el que tenían sus predecesores. Desde esta
perspectiva, Obama se ha manejado mucho mejor de lo que le conceden quienes
creen que su cargo confiere poderes casi sobrehumanos.
China es la próxima superpotencia del planeta. Es inevitable que dentro de
unos años China tenga la economía más grande del mundo. Sus fuerzas armadas
también están creciendo rápidamente, así como su protagonismo internacional. Su
influencia en África, América Latina y sus vecinos asiáticos es indudable. La
capacidad del Gobierno chino para construir grandes infraestructuras es también
incuestionable y su éxito económico y social es fenomenal. Esto hace que muchos
supongan que China será la nueva potencia hegemónica del siglo XXI. Yo no lo
creo. Sabemos que existen dos Chinas: una industrializada, moderna, la de los
rascacielos, la globalización y gran dinamismo económico. Pero también sabemos
que hay una China muy pobre y con enormes necesidades insatisfechas de
vivienda, salud, educación, agua, electricidad, etc. El ingreso del 48% de la
población que vive en esta China más pobre y rural es un tercio de lo que ganan
sus compatriotas en las ciudades. Sorprende, además, que, a pesar de sus éxitos,
el Gobierno muestre gran inseguridad. Gasta más en seguridad interna que en
defensa externa, por ejemplo. Un tercio del territorio chino, Tíbet y Xinjiang, vive
en una crónica ebullición política a la que Pekín responde con fuerte represión y
permanente intervención militar. Y los esfuerzos gubernamentales por controlar la
información, censurar Internet y limitar el intercambio de ideas son legendarios.
Este ambiente inhibe la innovación, ingrediente indispensable para que un país
tenga éxito.Es obvio que China tendrá cada vez más peso en la economía y la
política del mundo. Pero no será la potencia dominante.
4. Conclusión.
Según naim hace mucho énfasis en lo que genera el poder en el mundo entero y
lo el poder es capaz de provocar, nosotros como humanidad debemos cambiar
nuestra manera de pensar y actuar para formarnos como mejores personas ya
que el mundo es controlado por la misma humanidad y los que pensamos
diferentes nos vemos afectado gracias a eso.